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Capítulo 4

Los caballeros estaban nerviosos, el evento principal estaba listo, pero no sabían qué pasaría, por otra parte, Guiche no se extrañaba de la actitud fría que mostraba Indra, además que había salido en la madrugada a ver a Kenichi y sólo al rubio y a la pelirroja les dijo la situación actual.

Guiche: En serio Kirche, tengo un mal presentimiento por lo que está pasando.

Kirche: Lo mismo digo, aunque me duele no decirle a Jean de esto.

Guiche: Él lo pidió así, tenemos que hacer caso, aunque no esté de acuerdo.

Kirche: Ni yo, pero como él lo dijo, consecuencias. – daba un suspiro.

Indra. Ya es hora. – los dos se levantan. - Y dejen ese tema que mientras menos sepan, mejor.

Kirche: Por cierto ¿Y tú espada que convierte en una armadura?

Indra: Está envuelta con Lostvaine, no hay problema. -. muestra las dos espadas en su espalda y vendadas. – da media vuelta. – En marcha.

Ambos asienten, pero claro, ya no interactuaron ni con Louise ni con Tiffania, al menos lo que discutieron en la noche anterior, Indra veía a todos lados y veía cómo la gente se juntaba y saludaban al Papa Vittorio quien estaba acompañado de Julio, el rubio llevaba unas vendas en la cabeza y aún se sentía mareado ya que la patada fue demasiado fuerte.

¡Larga vida a Su Santidad! ¡LARGA VIDA A LAS SANTAS! – Louise se mostraba escéptica mientras que Tiffania estaba triste, por órdenes de Indra, no debía decir nada de la aparición de Kenichi.

En un lugar un poco alejado, el Uzumaki estaba encapuchado y observando todo, estaba seguro que habría un intento de ataque a él o en todo caso, algo que cause disturbios en el lugar.

Kenichi: ¿Cómo están las cosas, Takao? – dijo mientras presionaba un botón de un dispositivo que estaba en su oreja.

Takao: ¡Nos retiramos!

Kenichi: ¿Qué pasa?

Takao: Ese pequeño destacamento de los de Romalia acaban de ser aniquilados por una gran flota, apenas un grupo ha escapado e informarán al Papa.

Kenichi: Entonces que tú y Satoshi salgan de aquí, se armará la gorda y empezaremos con el plan.

Takao: Hecho, nos vemos. – corta la llamada mientras que el pelirrojo sólo da un suspiro.

Kenichi: Perdónenme mamá, papá... esto va en contra de mis principios. – cierra los ojos. – Pero ellos me obligaron a hacer esto.

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Indra veía el cielo con algo de nubes, daba la sensación de que se acercaba una tormenta, en eso nota un pequeño destello a la distancia por breves segundos.

Indra: La defensa no aguantó. – Kirche y Guiche abrieron los ojos.

Guiche: ¿Ya mandó la señal?

Indra: Sí, manténganse alerta. – ambos asienten.

El evento estaba saliendo bien por el momento, hasta que notan una acumulación de nubes a la distancia, delante de todo eso, un único pegaso del destacamento que habían enviado.

Julio: Su Santidad. – Vittorio asiente, el pegaso llega al lugar y el soldado, completamente herido se acerca.

La flota multipropósito ha roto nuestras defensas, hicimos lo mejor, pero ellos tienen unas cosas gigantes y mataron a nuestros hombres. – decía asustado y sujetándose una gran herida.

Vittorio: Entonces decidió atacar, Joseph ha tomado esta opción, manden nuestras santes y a los caballeros paladines a hablar con su representante, que los caballeros Ondine también vayan.

¡Sí señor! – se lleva al caballero herido mientras que los demás se preparaban para ir a la carretera.

Esto había preocupado mucho a Henrietta, esto significa poner en riesgo a Louise y Tiffania y los estudiantes de la academia, quería protestar pero no tenía el valor para hacerlo.

El escuadrón Ondine recibieron las órdenes y estaban más nerviosos, Indra sólo suspira.

Indra: Oigan, reaccionen de una vez, según tengo entendido ya participaron en la guerra contra Albion. ¡Esto no es nada, recuerden todo lo que pasaron y así regresarán con vida, para ver a sus seres queridos! ¡Son caballeros de Tristain! ¿No es así?

¡Sí! – gritan todos recuperando esa emoción.

Indra: ¡Entonces demuestren su valor, él estaría orgulloso de eso!

¡SIIIII! – levantan los brazos.

Indra: Kirche, dile a Colbert que active el tanque de asedio.

Sí que sabes cómo animar a estos mocosos pero tengo una pregunta ¿Dónde está ese chico Son... como se llame? – preguntó Carlo con soberbia.

Guiche: Él...

Indra: Regresó a casa.

¿Entonces huyó? – sonríe con arrogancia. – Ja, no imaginé que su líder fuera un completo cobarde. – eso enojó a quienes conocían al Uzumaki, en especial Guiche, Kirche y Malicorne, pero antes de que el último diga algo, el paladín es atrapado del cuello. - ¡Gah....!

Indra: Regresó por un tema familiar, pero no toleraré que insultes a mi superior y si lo haces nuevamente, la patada que le di a Julio, te lo haré a ti pero con el doble de potencia para que se te quite esa sonrisa de arrogancia ¿Me entendiste? – dijo mientras activaba la marca, asustando un poco al paladín.

Kurome: Indra, tranquilízate, sabes bien que si activas la marca, más peligroso será.

Indra: Tienes razón. – suelta al paladín quien recuperaba el aire con desesperación. – Vámonos.

El nuevo destacamento se dirige a la única carretera disponible en tierra rumbo al límite, más específico, donde estaba la flota multipropósito a lanzar el ultimátum a Galia.

Malicorne: En serio, atravesar la carretera del tigre para confrontarlos.

Guiche: Y lo peor es que Louise va a la delantera, técnicamente la usan como punta de lanza. – dijo con tristeza pero por dentro estaba furioso, ahora se dio cuenta de lo cruel que era el Papa, parecía alguien inocente y brinda esperanza, pero para cumplir objetivos sacrificaría a sus seguidores o a cualquiera, hasta que notan a los enemigos.

Indra: Menos mal dejaron el tanque a una zona elevada, será un buen anti defensa, pero no confíen tanto porque no es un anti aéreo, aún con el modo asedio, no llega a mucha altura.

¡Dejen de charlas, protejan a Louise cuando empiece a cargar hechizos, es una orden! – dijo Carlo mientras se ponía a la defensiva.

Indra: En serio, a veces me dan ganas de callarte pero a golpes. – prepara a Lostvaine y a Grand Chariot.

Guiche: En serio, esto no me gusta nada.

Malicorne: Pero ¿Esto no es glorioso?

Guiche: Lo dices como si de un juego se trata. – respondió molesto.

Malicorne: ¿A qué viene ese mal humor?

Guiche: Pues los únicos que están satisfechos con estos resultados de la guerra santa, serían los sacerdotes y paladines. ¿Tú sabes acaso en lo que trata de una cruzada? El pretender que luchamos por Dios y el Fundador suena grandioso, pero esto es una guerra más, no terminará hasta que la Tierra Santa sea recuperada.

Malicorne: ¿Tenías que darme un sermón sobre eso?

Guiche: Todos excepto nuestros amigos extranjeros son descendientes de nuestro Dios, sí con gusto dedicaría mi vida a Halkeginia...pero tengo mi limitador. Después de rescatar a Tabitha consideré a los elfos como una fuerza rival ¿Pero ahora vamos con la cruzada?

Malicorne: ¿Eres un gallina? ¿Gente como tú, te llamas a ti mismo nobles de Tristain? ¿No quieres hacer grandes hazañas y recuperar la confianza que perdimos por lo que hicimos?

Indra: Eso es una cosa, pero ya recuperaron parte de eso, porque demuestran que se levantaron y siguen adelante, pero no confundas las cosas Malicorne, además ¿Quién carajos los protegería si están muertos? – en eso alguien se mete.

Carlo: Dios lo va a garantizar. Él es omnisciente. Si morimos en esta cruzada, nuestras almas serán enviadas al cielo. Seremos parte del ejército de Dios. ¿No hay algo más grandioso que eso? – decía con tanta confianza mientras que Indra sólo rueda los ojos.

Louise: Tal como Carlo lo ha dicho, aún si morimos, seremos guardianes de Dios. Él nos observa en esta cruzada y espera que nosotros recuperemos la Tierra Santa.

Carlo: Magnífica descripción, Santa Louise. – eso hacía que la peli rosa se sintiera orgullosa, como en los primeros días que mostraba esa faceta por el simple hecho de ser una noble.

Louise: Yo me siento muy feliz de formar parte de esto. Calificada como no tener habilidad en la magia, cero una y otra vez... pero incluso alguien como yo, es capaz de estar en la línea del frente. Por Dios, nuestros ancestros y Halkeginia. ¡No hay nada más glorioso que esto! ¡No hay un día más magnífico! ¡Y si muero aquí, mi alma vivirá para siempre!

Indra: ¿Terminaste? – dijo con la ira reprimida. – No estoy de humor para escuchar estas mierdas, sólo quiero terminar con esto y tomar cerveza. – eso había enojado a los paladines, a Carlo y a Louise.

Carlo: No me sorprende, un extranjero hereje como tú, no sabría de nuestras...

Indra: Me vale una mierda lo que quieras decir, no estoy de ánimos para escuchar más mierda Santa de este mundo y si van a hablar de eso, mejor háganlo en otra parte. – sigue avanzando mientras que Kurome y Guiche lo seguían.

Guiche: Por lo menos trata de mantenerte calmado.

Indra: No me pidas imposibles Guiche, no después de todo lo que está pasando.

Guiche: En serio, prefiero a Louise la Zero, porque era como un apodo y no por no destacar, me refiero cuando se lo ganó por sus méritos y su magia y ahora...

Indra: Ahora sólo es un cascarón vacío lleno de las mentiras y manipulaciones de Vittorio.

Justo habían llegado a la zona donde el destacamento había sido atacado y eliminado, los cadáveres estaban ahí, la sangre derramada y algunos tenían una expresión de horror en sus ojos, eso asustó a Tiffania y puso nerviosos a los caballeros Ondine, al menos a los novatos.

Indra: (Esto no es algo novedoso para mí.) – mira una huella. – Un momento.

El pelinegro con puntas azules se acerca a donde estaba la huella, era demasiado grande y al hacer un análisis completo, sólo pudo golpear el suelo con frustración.

Indra: Me lleva la ...

Guiche: ¿Qué suce...? – mira la huella. – Un momento, esto no es...

Indra: Como aquel golem gigante que nos atacó hace tiempo, el Jörmungand. – eso había puesto nerviosos a los que fueron a la misión de llevar a Tiffania al reino de Tristain.

Guiche: Esto tiene que ser una broma.

Indra: Lo que me sorprende es que pudiera avanzar en medio de toda esto. - La brecha era demasiada amplia, ahora entendía cómo fue que la flota y ese golem los arrasaron con demasiada facilidad. – (Hijo de puta, sólo fueron carne de cañón.) – mira más adelante, el humo resaltaba y los bordes afilados no inspiraban nada de confianza.

Louise: Que alguien traiga al enemigo aquí. Me encargaré de derrotarlo de un golpe.

Indra: (En serio, prefiero a la anterior.) – pensaba con fastidio.

Carlo: Avancen. – decía apuntando al humo negro, el olor de pólvora.

Guiche: ¿Quieres que pasemos en medio de eso?

Carlo: Por supuesto. Nuestro objetivo es proteger a la Santa Louise. Ustedes no pueden negarse. Así que deben hacer lo único que son capaces de hacer, agradézcanme por ello. – eso enojó demasiado a los caballeros Ondine.

Guiche: Sabes, si alguien nos ordena a ir al suicidio, hay formas especiales de tratarlo ¡Infeliz bastardo!

Louise: ¡No es momento para esconderse y luchar unos contra otros! – exclamó enojada.

Indra: ¿Y por qué no vas tú o los caballeros sagrados? Porque me niego a avanzar en toda esa pólvora, si hay rastros de que haya fresca, entonces in simple ataque llameante y nos rostizará ¿Quieres tener en tu conciencia eso?

Carlo. Por lo visto no entiendes tu posición.

Inda: Debes estar bromeando, esa es mi línea. – los caballeros sagrados sacaron sus espadas también, la situación era demasiado tensa.

Kurome: Indra, detente, por más que no me agrade, esa enana peli rosa tiene razón, no es el momento para pelear.

Carlo: Hasta esa plebeya entiende mejor. ¡Ahora avancen! – Indra ondea su espada y la regresa a su vaina, pero de la nada un corte se mostró en la mejilla del paladín. - ¿Qué?

Indra: A Kurome me la tratas con respeto.

Guiche: Perdón por ser tan directo. Pero no me gusta lo que está haciendo, somos discípulos de Brimir y nobles de Halkeginia. Si el Papa declara una cruzada, pues haremos lo que esté a nuestro alcance en ayudar. Pero al pasar por esta tierra, también vi el infierno. Esas personas que sólo alardean, incluyéndome, al momento de enfrentarse a retos reales, sólo perderán los estribos. Por eso, yo no soy como ustedes, gracias a alguien. Pero espero que lo que digo, sólo suceda en los dramas.

Carlo: ¡Basta!

Louise: ¡Guiche!

Guiche: Y tú Louise, deja de actuar como una estúpida imprudente. Si estás en gran peligro, entonces deja esto y escapa, aunque no lo recuerdas, Kenichi diría esto. Si mueres, todo eso habrá sido en vano. Sobrevivir es más importante y esa e s la verdadera gloria, sino él sólo me mataría.

Louise: ¿Y quién demonios es ese Kenichi? – Guiche sólo da un suspiro. - ¡No pierdan el tiempo y sigan!

Indra: (En serio, me dan ganas de darle un buen golpe, si así de arrogante era en el comienzo, entonces respeto a Kenichi por tener tal paciencia para hacerla una mejor persona.) – la peli rosa se va al frente y él suspira. - ¡Oye, espera idiota, si la pólvora sigue fresca, no me haré responsable si explota!

Frena de forma inmediata ya que una roca gigante estaba a punto de impactar en la dirección donde estaban.

Indra: ¡APÁRTATE! – corre a gran velocidad y desenvaina su espada a gran velocidad. - ¡MIL CORTES DIVINOS! – la roca se hizo pedazos, por lo que quedaba, no presentaba nada de amenaza.

Guiche: Esa no la vi venir... - abre los ojos. – Maldita sea, ese golem otra vez.

Eso no era lo malo, esos golems estaban subiendo por las cordilleras, parecía que atacarían por los laterales del ejército.

Reynald: ¿Qué haremos? ¿Estas cosas tienen una barrera contra la magia y encima es un Counter?

Indra: (Si ese elfo está involucrado otra vez, entonces lo lamentará.)

Finalmente te encontré. – esa voz, esa maldita voz, la reconocía Indra y todos aquellos que se enfrentaron contra ella.

Indra: Tú de nuevo, maldita Sheffield ¿Es que no te cansas de joder?

Sheffield: Oh, nos volvemos a ver chico ¿Te sorprende ver más de estos? Tu amigo pudo derrotar a un ejército de 70,000 con dificultades, pero con mis amigos, los habría aplastado como cucarachas.

Indra: ¿Te mofas de alguien que se enfrentó contra ese ejército y no estaba en su 100%? Wow, qué mala.

Malicorne: Espera, ¿No estaba a su 100%?

Indra: Por su enfermedad cardiaca, él casi muere antes de enfrentarse contra el ejército. – todos menos Guiche estaban sorprendidos, esa parte no la sabían en lo absoluto mientras que Indra mira a su enemiga. - ¡Así que no te creas tanto perra faldera del rey basura!

Sheffield: Imperdonable – dijo con enojo. - Pero esto acabará con ustedes, sus cenizas serán esparcidas por todo el continente. – su rostro de enojo pasa a una sonrisa sádica mientras que las runas se activaban.

Indra: ¡SALGAMOS DE AQUÍ! – el grupo da media vuelta mientras que los golems empiezan a seguirlos, por lo que necesitaban un lugar con más espacio, las posibilidades de ganar son de 0.

Carlo: ¿Tanto se demoran? – ve que en todo el humo los caballeros retrocedían. - ¡Hey! ¿A dónde creen que van?

Indra: ¿Tú qué crees imbécil? – señala a los golems y se movían a gran velocidad, más que la de uno normal. – Si tienes tu hechizo listo, actúa.

La peli rosa ni dudó y apunta a uno de los golems, haciendo que un gran brillo salga de su varita y se produzca una poderosa explosión.

Carlo: ¿De eso huyeron? En serio qué cobardes. – Indra sólo calló, no por vergüenza, sino porque estaba a punto de callarlo a base de golpes.

Louise: N-No puede ser. – decía sorprendida mientras retrocedía, la razón, es que el golem no mostraba nada de daño.

Carlo: ¿Qué? – era distinto que en Albion, ahora era más resistente.

Sheffield: Largo tiempo sin verte, usuario del Vacío Louise, he estado esperando esta conversación.

Louise: ¡Myozunitorirun!

Sheffield: La tecnología de los elfos es capaz de imprimir mecanismos de defensa dentro de la misma armadura, sin importar que la defensa superficial sea desintegrada por el vacío, el poder de los fragmentos no es suficiente para atravesar la armadura.

Carlo: ¡AHHHHHHHHHHHH! – en lugar de proteger a Louise, terminó huyendo con varios paladines.

Indra: ¿Y quién es el cobarde? – decía completamente enojado.

Guiche: ¡RETROCEDE LOUISE, ESTAMOS EN DESVENTAJA!

Louise: ¡No lo haré! ¡Soy una santa! ¿Cómo puedo irme del campo de batalla?

Indra: ¡Mierda! ¡Protejan a Louise! – esto no estaba en los planes, por lo que tenía que mantenerla a salvo.

Los magos trataron de mantenerlos alejados con su magia, pero no parecía hacerles nada, incluso las llamas púrpuras de Indra, apenas dañaban y retrocedían, pero no era tan potente como antes.

Sheffield: (Vamos, úsalo, quiero ver ese sello.) – pero Indra no activaba la marca, sólo usaba las llamas en forma base.

Louise estaba tratando de recitar de nuevo el hechizo, lo haría varias veces hasta que funcionara, pero el golem da un fuerte tajo al suelo, mandando una onda de viento cortante, varios salieron heridos, incluyendo la peli rosa, haciendo que suelte su varita.

Sheffield: Eres una niña muy molesta...no pude hacer nada contigo y por eso, no te mataré rápidamente. ¡Haré que pagues tu desprecio al rey Joseph y a mí! – mira a todos lados. - ¿Y dónde está tu familiar? ¿Acaso huyó? Ese mocoso que siempre estaba pegado a ti como un perro guardián y te protegía ¿Te abandonó?

Louise: ¿Perro guardián? ¡Yo no he tenido ningún familiar nunca, yo lo hice todo sola! – pero eso causó un fuerte dolor en la cabeza, además del corazón. – (¿Qué me pasa?...)

La peli rosa por unos segundos notó en sus recuerdos a alguien con el cabello rojo con puntas negras, pero no podía ver ni su cara, nada, sólo el cabello pudo reconocer.

Louise: (¿Quién es ese sujeto...? ¿Acaso es ese tal Kenichi? Imposible, no debe ser él, ni siquiera lo conozco!)

Sheffield: ¿Lo olvidaste? ¿O acaso te abandonó? Porque eso tendría sentido, después de todo, eres una inútil, un desperdicio de espacio, la más patética e incapaz. Y pensar cuántas veces fui derrotada por esta maldita mocosa. ¡Pero hoy será tu final! Mostraré a mi amo tu rostro lleno de agonía. De esa manera, estará encantado.

La peli rosa estaba en un callejón sin salida y nuevamente ese recuerdo cuando el pelirrojo se perforó la mano por la espada de Wardes para protegerla.

Louise: Ke....ni...chi.... ayuda....

Sheffield: ¿Ruegas por tu vida? ¡Qué bonito! ¡Vamos, muéstrame esa mirada llena de desesperación!

Louise: Sálvame...Kenichi.... – pero el rostro era oscuro, no lo recordaba, pero parecía que lo había visto en algún momento.

El golem levanta su pie y estaba a punto de pisar a Louise quien estaba inmovilizada ante la situación que se presentaba.

Louise: ¡KENICHIIIIII! – No lo conocía, pero desde el fondo de su corazón, gritó ese nombre con fuerzas.

Y justo cunado el golem estaba a punto de aplastarla, se detiene ya que algo impacta en el pecho del golem y lo hace caer.

Sheffield: Vaya vaya... miren a quién tenemos aquí, al perro guardián de la mocosa, Kenichi. – y sí, ahí estaba él, con una mirada fría, su mano izquierda estaba vendada, tenía a Derflinger en su mano derecha y a Incursio en su espalda.

Kenichi: Ha pasado tiempo, maldita perra faldera de ese rey miserable. – abre los ojos y no eran azul zafiro, eran unos rojos con aspas.

Malicorne: ¿Qué?

Reynald: ¿Ke-Kenichi? Pero dijeron que había regresado. – estaba en shock.

Guiche: ¡Kenichi! ¡Estás aquí!

Indra: Regresaste... - dijo también con sorpresa.

Sheffield: ¿Dónde has estado eh? Creí que estarías oculto debajo de una roca y escondiéndote porque después de matar a la mocosa iría a por ti.

Kenichi: Qué curioso, iba a decir que justo cuando mate a ese rey de quinta, tú serías la siguiente. – dijo con una frialdad, que asustó a los caballeros Ondine.

Sheffield: ¿Qué has dicho? – tenía un tic en el ojo al escuchar eso.

Kenichi: Creo que te quedaste sorda, pues lo repetiré. Una vez que tenga la cabeza de tu rey Joseph, tú serás la siguiente. – sonó tan natural, que asustó a los caballeros. ¿Realmente ese era el Kenichi que conocían?

Sheffield: Mátalo. – el golem se levanta y se lanza al ataque, no iba a golpearlo, iba a usar la espada para matarlo, pero el Uzumaki no se anduvo con juegos esta vez, ahora activó su fase super saiyajín, dejando sorprendida a la mujer ya que antes no había visto algo así, toma a Incursio y con una posición de X bloquea el potente corte del golem, aunque el rastro de la onda del viento siguió hasta chocar contra una de las paredes del lugar.

El pelirrojo ejercía presión con el gigante pero en cuestión de segundos, Kenichi da un fuerte grito y levanta las espadas, desviando el ataque por completo, para luego moverse a gran velocidad y dar severos cortes en las piernas del gigante, quien se puso de rodillas.

Kenichi: ¿Es esto tu arma principal? – el golem prepara un puñetazo y trata de impactar de lleno en su cara, pero el pelirrojo se hace a un lado. – Es patético, como tú Sheffield.

Sheffield: Grrr.

Kenichi: La diferencia es... que tú peleas usando objetos mágicos, nunca has atacado cuerpo a cuerpo realmente... - bloquea otro tajo de espada para luego sujetarla con las manos desnudas. - ¡Y ESO TE DEJA EN UNA CLARA DESVENTAJA!

Con todas sus fuerzas, levanta la espada, al mismo tiempo que el gólem empezó a ser levantado, el Uzumaki gira mientras que el golem se dañaba al estrellarse contra la pared para luego mandarlo al aire, Kenichi da un potente salto y empieza a cortar al Golem en varias partes hasta partir su cabeza con ambas espadas, finalmente aterriza mientras que el golem caía al suelo y sin posibilidad de levantarse.

Kenichi: Siguiente. – Sheffield se enoja más y manda a tres golems esta vez, el pelirrojo ni se inmuta y se lanza a gran velocidad, atacando primero las piernas. Sólo Indra, Guiche y algunos caballeros que estaban experimentados en el entrenamiento más intenso, podrían ver la velocidad del pelirrojo.

Uno de los gólems cae con las piernas totalmente cortadas, para luego notar al pelirrojo enterrar sus espadas en la cara y dar múltiples puñetazos hasta pulverizar gran parte de ella, acabando con otro.

Sheffield perdió la paciencia y manda a dos golems más a respaldar, el pelirrojo sólo bufa y cierra su ojo derecho, eso la dejó confundida, hasta que en unos segundos, nota que sangre salía de ahí, Kenichi abre el ojo para luego decir.

Kenichi: Amaterasu... - ya no era un ojo rojo de tres aspas, ahora tenía una forma distinta, líneas rojas también estaban presentes y derramaba lágrimas de sangre.

Un muro de fuego apareció y tocó a los golems de refuerzo, Sheffield estaba demasiado confiada de que no harían nada, pero poco a poco notó como los golems se derrumbaban mientras que las llamas rodeaban por todo su cuerpo y los calcinaban.

Indra: (¿Amaterasu?) – eso sí lo dejó sorprendido, Takao ni Kenichi le dijeron nada de eso en la reunión.

Sheffield: ¿Qué demonios son esas llamas negras? Mis golems le están afectando. – los otros dos golems que quedan, se lanzan al ataque, pero Kenichi mira el filo de Derflinger y llena el filo con las llamas negras también, para luego dar cortes fatales en los golems y dejar que se quemen hasta que no queden más que cenizas, aunque también las llamas negras estaban por las paredes.

Guiche: ¿Sabes qué son esas llamas?

Indra: No del todo, pero sí te puedo decir lo siguiente, no te atrevas a tocarlo, ni siquiera se apaga con agua.

Kenichi: ¿Eso es todo? Y yo que empezaba a aumentar el nivel. – dijo con total aburrimiento mientras mira a Sheffield. – Dile a tu amo, que se cuide las espaldas, porque no descansaré en darle caza hasta matarlo. – afila su mirada. – Y eso tenlo por seguro. – le apunta con la espada envuelta en llamas negras.

Sheffield: Tch... ¡Pagarás por insultar a mi amo! – hace que tres golems más se lancen al ataque, pero el pelirrojo sólo suspira de aburrimiento, ya que uno terminó quemado mientras que los otros dos escalaron por los costados para evitar esas llamas.

Kenichi: ¿De qué sirve eso? ¡Cualquier número por cero siempre será cero! – bloquea un tajo de espada para luego saltar y esquivar el otro tajo, el Uzumaki aterriza en la espada y corre hacia la mano, cortándola con facilidad y llenado de llamas el lugar cortado. El otro golem salta encima para aplastarlo pero el pelirrojo con puntas negras se hace a un lado mientras nuevamente activa su ojo y las llamas negras terminan por acabarlos.

https://youtu.be/AastZeIJJDA

El pelirrojo finalmente parte una espada con sólo una pisada y toma una parte para arrojarlo como una jabalina, directo a la peli negra, quien frustrada, termina por desaparecer antes de que el trozo de espada impactara en ella.

Y poco después la flota multipropósito de Galia, que estaba acercándose, da media vuelta y se retira, el pelirrojo mira todo el rastro de fuego y lo hace desaparecer, aunque en esta ocasión, mostró una mueca de dolor y se cubre el ojo derecho.

Indra: Los repeliste, de una forma muy efectiva diría yo, aunque ¿No fue demasiado el que usaras la fase?

Kenichi: Quería terminar con esto rápido, así que en estos momentos, ya no tengo por qué contenerme. – dijo con total seriedad mientras seguía empuñando a Derflinger.

¡MIREN! ¡LOS PERROS DE GALIA HAN SIDO DESTRUIDOS POR NOSOTROS! ¡QUE LA BENDICIÓN DE NUESTROS ANTEPASADOS NOS SEA OTORGADA! – exclamaba Carlo quien se acercaba y los demás paladines gritaban de satisfacción y victoria.

¡LO LOGRAMOS! ¡HICIERON QUE SE ESCAPEN! – gritaban los demás paladines, enojando al escuadrón por el descaro de los paladines, ellos fueron los que huyeron.

Kenichi: ¿Ustedes qué hicieron? Yo claramente los vi cuando se dieron media vuelta y huyeron con la cola entre las piernas. – decía sin mirar a los paladines.

Carlo: No hicimos eso, sólo fuimos a reelaborar la estrategia. – se acerca. – Me equivoqué al juzgarte, fuiste y ayudaste a Romalia, al ver que estás de nuestro lado y codo a codo con la Santa Louise, nuestros enemigos temerán de nuestro poder.

Kenichi: ¿Qué estoy de su lado? ¿Y se puede saber cuándo acordé eso?

Carlo: No sé qué tipo de broma es esta mocoso, pero como caballero de Tristain, formas parte también de las tropas de Romalia, quien se encaminarán a recuperar la Tierra Santa.

Kenichi: Por mí, esa Tierra Santa se puede ir al infierno. – voltea y encara al paladín. – Al igual que Su Santidad.

Eso dejó completamente pálidos a los caballeros Ondine, tal falta de respeto era castigado por la muerte.

Carlo: ¡T-TÚ! ¡MALDITO HEREJE! ¿CÓMO TE ATREVES A HABLAR ASÍ DE SU SANTIDAD? – saca su espada y le apunta al cuello pero el pelirrojo no se mostraba intimidado, ni siquiera un poco. - ¡TE ORDENO QUE RETIRES ESAS PALABRAS ANTES DE QUE SEAS JUZGADO POR MIS MANOS EN ESTE MOMENTO!

Kenichi: ¿Y quién te crees, un juez para hacer eso? – dijo desinteresado. - ¿Y por qué tendría que retirar mis palabras? Fui sincero, que la Tierra Santa y Su Santidad, un bastardo manipulador, se vayan al infierno.

Carlo: ¡INSOLENTE, SACRILEGIO, NO IMPORTA SI ERES EL HÉROE DE TRISTAIN, SI INSULTAS A DIOS Y A SU SANTIDAD, TU CASTIGO ES LA....! – no dijo más ya que Kenichi perfora abdomen con la espada envuelta en llamas.

Los caballeros Ondine estaban completamente en shock, su comandante, aquel comandante que tanto respetaban, acaba de matar al líder de los paladines y en sus ojos no se mostró ni una pizca de miedo ni arrepentimiento, en eso Kenichi gira la espada y corta parte del abdomen de Carlo, no pudo gritar de dolor ya que había muerto antes de que hiciera el siguiente corte.

Kenichi: Si quieres culpar a alguien, pues culpa al Papa, por haber hecho ese acto imperdonable. – decía con frialdad.

Inmediatamente los demás paladines sacan sus armas y apuntan al pelirrojo con puntas negras.

Guiche: ¡Kenichi! ¿QUÉ HICISTE?

Indra: ¡Mataste sin piedad al líder de los paladines! ¿Qué demonios te pasa? – exclamaba entre sorpresa y enojo.

Kenichi: ¿Qué me pasa? Pues, alguien quiso joderme, y ahora... - las llamas negras son absorbidas por la espada. – Le estoy devolviendo el daño que me ha causado.

¡MISERABLE HEREJE! ¡ESTE ES UN CRIMEN QUE SE CASTIGA CON LA MUERTE Y DE FORMA INMEDIATA! – los más cercanos estaban recitando un hechizo pero Kenichi simplemente activa el Mangekyou Sharingan nuevamente.

Kenichi: Tsukuyomi... - todos los caballeros que estaban en la delantera, miraron directamente a los ojos y de repente, todo se volvió oscuro.

Los paladines abren los ojos y notan que estaban con los pies en el agua, al punto de que cubrían las rodillas, en eso Kenichi aparece frente a ellos y sólo dicen.

Kenichi: Les doy la bienvenida a mi mundo. – los caballeros inmediatamente le apuntan y lanzan sus mejores y más poderosos hechizos, o al menos eso debió haber pasado. – Es inútil, su patética magia no servirá aquí, yo soy quien lo controlo todo.

El escenario pasa de un mundo lleno de agua, a un desierto, el calor era insoportable y el pelirrojo estaba en una zona elevada.

Kenichi: Ustedes ahora no son más que simples insectos, despojados de lo que los hacía fuertes, de aquello que ese enorgullecían y son simplemente mortales y ahora...

Frente a los paladines, había un montón de soldados con armaduras distintas a las que ellos usaban, parecía ser más fuerte y resistente y las lanzas apuntaban hacia ellos.

Kenichi: Veamos qué tan hábiles son, paladines. – levanta el brazo y los soldados se preparan para atacar, los paladines tragaron saliva pero se prepararon para contratacar. – Ataquen. – baja el brazo y los soldados avanzan a gran velocidad, era una locura ya que los pasos eran tan sincronizados, asustando a los paladines.

Y al momento de chocar armas, los soldados del pelirrojo mataban cruelmente y sin piedad a los paladines de Romalia, no tenían piedad, no tenían compasión, sólo atacaban y mataban, eso era todo, varios gritaban de dolor y pedían piedad, pedían misericordia, pero esos gritos eran ignorados, hasta que sólo quedó uno y terminó por ser perforado.

En eso todos abren los ojos y todavía notan que están en el desierto, pero lo que acaban de ver, parecía tan real.

Kenichi: No duraron nada, qué decepción. – dijo de forma fría. -Pero estoy seguro que sienten las perforaciones en su cuerpo.

Y no estaba mintiendo, porque los paladines sentían cómo sus cuerpos habían sido perforados y eso que están con el cuerpo intacto ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Era una ilusión?

Kenichi: El dolor es dolor, como lo quieran llamar. – decía mientras señala hacia arriba y todos se asustaron ya que un meteorito estaba cayendo y era lo suficientemente grande para impedir toda vía de escape.

Aún así trataron de escapar, pero parecía que eran atraídos al centro del impacto, no importaba si aumentaban la velocidad, no importaba si se peleaban entre sí para salir de ahí, siempre regresaban y gritaron de desesperación antes de que fueran aplastados.

Al abrir los ojos ahora estaban atados a una cruz y había múltiples pelirrojos con puntas negras frente de cada paladín.

Kenichi: Quedan 71 horas, 59 minutos y 59 segundos. – eso palideció a todos, más cuando ven que Kenichi y sus copias asacan una espada y empiezan a perforar en zonas dolorosas, escuchándose el grito en todo el lugar.

Adentro fueron 3 días, pero en la vida real sólo fueron tres segundos, los caballeros que estaban delante, cayeron de forma brusca, algunos con una mirada muerta del miedo mientras que otros respiraban de forma pesada y se sujetaban la cabeza mientras repetían una y otra vez "No más...por favor...."

Tiffania quien recién llegaba veía con horror al ver esto, para luego ver al Uzumaki con una mirada fría, Louise, por otro lado, toma su varita y le apunta.

Louise: ¡MISERABLE! ¿CÓMO TE ATREVES A HACER ESO A LOS NOBLES PALADINES DE ROMALIA? ¡PENSÉ QUE ERAS NUESTRO ALIADO!

Kenichi: ¿Aliado de Romalia? ¿Por qué sería aliado de una nación con un Papa tan bastardo y manipulador? – eso enfureció a la peli rosa, aunque también tuvo un dolor de cabeza, donde veía al mismo pelirrojo pero con una sonrisa cálida.

Louise: Maldito hereje ¡Haré que te arrepientas de lo que has hecho!

Kenichi: Inténtalo, no pudiste matar ni un solo golem con tu explosión. – se acerca mientras que la peli rosa empezaba a temblar. - ¿Crees que ahora pueda afectarme? Es más... - su cabello vuelve a la normalidad. – Estoy en mi forma base, vamos, lanza tu hechizo, no haré nada para defenderme.

La peli rosa muerde los labios, quería hacer el hechizo, castigar al hereje y asesino de los paladines, eso estaba en su mente, pero algo le impedía recitar el hechizo, si su mente quería hacer una cosa, su corazón era lo contrario, se negaba a hacerlo, porque, aunque no lo conociera, sentía una fuerte conexión con él.

Louise: (¿Por qué...? ¿Por qué no puedo...? Mató a un paladín, es un hereje que debe ser castigado. ¿Por qué no puedo usar mi magia contra él?)

Kenichi: ¡¿Qué estás esperando?! – eso la hizo reaccionar. - ¡Sigo esperando tu hechizo! – la peli rosa le apunta a la cabeza pero simplemente no podía recitar el hechizo, es más, hasta le salió un par de lágrimas.

Tiffania: ¡DETENTE! – los caballeros Ondine, Indra, Kenichi y Louise miran a la semi elfo quien derramaba lágrimas. - ¡Por favor...detente! ¡Sé que estás furioso por lo que pasó, pero...esto no es la forma! ¡Tú no eres un asesino a sangre fría! ¡Po-Por favor, te pido que te detengas! ¡Perdóname por no haberla detenido! – se limpiaba las lágrimas pero no se detenían.

Ella levanta la mirada y ve al pelirrojo con su mirada estoica, grave error, vió como giraba los ojos nuevamente y sentía cómo se acercaba y perforaba su corazón. La semi elfo empezó a cerrar los ojos y cae inconsciente, Indra la atrapa antes de que su cabeza golpee el suelo.

Indra: (No tenías que utilizar esa ilusión con ella, ese no era el plan.) – pensaba un poco enojado, si bien Tiffania tiene parte de la culpa por borrarle la memoria, no merecía esa ilusión.

Louise: ¡MISERABLE! – levanta su varita pero le es arrebatada por el pelirrojo.

Kenichi: ¿Y tienes algo mejor que dar? Ahora que ya no tienes tu varita. – la peli rosa trata de golpearlo, pero el pelirrojo simplemente cierra los ojos y los esquiva sin dificultad alguna, Louise se enfurece y utiliza golpes más rápidos, algo que la confundía ya que no recuerda cómo aprendió eso.

Louise trataba de hacer retroceder al pelirrojo o al menos lastimarlo, por lo que da un salto y trata de conectarle una patada en la cara, pero Kenichi lo atrapa, la peli rosa no se detiene y trata de darle un puñetazo, aún así es atrapado, la Santa da un giro rápido y trata de conectarle una patada con la pierna libre, pero el pelirrojo simplemente deja de sujetarla y retrocede, Louise da una voltereta y aterriza bien mientras tenía una expresión de sorpresa.

Kenichi: Eres débil Louise, te falta odio y fuerza. – dijo con frialdad mientras le daba un golpe en el pecho - Renunciar a esos recuerdos, te ha vuelto débil.

Louise: Mal-Maldito... - trata de golpearlo, pero el pelirrojo le da una bofetada, mandándola hacia atrás.

Kenichi: Como te dije, eres débil, te falta odio. – la levanta y la mira a los ojos. - ¿Y te digo algo? Nunca lo harás. – la hace ver a los ojos  y la peli rosa da un leve grito antes de que quedara inconsciente.

En eso se aleja ya que una garra de dragón estaba a punto de cortarlo, el pelirrojo sonríe con burla al reconocer al dragón.

Kenichi: Llegas tarde....hermano. – dijo con una sonrisa mientras que Julio tenía dos expresiones, sorpresa y enojo, sorpresa porque no se esperó que el pelirrojo despertara de ese mundo falso donde lo enviaron y enojo, al ver que él fue el responsable de matar al líder de los paladines.

Julio: No esperaba verte por aquí, Kenichi. – ya no tenía esa típica sonrisa, ahora estaba furioso.

Kenichi: No te lo viste venir ¿Verdad? He tenido una reunión con esa bruja y sólo faltabas tú, "hermano". ¿Acaso querías hacer tu entrada de gloria?

Julio: ¿Por qué mataste al líder de los paladines?

Kenichi: Por creer que estaba de su lado y porque ya la tenía cobrada, ese infeliz casi me mata, así que la culpa fue tuya por difundir esos rumores falsos.

Julio: Pensé que éramos aliados.

Kenichi: Qué curioso que me digas eso, porque justamente iba a decir lo mismo. Creí que éramos aliados, hasta que me sacaron de su juego dado que no estaba de acuerdo con su maldita cruzada, encerrándome en ese maldito mundo ilusorio. – los demás Ondine no sabían el por qué, pero Guiche, Indra y Kirche, eran los únicos que lo sabían y estaban enojados por los actos del Papa y su familiar.

Julio: Así que lo sabes.

Kenichi: Estuve ahí, cuando Louise mencionó que no me conocía y ahí lo entendí, ustedes tuvieron algo que ver. – camina alrededor mientras señalaba a Julio. – ¡Esa maldita ambición que tienen tú y esa excusa de Papa provocó todo esto!

Julio: ¿Cómo llamaste a Su Santidad?

Kenichi: Un bastardo, una basura que merece podrirse en el infierno al hacer este tipo de actos! – lo decía por el escuadrón que mandó, eran tan pocos, Julio sólo afila la mirada y levanta la mano y los paladines de refuerzo, apuntan sus armas hacia el pelirrojo.

Julio: Te daré la oportunidad de retractarte o no me haré responsable de lo que pasará.

Kenichi: Su Santidad merece podrirse en el infierno por manipular y usar a los demás como simples peones, para mí, ese no es un Papa, es un demonio disfrazado de Papa. – eso fue la gota que colmó el vaso de Julio y baja su brazo.

Julio: Fuego. – múltiples hechizos de alto nivel se dirigían hacia el pelirrojo, los caballeros Ondine estaban en shock por lo que iba a pasar, pero en eso, un muro de hielo se levanta frente al pelirrojo, era tan grueso que soportó todos los ataques. - ¿Qué?

Los caballeros ven a alguien sobre los filos del lugar y ven a un peli azul con el puño extendido.

Takao: Vamos. – los caballeros sagrados estaban preparando otro hechizo, pero empezaron a ser atacados.

Satoshi: ¡Postura del mar del fuego! – arremete contra varios, dejando cortes graves y matando a uno que otro ya que le dio directo al cuello, hasta posicionarse al lado del pelirrojo, seguido de Takao quien deshizo el muro de hielo.

Julio: ¿Quiénes son ustedes?

Kenichi: Aliados de mi hogar. – eso abrió los ojos a Julio ¿Cómo pudo pasar esto, si Vittorio no volvió a abrir ese portal?

Malicorne: ¿Los conoces Indra?

Indra: Sí y créeme si con Kenichi me mantengo a raya, con los tres que conforman el triángulo de la muerte, estoy en gran desventaja. – eso dejó en shock a los Ondine, si está a la par del Uzumaki, tres contra uno es posibilidad baja y más con la marca dañada.

Reynald: Esto no es bueno, pero ¿Por qué él...? – mira al paladín muerto, aún recuerda la mirada indiferente del Uzumaki cuando lo hizo.

Julio: ¿Y qué harás? ¿Te rebelarás contra la iglesia? Porque acabas de matar al paladín y tu amigo igual.

Kenichi: Consecuencias Julio, consecuencias, pero no, por más que quiero hacer pagar a Vittorio y a ti, ustedes no me interesan. – mira la dirección donde se fue la flota de Galia. – Mi objetivo es Joseph y su molesto familiar, aunque, antes de llegar a ellos, hay un ejército.

Julio: ¿Piensas hacer frente a eso tú solo?

Kenichi: Tengo mi equipo y créeme, es mejor que tus patéticos paladines, que huyeron al momento de ver al Golem.

Julio: A pesar de eso, sabes que ahora eres un criminal, encima mancillaste el honor del manto de caballero por tal atrocidad, si te vas, serás cazado como un animal, al igual que tus amigos, no serán caballeros de Tristain, sólo serán cazados como traidores. – dijo con seriedad mientras que Kenichi empieza a reír.

Kenichi: ¡JAJAJAJAJAJA! – eso hizo que Julio se salga de sus casillas.

Julio: ¿CUÁL ES LA GRACIA MALDITO INFELIZ? – se acerca y sujeta de la bufanda al Uzumaki, pero su brazo es interceptado, haciendo que le apriete con fuerza. - ¡ARGHHHHH!

Kenichi: Aleja tus manos de esta bufanda. – dobla el brazo del rubio de ojos heterocromáticos.

Julio: Tch... - el dragón se lanza al ataque pero el pelirrojo hace que lo mire a los ojos y lo deja inconsciente.

Kenichi: ¿Problemas a Tristain? No hay problema. – se quita la manta y lo arroja. – Ya está, dejo de ser un caballero de Tristain. – Indra atrapa la manta mientras miraba con seriedad al pelirrojo.

Julio: Infeliz...

Kenichi: Tú lo eres más, me causa gracia que me digas traidor después de lo que tú y tu amo hicieron. Pero como dije, no me interesan, por ahora, estaré cazando a Joseph y a Sheffield pero si mandas a tu gente a frenarme, no dudes que los eliminaré. – da media vuelta. – Vayan al punto de encuentro, yo los alcanzaré luego.

Takao y Satoshi desaparecen mientras que el pelirrojo da una potente patada a Julio, haciendo que su brazo quede dañado al estrellarse contra la pared.

Indra. ¡Espera! ¡No puedes irte así de simple! – pero el pelirrojo simplemente aparta su brazo y sigue avanzando, para conectarle un puñetazo en el estómago. - ¡Aghhh! – el pelirrojo se acerca y le susurra algo para luego darle un codazo en el cuello y dejarlo inconsciente.

Kenichi: Quédate con la escoria de Romalia. – se retira de ahí.

¡ATRÁPENLO, ESE HEREJE DEBE SER JUZGADO! – varios toman sus pegasos y siguen al pelirrojo con puntas negras.

Malicorne: No puedo creer lo que acaba de pasar. – dijo completamente sorprendido. – Que Kenichi....

Reynald: ¡Cállate! ¡Algo debió haber pasado! ¡Él no es así en lo absoluto!

Malicorne: ¡Pero mira lo que hizo al paladín, mira cómo dejó a Louise y a Tiffania! – reclamó con enojo.

Kirche: Ambas están bien, sólo quedaron inconscientes. – dijo mientras revisaba el pulso y Kurome ayudaba a Indra.

Indra: Eso realmente me dolió. – se sujetaba el cuello.

Kirche: (Todo lo que hace para ensuciarse las manos.) – pensó con tristeza mientras veía el lugar donde se fue su amigo pelirrojo.

Indra: (Espero estén satisfechos, por lo que estamos haciendo.) – pensaba con fastidio mientras veían a Julio siendo ayudado por los demás y recordaba lo que dijo el pelirrojo.

(Kenichi: Cuida de Louise en mi lugar, por favor, sé paciente con ella.)

Indra: (Renunciar a esto y mancharte las manos, esto no habría pasado si no hubiéramos venido a esta maldita nación, pero cumpliré ese pedido.) - aprieta con fuerza el manto.

FIN DEL CAPÍTULO.

ESPERO LES HAYA GUSTADO...

https://youtu.be/ht6HidxKYnQ

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