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Capítulo 7

Después de besarse, ambos se separan y dan una sonrisa, ignorando las gotas de lluvia para mirarse a los ojos a acariciar sus mejillas.

Louise: Cómo extrañaba tus besos.

Kenichi: Yo también extrañaba los tuyos, me estuve aguantando todo el tiempo de la bruja porque si no le hacía caso, haría algo contra ustedes. – eso enojó mucho a la peli rosa, la perra de la reina cayó muy bajo hasta que abre los ojos.

Louise: E-Eso qui-quiere decir...- temblaba ya que pensó lo peor, pero ella lo toma de los hombros con una sonrisa leve.

Kenichi: Tranquila, no llegó a eso, estaba tan entusiasmada para el día de la boda que no lo llegó a hacer. – la peli rosa dio un suspiro de alivio.

Louise: Eso me alivia mucho. – lo besa del cuello hasta dejarle un chupetón.

Kenichi: Louise, sé que extrañabas esto, pero tenemos que irnos, he engañado a Agnes dos veces, sin embargo, estoy seguro que vendrá completamente furiosa.

Louise: Cierto, es verdad, hasta estábamos ignorando el hecho de que estaba lloviendo. – le daba un último beso y se levantan.

Kenichi: Hay que ayudar a los demás de la academia. – trata de avanzar pero la peli rosa lo detiene. - ¿Louise?

Louise: Hicimos un motín para que yo pudiera escapar, mientras que ellos irían a la villa de Siesta, dado que es cercana a ti, estoy segura que irá a hacerle algo malo, por lo que estaremos cerca de ahí.

Kenichi: Ya veo.

Louise: Pero ¿Qué tal si nos burlamos de la perra faldera una vez más?

Kenichi: Jejejeje, me gusta ese plan. – ambos se acercan al caballo y recogen las espadas. – Me alegra verte de nuevo Derflinger.

Derflinger: Lo mismo digo compañero, sabía que eres un imán de chicas, aunque no me esperaba que la reina se volviera así.

Kenichi: Sí, es verdad, pero ya escapé del palacio y no pienso volver con esa loca.

Louise: ¡Corre! – le da un golpe con la fusta al caballo, haciendo que corra a gran velocidad, dirigiéndose hacia la a academia. – No tenemos transporte, pero sí podremos correr.

Kenichi: Lo sé, esperemos encontrar un lugar para pasar la noche, esta lluvia está que se hace cada vez más fuerte. – ambos asienten y empiezan a correr.

Louise guiaba al pelirrojo por la ruta hacia Tarbes, a pesar de que el Uzumaki ya comprendía las letras y runas de este mundo, sin embargo, no conoce todo el lugar, apenas rutas conocidas para la ciudad y la academia de magos.

Louise: Por esta ruta nos dirigiremos a la villa, de paso que hay otro pueblo con posada en el camino.

Kenichi: Dudo que con esta lluvia podamos llegar a tiempo. – nota que se aproxima una fuerte neblina, preocupando a ambos.

Louise: Avanzaremos todo lo que podamos antes de que se haga más densa entonces. – Lo toma de la mano y siguen corriendo.

Mientras tanto con Agnes y el escuadrón, volvieron a la ruta estándar, siguiendo el rastro, aunque ella tenía una posibilidad de que iría a la academia.

Agnes: ¡APÚRENSE! – no le importaba la lluvia ni la neblina, tenía que llevarse al pelirrojo de vuelta y sospechaba que iría a la academia. – Ese idiota ya no tiene escape, en la academia hay más mosqueteras y en cuanto lo vean, lo atraparán.

Estuvieron cabalgando cerca de una hora, hasta que logran avistar la academia, pero para extrañeza de Agnes, los campamentos estaban completamente vacíos.

¿Qué está pasando? – Decía una mientras que Agnes acelera la velocidad del caballo y se dirigen a la entrada, notando que no había nadie, sin embargo. Una vez que ingresaron a la academia, notaban un ambiente muy hostil, eso hizo que todas desenvainen sus espadas y al dar un paso, ven que varias piedras se dirigían a su dirección, la mayoría trató de cubrirse, pero la velocidad del impacto fue algo fuerte, dejando incapacitadas un pequeño grupo.

Agnes: ¡Qué demonios! – ve que Osmond sale del comedor con una mirada tranquila.

Osmond: No son bienvenidas aquí.

Agnes: ¿QUÉ TRAICIÓN ES ESTA?

Osmond: ¿Traición? ¿Cómo es que no te has mordido la lengua? Aquí los traidores son ustedes y la reina, quien en un capricho le arruinó la oportunidad a un alumno mío para que vuelva a su hogar. – fumaba su pipa mientras la miraba con serenidad, no era alumno oficial, pero él lo consideraba uno, además que lo estimaba.

Agnes: ¿Dónde están las demás mosqueteras? – preguntó enojada, ignorando el hecho que la tacharan de traidora, a ella ni le importaba.

Osmond: Mmmmm, no lo sé. – Agnes, furiosa, saca su pistola y le apunta.

Agnes: Lo repetiré una vez más ¿DÓNDE CARAJOS ESTÁN LAS DEMÁS MOSQUETERAS?

Osmond: Donde deben estar, en prisión por su traición. – la líder jala el gatillo y la bala impacta en la puerta, rozando la mejilla pero el director se mantuvo calmado.

Agnes: Primera y última advertencia, liberas a mis mosqueteras, sacas a Son Kenichi Uzumaki y a Louise Valière también o atente a las consecuencias, las demás mosqueteras sacan sus armas de fuego pero una llamarada impactó cerca de las mosqueteras, haciendo que caigan por el impacto. - ¡Arghhhh!

Colbert: Ustedes no son nadie para amenazar, así que váyanse de aquí. – la líder de las mosqueteras afila su mirada y aprieta la empuñadura de su espada.

Agnes: Te aseguro que te lamentarás haber hecho eso. – se levanta y se alejan un poco, mientras que el director y el profesor ingresan de nuevo.

¿Qué hacemos ahora? – decía una mosquetera molesta.

Agnes: Ingresaremos a la fuerza, esos desgraciados no interferirán en la misión. – elabora un plan y varias mosqueteras se dividen para ingresar a través de las ventanas.

Luego de recargar su pistola, ingresa de forma brusca en la puerta, pero es empujada por una ráfaga de viento y piedras, logra cubrirse a tiempo, pero cae nuevamente al patio.

Para su frustración, escuchó gritos de sus compañeras, habían recibido algunos ataques, eso la hizo enfurecer más y se levanta mientras ingresa a la academia, viendo a pocos maestros defendiendo el lugar.

Agnes: ¡SE ARREPENTIRÁN MALDITOS TRAIDORES! – Cualquiera con ira, tendría problemas para hacer eso, sin embargo, esta mosquetera estuvo viviendo por la venganza, por lo que, es una ventaja para ella.

Ella saca su pistola y le dispara a quemarropa a uno de los profesores, matándolo en el acto, otro de los magos trata de atacarla, pero ella se mueve a toda velocidad y le perfora el corazón al mago.

Agnes: ¡Los traidores lo pagan con la muerte! – levanta la espada, partiéndolo.

Se acerca a una de las mosqueteras heridas y toma su pistola para darle en la cabeza a otro maestro, las mosqueteras menos heridas, se levantan y también se lanzan al ataque, aunque los maestros no se la pusieron muy fácil. Sin embargo, algunos minutos, las cosas se tornaron feas ya que no se esperaban que uno que otro maestro fuera a liberar a las demás e incapacitaron a los pocos maestros que quedaban, entre ellos Cheveruse, Colbert y Osmond, Agnes se acerca a los atados.

Osmond: No puedo creer que se pongan del lado de Agnes.

Silencio anciano, además no sé por qué defienden a la peor de la clase y a un maldito plebeyo. – decía un maestro mirándolo con desprecio.

Colbert: ¿Plebeyo? ¿Acaso siguen con ese tonto pensamiento?

¿Tonto pensamiento? ¡Todo era mejor antes de que ese plebeyo llegara y le levante el puño a nobles como nosotros! – recordando el duelo de Kenichi contra Guiche, si alguien se atrevía a defenderse, salía muy malherido o muerto y les tenían miedo, ya que no poseen forma de defenderse.

Osmond: ¿Así que por eso las liberaron? No pueden caer más bajo.

Cierra la boca anciano, tú debiste encerrarlo por levantarle la mano a un noble, ¡Por tu culpa los estudiantes cambiaron! ¡Aceptar a ese mísero plebeyo fue lo peor que has hecho! - Agnes se acerca a Osmond y lo sujeta de su túnica.

Agnes: Tú irás al palacio, tienes que pagar por esta traición.

Osmond: No eres quien para decir de traición, cuando tú encerraste a Kenichi, eres una cínica. – ella le da un fuerte golpe en la cara.

Colbert: ¿Tanto te enojas que te digan la verdad? – la castaña la mira con enojo.

Agnes: De ti no me he olvidado, maldito infeliz. – saca su espada y le apunta el cuello. – Hoy pagarás por todo lo que hiciste.

Colbert: ¿Así que sigues cegada en la venganza? – preguntó molesto.

Agnes: Tú asesinaste a mi familia, quemaste mi pueblo. – No le importaba que supiera la verdad, él y su escuadrón fueron los responsables, el profesor observaba cómo la castaña movía su espada y le da un corte feroz en el cuello, haciendo que una gran cantidad de sangre salga disparada, sin importarle que le caiga en la cara, para terror del director y los pocos maestros que fueron prisioneros.

https://youtu.be/71PavvIPxc0

Osmond: ¡COLBERT! – El director, trataba de tapar el corte con su mano, pero era muy profundo y la pérdida de sangre era masiva,

El profesor observaba el techo, aunque la vista se le hacía borrosa, poco a poco sentía que su temperatura corporal empezaba a disminuir.

Colbert: ¿Este es mi final? ... - recuerda las cosas buenas y malas que pasó a lo largo de su vida. – He cometido muchos errores, como "la serpiente llameante" ... quité vidas inocentes y he hecho que una chica se cegara en el odio y la venganza.... – ahora se ve a él, con sus estudiantes. – Aunque, gracias a ellos, pude seguir adelante... - recuerda a Indra y Kenichi. – Chicos, ustedes me mostraron que hay un mundo distinto, un mundo donde no usen la magia. Cómo me habría gustado conocerlo. – ahora pasa a la mente una imagen de Louise con él. - ...me alegra mucho que ella pudiera ser feliz con un chico ...de buen corazón... me habría gustado, verlos hasta el último día... - ahora recordó cuando el pelirrojo lo invitó a conocer el nuevo mundo, sin embargo, sabía que eso último, no podía verlos más...su final era inminente. – Kenichi... me ofreciste conocer un nuevo mundo... y no podré ...cumplir ese sueño, por favor...cuida mucho de mis estudiantes y de la señorita Louise.... – esos fueron sus últimos pensamientos, su corazón dejó de latir y cerró los ojos, el profesor Jean Colbert, ha muerto.

Louise y Kenichi estaban corriendo hacia el pueblo más cercano para poder descansar, aunque la lluvia les dificultaba un poco, cuando en eso, el ambos sienten una mano tocando su hombro, haciéndolos frenar en seco.

Kenichi: ¿Sentiste eso?

Louise: S-Sí. – lleva su mano a su corazón. - ¿Qué es esta sensación?

Kenichi: No lo sé, pero en estos momentos, se siente una punzada. – estaba en las mismas y le daba un mal presentimiento.

Louise: Ojalá estén bien, pero por ahora, debemos continuar. – voltea y logra divisar un pequeño pueblo. – Ya estamos muy cerca, vamos antes de que la neblina se intensifique.

El pelirrojo asiente y Louise lo toma de la mano para seguir corriendo.

De vuelta en la academia, Osmond miraba con mucho enojo a Agnes quien había escupido al profesor.

Agnes: Ahora mis padres podrán descansar en paz.

Osmond: ¿Descansar en paz? ¡NO PUEDES ESTAR HABLANDO EN ENSERIO!

Agnes: Él mató a mi familia, quemó mi pueblo y pagó por sus crímenes.

Osmond: ¡Te dijeron que todo fue un engaño!

Agnes: ¡A MÍ ME IMPORTA UN CARAJO! ¡ÉL DESTRUYÓ MI HOGAR Y PAGÓ POR SUS CRÍMENES! – lo toma de la túnica. - ¡AHORA RESPÓNDEME! ¿DÓNDE MIERDAS ESTÁ SON KENICHI UZUMAKI Y LOUISE VALIÉRE?

Osmond: Quién sabe.

Agnes: ¿QUÉ? ¿ACASO NO ESTÁN AQUÍ?

Osmond: Ni idea. – decía desinteresado mientras giraba los ojos.

Agnes: ¡RESPONDE! – Exclamaba completamente furiosa mientras que el director ni le importaba la mirada de amenaza que le lanzaba la mosquetera.

¡COMANDANTE! ¡NO HAY NINGÚN ESTUDIANTE! – Agnes arroja al director contra una pared.

Agnes. ¿DÓNDE ESTÁN? – Se acerca con furia pero el director no le decía nada. - ¡RESPONDE MALDITA SEA!

Osmond: Nu-Nunca... - decía con dolor mientras que la comandante golpea la pared por la frustración.

Agnes: ¡MALDITA SEA! - La suposición fue errada y ahora había perdido a los objetivos. - ¡Tsk! ¡Sin embargo, nos llevaremos a estos malditos traidores con Su Majestad!

Ya no podemos salir comandante, además que con la neblina espesa, será más difícil el regreso. – todas asienten y era verdad, por más que lleven lámparas la neblina se hacía más fuerte y podrían chocar o peor.

Agnes: No hay de otra, pasaremos la noche aquí. Pero quiero que vigilen bien a estas ratas. – todas asienten. – Ya mañana iremos a reportarle a Su Majestad. – se dirige a las habitaciones de los estudiantes a descansar un poco.

Tiempo después, con Louise y Kenichi, ellos ya habían llegado al pueblo y pidieron una habitación, debido a los mojados que estaban, el encargado le cedió amablemente una habitación, se limpiaron por completo y se cambiaron de ropa, la peli rosa tenía pocas cosas además de las espadas y por lo menos trajo ropa y dinero para el recorrido, pero las cápsulas y demás cosas las tienen Guiche y los demás.

Kenichi: Al menos este lugar es completamente cómodo y eso es lo que cuenta. – ella sólo coloca su cabeza en el pecho. – Oh Louise.

Louise: Tanto tiempo esperaste... deseando que vuelvas a tu hogar... incluso me ofreciste ir contigo... - temblaba un poco. – Pero todo se echó a perder... por culpa de ella.

Kenichi: Tranquila Lou... - ella lo empuja a la cama.

Louise: ¿Cómo puedes estar... tan tranquilo, después de todo lo que pasaste? – las lágrimas le salían, no entendían el por qué él no parecía afectado.

Kenichi: Louise. – la toma de la mejilla. -Te digo la verdad, realmente estoy triste el haber perdido la oportunidad de regresar a mi hogar...otra vez. – ella baja la mirada pero el Uzumaki la levanta. – Pero, lo que me alegra mucho, es que ninguno de ustedes saliera lastimado por culpa de esa "reina".

Louise: ¿L-Lo dices en serio?

Kenichi: Tal vez haya perdido mi hogar, pero al menos te tengo a mi lado. – ella estaba mirándolo, con algunas lágrimas pero en el fondo de su corazón, sentía mucha felicidad.

Ambos poco a poco se acercaban, la respiración se hacía más pesada, incluso se podía ver el aliento de ambos debido al clima, pero a ellos no le importaban, sólo eran ellos y nada más...por ahora. Louise cierra los ojos y al igual que el pelirrojo y sus labios se conectaron.

FIN DEL CAPÍTULO.

ESPERO LES HAYA GUSTADO Y AL QUE NO... YA SABE.

NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y SU ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA ...


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