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Capítulo 23|La historia de kaito.

Kaito🌟←

¿Cuál es tu primer recuerdo de infancia? Seguro que muchos ni siquiera recuerdan lo que hacian antes de cumplir los cuatro años.

Desde que nací recuerdo a la perfección los eventos que sucedieron a lo largo de mi corta vida, desde mi primer paso hasta la actualidad.

"No salgas al exterior y tampoco mires por las ventanas"

Fueron las palabras que me dijo mi madre la primera vez que aprendí a caminar.

Mamá es una bella mujer de cabellos rubios, ojos esmeralda, piel del color de la porcelana y sin cicatrices. Nunca es vanidosa, menos egoísta y tampoco malvada.

En el corazón de mi madre abunda la bondad y la pureza, su cariño sincero fue lo que recibí desde que nací.

No únicamente fui cuidado por ella, con nosotros había otra persona más, era mi hermana mayor, se llamaba Suu. Ella tenía el cabello albino, los mismo ojos hermosos de mamá y su carisma.

En cuanto a mi padre desde que nací hasta los cinco año jamás lo vi una sola vez. Solía salir demasiado al exterior, cuando volvia yo no podía verlo porque me encontraba tomando lecciones. Mamá decía que primero debía enfocarme en mi educación, cuando pudiera concluir mis estudios entonces me encontraría con padre, pensé que mi familia estaría orgulloso de mi si me convertía en un niño estudioso, por lo tanto me interese en aprender tanto como fuera posible.

Lo curioso es que los libros que leía contenían la historia de mi mundo, personas importantes, estrategias, hechos históricos que en aquel entonces consideraba perturbador. Jamás pensé que la realidad era más horrible que todos aquellos relatos del pasado.

Siempre tuve curiosidad por el exterior, mi madre no me permitía salir, las ventanas eran altas por lo que no podía asomarme incluso si me subiera encima de algo, mi madre me lo tenía prohibido y yo le obedecía. 

Mi familia vivía en una mansión enorme, llena de sirvientes dispuestos a obedecer, lo que yo no sabía en ese entonces es que esos sirvientes eran simples vigilantes, su lealtad no era para nosotros, si no para nuestro padre. Mamá en ningún momento dejó que sospechara de la realidad, en cambio me mostraba una sonrisa como si dijera "Soy feliz"

La verdad es que mamá en el fondo seguramente estaba asustada, intentó ser fuerte por nosotros sus hijos, al punto de soportar tanto estrés psicológico que acabó en cama.

Un día durante la noche fui a buscar a mi hermana a su habitación, debía preguntarle algo que me inquietaba.

—Suu ¿Qué somos nosotros?

Ella me miro sin comprender, por lo que proseguí.

—Encontré un libro en la biblioteca de papá y..

—Sabes que no debes entrar a ese lugar.—Reprochó.

—Perdón, solamente quería conocerlo, sabes que nunca lo he visto.—Baje los ojos triste.— Cuando encontré ese libro no tenia intención de leerlo, pero había una ilustración extraña.

—¿Qué clase de ilustración?

—Leí la descripción por curiosidad, decía que era una especie llamada humanos. No lucian como las brujas, magos o monstruos, en cambio se parecían a nosotros dos, mamá  tambien lucia como ellos.— Una emoción extraña me invadió.— Desde hace tiempo he notado que no nos parecemos en nada a las criaturas de nuestro mundo. ¿Somos nosotros diferentes de ellos? ¿Somos humanos?

Yo me sentía sumamente feliz por descubrir algo tan increíble como mi origen, pensaba que eso me hacia aún más especial de lo que ya era. En cambio mi hermana lucía triste como si deseara que jamás lo hubiera descubierto.

Aquella noche me explicó con calma acerca de nuestro origen, no somos humanos, ni tampoco pertenecemos al mundo mágico, somos una raza mixta entre ambos seres. Dijo que lo mantuviera en secreto del resto, que jamas debería hablar acerca de eso con algún otra persona. Ahora que lo pienso lo hacia para protegerme.

Para mi sorpresa justo el día siguiente que tuvimos esa platica, mi padre me mandó a llamar. Al llegar al vestíbulo lo vi por primera vez, era alto, por su vestimenta oscura lucía intimidante en especial por esa máscara que cubría su rostro. 

—Padre, no es necesario que venga conmigo Kaito, puedo encargarme de todo yo sola.—Dijo Suu quien estaba justo detrás de mi padre, cargando con dos maletas en sus manos.

La amable voz de Suu no coincidía con su rostro demacrado.

—Callate.—Ordenó con voz gruesa.— Kaito es mi único hijo Varón, su responsabilidad es asumir esta misión, he hablado con los sabios magos, consideran que ha llegado el momento correcto para apoderarnos de aquello que nos pertenece.

—¡No te lleves a mis hijos!—Gritó una nueva voz.

Era mi madre bajando las escaleras de caracol, sus piernas débiles apenas podían moverse por lo que para evitar caerse se sujetaba del barandal, al llegar a la presencia de mi padre se enfrentó sin temor. La mirada que le daba era entre desesperada y furiosa, justo como una madre cuando debe cuidar a sus niños de una amenaza.

—Mamá estas enferma debes volver a cama.—Dije jalando de su falda larga, no obstante ella permaneció con esa mirada dura hacia mi padre.

—¡No dejaré que te los lleves!— Se opuso de nuevo.—Suu ven aquí, no deben obedecerle.

—¡Todos deben obedecerme!—Padre tiró de mi brazo con rudeza para colocarme al lado de Suu y seguido apretar el cuello de mi madre.—Estupida Mujer, recuerda cual es tu maldita posición ¿Crees que te hice concebir estos hijos para no usarlos? Son mi propiedad, haré con ellos lo que desde un principió fue planeado, tú ya no me eres útil, eres unicamente una fabrica de niños, ahora que tu vida no vale nada ¿Por qué no te mato aquí y ahora?

La cara de mi madre tomaba el color de la nieve entre más ejercía presión mi padre, su intimidante voz paralizó el cuerpo de mi hermana dejándola sin ser capaz de decir algo para evitar que mi madre cayera en desgracia.

Al ver a mi padre con deseos de asesinar a madre, me odié tanto por creer que durante todo este tiempo había nacido en un lugar feliz. En ese momento de mi vida tuve la sensación de que era el único que podía ser capaz de hacer cualquier cosa con tal de proteger a mi familia.

—¡¡Déjala ya!!— Arrojé mi zapato a su máscara, el golpe lo desconcertó lo suficiente como para soltarla.

Madre cayó al suelo, dando una bocanada de aire y tosiendo un par de veces. Padre se volvió hacía mi.

Había leído tantos libros horribles, tantos relatos sobre monstruos que se volvían locos al punto de asesinar a su familia con tal de cumplir sus objetivos, quien diría que viviría yo también ese infierno. Padre era el enemigo, por lo que de acuerdo a los libros si quieres sobrevivir debes sacar ventaja de la situacion.

—Haré lo que quieras con la condición de que asegures la vida de mi madre.

—¡JAJAJA! No me sirve de nada mantenerla con vida.—Dijo entre risas.— ¿Por qué un niño como tú cree que puede negociar conmigo?

—Tú mismo dijiste que te somos útiles por lo tanto nos necesitas.

—Si me eres útil o no, esa no es cuestión para negociar, tengo el suficiente poder para obligarte a hacer las cosas.

—Te lo diré claramente.—Apreté mis puños tratando de centrar toda mi ira en esa zona.— Si te atreves a matar a mi madre entonces me suicidaré.

Mi padre en esta ocasión no se rió, en cambio permaneció sumido en el silencio. Mis palabras no eran ninguna broma, ni siquiera un intento desesperado por salvar a mamá, yo estaba determinado a acabar con mi vida en caso de que madre muriera.

Quizás padre vio esa determinación en mis ojos, que por eso dijo..

—De acuerdo, aseguraré la vida inservible de esa mujer, a cambio de que tú cumplas con las misiones que te otorgaré.

—¡No tienes que hacerlo Kaito!—Madre se arrastró en mi direccion, extendiendo su mano derecha como si buscara detenerme.

—Lo hago por tu bien madre.


Desde el día de mi nacimiento he sido una simple herramienta para mi padre, la única razón por la que me mantuvo con vida es para conseguir sus objetivos, si yo muero sus planes se estropearan. Le otorgaré mi alma al diablo si eso garantiza la protección de mis seres queridos.

Fue en ese vestíbulo donde el niño inocente de ojos brillante murió, y se convirtió en un prisionero bajo las ordenes de una bestia.

No tenia ni idea del futuro horrible que me esperaba, nos vendaron los ojos y nos metieron en una especie de carruaje, no estoy muy seguro debido a que ni siquiera escuchaba las ruedas rechinar. Durante el viaje escuché la voz de mi hermana, decía cosas como que "estaríamos bien", que protegeria también  a mamá, ese tipo de cosas que dices cuando tratas de no sumirte en el pánico.

Nuestro viaje duró dos días enteros, al llegar nos sacaron del carruaje—si es que era uno—nos hicieron caminar a ciegas, recuerdo agacharme en cierto punto y gatear, como si estuviera entrando en un hoyo. Lo siguiente que sucedió fue que me quitaron la venda.

El lugar que se reveló delante de mi era amplio y limpio. Relucía como cualquier mansión, no obstante el lugar no fue creado con la intención de hacernos sentir "cómodos"

Padre nos entregó a una especie de "reformatorio" bueno en realidad.. No se si esa es la palabra correcta para definir el lugar. Nos enseñaron todo acerca sobre el combate cuerpo a cuerpo, acerca del manejo de las armas, estrategias, tácticas, conocimiento avanzado, etc.

En nuestra estancia nos trataban las brujas muy bien, a diferencia de los humanos con quienes compartíamos cuarto.

Para ser más exactos, este supuesto "reformatorio" en realidad era para humanos, Suu y yo éramos los únicos hijos de un mago que asistían ahí.

Tal como dije en el pasado los humanos son idénticos a mi hermana y yo, nuestros rasgos coincidían, por lo tanto nadie sospechaba de nuestras raíces de origen.

Yo no tenía ningún problema con decirles que pertenecía a la raza que tanto odiaban, no obstante Suu me pidió que lo mantuviera en secreto.

El "reformatorio" estaba construido de forma simple y funcional, era de una sola planta, los cuartos más amplios se encontraban hasta el frente, en donde se impartían las "clases" que ya mencione con anterioridad, hasta atrás se ubicaban los dormitorios, y cerca de la entrada de la única puerta que existe se ubica una bodega que siempre se mantenia cerrada.

La primera noche compartimos habitación con nueve niños, al principio solían llorar demasiado, con el tiempo se acostumbraron a la rutina, todo gracias a que Suu se volvió su protectora, por las noches  los consolaba y en los entrenamientos los cuidaba e incluso podría decir que se encariñó. Yo por mi parte los veía desde la distancia, su sufrimiento me hacia sentir mejor, era como si no fuera el único que tenia una vida hecha pedazos.

Soy de lo peor, lo se.

Mi especialidad siempre ha sido pasar desapercibido por los demás, aveces Suu ni siquiera podía encontrarme. Un día durante el descanso, me oculté detrás del escritorio de un cuarto, quería algo de tranquilidad para leer un libro, lo que no contaba es que un grupo de tres niños entrara.

—He revisado los alrededores, este es un punto ciego para las cámaras, no nos descubrirán.—Dijo uno de los niños, calculo que tenia quince años.—Ya lo saben, a diferencia de ustedes yo no fui capturado por las brujas, yo fui enviado aquí por los humanos.

—Entonces los humanos son aliados de los monstruos, si escapamos de aquí y huimos, probablemente seamos capturados por nuestra gente y enviados aquí de nuevo. No podemos confiar en ellos.—Dijo otro niño, calculo que tenia doce años.

—Tampoco me fío de ellos, no obstante escuché a una bruja quejarse de un Capitán, decía que pertenecía al territorio Norte y había asesinado a la mayoría de las brujas. Pienso que es alguien que busca la justicia, podemos salir de aquí, buscarlo y contarle lo que algunos humanos hacen con nosotros... Como esos malditos nos vendieron a las brujas.

—¿Y que tal si es aliado de las brujas también? ¿Y si es peor que ellas?— Compartió su inesguirdad el más pequeño, calculo que tenia siete años.

—Es posible pero es mejor intentarlo, sin duda encontraremos a alguien que nos ayude, entonces formaremos un mundo libre. Nosotros podemos ser el futuro de la humanidad, hoy por la noche saldremos de aquí, tenemos todo preparado. Lo lograremos.

No se porque tenia esperanza de que lograrían huir de aquí, la ilusión se derrumbó al amanecer. A primera hora de la mañana sus cuerpos sin vida..se encontraban colgados del techo.

Su muerte debió ser muy sádica debido a que uno de ellos tenia la mandíbula abierta, otro de ellos no tenia ojos y el último tenia amputado brazos y piernas. Las brujas los colgaron como advertencia para que nadie intentara escapar, de lo contrario correría la misma suerte.

En aquel entonces ni los humanos ni yo sabíamos los motivos por los que habíamos ingresado a ese lugar, yo creía que era para pulir habilidades, en cuanto a los humanos también le daban una vida como la mía, con la diferencia de que cada cierto tiempo muchos eran llevados..

Te preguntaras a donde eran llevados, bueno en ese entonces yo no sabía a donde los enviaban, solamente se que las brujas tenían una lista, en la hora del almuerzo mencionaban ciertos nombres y esos humanos a la mañana siguiente deberían de cruzar las puertas.

Ninguno de ellos regresaba.

Tanto como algunos se iban, otros llegaban. Pasábamos la misma experiencia una tras otra vez. Todo era monótono, las únicas veces que podia sonreír era cuando iba a ver a mi madre.

La iba a ver una vez cada dos semanas, fue una de las condiciones que le puse a mi padre. Él acepto, a cambio debía seguir las instrucciones de las brujas; debía esperar hasta que todos los niños se durmieran, me vendaban los ojos, me subían a un vehículo y al amanecer llegaba a casa de mi madre.

Padre mantuvo su promesa de cuidarla, con el tiempo mi madre se reponía poco a poco, todo el tiempo se disculpaba por ser "incompetente" de cuidar de sus hijos. Yo la consolaba diciendo que la protegeria y traeria de vuelta su felicidad.

A Suu le encantaba tanto visitar a mamá porque le regalaba un trébol de cuatro hojas. Madre decía que en el mundo humano es considerado un amuleto de la buena suerte, entonces nosotros necesitábamos de esa flor.

"Cuando seamos libres plantaré un jardín repleto del trébol de cuatro hojas. Dicen que concede deseos, entonces pediré todos los días que mamá, tu y yo seamos felices para siempre"

Solía decir mi hermana Suu, sus ojos le brillaban al pensar en un futuro libre de maldad.

Quería creer en el optimismo de mi hermana. Pero aprendí por las malas que el trébol de cuatro hojas no cumple los deseos.

Cuando mi hermana cayó enferma, le pedí al trébol que la sanara, evidentemente no sucedió.

Mi hermana contrajo una extraña enfermedad, durante un lapso de tiempo de una semana se mantuvo en constante rehabilitación en la mansión. Yo me quedé con ella, me importaba un comino las ordenes de mi padre sobre volver al reformatorio

Los médicos familiares no pudieron hacer mucho, mi hermana estaba al borde de la muerte, mamá tambien empeoró al saberlo.

Finalmente en una puesta de sol mi hermana me pidió que entrara a la habitación, mi padre se negaba por miedo a que fuera contagiosa su enfermedad, esa fue la primera vez que le grité con rabia para que se apartara de la puerta, por fortuna se movió y me dejó entrar.

A esas alturas ya nada me importaba, en cambio deseaba morir junto a ella, no podía imaginar un mundo sin su presencia.

Y apunto de darme por vencido.. Suu me impidió rendirme.

—Le prometiste a Mamá que la protegerías, tienes que hacerlo Kaito, tienes que hacerlo por mi ¿si?— Dijo con voz suave como si no temiera a la muerte.— La felicidad de mamá la dejo en tus manos, lamento no poder seguir, si pudiera lucharía contigo, si pudiera tener un poco más de tiempo te juró que gastaría cada segundo en cuidar de ti. No me arrepiento de nacer en esta familia, porque eso me hizo amarlos, a ti y a mamá.

La luz del atardecer irradió en el momento en que sonrió, soltando lagrimas que manchaban sus mejillas,  coloreando la atmósfera de un anaranjado cálido por la puesta de sol.

Su vida se desvanecía frente a mis ojos, lo único que podía hacer era aferrarme a su cuerpo en un abrazo, deseando poder detener su alma.

«¡No te la lleves!»

Gritaba en mis adentros, no se para quien iban dirigidas esas palabras, quizas para una persona encargada de llevar a la muerte a las personas. En ese momento juro que anhelaba ser capaz de salvar su vida.

—Kaito, tienes que prometerme una cosa más. Por favor cuida de los dos niños; Yun y Choko. Ellos tambien han pasado por mucho, ellos cuidaran de ti y tú de ellos, eso puedo asegurarte. No puedo dejarte completamente sólo, confía en esos niños, serán tu soporte cuando las cosas vayan mal.

—Lo promete, lo que tu desees lo haré, haré lo que sea por ti.—Apreté con mayor fuerza su espalda temblorosa.

—Kaito te quiero, te quiero, te quiero, a ti, a Mamá, los quiero tanto.— rompió en llanto, el mundo en ese instante sentí que se vino abajo, sus palabras se clavaron en lo profundo de mi  piel.—Tienen que vivir, tienen que asegurarse de llegar al final, tienes que ponerle un alto a toda esta masacre, te lo ruego.. Sobrevive. No voy a dejar que te des por vencido, te proteger incluso cuando este muerta, voy a cuidar de ti.. Te lo juro.

El sol se ocultó y el cuarto se sumió en oscuridad total. El llanto de Suu cesó, su cuerpo cálido lentamente se enfrió, el dulce sonido de su voz se apagó como una vela al ser soplada y su mano que hasta ahora había permanecido cerrada.. Se abrio.

Dentro de su mano sujetaba el trébol de cuatro hojas que mamá le regaló. Incluso hasta el final ella se aferraba a la esperanza de que su deseo fuera cumplido.

"También te quiero."

Debí decir eso, en su lugar grité.

Grité desde lo más recóndito de mi ser.

Grité causando que de un segundo a otro las cosas de la habitación se levantaran del suelo y se estrellaran contra la ventana. Grité, Grité, Grité y continúe gritando anhelando que alguien fuera capaz de salvarme del dolor.

Mi humanidad murió con ella ese día.

Resulta que la razón por la que fuí concebido es debido a un mito, si una humano y un mago crean un bebe varón, el niño nacerá con magia superior a la de un "mago puro"

El hecho de que mi hermana muriera estímulo mi poder, mi inestabilidad explotó y ese día el "mito" se volvió realidad.

Cuando Padre entró a la habitación encontró todo hecho un desastre, no me reprendió, ni siquiera lo deje hacerlo. Con toda mi vida quebrada solamente podía comenzar a cumplir el deseo de Suu.

—Padre, quiero que la entierres en el mundo humano, en un lugar donde los tréboles florezcan.—Exigí sin dejar de abrazar su cuerpo sin vida.— Aún debes mantener tu promesa de cuidar de mi madre. Yo ahora se como ser útil para ti, he pensado en un plan para derrotar a la humanidad.

Tal lo pedido mi hermana fue enterrada en un bello bosque del mundo humano, en un lugar lleno de tréboles. Le hablé a madre sobre los deseos de Suu, así que se esforzó por mejorar su salud, en mi caso hice los preparativos para comenzar con mi plan.

De acuerdo a los niños humanos, el capitán del territorio Norte es un justiciero, significa que es una amenaza para brujas y magos.

Mi plan era averiguar tanto como fuera posible del territorio Norte, encontrar desventajas en ellos y concluir mi plan de derrotarlos.

¿Cómo lo ejecutaría?

Le pedí a Padre que me presentara a uno de los sabios magos, pensaba que sabría que hacer. Él me habló sobre una bruja que concedía deseos, su nombre es Yukko Ichihara.

Yukko mejor conocida por la bruja dimensional, es capaz de conceder cualquier deseo a excepción de traer con vida a alguien o irrumpir en el flujo del tiempo. En pocas palabras que era imposible desear mi libertad y la de mi madre, ya que eso afectaría el espacio-tiempo. La primera vez que la conocí fue en una imagen que me reveló un espejo de la habitación de mi madre.

Le pedí a Yukko que me ayudara a cumplir con mi plan, ella accedió a cambio de un precio elevado que se negó a decirmelo. Si pide que muera no me opondría, siempre y cuando consiga poner asalvo a mamá.

Yukko me dijo que debería de ir a un orfanato humano ubicado en el fondo del bosque del lado Suroeste. Aquel orfanato era protegido por muros y una vigilancia excelente. Ya que Suu me pidió que cuidara Yun y Choko, ellos también participaron en el plan.

Les conté a esos dos niños sobre mis intenciones de derrocar a padre, nos ganaremos su confianza, siendo yo el sucesor al trono le robaría todo su poderío y aniquilaría el mundo asqueroso de las brujas.

Volviendo al tema Yukko nos dio instrucciones precisas para cada uno de nosotros. Yo acabé en un orfanato, fueron los peores meses de mi vida, el maltrato que sufrí fue difícil, debía fingir no saber defenderme y en ese punto odié a los humanos.

Los humanos son igual que las brujas; seres inservibles hipócritas. Por eso disfruté tanto cuando las brujas invadieron el orfanato, nos sometieron a un juego de supervivencia, aniquilé a los niños, luego maté a las brujas y finalmente el territorio Norte me "rescató"

El resto ustedes ya lo saben.

🌸captors.

Publicaré después los próximos capítulo, estoy trabajando duro en mis investigaciones para crear una buena trama de supervivencia, ya llevo la gran parte.  Lamento no poder publicar antes, por la pandemia estuve ocupada en clases en linea que se volvieron muy tediosas. 

Me apoyarían mucho con comentarios positivos, últimamente ha sido muy estresante mantener el ritmo. :(

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