Capitulo 7|Súper héroe
Kaito🌟←
Hace una hora que desapareció Nokoru imonoyama, fastidiado de la esperanza decido salir del cuarto, me sorprende que no haya vigilancia.
Salgo del lugar para encaminarme por las calles de piedritas, tengo que admitir que es más bonito que el territorio Norte.
Las cabañas son pequeñas, una al lado de otra, caminos estrechos, pasadizos largos, uno que otro pedazo, me resulta simplemente bonito.
Escuché a unos niños reir a carcajadas, detuve el paso, asome mi cabeza detras de la pared de ladrillos, a unos cuantos pasos de mi, cerca de una cabaña con chimenea un grupo de tres niños altos—he aquí trillizos— acorralaban a un pequeño de cabello azabache. El intimidado presionaba contra su pecho un libro, por su expresión podría decirse que esta atemorizado. Me llamó un poco la atención su vestimenta, tanto él gorro como la playera y él short son de un mismo color; violeta.
—Pobre e inutil Yun, como siempre vistiendo ropa violeta. ¿Acaso eres una niña? ¿es que acaso no te da vergüenza?— hablo violentamente uno de los trillizos.
—Seguramente quiere ser una niña.— dijo burlón otro.
—¿Transexual? ¡Que asco!— el ultimo trillizo saco la lengua.
—¡Yo soy un niño!— se defendió el pequeño niño azabache, su voz era suave apesar de gritar.
—JAJAJA.— Rieron los tres.— Incluso tienes voz de niña.
—¿Qué es eso que sostienes?
¿un libro de princesas?—avanzo un paso, el trillizo ubicado a la izquierda.
Él azabache apretó con mayor fuerza el libro entre sus brazos. Esta acción hizo enfadar a los tres trillizos, en especial al de la izquierda quien no dudo en intentar arrebatarle el libro.
—¡Sueltalo!— exigió a gritos uno de los trillizos jalando con fuerza.
—¡No! ¡es mio! Mi hermana me lo dio.— puso resistencia, por su mirada estaba más que decidido a no soltarlo.
Él trillizo ubicado en medio de los dos le soltó una bofetada al pequeño azabache, fue tan duro él golpe que retrocedió sin embargo esto no impidió que protegiera el libro.
—¡¿No lo vas a soltar?!— volvió a alzar su brazo contra él pequeño.
Con él mismo coraje pasmo su mano contra él cachete del pequeño, esta vez soltó un quejido, aún asi no cedio a liberar de sus manos el libro.
—No se los dare, dejenme.— chilló.
—¡Callate y damelo!
Volvió a alzar su mano.
Con intensidad la dejo caer en direccion a las mejillas rojas del azabache, en esa fracción de segundo un sonido seco inundo la atmosfera.
Él niño abusivo parecia desconcertado, sus ojos se enfocaron en los mios como si fuera difícil de creer lo que veía. Con mi mano derecha detuve su ataque hacia el pequeño, mi cuerpo se interponia entre el agresor y el intimidado, en un solo segundo lo aparte con una patada en el abdomen, retrocedió a tropezones, sus dos hermanos lo sostuvieron de los brazos para luego lanzarme una mirada de odio.
—Largate.— frunci el ceño.
—¡¿Quién eres tú?!— aparto las manos de sus hermanos para que le permitieran avanzar hacia mi.
Su ira era evidente, su cara esta tan roja como un tomate, parecia que hasta le salia humo de los oídos.
Ahora estoy dandole la espalda al azabache para enfrentar cara a cara a su abusivo.
Al no responder su pregunta me agarra del cuello de la camisa para jalarme hacia él, como es mas alto que yo mis pies quedan de puntillas.
—Te pregunte ¡¿Quién eres?!
Maldito niñato.— mostró sus dientes furico, las lineas de sus venas en la frente daban la impresión de que reventarían en cualquier momento.—
Defendiendo a ese estupido niño, deja de jugar a ser un héroe y vete de aqui o te matare.
—Entonces intentalo.— fije mis ojos en los suyos.— Intenta matarme.
Se desconcertó, note un temblor en sus labios como si la rabia se escapara lentamente por su boca.
—Vamos intentalo.— persuadí.— Solo tienes que matarme, no es difícil pero en caso de que tú falles, entonces yo tendré que matarte.— alze mi puño mostrando una navaja que se asomaba entre mis nudillos.
Él pelinegro me soltó, ambos pies ahora estan firmes en él suelo de piedras.
—¡Tú estas loco!— retrocedió asustado.— Vámonos, dejemos a este psicópata.— huyo en compañia de sus hermanos.
Psicópata.
Pienso un poco en esa palabra, me trae recuerdos de los niños del orfanato, todos señalandome con sus dedos acusadores, sus rostros se tiñen en mi mente de un color rojizo.
—Gracias.— escuchó una voz detras de mi.
Me saca de mis pensamientos ese agradecimiento, había olvidado al niño detras de mi. Doy la vuelta despacio, examino al pequeño, no es muy alto, sus ojos son carmesí, tez blanca, nariz delgada y puntiaguda, labios delgados y rosados, rostro pequeño y de mejillas abultadas, sus hombros no son estrechos, en realidad nada de él parece ser masculino, parece una niña.
Solo me limitó a asentir para luego alejarme en pasos cortos.
—Espera.— detiene de mi hombro.— Yo en verdad estoy agradecido.
¡Tú eres asombroso! ¿Acaso eres un súper heroe? Saliste repentinamente, fue como si fueras invisible.
¿Es que acaso posees super invisibilidad o algo así? Tambien frenaste el ataque del trillizo Sora.—
Con cada palabra que salia de su boca se inclinaba más y más hacia mi.
Me tomo por sorpresa ver sus ojos iluminarse al igual que una sonrisa dibujarse en sus labios. Este niño aún tiene las mejillas rojas por las bofetadas y aún así me habla como si nada hubiera sucedido.
—¿Qué es un súper heroe?— levanto una ceja.
Él pequeño parpadea dos veces para acto seguido reírse.
No entiendo que le da risa. En realidad es una pregunta seria.
—Soy Yun Motosuwa.— se presentó.
—Yo Suzuki Kaito.— dije por cortesía.— Debo irme ya.
—¡Es-espera!
Shaoran⚡←
Estuve pensando demasiado sobre la conversación que tuve con Hikaru, no podía concentrarme en las practicas de hoy, por lo tanto deje que mis cadetes se ocuparan de eso. Por mi parte me dedicaría a planear estrategias para los próximos encuentros, firme uno que otro documento importante del imperio de China. Ahora estoy dentro de mi oficina, es decir en el edificio principal, en el ultimo piso, la puerta que esta al final del pasillo.
Todas las habitaciones de este pasillo son utilizadas como almacén.
Así que él silencio habita en este sitio además de que esta prohibido subir a este piso por ordenes mias.
Mi oficina es pequeña, prácticamente es un cuarto con un grande escritorio, silla, computadora y grandes cajones para almacenar documentos. Antes tenia un elevador sin embargo decidí retirarlo desde el día del terremoto.
Él balcón lo hace menos sofocante, es como mi zona de descanso, justo detras de una ventana deslizable puedo observar al territorio Norte.
Salgo hacia él balcón, él aire es refrescante, escucho la puerta ser tocada, con una palabra permito que entre. Hikaru entra a la oficina sosteniendo una bandeja repleta de trozos de pastel de fresa.
La colocó en la mesa del escritorio con cuidado de no ensuciar algunos documentos acomodados en pila, acto seguido se acerco al balcón, cruzo la puerta deslizable y se postró detras mio.
—Rai hizo un delicioso pastel esta mañana, penso que le vendria bien comer algo dulce.
—Que extraño. Rai nunca comparte los pasteles dulces, siempre termina comiéndoselos él solo.— dije aún mirando hacia él frente, con ambos brazos reposados en el barandal metálico del balcón.
—Eso es porque esta preocupado por usted, capitan. Mejor dicho, todos lo estamos.— se encogió de hombros.—
Desde la desaparición de la señorita Kinomoto empezó a tener diferentes cambios de humor, al principio actuaba como un demente, rompía las cosas, se irritaba con todos, salia a buscarla sin decirnos una sola palabra eso hizo que nos preocupáramos.
Parecía destrozado, como si le hubieran arrebatado algo importante.
—No es como si me hubieran arrebatado "algo importante"— interrumpí.— En realidad lo perdí de vista, perdí de vista a alguien que es importante para mi.— di la vuelta en un solo movimiento para recargar mi espalda en él barandal.— No me di cuenta de lo importante que era su presencia, hasta que la perdí, solia encerrarme en esta oficina solo para resolver las estrategias de batalla o uno que otro deber pero en cuanto conocí a Sakura, encontré millones de razones para salir de esta aburrida oficina, tengo que admitir que la verdad es que solo quería verla.—
Sonreí con nostalgia de solo recordarla.— Busque excusas para seguirla, miles de pretextos para hablar con ella e incluso me enfadaba a menudo para así tener un motivo para permanecer a su lado.—rei.—
Ella me permitió ver él mundo que tanto tiempo he estado ignorando.
—¿Entonces..?
—En otras palabras entre más la conocia más me preocupaba por ella,
empecé a hacer cosas que antes no hacia, a mirarla desde la distancia, a imitar sus acciones e incluso alucinaba con Sakura. Aún cuado ella me mostró sus sentimientos, yo los lastime, la hice llorar demasiadas veces e incluso llegue a pensar que seria mejor si se hubiera enamorado de alguien que no fuera yo.— baje la mirada.— Recien me doy cuenta de lo inmaduro que fui, no quería ser vulnerable por eso negué lo que mi corazón queria.
—¿Y que hay de ahora? Apesar de tener esos sentimientos, ella ha desaparecido y no sabemos donde este, además ya han pasado 8 meses desde entonces y..
—No puedo renunciar a ella.— corte las palabras de mi amigo fríamente.—
Simplemente no puedo darme por vencido, no importa que es lo que tenga que hacer o si tengo que buscar por todo él mundo, definitivamente la encontrare.
—Perdone mi rudeza capitán pero
¿No es muy tarde para eso?
Quiero decir ella posiblemente..
—¿Este muerta?— intuí.— Todos me dicen lo mismo, como es posible que alguien sobreviva al exterior en tanto tiempo, que debería dejar de buscar a alguien de quien se desconoce el paradero. Lo se, se que me veo como un maniático por buscar cualquier pista que me guíe a ella.
—Varios cadetes le han dicho que suspenda la búsqueda, muchos lo juzgan e incluso piensan que se volvió loco por tratar de encontrarla
¿Entonces por qué continua?— un par de lineas se hicieron visibles en su frente, por su voz parecia no entender mis acciones en absoluto.
—Por qué es la primera vez que quiero algo en mi vida.— le miro a los ojos con seriedad.— Ella, sakura.
Estoy seguro que algún día volvere a verte, no importa cuanto tiempo tome, me asegurare de crear un futuro a tú lado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro