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Capítulo 22 - El Club De Teatro Se Completa Parte II

Por varios minutos tanto Sakura como yo hicimos silencio, no hacia falta decir nada más. Nos quedamos abrazados en el centro del salón, como dos actores recibiendo elogios luego de una función. Mientras observamos la ventana abierta enfrente de nosotros, donde el sol comienza a ocultarse poco a poco, y como si fuera el publico aplaudiendo nuestra actuación, simplemente quedamos inmovilizados ante lo que ocurre a nuestro alrededor.

—¡Así los quería encontrar! —interrumpe Ayumi a nuestras espaldas, quien acaba de llegar. —¡¿Qué creen que están haciendo?! —exclama, colocando sus brazos en medio de nuestro abrazo de costado, separándonos bruscamente.

Rápidamente nos giramos hacia Ayumi, la cual se encuentra muy molesta de habernos encontrado en pleno abrazo. Sus ojos entrecerrados, su ceño fruncido y sus brazos colocados en su cintura formando una doble “v” con ellos, indican un fuerte peligro.

—No es lo que crees —responde Sakura, con una nerviosa expresión en su mirada.

—No te preocupes Sakura, se que tu no me harías algo así, porque eres mi mejor amiga —realiza una aclaración. —El problema es este tonto y mujeriego, que no sabe respetarme —añade malhumorada.

Sakura realiza un fuerte suspiro y aliviada se dirige hacia la tetera eléctrica para preparar más tazas de té. Mientras tanto, miro fijamente a Ayumi y pienso en que responder.

—¿Sabes… que… si bajas tus cejas siempre de esa forma… envejecerás más rápido? —empiezo respondiendo. —Me sentiría mal si por mi culpa provoco que se dibujen arrugas enormes en tu frente —respondo con humor.

—¡¿D-De que estas hablando?! —exclama sorprendida, los ojos de Ayumi, antes entrecerrados, ahora se encuentran abiertos como dos globos terráqueos. —¡Eso no es verdad, dime que es mentira! —exige con inmediates.

—Estoy siendo sincero, si cargas con ese humor todo el tiempo solo aceleras el proceso de envejecimiento de tu piel ¿no lo sabias? —le juego una deliciosa broma.

Ayumi fue corriendo hacia los brazos de Sakura.

—¡Dime que miente, por favor! —le suplica, arrugando su uniforme con sus suaves manos apretujadas sobre los hombros de Sakura.

—Claro que lo esta haciendo, solo bromea contigo —responde con gentileza, acariciando su voluminosa cabellera, pasando su delicada mano a través de el en forma circular. De un modo tan tierno, que hasta a mi me dio pena poner así a Ayumi.

Entonces una gigantesca sonrisa de emoción se dibujo en su rostro, tan hermosa que no puedo dejar de verla con suma atención. Una sonrisa así en Ayumi no se dibuja todos los días. No obstante, eso duro tan solo unos segundos, ya que, al voltear a verme, sus ojos se entrecerraron por segunda vez, pero con mas intensidad; y tanto sus cejas como boca formaban un “V perfecta”, la cual con malicia me amenaza.

—Es tu fin… Seiji —dice con una calma aterradora. —¡Prepárate para mi venganza! —exclama para luego correr hacia mí.

Una vez Ayumi concluyo su intención en contra de mi humilde persona, supe que lo único que podía hacer era correr, no quiero morir sin al menos intentar salvarme. Salgo corriendo del club a toda prisa, al igual que un tren a toda máquina, con la esperanza de poder perder de vista a la furiosa joven que me persigue. El corredor esta completamente vacío, producto de que los clubes a esta hora comienzan a terminar con sus reuniones, puesto que la noche se acerca poco a poco.

—¡No podrás escapar Seiji, recuerda que he ganado la carrera de cuatrocientos metros en la secundaria por tres años consecutivos, no estas a mi nivel! —exclama Ayumi mientras huyo de ella. Y razón no le falta, siempre ha sido una mujer atlética, mientras que a mí la literatura ha sido mi refugio preferido. No obstante, confió en mis capacidades físicas e intelectuales. No tengo que ser más rápido, solo más listo que ella.

En la esquina del corredor giro hábilmente hacia la izquierda pasando por otro corredor, llegando así a la zona donde se encuentran los baños de la universidad, y me meto en el de hombres con la ilusión de despistar a Ayumi. Ella al llegar hacia esa misma zona, se detuvo.

—¡¿Dónde te has metido tonto Seiji?! —grita al aire del corredor. —¡Sal inmediatamente de donde este! —expresa indignada. Los pasos veloces de Ayumi se escuchan desde afuera del baño, hasta silenciarse por completo al alejarse cada vez más.

Todo parece indicar que se ha ido. Salgo de mi escondite y efectivamente, no hay rastro de Ayumi por ningún lado. Así que regreso por el recorrido que realizamos, lo creo mas conveniente suponiendo que no me buscara por el lugar donde ella paso hace un momento. Un poco despreocupado pienso que hacer, entre tanto, con paciencia recorro los pasillos de la universidad. Llego a una maquina de refrescos, la cual tiene de todo para escoger. Tomo un billete de cien yenes y lo introduzco sobre el lugar correspondiente en el tablero de configuración, entre las opciones se puede destacar latas de jugo y yogur, pero en lo personal prefiero tomar la que contiene café. Selecciono la opción que deseo y rápidamente una lata de café cae desde la parte superior de la maquina hasta llegar a mis rodillas en su ranura de extracción. Abro la lata y poco a poco me refresco ingiriendo el liquido color marrón, el cual hábilmente hidrata mi garganta y libera mi mente.

—¿Tomando un descanso antes de continuar nuestra reunión? —llama mi atención Mai, la cual esta regresando al club de teatro.

Asiento con la mirada mientras continúo acabando mi bebida. Mientras tanto observo que Mai va acompañada de dos mujeres, las cuales van vestidas con el uniforme de nuestra universidad, aunque mas arrugado y estropeado.

—Te presento, ellas son mis amigas Sayaka y Sora —las presenta. —Disculpa, quizás se encuentren algo desprolijas. Sucede que ellas no tienen ningún club y vinieron de sus casas rápidamente en cuanto les comenté lo que está sucediendo.

—Mucho gusto —añaden las amigas de Mai. —Encantadas de conocerte —realizan una pequeña reverencia. No podemos ignorar a nuestra amiga, haremos lo que podamos para ayudar.

—Mucho gusto —respondo. —Les agradezco su intención por ayudarnos tanto a Mai como a mí, y por supuesto, nuestro club.

—Por cierto, Mai, no es lo que crees, no estoy tomando ningún descanso —aclaro. —Estoy huyendo de un demonio.

Mai y sus amigas me quedaron viendo con una leve sorpresa en sus miradas.

—¿Qué quieres decir con eso? —responde.

De pronto, una Ayumi enloquecida se acerca velozmente a espaldas de Mai.

—¡Así que volviendo al club de teatro eh, no escaparas Seiji! —exclama a lo lejos.

—¿Mai podrías ir al club de teatro con tus amigas? En un momento nos reunimos ahí. —fue lo ultimo que le dije antes de partir y continuar con la odisea de mi huida. Mai se limito asentir con la cabeza, y mientras Ayumi la pasaba sin mirarla, se dirigió hacia el club.

Así una vez mas comienzo a huir de Ayumi, corriendo con todas mis fuerzas, aunque con menos concentración que antes. Debido a que el café aun sin digerirse dentro de mí, me revolvía el estómago. Llegando a otra esquina del pasillo, con la cabeza baja giro a la derecha chocando bruscamente con unas estudiantes que cruzaban por ahí.

—¡Lo siento mucho! —exclamo, luego de caer al suelo.

—No es nada —me responden.
Antes de que pudiera levantarme, mi amiga de la infancia me alcanza.

—¡Al fin eres mío! —dice Ayumi al llegar y tenerme tirado hacia sus pies.

—Oh, ¿eres tú Ayumi? Justo estábamos yendo hacia tu club —expresa una de las victimas de mi choque, mientras ayudaba a levantar a la otra joven que se encontraba en el suelo por mi culpa.

—Hola, disculpen la imprudencia de mi amigo —Tan rápido cambio de expresión y postura Ayumi, que no lo podía creer. Su mirada ahora es calmada y tranquila. Toma mi mano suavemente y me ayuda a levantarme.

Ayumi me presenta a las chicas del club de música que van ayudarnos con la obra para el festival cultural. Ellas son Kanade y Kaede, que por lo que pude ver son dos mujeres de baja estatura, una con cabello largo y sedoso; y otra con el cabello corto y enrulado. Ambas son delgadas y tienen miradas amables, a diferencia de mi amiga que solo está fingiendo amabilidad.

—Luego resolveremos esto —me susurra al oído. Por lo tanto, mi odisea continuara.

Después de presentarnos formalmente, los cuatro marchamos al club. Al llegar al club, nos encontramos con Sakura, Mai y sus amigas tomando el té. Nos acomodamos en círculo y continuamos con la reunión con el añadido de las nuevas personas. Les hablamos del club de teatro y todo lo que alcanzamos a comunicar, llegando a ponerlas medianamente al día de lo sucedido hasta el día de hoy. Mas que nada informando sobre los mas importante que deben saber. Es decir, sobre el club y el propósito de realizar una obra para el festival cultural.

—Entonces, que hay de los instrumentos —interrumpe Kaede. —Disculpen, pero no tenemos instrumentos, pero si queremos formar parte y ayudarlos —añade Kanade.

—Esta noche hablare con mi padre para que nos ayude a resolver eso —explica Mai.

—En cuanto nosotras, estamos aquí para ayudar con lo que podamos a Mai y todos ustedes —menciona Sayaka. —Y para matar el aburrimiento —complementa Sora.

—En fin, ¿podemos confirmar que el club de teatro se ha completado? —pregunto.

—Sobre eso… —empieza respondiendo Sakura. —Puedo afirmar que si Seiji, ya que, si bien somos ocho miembros, tengo confirmado por parte de mi amiga del club de diseño, que tanto ella como su mejor amiga nos ayudan con su nombre y leve participación para que podamos cumplir con el mínimo de miembros y así poder realizar la obra para el festival cultural. De lo contrario, no llegaríamos con los tiempos —explica.

Todos nos miramos y sonreímos ante la confirmación de parte de la presidente del club de teatro y amiga íntima. Al fin hemos completado el requisito que necesitábamos para abrir el club y realizar nuestra añorada presentación el próximo mes durante el festival.

—Entonces, lo hago oficial —digo con autoridad. —El club de teatro esta completo —digo con mi poder de vicepresidente del club de teatro.

—Así es, bienvenidos a todos al club de teatro —expresa con alegría Sakura. —Mañana iniciaremos las actividades del club. Es todo por hoy —cierra.

Una vez dicho eso, cada quien se dirigió a casa, pues la noche ya nos ha alcanzado. Mai con sus amigas, por un lado, las chicas del club de música por otro, y por último Sakura, Ayumi y yo por nuestro lado. Ayumi y yo acompaños a Sakura hasta su casa, producto de que ya es demasiado tarde y nos preocupa la idea de que le ocurra algo.

—Gracias por acompañarme —dice Sakura. —Son los mejores amigos del mundo —nos abraza. —Agradezco tanto haberlos conocido, siempre me ayudan en todo.

—Eres nuestra mejor amiga, lo hacemos de corazón —responde Ayumi.

—Así es Sakura, no olvides lo especial que eres para nosotros. Mañana comienza nuestra preparación para el festival cultural, ¡esforcémonos juntos para lograr hacer una presentación inolvidable! —respondo. Luego, Sakura se despide e ingresa a su casa.

Ayumi y yo nos marchamos hacia la casa de Ayumi, recorriendo frías y oscuras calles. La negrura de la noche nos amenaza con ferocidad, solo un par de iluminación producto de los pilares de luz iluminan levemente nuestro camino. No seria sorpresa que un asaltante o un peligro por el estilo nos sorprenda de la nada, por lo que estar asustado sería completamente normal.

—Ay, que frio hace —menciona Ayumi, temblando y frotando sus brazos para generar calor.

Al escuchar a Ayumi decir eso, me detengo. Ella lo hace también y me mira extrañada, mientras yo saco de mi mochila una campera. Siempre es mejor prevenir que lamentar.

—Ten, la traje por si acaso. Pero no tengo frio —respondo, pasándole la campera a Ayumi.

—G-Gracias tonto —dice avergonzada. Ella se pone la campera poco a poco, inevitablemente le queda muy grande y ancho. Sin embargo, reconozco que se ve muy adorable y tierna con mi ropa puesta.

Seguimos caminando hasta que, a unos pasos de la casa de Ayumi, la luz se corto repentinamente.

—¡Ah, Seiji, tengo miedo! —grita Ayumi, saltando hacia mí, provocando que choquemos con la pared, ubicada a la derecha de la vereda por la que estábamos caminando. Ella se aferra a mí con mucha fuerza, tanta que puedo sentir sus uñas clavarse en mi piel. Indudablemente esta asustada, pero no puedo evitar imaginármela como un Koala aferrado a un árbol, literalmente es así como Ayumi me abraza en este momento.

—Creí que querías acabar conmigo ¿Qué paso? —le susurro suavemente al oído.

—N-No… h-hablaba enserio —responde con la voz temblorosa.

—¿A que te refieres? —digo con curiosidad.

Ayumi parecía murmurar algo en voz baja, lo cual me cuesta escuchar con claridad.

—¿Por qué haces todo esto? —insisto con mis preguntas.

—Y-Yo… a ti… t-te… —murmura Ayumi en voz baja.

De repente, la luz volvió. Nuestras miradas, así como la desaparición de la luz, se dan de un modo inmediato. Puedo ver claramente el rostro de Ayumi, el cual esta completamente rojo como un tomate recién cosechado, su boca levemente abierta deja vislumbrar el brillo de sus pequeños dientes, hidratados por su saliva. En cuanto sus ojos, están totalmente brillantes producto de la luz que se refleja en ellos, pero también por el liquido lagrimal que humedece y resalta aun mas la figura de sus pupilas.

Ayumi intenta huir, pero la retengo con mis brazos, abrazándola con mucha fuerza. No entiendo porque, pero luego de verla tan de cerca, no me siento preparado para dejarla ir. Al menos no todavía, mi corazón parece salirse de mi pecho e incluso puedo sentir los latidos del corazón de Ayumi. No puedo pensar con claridad, me siento como un niño que ha roto el jarrón de su madre y no sabe qué hacer. Poco a poco ella cede y corresponde mi abrazo. Las suaves manos de Ayumi pasan por mi cuerpo, siento la delicadeza de sus brazos y manos rozando mi piel, a pesar de que están separadas por la ropa. La pequeña fuerza de Ayumi es suficiente para penetrar la distancia física proveniente de la ropa. La boca de Ayumi se acerca y posa sobre mi hombro, escuchando con claridad su fuerte respiración, la cual me eriza la piel y me pone aun mas nervioso y avergonzado. La cara me arde, pierdo la noción del tiempo, no que decir ni que hacer. Solo deseo que este momento con Ayumi dure para siempre, sea eterno.

—¿Q-Que s-sientes p-por m-mi? —con dificultad y mucho nerviosismo, llego a articular esas palabras y formular esa pregunta. 

—Y-Yo… t-te… —surra Ayumi a mi oído derecho, lentamente. La ansiedad recorre mi cuerpo, por escuchar las palabras que faltan. Me desespero por escuchar lo ultimo que tiene para decirme Ayumi… ¡Di algo Ayumi!

—Y-Yo… Seiji… a ti… te… odio.

Notas del autor:

¡Saludos lectores! Aqui nos encontramos con un nuevo capitulo de Sakura, donde los sentimientos de Ayumi y Seiji explotan por completo. ¿Qué sucederá con ellos? ¿Y que hay de los de Sakura? ¿El club de teatro llegará a presentarse en el festival cultural? Hay muchas preguntas! Y pocas respuestas, que iré aclarando con el correr de los capitulos.

Gracias por leer :)
Nos vemos en un nuevo capitulo pronto, ojala les guste tanto como a mi escribielos. Que tengan una buena semana 👏😊

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