Capítulo 24 - Tensiones Antes Del Festival
***
—Hermanito, Hermanito… —dice una dulce niña. Se trata de mi hermana menor Keiko, una pequeña dulzura. —¿Qué es el amor? —pregunta con inocencia.
—¿Por qué estás interesada en eso? —le pregunto, mientras miró la televisión.
Keiko rápidamente va en busca de una revista, que está en la cocina, lugar donde mi madre se encuentra preparando la cena.
—Mira, mira —ella me insiste en que vea la portada de la revista, la cual tiene un enorme corazón y una pareja a punto de darse un beso. Sobre la imagen en letras grandes menciona la frase “Encuentra tu amor verdadero”. —Dime, como encuentro mi amor verdadero, ¡quiero saber! —exige caprichosamente.
Es adorable ver como mi hermanita sin tener conocimiento alguno sobre el amor se interesa en saber sobre el tema, quiero creer pensando en que lo que ella realmente quiere es algún dulce o algo por el estilo. Después de todo, hay una gran caja de bombones que el chico de la portada esconde detrás de su espalda. Y ella al ser fanática de los chocolates, no me sorprendería que lo único en lo que piense al ver esa portada es como conseguirlos, malentendiendo completamente el objetivo de la publicidad de esta revista.
—A ver, si lo que quieres son chocolates puedo ir a la tienda a comprarte unos —me limito a responder.
—Yupi —Keiko salta de la emoción.
Luego de unos segundos, un breve silencio invade la sala.
—Oye hermanito… —se acerca y me toma del brazo. —¿Qué es el amor entonces? —insiste.
—Aún eres pequeña para saberlo… —miró sus tiernos ojos suplicarme, como un gatito abandonado en busca de un dueño, que le dé una satisfactoria respuesta.
—¡Dímelo, dímelo! —realiza un berrinche. —¡Sino le diré a mamá que me golpeaste! —Keiko empieza a patalear y gritar, también finge llorar para que nuestra madre nos escuche.
—Está bien, ¡ya para por favor! —la detengo. Lo cierto es que mi madre puede ser aterradora en ocasiones, sobre todo cuando se trata de Keiko, su pequeña princesa consentida. Me aterra solamente la idea de que mi madre haya escuchado su teatro. Mi hermana puede ser la peor de las chantajistas con tal de cumplir sus caprichos. Es imposible decirle que no, lo que me frustra bastante.
Keiko regresa a la normalidad en un segundo, se sienta a mi lado en el sillón de la sala y me mira atentamente. Sin embargo, que puedo decirle, nunca me había preguntado que era el amor ¿Qué respuesta sería la más adecuada? No tengo la menor idea, pero sino le digo algo volverá a realizar sus típicos berrinches, lo que provocara que nuestra madre venga molesta y se enfade tanto que a mí me va a… ¡Mi vida corre peligro, mi vida depende de la respuesta que le dé a esta niña! ¡No lo puedo creer!
Tomo aire y doy un profundo suspiro, el cual me da tiempo para pensar. Veamos, cualquier cosa que le responda a Keiko estará bien, después de todo es una niña y cualesquiera sean sus expectativas, lo que responda será suficiente para contentarla y deje de insistirme con el tema.
—El amor es… cuando el corazón te late tan deprisa que en cualquier momento puede salir de tu cuerpo, ¡incluso provocar que te desmayes!
La mirada de Keiko lo dice todo, un terror se dibujó en sus ojos humedecidos y boca a penas abierta. Quizás me pase un poco…
—¡Que miedo, no quiero saber más nada del amor! ¡Mamá, Seiji me quiere asustar! —dice entre lágrimas, corriendo hacia donde se encuentra mi madre. Yo voy detrás de ella, intentando darle explicaciones, tanto a ella como a mi madre, pero ninguna da resultado y me culpabilizan de todo. Las mujeres pueden ser tan complicadas.
—¡Pero es verdad madre, el amor es cuando el corazón late deprisa hasta que se te sale del pecho y provoca que te desmayes, no dije ninguna mentira! —recuerdo fue lo último que explique sobre aquello.
***
De repente abro los ojos de golpe, como si fueran los de un halcón al percibir depredadores cerca de su nido, de tal modo despierto luego de caer inconsciente en plena calle frente a Sakura. Todo había sido tan intenso, pensé que moriría allí mismo. No obstante, estoy nuevamente consciente. Tomo con mi mano fuertemente mi pecho, para sentir los latidos de mi corazón, los cuales se han normalizado por completo. Aun no entiendo del todo que nos ocurrió ayer. ¿Sera posible que todo eso ocurriese? ¿A caso todo fue un sueño?
Al recordarlo vuelvo a oír las palabras de Sakura penetrar mi mente “Eres mío”, ¿Qué habrá querido decir con eso? No tengo idea, solo sé que al pensar en eso mi corazón vuelve a latir con una velocidad extrema, como si fuera un piloto de fórmula uno corriendo una carrera.
Un momento, ¿Dónde estoy? Me pregunto regresando a la realidad. Con dificultad me acomodo sobre el respaldo de la cama, una mucho más grande que la mía. La que tengo es de una sola plaza, pero esta es de dos plazas y media. ¡Un mundo entero cabe aquí! Además, mis sabanas son color café, pero estas al igual que el resto de la habitación… ¡Son de color rosa! ¿Eso quiere decir que…? ¡Estoy en el cuarto de Sakura!
Me tomo unos segundos para observar a mi alrededor. A parte de la cama y el color del cuarto puedo ver un elegante escritorio y un enorme elefante rosado de peluche a un costado, tan alto que llega a alcanzar el techo, de alguna manera me llega a parecer algo perturbador. Mientras más visualizo el cuarto de Sakura, más nervioso me pongo. Decido levantarme de la cama y caminar hasta su armario, sin abrirlo coloco mi cabeza sobre él y siento la fragancia embriagadora del perfume que suele utilizar habitualmente ella, lo que me marea aún más.
—Oh y-ya d-despertaste… —dice Sakura de repente, al abrir la puerta sin antes tocar. Si bien es su cuarto y no tiene por qué hacerlo, lo cierto es que mentalmente no estaba preparado en absoluto para recibirla. La miro detenidamente a los ojos, y mi cuerpo comienza nuevamente a temblar y mi corazón a latir sin parar.
—Y-Yo… ¡lo siento mucho! —grito, apartando a Sakura de la puerta y saliendo de su casa sin mirar a ninguna parte. Luego de abrir la puerta y salir a la calle, corro y corro como un atleta en su mejor momento, listo para ganar la medalla de oro en los juegos olímpicos. Así me siento mientras doy cada paso, hasta regresar a casa. Me encierro y me siento tras cerrar la puerta, apoyando mi espalda sobre la fría y dura madera.
¿Qué fue todo eso? ¿Por qué me desmaye? ¿Por qué no puedo ver a Sakura a los ojos? ¿Cómo termine en su cuarto? ¿Por qué me ocurre todo esto? Eran muchas preguntas, pero definitivamente no tenía respuesta para ninguna, siento que mi cabeza va a explotar.
Primero sucedió con Ayumi, pero ahora me pasa también con Sakura. A que se debe, me pregunto y me pregunto con locura. Ayumi y Sakura son amigas muy especiales para mí, el hecho de no poder verlas a los ojos ni poder comunicarme con ellas… A caso es porque…
¡No lo entiendo! Definitivamente no encuentro una explicación lógica a lo que está aconteciendo en mi vida. No es como si fuera la primera vez en la que nos involucramos de esa manera, sea un accidente o no. Pero entonces, ¿Por qué me siento tan confundido? ¿Por qué ellas también se sienten confundidas? ¡Como me gustaría obtener las respuestas que necesito! Me siento tan perdido, siento que no puedo hacer nada… más que observar como todo se echa a perder… como todo mi mundo se desvanece delante de mis ojos.
Sakura… Ayumi… ¿Qué siento por ustedes? No puedo evitar llorar al preguntármelo, no quiero arruinar la amistad que tanto hemos consolidado. Como un bebe recién nacido, rompo en llanto en el suelo, golpeando con mis puños el mismo sin parar hasta romper mis nudillos, que poco a poco tiñen de un color rojizo mi alfombra. ¿Qué sentirán ellas por mí? ¿Qué estará pasando por sus cabezas? ¿A caso este es el fin de nuestra amistad? Entre tanto llanto y preguntas sin respuestas, vuelvo a ver cómo se oscurece todo hasta que lo único que tengo enfrente de mis ojos es negro, un infinito, perturbador y desgarrador color negro.
Luego de un rato mis ojos vuelven abrirse, al escuchar unos golpes venir de la puerta. Con dificultad me levanto del suelo y me recuesto sobre la pared.
—¿Quién es? —pregunto, mientras abro ligeramente la puerta.
—Buenas tardes Seiji, ¿Cómo estás? —se trata de Mai. —Sakura me conto lo que ocurrió ayer y esta mañana —continúo diciendo. —Todas estamos muy preocupadas por ti, ninguna se animo a iniciar la reunión del club sin ti.
Mai, quien esta en la entrada de mi puerta, se ve realmente preocupada por mí. Eso solo me frustra aún más, me siento un inútil por no lograr controlar mis emociones. Yo que siempre he sido una persona tranquila y que pensaba las cosas antes de actuar, ahora solo soy un tonto que solo se lastima así mismo sobre pensando las cosas. En verdad soy patético.
—Lo siento Mai, no me siento muy bien. Lo mejor será que te vayas —respondo mientras intento cerrar la puerta.
—¡No lo voy a permitir! —refuta mi respuesta, empujándome evitando que cierre la puerta.
Entonces Mai noto la sangre del suelo y el mal estado de los nudillos de mis manos. Lo que provoca que lleve sus manos a la boca, dejando salir pequeñas lágrimas de sus ojos. Una vez me graduó de la universidad para bobos, haciendo llorar a una amiga tan querida como lo es Mai.
—¡¿Qué te paso Seiji?! ¡¿Estas bien?! —exclama con mucha preocupación.
Mai se acerca y toma mis manos para visualizar mejor el estado de mis heridas.
—¡Seiji hay que tratar estas heridas pronto, pueden infectarse! —continúa exclamando. —¿Dónde esta tu baño? Tu siéntate en el sillón, yo me encargo de todo.
Una vez le señale el camino a Mai, fue rápidamente a buscar el botiquín de primeros auxilios. Al regresar se arrodilla ante mí, toma suavemente mis manos y las desinfecta con agua oxigenada, luego con mucho cuidado coloca un vendaje sobre ellas. Después les da un tierno beso que me hace sacar una pequeña sonrisa.
—Al fin sonríes —menciona ella. —Lo me mas me tenia preocupada era tu melancólica mirada, creí que no podría hacerte sonreír de nuevo —dice mientras acaricia con ternura mis manos.
—Lo siento tanto —me limito a responder. Aunque quiero, no puedo evitar soltar pequeños sollozos.
Mai con picardía se aproxima con velocidad y con su larga lengua seca las lagrimas de mis ojos, aunque su saliva se queda impregnada sobre mis parpados.
—¡¿Qué haces?! —digo con sorpresa. Mai se limita a reír, su sonrisa es tan contagiosa. Como consecuencia, termino reino también, pero no tan fuerte como ella.
—¡Bien, ese es mi Seiji! —grita Mai. —¡Este es el chico que conozco! —continúa vociferando ante un publico invisible.
—Mai, te agradezco mucho —la interrumpo.
Ella se sienta a mi lado y la seriedad antes perdida regresa a la conversación. Nuestras miradas no expresan nada mas que una dureza forma, como la de una revocada pared.
—No tienes nada de que agradecerme Seiji —responde. —Tu estuviese para mi en el momento mas infeliz de mi vida, sin conocerme tanto y sin la necesidad de ayudarme, me acompañaste ahí cuando nadie mas estuvo. ¿Acaso me crees una amiga tan insensible para no venir a estar contigo en tu peor momento? ¡Hiciste mal en querer echarme, ni, aunque me hubieras apuntado con un arma, me hubiera ido, así como así, dejándote en este deplorable estado! Eres mi amigo Seiji, te aprecio como a un hermano. Jamás te dejare solo, así como tu prometiste no dejarme sola. Sonreímos juntos, lloramos juntos.
—G-Gracias —respondo a medida que lagrimas y lagrimas caen por mis ojos.
La respuesta de Mai no fue con palabras, ya no hacia falta decir algo más. Ella me abrazo fuertemente, uniéndonos en un cálido y amistoso abrazo.
Media hora después, más calmado, me levanté y fui a ducharme. Mai espero en la cocina, mientras preparaba algo para almorzar, para ahorrar tiempo en lo que yo me bañaba y alistaba para asistir a la reunión del club de teatro.
—Oh, ¿preparaste ramen? —le pregunte al entrar a la cocina y sentir su delicioso aroma.
Mai asintió y sirvió el ramen en dos paltos, que compartimos en la mesa. Hablamos de otras cosas, como lo mal que llego Ayumi a la universidad, puesto que se había dormido y no tuvo tiempo para peinarse. También Mai me comentaba sobre su vida diaria, su familia o gustos personales que desconocía. Por ejemplo, me enteré que a Mai le fascina el picante, lo cual note al probar el ramen que me preparo. No soy fanático del picante, a decir verdad, pero no lo sé, quizás porque lo preparo ella, pero este ramen en particular está muy delicioso. Poco a poco voy recuperando mi confianza y autoestima, gracias a la ayuda de Mai. Sin ella hubiera sido imposible para mi enfrentar a Sakura y Ayumi. Sin embargo, ahora tengo la confianza suficiente para continuar fortaleciendo nuestra amistad. Después de todo, el festival cultural esta a la vuelta de la esquina. No me perdonaría jamás en la vida arruinarlo por mis sentimientos egoístas. No lo permitiré.
—Seiji, no te preocupes por nada ¡Yo te ayudaré! —interrumpe Mai mis pensamientos. —Sé que todo esto ha ocurrido por Sakura, seguro también por Ayumi. No soy tonta, me he dado cuenta lo que ocurre entre ustedes tres y es imposible que puedan comunicarse hasta el festival cultural sin aclarar sus sentimientos. No obstante, por suerte me tienes a mi —explica segura de si misma. —¡Yo me encargo de todo, haré todo lo que este en mis manos para que los ensayos tengan éxito y podamos participar del festival cultural!
—Muchas gracias Mai, ¡qué haría sin ti! —le agradezco.
—¡Estarías perdido sin mí! —exclama con orgullo. —Pero no perdamos más tiempo, nos están esperando las chicas.
—Es cierto, debemos irnos pronto —respondo.
Mai y yo dejamos mi casa y fuimos corriendo hacia la universidad. Puedo sentir el sudor caer de mi frente y el interior de mi estomago revolverse por todo el ramen ingerido hace pocos minutos. A pesar de eso continuamos hasta llegar al complejo, ingresamos y antes de dirigirnos al club de teatro, nos pareció buena idea comprar refrescos para nosotros y los demás. Luego de recorrer los pasillos, llegamos al club. Mai tomo el picaporte por mí, y de un empujón me tiro hacia adentro del salón.
—¡Aquí se los traje chicas! —exclama Mai.
—¡Seiji! —se levanta Sakura de su asiento, acercándose muy preocupada hacia donde estaba. —¡lo siento tanto, lamento todo lo que paso! Un momento, ¡¿Qué paso con tus manos?! —la preocupación de Sakura era tanta que parecía romper en llanto en cualquier momento.
—No te preocupes Sakura, ¡estoy bien! —la tranquilizo tomando sus hombros. —Discúlpame por haberme ido así de tu casa, no fue mi intención —añado.
Mi sonrisa calma los nervios de Sakura y respondiendo con el mismo gesto, la calma parece por fin haber llegado. Eso quiere decir, que estamos listos para iniciar la reunión.
—En fin, ahora que estamos todos podemos comenzar nuestra primera reunión oficial como club de teatro —añade Mai.
Sakura asiente y nos invita a todos a sentarnos cerca de ella, ya que preparo una serie de puffs que forman un circulo en el centro del salón, uno para cada miembro. Asimismo, en el centro vacío rodeado por los puffs hay una mesa con varias tazas. Sakura se levanta y va buscar la tetera donde estaba preparando el te y sirve un poco en cada taza, vuelve a sentarse y nos mira a cada uno de nosotros. Ayumi, ubicada entre Kanade y Kaede (del club de música), Mai ubicada entre sus mejores amigas Sayaka y Sora y yo en la punta posterior de la cual esta ubicada Sakura. Entonces mira la pequeña lista de miembros que realizo.
—Si Mai, estoy feliz de que estemos todos reunidos —empieza diciendo Sakura. —Sin más preámbulo empecemos la reunión. Para empezar, hoy hablamos todos los lideres de los diferentes clubes y nos hemos puesto de acuerdo con el presidente del consejo. Al no haber clases hemos logrado avanzar rápidamente con los preparativos. Nuestro club de teatro será el último en hacer uso del escenario, exactamente a las ocho de la noche, es decir al anochecer.
—Eso quiere decir que esta todo resulto, ¿no habrá mas complicaciones para el club? —intervengo.
—Así es tonto, ¿Qué no la escuchaste? —por fin habla Ayumi, quien se había mantenido callada todo este tiempo.
—Ayumi tiene razón Seiji —añade Sakura. —Mira la lista, somos diez miembros. Le explique nuestra situación al presidente del consejo y no hubo problema mientras formalmente en esta lista tuviéramos el requisito mínimo que cumplir, me refiero a este número de miembros.
—Ya veo, pero ¿quiénes son Hiraki y Aoi? —pregunto con curiosidad.
Sakura me mira con extrañeza.
—¿Ya lo olvidaste? es mi amiga del club de diseño y su otra amiga. Ellas están ocupadas con sus preparativos para el festival. Sin embargo, me hicieron ese favor de colocar sus nombres para que también pudiéramos participar de este evento.
—Oh ya lo recuerdo, entonces no hay problema que seamos ocho, mientras estemos los diez en la lista —explico. —Entendido.
—Dejando eso a un lado… —dice Mai, cambiando de tema. —¿Ya han pensado en que obra vamos a representar durante el festival?
—Buena pregunta —decimos al mismo tiempo Ayumi y yo. Lo que desata las carcajadas de las mejores amigas de Mai y las chicas del club de música.
—¡Porque me copias tonto! —exclama Ayumi con molestia.
—Lo siento, lo dije sin pensar —respondo con una sonrisa nerviosa. Ayumi se limita a cruzarse de brazos y mirar indignada a un costado. No tengo dudas de que esta mas inestable y loca que de costumbre.
—Estuve pensando en varias opciones —se aclara Sakura la garganta. —Me gustaría que interpretáramos una obra común y fácil de hacer producto del escaso tiempo que tenemos. Una buena obra, desde mi punto de vista, seria aquella donde haya un príncipe, una princesa y una bruja ¿Qué opinan?
—Un héroe, su interés romántico y la antagonista que se interpone entre su amor, me gusta —respondo.
—¡Me encanta la idea! —añade Mai.
—Bueno, no me importaría participar de una obra así… —agrega Ayumi.
—Nos parece buena idea —agregan las demás chicas.
Todo parece marchar bien, aunque Ayumi y Sakura esquiven mirarme fijamente a los ojos, no le causa problema alguno comunicarse conmigo. Si todo prosigue de este modo, quizá ni siquiera haga falta la intervención de Mai.
—Entonces, supongo que el príncipe será S-Seiji… —sigue explicando Sakura, aunque noto un leve enrojecimiento de sus mejillas al anunciarme como el príncipe y protagonista de la obra, aunque sea algo obvio considerando que soy el único chico aquí. —S-Si están de acuerdo… q-quisiera ser la princesa…
Un silencio invadió el club de teatro. Sakura se ha postulado como la princesa y yo sería el príncipe… el solo pensarlo hace latir con fuerza y velocidad mi corazón.
—¡De que hablas, yo seré la princesa! —exclama Ayumi. Levantándose de su asiento y mirando con molestia a Sakura.
Sakura, por primera vez, hizo un gesto parecido a una mueca enojo o fastidio. Se levanto y se acerco hacia Ayumi, y la desafío con la mirada. No puedo creer lo que estoy presenciando.
—No Ayumi, yo seré la princesa. Tu puedes ser la bruja si quieres y las demás están de acuerdo —le explica con seriedad y frialdad. —Tu sabes muy bien todo lo que me he esforzado por este momento, es mi deseo ser una actriz importante, esta es mi oportunidad de acercarme un paso mas hacia ese sueño. No permitiré que me lo arrebates —cierra diciendo, luego regresa a su asiento. Ayumi obedece, no sin antes susurrar algo que no puede oír con exactitud.
—Y-Y yo-yo no permitiré que me arrebates el cariño de Seiji… —susurra en voz baja.
La tensión en el ambiente era demasiado pesada, no sabia como reaccionar. ¡Haz algo Mai!
—Vamos Ayumi —rompe Mai el silencio. —Sakura le queda perfecto el papel de princesa, con su sedoso cabello largo, su tierna sonrisa y apariencia, además su personalidad. Le sale natural ser una princesa —explica. —En cambio, tu eres muy hermosa, pero por tu carácter y apariencia te quedaría perfecto el papel de bruja, ¡no seas aguafiestas! —trata de convencerla.
Ayumi se queda pensativa por un par de segundos.
—Ah, esta bien. Seré la bruja —Mai había logrado lo imposible, que Ayumi cediera a sus caprichos. No puedo evitar quedarme anonadado ante este hecho histórico.
—Entonces, ¿Qué obra realizaremos, en la cual haya un príncipe, una princesa y una bruja? —pregunto.
—No hay muchas opciones —responde Mai. —Podría ser Blancanieves, Rapunzel o la Bella durmiente. —¿Cuál les gusta más?
Todos nos quedamos pensativos por unos segundos. Son historias conocidas, pero hay que analizar el nivel de complejidad de cada una. No somos muchas personas ni tenemos mucho tiempo, hay que elegir una que destaque por su simpleza.
—Veamos —empiezo explicando. —Blancanieves podríamos descartarla, ¿de donde sacaremos siete actores bajos que representen a los enanos para que nos ayuden? Además, requiere una amplia variedad de escenarios, es demasiado compleja para llevar a cabo.
—Tienes razón, ¿queda entre Rapunzel o la Bella durmiente, entonces? —pregunta Sakura.
—En efecto —afirma Mai. —No obstante, Rapunzel es bastante simple, la complejidad radicaría en conseguir una gran peluca para representar la escena del rescate del castillo.
—La bella durmiente me gusta mas —agrega Sakura. —Solo tendré que estar dormida, luego de caer en el hechizo. Los escenarios podríamos fabricarlos con cartones, quedaría muy bonito —sigue diciendo.
—Estoy de acuerdo —añaden las amigas de Mai, además Seiji te daría un beso —bromean.
Esa broma puso las mejillas rojas tanto de Sakura como de Ayumi, con la diferencia de que a una se le enrojecieron de vergüenza y a la otra de furia.
—No es necesario que lo bese —refuta Ayumi. —Mientras acerquen sus labios sin tocarse será suficiente. ¿No es así Sakura? —la desafía con la mirada.
—Puede ser, aunque seria mas realista si el beso fuera real, ¿no crees Ayumi?
De repente, Ayumi se levanta y se abalanza sobre Sakura, tumbándola al suelo.
—¡Repite eso Sakura, repite eso! —la fuerza de Ayumi somete el frágil cuerpo de Sakura.
—¡Ayumi, ya basta! —exclamo, apartándola de Sakura.
—Sakura ¿Estas bien? —dicen las demás chicas, acercándose a ayudarla.
—S-Si… —responde a punto de romper en llanto.
—Porque discuten, ¿Acaso no son amigas? —les pregunto.
Ayumi y Sakura luego de desafiarse con la mirada, me miran fijamente.
—¡Ya no somos amigas! —repiten al mismo tiempo. —¡Somos rivales! —exclaman.
La tensión entre ellas por fin ha explotado. Lo peor de todo es que yo era el culpable, mis constantes dudas me habían colocado en este punto clímax de nuestra amistad. No hay nada que pueda hacer, me siento tan inútil. Si tan solo pudiera… decir algo… pero no hay nada que se me ocurra. Estoy completamente rendido, ante el cruel final que se acerca… ¿Estas amigas que tanto he querido… acaso voy a perderlas? ¿No hay nada que pueda hacer? ¡Alguien que me ayude! Mai… ¡por favor sálvame! Sálvame de perder estas amigas que tanto aprecio, por las cuales estoy dispuesto a todo. Pero como solucionar algo… que se ha producido por mi culpa. La única solución es… ¿desaparecer? ¿No hay otra respuesta?
Quiero llorar, no puedo resolver este conflicto. Me siento tan imbécil, me frustró pensando en cómo resolver esta situación. Pero mis pensamientos siempre me llevan a una única respuesta: todo es tu culpa Seiji, has arruinado todo.
—¡Pero que están diciendo, no sean unas mentirosas! —exclama Mai, ante la sorpresa de todos.
Los ojos de Sakura y Ayumi se abrieron completamente, anonadadas por la intervención inesperada de Mai.
—¿Acaso quieren hacer sufrir a Seiji diciendo esas descaradas mentiras? —les pregunta. —Su egoísmo solo lo esta dañando, lo esta destruyendo, ¿no se dan cuenta? Esa obsesión de que se decida de una vez y se quede con una de ustedes… debería darles vergüenza actuar así enfrente de él. Siendo que en muchas ocasiones anteriores se han apoyado la una a la otra. Como esta mañana, que estaban abrazadas aquí llorando por lo que le había ocurrido en casa de Sakura… ¡Son unas estúpidas, dejen de hacer sufrir a Seiji! ¡Si ustedes son mejores amigas y prometieron jugar limpiamente, háganlo, pero no a costa de los sentimientos de Seiji! —La forma en la que Mai me estaba defendiendo, sacando a la luz revelaciones de las cuales yo no estaba al tanto, me conmovía tanto que sin querer pequeños sollozos salían de mis ojos.
Ayumi y Sakura se miraron nuevamente y no pudieron evitar romper en llanto y abrazarse la una a la otra. Era palpable el arrepentimiento en el rostro de ambas, no solo por haberme lastimado a mi sino también por haberse lastimado así mismas, su amistad y, sobre todo, nuestra amistad. Los tres hemos pasado por muchas dificultades, me alivia saber que no he dañado del todo la amistad que ambas han construido durante todo este tiempo que pasamos juntos. Ellas, podía asegurar, estaban arrepentidas por haberse dejado llevar por sus sentimientos egoístas, su abrazo tan genuino es la prueba irrefutable que demuestra su arrepentimiento.
—Perdóname amiga —decían ambas, rompiendo en llanto.
—Lo siento Seiji, prometí no decir nada… pero me da rabia que jueguen así contigo —me dice Mai al oído.
—Te lo agradezco —le respondo entre lágrimas.
Al escuchar mi voz quebrada, Sakura y Ayumi dejaron de abrazarse y se acercaron hacia mí.
—P-Perdóname Seiji, n-nunca fue mi intención lastimarte —dice Sakura, procediendo a darme un fuerte abrazo y llorar en mi hombro derecho.
—Y-Yo también me disculpo contigo… t-tonto Seiji… p-perdón por herirte, te prometo jamás volver a hacerlo —agrega Ayumi, abrazándome y llorando en mi hombro izquierdo.
Mai se ha convertido en una verdadera heroína sin capa. Me siento tan feliz de que confrontara a ambas para que nos demos todos la oportunidad de sincerarnos. Lo han hecho tanto Ayumi como Sakura, y en algún sentido también Mai. Sin embargo, ahora me toca a mi sincerarme con ellas, con todas.
—Ayumi, Sakura… —empiezo diciendo, ante la sorpresa de las mejores amigas de Mai y las chicas del club de música, las cuales como si se tratase de una película, sonríen y disfrutan el espectáculo de esta reconciliación que están presenciando. —Me disculpo también con ustedes, puesto que son mis mejores amigas y no he hecho mas que confundirlas y dañar sus sentimientos con mi egoísta indiferencia. Aunque no fue mi intención, sin querer nos hemos confundido entre nosotros. A ambas las quiero un montón, son muy especiales para mí. Pero lo cierto es que ni siquiera yo entiendo muy bien mis sentimientos. Solo quiero que recuperemos la buena relación que hemos tenido siempre y dejemos a un lado estos sentimientos incomprendidos para esforzarnos al máximo durante los ensayos y dar una excelente presentación durante el festival cultural.
—D-De acuerdo —dicen ambas, aferradas a mi pecho como un bebe al de su madre. —Ya no peleare mas con Ayumi y dejare estos sentimientos de lado por ahora —añade Sakura. —Yo tampoco volveré a pelear con Sakura, dejare estos celos obsesivos y aprenderé a compartirte con los demás —agrega Ayumi.
Así, los tres acabamos nuestra reconciliación y aclaramos momentáneamente nuestra situación, nuestros sentimientos y reafirmamos las metas que siempre hemos tenido. En cuanto a Mai y las demás chicas, solo se limitaron a aplaudirnos y felicitarnos por haber reparado nuestra amistad. No es el momento de explorar esos sentimientos que tanto nos han confundido, sino de disfrutar los ensayos, prepararnos bien y hacer un gran papel en el festival que esta a punto de llegar. Después, proseguimos con la reunión un rato más, para asignar los roles que le corresponden a cada una de los restantes miembros. En primer lugar, Mai se encargará de repartir los volantes para promocionar nuestra representación de “La Bella Durmiente”, en la cual personificará a un hada. Sayaka y Sora estarán pendientes del tablero de funciones del escenario, es decir monitorearan la apertura y cierre del telón, las luces y efectos especiales, entre otras cosas. Kanade y Kaede, lógicamente, tienen la tarea de acompañar musicalmente a la obra con los instrumentos que les acerco Mai esta mañana cuando yo no me encontraba presente, una guitarra y un tablero electrónico, algo así como un piano, pero más práctico y fácil de transportar.
Durante los siguientes a ese nos dedicamos enteramente a practicar y prepararnos para el festival cultural. Fue difícil pues Ayumi realmente actúa muy mal y se ponía histérica cada vez que Sakura y yo actuábamos tanto de príncipe como de princesa, lo podía notar en su mirada y en la pasión que le ponía a su papel como bruja y antagonista. En cuanto a mí, me costó también incorporar mis dotes actorales para representar dignamente mi rol como príncipe. A pesar de eso, me seguí esforzando hasta mas o menos pulirlo lo suficiente. Mai fue un constante apoyo moral y emocional para la motivación grupal de todos. Sus mejores amigas estudiaban el software del tablero para no cometer errores y, asimismo, las chicas del club de música practicaban las partituras de las cortinas musicales que acompañaran cada acto de la obra. Finalmente, Sakura, fue clave como directora de los ensayos, además de su rol actoral como coprotagonista al ser la princesa y por supuesto, su liderazgo como presidenta del club de teatro.
Rápidamente pasaron los días y los ensayos, sin darnos cuenta, el día del festival cultural… ya ha llegado.
Notas del autor:
¡Saludos queridos lectores y lectoras!
Me disculpó por la demora en publicar este capitulo, han sido dias dificiles. Sin embargo aqui estamos una vez más, cada vez más cerca del fin. ¿O el principio del fin?
Muchas cosas han pasado, entre Ayumi, Sakura, Mai, las demás chicas del club de teatro, y por supuesto, Seiji. ¿Qué les deparará el futuro? ¿Sakura y Ayumi podrán dejar de lado sus diferencias y disfrutarlo a Seiji por igual? ¿Continuarán compitiendo por su amor? Las respuestas a esas preguntas, pueden sorprenderlos. Pero para ello, habrá que esperar al siguiente capitulo: Festival cultural.
¡Muchas gracias por leer, nos vemos pronto! 🥹❤️🩹
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