Existia un principe que nació bajo la cuna de la civilización francesa, él descendiente de la realeza de Francia, fue destinado a huir a las Siberias, con el más cruel invierno, desterrado de su trono por la Revolución francesa.

El principe se llama, Camus-Jeans Jacques.

Salieron sus padres, con rumbo a Rusia, para salvar a su hijo del cruel destino de ser un rey.

Creció al lado de los osos polares, de los lobos, sus protectores.

Vivian en el palacio de los cristales, donde practicaba, con poder y honor, su poder que fluia del cosmos. También le gustaba tocar el violín, dar lo mejor de sí.

Este príncipe, sabia que habia nacido bajo la estrella de Acuario, esto lo llevaria a Grecia, por el llamado de Athena.

Platicaba con su compañero, Cristal, discipulo y amigo.

-"Tendré que irme a Grecia" dijo.
-"Lo sé, maestro, tenga cuidado, sé que el canto de Athena lo ha llamado"-. Dijo Cristal.

Camus se sentia un poco inconforme, porque debia dejar su palacio, donde podria estar en paz, sin ningún inconveniente. Camus, era solitario, como la tundra siberiana.

"Antes de irme, quiero dejar todo listo" se decia a sí mismo.

Mas, su corazón estaba intrigado, porque no sabia que le deparaba el futuro, por eso, tocó el violín con una melodia de nostalgia.

Llegó Cristal, que sabia que su maestro estaba triste, se quedó escuchando la melodia, en silencio.

Camus, ponia su alma en dicha melodia, parecia que su alma era la responsable de tanta divinidad, como el viento que corre sin prisa, pero deja a su paso, la melodia en los labios de aquel no sabe lo que es amar.

Asi, él seguia, estos últimos días en su espacio de paz.
Caminó por la fria neblina, bajo los arboles y sus amigos los lobos.

-"Es hora de irme, dijo, los voy a extrañar mucho".

Al abordar el barco, los lobos enviaron su ahuyar de tristeza, para despedir a su príncipe, Cristal estaba muy triste, pero sabia que ese era el deber de su maestro.

En el barco, fue a su camerino y vió atraves de la neblina, como las tundras polares quedaban atrás. Su destino, Grecia, un tierra cálida, diferente a su país, donde creció, él sabia que su tierra natal, Francia, estaba más cerca, quizas, debia ir algún día.

El navio, recorria el Mar Mediterráneo con gran rapidez, su viaje fue placentero, dedicado a vivir en la opulencia, no sabia si en Grecia, seria una morada humilde donde viviria, pero con su dinero, ayudaria a remodelar el Santuario.

Salió de su camerino a cenar, en una gran sala de convenios, habian personalidades, de todo Europa, grandes príncipes y princesas que viajaban por placer o negocios, él se sentó en una mesa con vista al mar y vió en la espesa neblina la inmensidad del océano al horizonte.

Llegó un mesero y le preguntó que deseaba tomar.
Él pidió verduras al vapor con pescado, para no olvidar su amada Siberia. Le sirvieron el vino, delicioso añejo de 1821.

Estaba comiendo, cuando escuchó risas y algarabia de los demás, estaban hablando de Grecia, de las maravillas que estaban por ver.

-"Ya quiero llegar, quiero broncearme un poco".

-Broncearse? Se preguntó Camus. Qué iluso

Cuando terminó de comer, vió a las personas que hablaban, era un hombre hermoso, su rostro era simplemente bello. Su cabello como la espuma del mar.

Mis ojos, dijo Camus, nunca habian visto tanta belleza. Descendiente de la misma diosa del amor. Venus, Afrodita.

Su nombre era Afrodita, era de Dinamarca, al igual que Camus, descendia de una familia noble, los duques de la Rosa. Su vida, llena de opulencia, se variaba un poco a la de Camus, ya que Afrodita, perfumaba sus baños, decoraba su palacio, tenia mucha delicadeza al organizar todo.

Afrodita, no pudo dejar de ver a Camus, mientras él se dirigia a la borda a ver el oleaje

"Vaya, dijo Dita, es un príncipe, si no me equivoco, es el príncipe la Aurora Boreal.

Al descender, Camus se asombró de la belleza de Grecia, estaba en su destino.

Las casas blancas de Grecia, fascinaron a Camus, es realmente hermoso, dijo.

Un carroaje esperaba a Camus y Afrodita.

El letrero decia:

CAMUS JEANS-JACQUES, PRÍNCIPE DE LA AURORA BOREAL

AFRODITA DE LURNE, PRINCIPE DE LAS ROSAS.

Abordaron el carruaje, se saludaron.
-"Hola, Soy Afrodita, me puedes llamar Dita". Saludó.
-"Soy, Camus, mucho gusto" Respondió.
-"Un honor, sabia que eras el príncipe de la Aurora Boreal". le dijo Dita.
-"Cómo lo supo?" Preguntó Camus.
-"Por su porte, eres muy distinguido, dijo Dita.
-"Muchas gracias", alegó Camus.

Llegaron al Santiario.

"Cómo será este lugar? Dijo Camus.
"No te preocupes, es un lugar lindo, me han dicho, respondió Dita.

Los esperaban Aioros de Sagitario y Saga de Geminis, después del gran Pope, ellos eran los mejores.

Aioros: Bienvenidos, principes, es un honor que estén con nosotros, les damos una coordial bienvenida.

Camus: Muchas gracias, soy Camus. Un honor, caballero.

Dita: Mi nombre es Afrodita, un honor.

Saga: Bienvenidos, me gusta la realeza en medio de personas humildes como nosotros, verdad Aioros?

Aioros: Saga, deja eso, todos somos caballeros, si, es un honor que sean principes, no hagan caso a Saga, él es muy bromista ^^ pasen por favor.

"GRACIAS" dijeron al unísono.

Saga: Están bellos esos dos, me los voy a comer, jajajaja.

Aioros: Shhhh, Saga, jaaajajajaja, ya vas. Hay que estar serios, no vayas a decir nada.

Se dieron la mano y prometieron calma, pero Saga, estaba fascinado con los dos.

Subieron hasta la cámara del patriarca.

Aioros: aunque ustedes son de la realeza, deben inclinarse ante el Pope Shion, es protocolo del Santuario, me explico?

Camus: No se preocupe, entiendo muy bien, es un honor estar ante el Pope.

Dita: Pienso igual, que tierno es usted Aioros.

Aioros: :D gracias ^/////^

Dita era muy bello, sonrojó a Aioros.

Shion: Bienvenidos, principe Camus, de la Aurora Boreal y Principe Afrodita, de las rosas, les llamo así por última vez en el Santuario, ya que de ahora en adelante serán Camus de Acuario y Afrodita de Piscis.
Habitarán en el templo de los peces gemelos, Afrodita y el templo del Cántaro, Camus.
Aioros y Saga, son mis caballeros más leales, cualquier cosa, pregunadle a ellos.

Sí, Señor, respondieron.

Saga: Bien, les diremos donde están sus templos, que son los más cercanos a esta cámara, por tanto, si alguien quiere invadir el Santuario, ustedes, son quienes deben proteger más esta cámara
Afrodita, en tiempos de guerra, pondrás tus rosas por el sendero del Pope, para evitar que alguien llegue hasta él. Camus, debes proteger con hielo, ya sabes, si se ponen necios, hazles una lápida helada.

Si, respodieron ambos.

Aioros: Saga, que buen estratega eres, vamos, les mostraremos sus templos.

Llegaron al templo de los peces gemelos.
Aioros: este es tu templo, Dita, te gusta?

Dita: Si, me encanta, gracias, manana, sembraré más rosas, esas rosas, son de mis antecesores, su olor, me trae buenos recuerdos.

Saga: Vamos, llevemos a Camus

Camus: Gracias. Soy el onceavo.

Aioros: asi es, tu cero absoluto, es mortal, te gusta tu templo?

Camus: Sinceramente, me imagine algo feo, pero está muy bien, lo único que tengo es calor, debo ambientarlo.

Aioros: Que bien, debemos ir a la cámara del Pope, verdad Saga?
Saga? Donde está?

Camus: Se quedó con Dita. ^^

Aioros: Esté...Ok... ^^ Descansa, debes estar cansado. Bienvenido nuevamente.

Camus: Gracias. Un honor. Somos vecinos, cualquier cosa, le hablo.

Aioros: claro que sí, allí estaré. Bien me voy.

Este Saga, debe estar molestando a Dita. Sagaaaaaaa.

Saga: Siiiii, acá estoy, que pasa?

Aioros: Vamos, debemos trabajar, descansa Dita.

Esa noche. Camus se sintió bien, tenia grandes compañeros, aunque confiaba más en Aioros que en Saga, pero Saga, le gustó. No debia dejarse llevar por las emociones.
Puso su ambiente frio y se relajó