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Reencarnación/Reír

-Esa mujer- dijo Hades al ver a la caballero de Andrómeda del ejercito de Athena.
Una extraña sensación invadió al rey del inframundo. Estaba casi seguro de que ya había visto a esa mujer antes, solo que no podia recordar de donde o hace cuanto.
Al principo creyo que solo era algo pasajero, algo que desaparecería eventualmente, pero ni fue así.
Lo peor es que por mas que lo intentara, no podía recordar de donde la conocía. Su mente no lo ayudaba en lo absoluto.
Fue por esa razón que decidio investigar en los archivos de lo muertos. Con la esperanza de que tal vez hubiera algún registro sobre su alma. Tristemente no encontró nada, incluso con la ayuda de Minos y Lune, su busqueda fue infructuosa.
Al final, tras gastar todas sus demás opciones, decidió pedir la ayuda de uno de sus sirvientes mas leales. Hypnos, el dios del sueño.
-Necesito recordar algo- le dijo al gemelo dorado en cuanto respondió a su llamado- solo tú puedes ayudarme Hypnos.
-Con todo gusto mi señor- aceptó el dios menor sin cuestionar los motivos de su señor. Confiaba plenamente en el juicio del poderoso dios.
Entonces Hypnos instruyó a su maestro antes de que este se sentara sobre su trono y cerrará los ojos.
Hades dejo que el cosmo de Hypnos lo guiará.
Cuando abrió nuevamente los ojos supo que había entrado a una proyeccion astral de su mente.
-Si de verdad desea encontrar ese recuerdo, su propia mente lo guiara- recordó las palbras del dios del sueño
El unico inconveniente, es que no sabía cómo se mostraría dicho camino. ¿debería buscar algo fuera de lugar?
Un ruido llama su atención. Una especie de campaneo metalico.
Hades gira la cabeza y observa una cadena que parece moverse sola.
-Parece que ese es mi camino- pensó en voz alta antes de seguirla.
Ese objeto era lo unico que no parecía encajar. Además, era identica a una de las 2 cadenas que esa mujer portaba en su armadura. No podría ser otra cosa.
Camino siguiendo la cadena por lo que parecía un camino sin fin. Ese recuerdo si que debía ser muy antiguo como para tardar tanto en llegar a él.
Tras dar vueltas sin rumbo, por fin llegó a lo que parecía el final.
Justo en frente de una puerta blanca.
La miro por una rato antes de decidirse por cruzarla.
Era hora de saber la verdad.
-Bueno, esto es inesperado- comentó el dios al ver el paisaje que se le mostraba.
Era uno de los terrenos de los dioses. Parecido al de los Campos Elíseos.
¿Qué significaba eso?
Antes de hacerse mas preguntas, pudo oir unas risas femeninas.
Camino hacia ellas con cautela y ahí las vio.
Era esa chica peliverde, quien reía algremente mientras hacía una corona de flores, mas no estaba sola. A su lado estaba ni mas ni menos que Athena. Una de sus reencarnaciones para ser especifico.
Ahora entendía todo, de ahí conocía a esa chica. Ella era una de las acompañentes de Athena en una época muy antigua.
Lo que aún no le quedaba claro era el cómo podia estar en una tierra sagrada como esa. Solo los dioses podían acceder a ellas. ¿Acaso era una ninfa? No, Athena solo se rodeaba de humanos desde la época del mito.
-Para usted señorita Athena- le escuchó decir a la peliverde.
Pudo ver como la humana le ponía la corona sobre la cabeza de Athena.
-Muchas gracias- le respondió la diosa con mucha familiaridad.
-Es un gusto- le sonrío la peliverde-¿desea un poco de agua señorita?- le preguntó sosteniendo una jarra de agua.
-Por favor, no seas tan formal conmigo- le dijo con un tono dulce.
-Yo...no deseo meterla en problemas con los demas dioses señorita. Se que no debería estar aquí- respondió la humana con cierta tristeza.
-Por favor no te angusties, tú tienes el permiso de mi hermana mayor y de los demas dioses-
-Ah, entonces debe ser una de esas famosas Santias- pensó Hades al recordar ese grupo de doncellas a las que se les permitía ir y venir entre dimensiones con tal de acompañar a Athena. Su sequito privado en pocas palbras.
De pronto, ambas feminas voltearon sorprendidas en su dirección.
Hades las miro confundido.
Sin siquiera decir nada, ambas se pusieron de pié, con Athena poniendose de frente a la chica a modo de protección.
-Hades- dijo Athena con solemnidad.
-Esto debe ser parte del recuerdo- pensó.
-Athena- sintió que su boca se movía sola.
-Señorita- le hablo la humana- creo que lo mejor será marcharnos. No quiero causarle algún disgustó al señor Hades-
-Siempre tan amable- le sonrío Athena - de acuerdo, vamonos- aceptó la petición de su acompañante.
Entonces Athena y la peliverde caminaron con cautela, pasaron a su lado, con la santia haciendo una reverencia hacía él, y se fueron.
Lo ultimo que pudo escuchar que se susurraron algo entre ellas y volvieron a reír. Como nada hubiera pasado.
Con sus dudas resueltas. Hades decidió regresar al mundo de la vigilia y agradeció al dios del sueño por su ayuda.
-Ahora todo esta claro- se diho a si mismo. Deseando volver a ver a esa humana.
Parece que algo en esa doncella lo debió haber encantado cómo para hacerlo pasar por toda esa ansiedad y angustia con tan solo volver a verla.
¿Por qué entonces no hizo nada por tenerla? Oh, claro. Era una santia.
No podían tener a nadie mas en el corazón que Athena. Lo mas seguro es que por eso prefirio olvidarla. Era un fruto prohibido incluso para los dioses.
Claro que, en esta vida no era mas una santia.
Ese pensamiento lo soltar una pequeña risa.
Parece que ahora tenía una oportunidad t no la iba a desaprovechar.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Listo, ya quedó. Solo falta uno

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