Al abrir mis ojos veo el techo de mi apartamento, del mismo color madera de siempre. Con mis manos froto en forma circular mis parpados para poder despertar del todo. Un gran bostezo sale de mi boca, y sentándome sobre el sofá que ocupe para dormir, observo detenidamente el suelo por un tiempo. Entonces sin darme cuenta el tiempo fue pasando, en el cual no pienso en absolutamente nada, solo miro el suelo que piso con mis pies.
De repente escucho como golpean fuertemente la puerta, ese patrón de sucesivos golpes solo puede ser de una persona. Medio dormido tomo el picaporte de la puerta, y girándolo lo traigo hacia mí para recibir a Ayumi. No podía tratarse de otra persona, conozco esos golpes en mi puerta de memoria.
—Buenos días tonto! —me saluda, con un tono más hostil de lo habitual. Luciendo el uniforme de nuestra universidad, y sus características coletas que se deslizan de su cabello tanto hacia la izquierda como la derecha. Su cabello, color negro azabache, brilla como siempre y destaca aun mas con esos moños amarillos, los cuales utiliza para dar forma a su clásico peinado. Sin darme tiempo a responderle, se dispone a entrar.
De pronto, la mirada de Ayumi cambia por completo. Mas que dar miedo, ahora daba confusión, ya que sus ojos y su boca se abrieron tanto como si se hubiera encontrado un fantasma en medio de la noche. Así, ella se encontraba mirando lo que había detrás de mis espaldas. Quizás Ayumi esta tratando de hacerme una clase broma, pero no quiero darle el gusto. Así que tranquilamente me giro hacia atrás para ver lo que tanto la ha aturdido.
—Buenos días Seiji —se escucho una voz femenina. —¿Q-Quien es e-ella? —continúo diciendo mientras daba un gran bostezo. ¡Se trataba de nada mas y nada menos que Mai! La cual me saludaba, saliendo de mi cuarto sin nada mas que una camisa mía que cubría su cuerpo. Su cabello alborotado, prácticamente sin nada puesto que una prenda mía y su tranquilidad para conmigo indicaban el peor escenario posible.
Puedo sentir las miradas asesinas de Ayumi, detrás de mis hombros. Seguramente eso haya sido lo que sentí ayer cuando Mai me estaba abrazando, miradas asesinas provenientes de mi amiga de la infancia Ayumi. Ella nunca me había visto acompañado de otra mujer, prácticamente siempre fue mi único contacto femenino. Como explicarle que todo esto es un simple malentendido, y que nada entre Mai y yo ha ocurrido. El escenario es el peor posible. Tengo que pensar muy bien que decir, que responder. ¿Qué dirás Seiji? ¡Piensa!
—Buenos días a ambas —digo primero, acto seguido muevo mi cuerpo en dirección de Ayumi. Y alzo mis manos a la altura de mi pecho de manera pacífica. —Ayumi, ¡puedo explicarlo!
La mirada de Ayumi desprende fuego por todos lados, sus cejas forman una “V” perfecta. Sus ojos están a punto de estallar, se encuentran fijamente sobre los míos. Y su boca al igual que sus brazos cruzados, construyen una línea recta tan perfecta como la calle de una ciudad.
—¿A caso crees que nací ayer o qué? —se limitó a responder.
—Escuchen, voy a preparar café ¿Sí? —menciona Mai. —Los dejo platicar tranquilos —fue lo ultimo que dice antes de irse a la cocina.
—De acuerdo Mai —¡No me dejes solo con ella, no ves que podría matarme en cualquier momento!
—Eh, así que su nombre es Mai —observa Ayumi. —Ni siquiera nos has presentado, tan poco significo para ti, después de todo, ¿Cierto?
—¡No es así Ayumi, significas mucho para mí! —respondo. La situación cada vez empeora más.
—Ni siquiera me has invitado a pasar maleducado, mejor me voy de aquí —dice Ayumi, para darse la vuelta e irse totalmente enfadada.
Repentinamente mi corazón comenzó a latir rápidamente, al ver a Ayumi darme la espalda. No puedo dejar este malentendido así, no puedo permitir que se vaya con esa idea en su mente. Si lo hace, es probable que la pierda para siempre. Y yo, no quiero perder a Ayumi.
—Espera Ayumi! Déjame explicártelo por favor —tomo a Ayumi del brazo, impidiendo que se marche.
—¿Qué haces tonto? ¡Suéltame! —responde, intentando zafarse de mi agarre.
—Jamás te soltare, no hasta que resolvamos este malentendido —mire a Ayumi fijamente a los ojos. —Eres muy importante para mí, ¿A caso me crees tan estúpido como para perderte por un simple malentendido?
La mirada de Ayumi comienza a cambiar, ya no forcejea ni me mira con la furia de hace unos segundos. En cambio, baja su mirada hacia el suelo y decido soltar su brazo.
—¿Al menos me concederías eso? —pregunto. ¿Me dejarías explicarte que paso?
—Eres un grandísimo tonto Seiji, ¡el mas tonto que he conocido! —responde. —Aunque, supongo que a veces puedes ser lo suficientemente listo cuando la situación lo amerita.
Una leve sonrisa se dibujo en el rostro de Ayumi.
—Aun así, deberás tener una gran explicación para darme, puesto que ayer los vi teniendo una románica cita en el parque, donde muy apasionadamente se encontraban abrazados —menciono ella también. —Imaginaras mi sorpresa al venir aquí buscando respuestas sobre eso y encontrar a esa misma mujer semidesnuda salir de tu habitación Seiji.
¡Sabia que esas miradas asesinas de anoche no podían ser de nadie más que Ayumi!
—Todo es un malentendido Ayumi, entra por favor. Te lo explicare todo.
—¡Aun así no te perdonare tonto, que esa mujer haya dormido en el mismo lugar que tu es imperdonable! ¡Esto es inaceptable! —refunfuña Ayumi, mientras entra y se acomoda en el sillón.
—No me condenes así, mira bien este sillón. Aquí esta mi almohada y mis sabanas. Yo he dormido aquí anoche —le respondo con sinceridad.
De pronto, un leve rubor rojizo se tiño en las blancas mejillas de Ayumi. Todo parece indicar que el hecho de estar sentada sobre el lugar donde antes había dormido, la ha avergonzado un poco. Es tan dulce cuando se pone así, sus ojos se brillan aun mas y toda su maldad desaparece por completo, convirtiéndose en alguien tan adorable como Sakura o Mai.
—¡Bueno, t-te escucho t-tonto! —Es imposible que me ocultes lo nerviosa que estas, tu voz tiembla mucho.
—De acuerdo, permíteme empezar por el principio.
—¿Quieren un poco de café primero? —interrumpe Mai, quien se acerca con dos tazas de café bien calientes.
Ambos asentimos con la mirada. Aunque Ayumi mira con una notoria desconfianza a Mai como un gato que recibe en la casa donde vive a un completo extraño, la analiza de pies a cabeza, estudia sus gestos y me atrevo a decir que también su vocabulario. Su mirada muestra desaprobación total. Quizás por el hecho de que ni siquiera las presentase y Mai actúe con tanta confianza conmigo, si tan solo supiera por todo lo que hemos pasado, seguro ambas se llevarían muy bien.
—Mai, déjame presentarte a Ayumi, ella es mi amiga de la infancia. —empecé diciendo. —Y Ayumi, ella es Mai, una nueva amiga a la cual ayude con un problema que te explicare en unos momentos.
—Gusto en conocerte —expresaron ambas de manera formal, sin ningún tipo de confianza.
—Sin embargo, Seiji, yo soy mas que tu amiga —responde de forma maliciosa Mai, acercándose donde estaba y colocándose detrás de mis hombros, me rodea con sus brazos el cuello.
—¡Que haces, que es esto Seiji! —la frustración en la cara de Ayumi era evidente.
—¿Q-Que dices Mai? —le respondo nervioso.
Repentinamente Mai acerca sus labios a mi rostro, amaga con darme un beso en los labios y termina por besarme la mejilla. Mi corazón casi sale de mi pecho en esos breves segundos. No solo por el hecho de que hubiera sido mi primer beso, sino por la locura que en Ayumi hubiera desatado. De mas esta decir, lo molesta que se encontraba ella, como si todo el tiempo estuviéramos jugando con sus sentimientos. No era así, de mi parte al menos.
—Nosotros no somos amigos —besa mi mejilla por segunda vez. —Somos… mejores amigos.
Luego de decir eso, Mai comenzó a reír. Ayumi y yo estábamos confundidos.
—Creíste que diría que era su novia, ¿verdad? —aclara Mai con maliciosa mirada.
—P-Por supuesto que no, ¡es imposible que alguien tan tonto como Seiji consiga novia! —responde Ayumi, sin temblarle la voz a la hora de destrozar mi imagen. —Además te equivocas, no eres la mejor amiga de Seiji, la única que puede adjudicarse ese título soy yo.
Tanto Mai como Ayumi se desafiaban con la mirada.
—Eso crees, ¿puedes demostrarlo?
Ayumi asiente moviendo su cabeza con determinación, de arriba hacia abajo.
—Muy bien, empecemos. Yo he abrazado a Seiji —comienza Mai, adjudicándose ese momento como un logro para determinar nuestro nivel de amistad.
—¿Oigan, yo sigo aquí, saben?
—¡Cállate Seiji, esto no te incumbe! —respondieron ambas.
¡Pero si están hablando de mí! Pienso mientras observo como estas dos chicas debaten sobre quien debería adjudicarse el título de mejor amiga.
—Ah, ¿sí? Yo también he abrazado a Seiji —responde Ayumi.
Mai entrecierra sus ojos.
—¿Sabes? Yo he dormido en la cama de Seiji, y me he puesto su ropa —lanza un argumento poderoso.
—A-Ah, p-pues yo… y-yo —Ayumi comienza a titubear.
—Mai comienza a reír, y se prepara para besarme nuevamente. Sin embargo, Ayumi abre su boca y se prepara para detener el audaz movimiento de Mai.
—¡Seiji y yo nos hemos bañado juntos! —grita Ayumi de repente. Lleva sus manos al rostro para cubrir su enorme vergüenza al pronunciar tan vergonzosas palabras.
—¡¿Qué?! —exclame avergonzado. —¡Eso fue cuando éramos niños!
—No me importa, es un argumento valido —responde Ayumi con una voz berrinchuda, como si estuviéramos tratando con un bebe que no acepta un no como respuesta.
—Tiene razón Seiji, no hay nada que pueda vencer la realidad, es algo objetivo —alego Mai. —Un nivel de intimidad que no hemos tenido, por ahora. —acepto la derrota, aunque susurrando algo en voz baja al final.
—¡Lo ves, he ganado! —Una gran sonrisa se dibujo en el rostro de Ayumi. Aunque su orgullo no la dejo mostrarla por mucho tiempo, y eso que se ve tan hermosa cuando sonríe así.
—¿Mi opinión importa al menos? —pregunto.
—No nos interesa —respondieron ambas. Cuando se ponen de acuerdo son invencibles.
En fin, pruebo el café que preparo Mai. El mismo aun esta caliente, de sorbo en sorbo voy degustando el cálido liquido color marrón, sintiendo su aroma revitalizante y disfrutando la dulzura que conquista a mis pupilas gustativas, las cuales ya se habían acostumbrado a lo amargo. Si bien no es el café amargo y negro que tanto disfruto todos los días, siento la dulzura de Mai colocada en él, la leche y azúcar más el café hacen una buena combinación. Es como mezclar mi presente con mi pasado, mi infancia y mi adolescencia. La chocolatada que me preparaba mi madre de pequeño y el café dulce con leche de Mai. Sin dudas es un café nuevo, el cual produce una explosión de nuevas emociones en mi interior.
—¡Vaya Mai, este café es increíble! —halago a Mai, por tan magnifico café.
Puedo sentir la mirada asesina de Ayumi sobre mí. Volteo a verla, su mirada literalmente es la de un psicópata, su sonrisa y sus ojos bien abiertos me atemorizan a escalas aterradoras.
—No opino lo mismo, este café no es increíble. Sin embargo, te lo reconozco, por lo menos esta bueno, y se puede tomar —responde Ayumi finalmente, quien a su manera también halaga el café de Mai, solo que su orgullo es muy grande.
—Gracias a ambos —responde Mai, tomado una taza de café también.
Una vez terminada la taza, los tres nos quedamos mirando.
—Y bien Seiji, ¿no tienes algo que contarle a Ayumi?
—Es cierto, con todo lo que ha ocurrido he olvidado resolver el malentendido.
—Aun estoy esperando que lo resuelvas tonto.
Entonces le conté a Ayumi todo lo que había ocurrido desde que salí aquella tarde del club de teatro. El primer encuentro con Mai, su problema de amor con Momo, el plan para enamorarlo. Su cita y como acabo todo; razón por la cual se produjo aquel abrazo que tanto le había molestado. En fin, le conté cada detalle acerca de lo que paso entre Mai y yo, el hecho de que se había quedado dormida y amablemente la traje a casa en brazos. Esta última parte fue difícil de contar, ya que Mai se avergonzaba y Ayumi me asesinaba con la mirada. Pero al final llegamos al acuerdo común de que no tenía más opciones, lo que tranquilizo a mi amiga de la infancia.
Después de contar todo lo ocurrido, Ayumi lanzo un fuerte suspiro.
—Con que eso fue lo que ocurrió —dice llevando su mano a su frente. —Y yo que creí que me estabas engañando con otra —susurro en voz baja, algo que no alcanzo a escuchar.
—Por supuesto, no ocurrió nada más, ¿qué dijiste al final?
—Y yo que pensé que habías conseguido novia, por supuesto, ¡era imposible que pasé! —responde nuevamente hiriendo mi imagen. —¡A veces olvido lo feo que eres! —dice con egocentrismo, para luego reír.
Sacando el hecho de que Ayumi se desquito destrozando mi imagen, al menos la veía contenta. Puedo notar el alivio en su rostro al resolverse el malentendido, lo que me alegra.
—Por cierto, Mai, debo pedirte disculpas —interrumpo la risa de Ayumi, para regresar a la otra participante de la conversación, que había quedado como espectadora un par de minutos.
—¿Por qué te disculpas Seiji? —responde Mai con una ligera sorpresa en su mirada.
—Es mi culpa todo lo que paso, yo te alenté a declararle tus sentimientos a Momo, a salir con él, a cambiar tu imagen. Básicamente provoque todo esto.
—No tienes de que preocuparte Seiji, tu me hiciste un gran favor. Era una chica tímida, que no sabia expresarse y se heria así misma por eso. Me ayudaste a abrirme mas a los demás, lo que me permitió expresar esos sentimientos que había guardado dentro de mi corazón por más de un año. Sin ti no hubiera logrado convertirme en la mujer que soy en este momento. Te debo mucho —responde Mai.
Una sonrisa se dibuja en el rostro de Mai, luego de pronunciar ese hermoso discurso.
—Sentimientos guardados en el corazón… ¿eh? —susurra Ayumi.
—Comprendo Mai. Sin embargo, lo hice porque te vi tan angustiada que fue una obligación moral para mi hacer algo. No podía quedarme de brazos cruzados —respondo. —Así que no te preocupes, no me debes nada Mai.
—Una vez más, te lo agradezco Seiji. Me alegra que seamos mejores amigos —dice con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Solo amigos! —interrumpe Ayumi.
Mai asiente y suelta una ligera carcajada.
Mirando el reloj, nos dimos cuenta que ya era la hora del almuerzo. Nos dimos cuenta que hemos perdido las clases matutinas. Y solo quedan unas pocas de la tarde.
—Así que la charla fue tan inmersiva que nos perdimos las clases, ¿eh? —menciona Mai.
—¿Podrías ir a vestirte Mai? —responde Ayumi. —Todo es culpa del tonto —dice finalmente, refiriéndose a mi persona.
—Hay que almorzar e ir a tomar al menos las clases de la tarde —digo primero. —Seguramente Sakura este preocupada, me pregunto si ira al club luego de las clases.
—Tenemos que averiguarlo, no podemos dejar a Sakura sola, ni que se preocupe más.
—¿Club, Sakura? ¿De que tanto chismean? —responde Mai.
Ayumi y yo nos miramos unos segundos. Sin embargo, como era hora de almorzar, acordamos hacerlo primero antes de poner al día a Mai con todo lo que ha pasado, así que juntos tomamos la decisión de preparar carne y papas. Ayumi que se quejaba a cada rato porque le asqueaba tocar la carne cruda, era insoportable sus berrinches que decidí hacerlo yo mismo, y encargarle a ella la tarea de lavar los platos. En cuanto a Mai, ella se encargo de pelar y cortar las papas. Lo volcamos todo en una olla y esperamos unos cuarenta minutos a que se cocine nuestro almuerzo. Una vez listo, nos sentamos en la mesa.
Mientras comíamos, le contamos todo a Mai. Absolutamente todo lo que había ocurrido, tanto así que nos perdimos también las clases de la tarde. Después de todo, había mucho que contar. Sakura, Ayumi y yo, la idea de rehabilitar el club de teatro, los problemas que ocurrieron durante el camino; y por supuesto, la condición para poder abrir oficialmente el club de teatro y poder presentarnos en el festival cultural. Mai escucho atentamente todo lo que le contamos, como una señora escucha a su vecina los chismes de la semana, Mai estaba conociendo nuestra vida antes de que la vida nos encontrara.
—Ya veo, han pasado por muchas cosas —responde Mai, reflexionando todo lo que le habíamos contado. —Así que, ¿necesitas mas miembros? —La pregunta de Mai nos tomó por sorpresa.
—Así es —decimos ambos. —Mai nos miraba con atención y curiosidad.
Pro unos minutos, Mai se mostraba pensativa.
—Muy bien, lo he decidido —dice repentinamente. —Me interesa unirme al club de teatro.
—¿Por qué? —le pregunto sorprendido.
—¿Acaso te gusta el teatro? —pregunta Ayumi.
—No soy una fanática, pero me interesa ayudar a Seiji porque es mi preciado amigo —afirma Mai, con determinación. —Además, puede ser divertido y estoy segura que en algo podre serles útil, ¿no? ¿Quieren ayudar a Sakura, cierto?
—Claro que si, te lo agradecemos mucho —digo agradecido ante la idea de Mai. —Si lográbamos conquistar a Momo mi idea era pedirte que te nos unieras, pero luego de lo que ocurrió había rechazado esa idea que contemple en su momento. Después de todo ahora somos amigos, y pienso que, si no te hace feliz la idea, no deberías unirte. ¿Estas segura de esto Mai?
—Por supuesto Seiji, te lo aseguro. Me interesa unirme al club —afirma Mai.
—Muy bien, sigo pensando que eres una persona insoportable y que no te quiero cerca de Seiji y mucho menos de Sakura. Pero, solo por única vez te diré esto y no volveré a repetirlo, así que escúchame bien, no creo que sea una mala idea colaborar contigo. Todo va a ser mas divertido, gracias por interesarte en nuestro club —A su manera, Ayumi le agradece a Mai, esquivando mirarla directamente a los ojos, prefiriendo en su lugar mirar a un costado, ocultando así su vergüenza al expresar sus sentimientos.
—Esta decidido, tenemos que ir a comunicárselo a Sakura, la presidenta del club y una amiga especial para nosotros.
—Ya es tardísimo tonto, ¿aun crees que siga en el club? —responde Ayumi, con una mezcla de preocupación y enfado.
—Tenemos que ir a averiguarlo, pobrecita, debe estar preocupada por ustedes —dice Mai, la cual mucha razón tiene.
—Ambas tienen razón, vayamos al club antes de que Sakura regrese a casa, para darle las buenas noticias.
Una vez aclarado todo y con la integración de Mai, partimos rápidamente al club de teatro para encontrarnos con Sakura, quien ha cursado las clases sin nuestra presencia. Lo mas seguro es que vaya al club luego de clases, las cuales durante nuestro camino hacia la universidad definitivamente ya han terminado. Por lo tanto, no perdemos mas tiempo y nos apresuramos en llegar al club. ¿Lograremos completar el club de teatro a tiempo para el festival cultural? Fue algo que durante todo el camino me fui preguntando. ¿Cómo lo conseguiremos? A caso, ¿Sakura habrá conseguido avanzar en nuestra ausencia? Eran muchas preguntas que invadían mi cabeza. Sin embargo, lo cierto era que ya somos cuatro miembros. Tenemos que esforzarnos en conseguir los miembros que nos faltan, y para eso debemos alcanzar a reunirnos hoy con Sakura, puesto que el tiempo es efímero, y pronto se nos acabara. Aguarda un poco más Sakura, estamos en camino.
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