Capitulo 2: 60 minutos
—Hola, Grettel—escuchó saludar a Yayoi, con una gran y perlada sonrisa—. Es un gusto verte.
Grett le extendió la mano en forma de saludo, la cual cruzaba frente a Misugi, quien se encontraba entre las dos.
—El gusto es mío, Yayoi—saludó de vuelta, estrechando su mano ante la mirada confundida de ambos jóvenes.
Una vez el saludo terminó, la castaña no pudo evitar preguntar:
—¿Llegaste hace mucho?
Entonces, incluso la mirada del joven caballero del campo se dirigió a su persona en espera de una respuesta.
—Hace treinta minutos, en realidad—una de sus comisuras se elevó casi imperceptiblemente antes de que volviera sus amatistas al campo de juego, donde ahora la ofensiva la lideraba el Toho—. Solo vine a presenciar este partido.
—Ya veo—murmuró ella—. Te irás pronto entonces, ¿no?
La mirada marrón de Misugi se alternaba cada que alguna decía algo, él solo se encontraba allí, expectante.
—Aún no lo decido—zanjó, justo cuando ahora era el silbato del fin del primer tiempo el que había sonado y ella se levantó con él, dispuesta a irse de aquel lugar—. Fue un gusto volver a verlos, Yayoi, Misugi.
No estaba segura de lo que le habían respondido, pero sí estaba segura, al menos, de que Misugi sí lo había hecho.
Siguió su camino hasta llegar a los vestidores del Nankatsu. Sabía que mínimo tendría diez minutos para saludarlos a todos, entonces quería aprovecharlos todos.
—¿No necesitan una suplente? —bromeó al entrar al vestidor ante la mirada asombrada de sus antiguos compañeros, buscando entre todos a Mamoru, quien al parecer no se encontraba allí—. Que conozco una buenísima.
De pronto una leve sensación de opresión en su pecho se hizo presente, pero, así como llegó intentó alejarla. Nada arruinaría el día de hoy.
Quería estar segura de ello.
—¡Grett-chan! —gritó la rubia con los ojitos azules levemente cristalizados, lanzándosele en un efusivo abrazo—. ¡Te extrañamos! ¡¿verdad, chicos?!
Entonces, todo el equipo reaccionó y fue a abrazarla en conjunto mientras no dejaban de hablar de tantas cosas, que al final no decían nada.
—¿El capitán no vino contigo? —preguntó Taki una vez se separaron todos del abrazo.
Grettel negó, aún seguía abrazada a Angelito, mientras esta última la miraba atenta.
—No, él no pudo venir—respondió, encogiéndose de hombros—. Tuvo una serie de partidos con el Hamburgo en estas fechas y se le complicó.
—¿Es cierto que él y Arley juegan juntos en el mismo equipo? —ese fue Kisugi, la peli plata asintió—. Asombroso.
Fue en ese momento, cuando Grettel pudo divisar una cabellera negra asomándose por la puerta antes de verlo y no pudo evitar sonreír.
—¿Por qué gritaban tanto, muchachos? —preguntó Mamoru, distraído—. Hasta el baño podía escuchar sus gritos, ¿sucedió algo?
—Hola, Mamoru—saludó la peli plata con una inmensa sonrisa—. ¿No vas a darme la bienvenida?
El pelinegro estaba allí, completamente estático frente a la chica. No concebía la idea de tenerla allí, frente a él.
—¡Por Dios! —exclamó Ishizaki, dramático como siempre—. Que alguien le dé un empujón a Izawa, por favor.
Las risas no se hicieron de esperar y fue cuando el número ocho del Nankatsu reaccionó.
Para ese momento Verónica ya había soltado a Grett, quien estaba frente a Mamoru con una sonrisa esperando que él reaccionara a la mirada expectante de sus compañeros de equipo.
Incluso Grett vio a Tsubasa soltar una leve risita al mirar a su compañero en ese estado. Y ni hablar de los demás.
Kisugi y Taki lo estaban disfrutando por completo.
—Grett—susurró Mamoru y su sonrisa se ensanchó—. Dios, creo que las piernas no me reaccionan.
Las risas fueron más fuertes esta vez, sin embargo, la peli plata se acercó a donde él se encontraba y lo envolvió en un abrazo.
—¿Cómo es posible que estés aquí? —preguntó él, afianzando un poco más el abrazo—. No creí verte pronto.
Ella se encogió de hombros, su sonrisa disminuyó un poco, y agradecía mucho el que Mamoru no hubiera notado ese pequeño detalle.
—No es por querer que te vayas—comenzó a decir—, pero todos se han ido ya, y tu partido reinicia en menos de dos minutos.
Mamoru abrió mucho los ojos, observando todo el lugar.
¿Cómo es que se habían escapado tan rápido y sin hacer ruido?
—Dime que, por favor, no te vas pronto—pidió, mirándola con súplica—. Eres tan capaz de irte mañana mismo si te lo propones.
Grett soltó una risita.
—No me iré mañana, quizá lo haga pasado—bromeó y no pudo evitar reír ante la mirada que le había dado Mamoru—. Es broma—aclaró—. Planeo quedarme un poco, quizá una semana.
El chico suspiró aliviado y le dio un beso en la frente antes de separarse del abrazo.
—Terminando el partido iremos a comer—aseguró con una sonrisa—. Solo espérame sesenta minutos, por favor.
Ella asintió, tratando de igualar la sonrisa de Mamoru.
—Esperé seis meses, puedo hacerlo.
Mamoru tomó la pequeña mano de Grett entre la suya, y así caminaron hasta que tuvieron que separarse. Ella iría a las gradas nuevamente, aunque la idea no le hacía del todo gracia, y él volvería a jugar.
Su consuelo era que lo vería de nuevo después del partido. Ya no faltaba mucho para ello.
Caminaba de vuelta a las gradas, muy cerca de donde se había sentado la primera vez, pero no pudo divisar a Misugi, solo podía observar la cabellera castaña de Aoba y los dos asientos vacíos a su lado.
Se preguntaba a donde habría ido el novio de Yayoi, pues se le hacía extraño que ella no lo hubiere acompañado.
En ese momento, pudo sentir su móvil en la bolsa trasera de sus jeans, decidió tomarlo y al ver el nombre en la pantalla, estaba segura de que palideció.
Giró en sus talones, observando como la pantalla seguía mostrando la llamada mientras caminaba a las afueras del estadio. Sabía que debía responder, pero ¿cómo lo hacía si sabía que no le esperaban tan buenas noticias?
La brisa le dio de lleno en su rostro apenas puso un pie fuera, y con eso la llamada dejó de sonar. Suspiró aliviada, aunque sabía que muy pronto volvería a hacerlo, y eso le ponía los nervios de punta.
Pero más le preocupó el ver a Misugi sobre una de sus rodillas y sosteniendo su pecho, justo del lado donde sabía se encontraba su corazón, a menos de veinte metros de ella.
⚽
¡Holaaa! ¿cómo están?<3
¿qué tal el capítulo? ¿qué opinan de la chiquitina?
Debo admitir que esta historia de nuevo me hace mucha ilusión, sobre todo me siento de maravilla tratando de darle un poquito más de trasfondo a Grett, al menos más que hace ocho años, entonces espero de corazón que lo disfruten.
Los amo.
Grett-chan fuera.
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