Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Corazón que miente [🏹AiorosxSaga♊]

Mundos divididos
Por una sombra de traición
Caminos que se unen
Sobre ríos de dolor

Hace años ocurrió... Hace trece malditos años, y yo no consigo olvidarlo.

¿Por qué tenías que intervenir, Aioros?, ¡¿por qué, maldita sea?!

Nunca te odié, ¿cómo podría odiarte?... Pero en ese momento me pusiste entre la espada y la pared, era tu vida o la de mi hermano.

Aún recuerdo todo lo que vivimos como si hubiera sido ayer. Desde que éramos niños, y nos criamos juntos, todos los entrenamientos, las misiones, nuestro amor... Todo...

Siempre fuiste alguien fiel a Athena, un hombre de corazón puro, una inmensa bondad, y voluntad inquebrantable. Estoy seguro de que Shion vió todas esas cualidades de tí, y por eso te eligió como patriarca.

De seguro, todos los santos de bronce que participan en esta rebelión, quizás incluso la misma Athena, ahora mismo piensan que fui yo quién ambicionaba el poder, intenté asesinar a Athena, y después te maté y culpé a tí... Pero ninguna de esas acusaciones es cierta, y estoy seguro de que tú lo sabes.

Es verdad que hubo un tiempo en el que deseaba convertirme en el sucesor de Shion, y luché incansable por ello, pero no por ambición ni poder... Quería convertirme en patriarca para así poder ayudar a mi hermano.

Cuándo yo me convirtiera en patriarca, el puesto de géminis estaría desocupado y necesitaríamos a alguien para suplirlo. Ahí entraría Kanon en la ecuación, él finalmente dejaría de esconderse, de vivir en las sombras, ocultándose de todos. Al fin sería reconocido como un santo de oro.

Así era el plan en un inicio, pero no esperaba que Eros hiciera de las suyas.

Tú siempre estuviste a mi lado, cuidando de mí, preocupándote por mi bienestar, siendo mi punto de apoyo, mi complemento, mi mejor amigo... Me fue inevitable caer enamorado a tus pies. Y para dicha mía en ese entonces, me correspondiste.

Pero tanto me dejé cegar por ese amor, que olvidé completamente el único deseo que había tenido en toda mi vida, y también de la única persona además de tí, que había estado conmigo en las buenas y las malas.

La avaricia fue sembrando
El veneno y la ambición
Entre dudas y un abismo
Corazón que miente corazón

Aún recuerdo esa discusión que tuve con Kanon, y creo que eternamente la lamentaré, porque quizás si hubiera actuado diferente, hubiera podido evitar muchas tragedias que le siguieron en cadena... Pero bien dicen que una vez hecho el mal, todos lo hubiéramos evitado.

- ¡No puedes estar hablando en serio!

Simplemente mantuve baja la mirada, y asentí, incrementando la ira en Kanon.

- Shion eligió a Aioros.- Susurré.- Él será el nuevo patriarca.

- ¡Maldición, Saga!, ¿de qué lado estás?

Las palabras de mi gemelo retumbaron en mi cabeza.

- ¡Desde hace más de cuatro años todo ha sido Aioros!, ¡Que si Aioros ésto, que si Aioros aquello, que si Aioros lo otro, que si Aioros será el nuevo patriarca y yo su puto ayudante... ¿Dónde diablos quedo yo?!- Siguió gritoneando Kanon.- ¡Teníamos un plan, Saga!, ¡¿por qué me haces ésto?!

No me atreví a responder, mucho menos a alzar la mirada. Kanon no mentía.

- ¡Te lo pondré así de simple Saga: Es él, o soy yo!

Estaba por demás sorprendido. ¿Qué quería decir exactamente Kanon?, ¿cómo podría elegir a uno?

- ¡Respóndeme!

- Kanon, hablaré con Aioros, estoy seguro de que él podrá hacer algo cuándo asuma el puesto.

Intenté razonar con él, pero fue en vano. Eso lo supe cuándo mi hermano simplemente guardó silencio, y avanzó hasta quedar frente a mí.

- Veo que ya elegiste a uno de los dos.- Mencionó, con ese brillo de rabia contenida iluminando sus ojos.- La verdad creo que no debería sorprenderme, después de todo, siempre soy la segunda opción de todos. Quizás debería simplemente acostumbrarme.

Fue lo único que dijo Kanon, y después comenzó a caminar, alejándose cada vez más.

No me atreví a decir ni hacer nada, y quizás fue mi error dejar las cosas así. Tal vez mi hermano quería que lo siguiera, lo abrazara y le prometiera que todo iba a estar bien, igual que cuándo éramos niños. Quizás si hubiera hecho eso, todo habría sido diferente.

Pero no lo hice, lo dejé marchar. Le dí a entender que estaba solo, que te amaba más a tí, y que él ya no me importaba... Al menos así lo interpretó Kanon.

[...]

No pasaron más que unos cuántos días, cuándo Kanon me pidió reunirnos en aquella playa, cerca de Cabos Unión, ahí nadie nos interrumpiría.

Jamás esperé todas las palabras que Kanon dijo aquella tarde. Pasó de estar completamente enfurecido, y de desear estar lo más alejado de mí, a proponerme un plan para hacernos col el poder del santuario y gobernar juntos.

Kanon mencionó también que una profunda maldad yacía dentro de mí, y que era cuestión de tiempo para que despertara.

No quise escucharlo más, quizás porque en el fondo yo sabía que era la verdad... Aún así, terminé encerrando a mi propio hermano en la prisión de Cabos Unión.

[...]

A pesar de saber el peligro que era dejar a Kanon en libertad, decidí darle una segunda oportunidad, y esa misma noche, durante la madrugada, aún arriesgando mi propia vida, lo saqué de ese horrible lugar.

Aún estando débil, Kanon se rehusó a recibir alguno de mis cuidados, y prefirió marcharse a su escondite en medio de las montañas que rodean el santuario.

- No creas que olvidaré ésto tan fácilmente, Saga.- Me amenazó, antes de salir de la pequeña cabaña en la que lo tenía escondido.- Quise darte una última oportunidad porque eres mi hermano, y a pesar de todo, te seguía queriendo... Pero después de ésto, te juro que me las vas a pagar.

Sus ojos no mentían. Ese par de ojos casi idénticos a los míos, que hace algunos años solo desprendían luz, amor y calidez, ahora mismo desprendían puro odio, ira, y sed de venganza.

- Te juro que se van a arrepentir. ¡Tú, y todo este maldito santuario!

Después de aquella amenaza, Kanon salió de la cabaña, dando un fuerte portazo.

Yo me marché unos minutos después a la casa de géminis, tratando de ignorar la amenaza de Kanon, diciéndome a mí mismo que era mi hermano, y que jamás se atrevería a dañarme, solo estaba enfadado y en un par de días se le pasaría... Que idiota fuí al engañarme de esa manera.

Quise alejarme, quise olvidarte
Pero el cielo, no lo permitió
Nuestro destino ya estaba escrito
Entre mares de fuego y pasión

Después de esas fuertes discusiones con Kanon, y de no verlo en más de un mes, pensé que lo mejor era tratar de arreglar las cosas. Que debía ir a buscarlo, romper todo lazo contigo, y apegarme al plan que tenía preestablecido.

Pero nuevamente, confirmé que soy un débil, y no soy capaz de alejarme de tu lado, que te necesito, y sin tí no soy nada.

Lo intenté, subí hasta tu templo, dije que no quería volver a estar cerca de tí, que no quería seguir con la relación que teníamos, y que te odiaba por quitarme la oportunidad de ser patriarca...

Pero sabías que todo lo que dije eran mentiras. Sabías que no quería separarme de tí, que soy incapaz de odiarte, y que ese estúpido puesto como patriarca no podría importarme menos.

Sabiéndome acorralado, quise intentar huir, pero me detuviste y me hiciste volver dentro del templo de Sagitario, más específicamente, a tu habitación.

Escuché como aseguraste la puerta por dentro, y después me hiciste sentarme en el borde de la cama, mientras tomabas mis manos, tratando de conectar tu mirada con la mía.

Yo solo desviaba desesperadamente la vista, siendo consciente de que solo ver tus ojos me hace perder toda pizca de voluntad.

- Saga, mírame a los ojos, y repite todo lo que dijiste hace un momento.- Fueron tus palabras. Yo no me moví ni un centímetro.- Dímelo mientras me ves a los ojos, y solo entonces creeré que lo que dices es verdad.

No podía... Ambos sabíamos que no podía, porque todo era mentira.

- ¿Por qué mientes de esta forma?

No podía contarte la verdad. Nadie en el santuario, excepto Shion, sabía de la existencia de Kanon. Y el que alguien más lo supiera, podría poner en peligro todo el orden... Así que decidí inventar algo sobre la marcha.

- Es solo que... Pronto serás nombrado Patriarca oficialmente... Y tendremos que terminar con esto de todos modos.

Afortunadamente, y gracias a todos los sentimientos que tenía guardados, unas lágrimas invadieron mi ojos, dándole un aspecto creíble a mi excusa.

Solo ví como sonreíste, para después acunar mi rostro en tus manos y besar mi mejilla.

Sin poder evitarlo, me abracé a tí con fuerza, y lloré en tu pecho. Solo contigo me sentía seguro de mostrar mis sentimientos, y de verme vulnerable.

Sentí tus cálidos brazos rodear mi cintura, envolviéndome en un agradable calor. Después besaste mis labios como solías hacerlo desde hace un par de años, cuándo descubrimos que nos amábamos y decidimos estar juntos.

- No me separaré de tí... Pase lo que pase, jamás estarás solo.

- ¿Me lo prometes?

Realmente no quería perderte, por eso no fuí capaz de alejarte de mí, y quizás ese fue mi error.

- Te lo prometo.- Me sonreíste gentil, y después volvimos a besarnos.

Soy esclavo en tu cuerpo que quema
En un juego que soy ganador
De noches eternas
De hacerte el amor

Aún recuerdo esas noches que pasé a tu lado. A veces en sagitario, otras en géminis, pero siempre juntos.

En ese entonces éramos apenas unos adolescentes, descubriendo lo que eran cosas como el amor, el deseo y el placer.

La primera de esas noches, fue cuándo ambos teníamos apenas unos trece años. Recuerdo que tú apenas los habías cumplido, y yo estaba a unos seis o siete meses de cumplir catorce.

La primera noche en la que experimentamos el deseo, y supimos lo que era el placer. La primera vez de varias que compartimos el lecho, dónde la cama y las sábanas eran los únicos testigos de nuestra entrega.

- Aioros...- Gemí tu nombre cerca de tu oído cuándo nuestros cuerpos se hicieron uno por primera vez.

- ¿Duele?

- Uh... U-Un... P-poco...- Era la primera vez que me entregaba de esa forma, y mi cuerpo no dejaba lugar a dudas.

- Iré más despacio entonces.

Fue un poco dolorosa la primera vez, pero también bastante agradable, al saber que era contigo.

Y ahora, casi un año después de esa noche, nuevamente estaba totalmente expuesto ante tí, a tu Merced.

Podía sentir tus labios besando mi cuello, bajando por mi espalda, mientras tus manos acariciaban mi pecho, y se deslizaban por mi abdomen.

Yo me deshacía en gemidos y suspiros, inmerso en el placer que experimentaba al estar contigo.

Conocías cada parte de mí. Sabías qué partes de mi cuerpo tocar, y como hacerlo para hacerme gritar, rogando por más.

Todo quedó grabado para siempre en mi memoria.

Hay pecados del pasado
Que nos quieren atrapar
Y promesas olvidadas
Esperando despertar

Pero el peor recuerdo que aún me atormenta por las noches, es cuándo te perdí.

Esa maldita noche, recuerdo que recibí un mensaje de parte de Kanon, que me citaba en la playa... Jamás me cruzó por la mente que todo era una trampa.

Llegué a dónde mi gemelo me había citado, pero él no estaba ahí. Mi intuición me decía que algo andaba mal, pero como el perfecto idiota que soy, no la escuché, y me quedé por varios minutos esperando a mi hermano.

Pasó una hora, y ni rastro de Kanon. Pero entonces sentí un cosmos que provenía del recinto sagrado, dónde permanecía la pequeña reencarnación de Athena.

Reconocería esa fuerza, esa determinación, ese valor, esa calidez... Se trataba de tí, Aioros.

Corrí más rápido de lo que había corrido antes en toda mi vida, esperando llegar a tiempo.

Llegué hasta el lugar, y justo en el momento en que abrí la puerta, pude ver cómo sostenías en brazos a la pequeña Athena, y el asesino en potencia enfrente de tí, empuñando una daga dorada.

- ¡Kanon, ¿qué estás haciendo?!

Sin pensarlo dos veces, me abalancé sobre Kanon, consiguiendo derribarlo.

Mi hermano estaba totalmente cegado por la rabia, y no estaba dispuesto a soltar el arma que empuñaba.

- ¡Corre, Aioros!- Fue lo único que pude gritar, mientras luchaba con mi gemelo.- ¡Salva a Athena!

- ¡Eso no en sus mejores sueños!- Gritó un enfurecido Kanon, que de un empujón me apartó, provocando que mi cabeza golpeara con el suelo, y después fue detrás de tí.

Quise levantarme, e ir a ayudarte, pero sentí esa extraña presencia apoderarse de mí, impidiéndome moverme... No, no, por favor, eso era lo único que podía repetir en mi mente una y otra vez.

Lo siguiente que recuerdo, es que escuchaba en mi cabeza la voz de Arles, reprochandome que había traicionado a mi hermano, y que todo era por tu culpa. Que ahora sabías el secreto, y eso ponía en peligro a Kanon, y por eso debías morir.

No quería escucharlo, mucho menos obedecerlo, pero nada puedo hacer yo contra él.

Igual que en ocasiones anteriores, no fuí capaz de contener a Arles, él terminó tomando el control totalmente.

Después de eso, no tengo recuerdos muy claros de lo que pasó.

Lo único que sé por palabras de otros involucrados, es que envié a Shura, Afrodita y Death Mask a asesinarte por traidor, y que Capricornio lo había logrado.

Prometí que te cuidaría, que estaría contigo siempre, que te protegería, y que jamás permitiría que nada malo te pasara... Pero fuí yo y mi maldita falta de voluntad, quién terminó con tu vida.

La avaricia fue sembrando
El veneno y la ambición
Entre dudas y un abismo
Se sujeta el corazón

Después de esa noche, cegado por el dolor de haberte perdido, encerré a Kanon en Cabos Unión, esta vez para siempre.

Lo perdoné una vez, y lo único que obtuve fue dolor.

Pero eso solo molestó a Arles, quién tomó el control de mi cuerpo, dejándome flotando en medio de mi propia mente. Y fue él quién se alzó con el poder por varios años.

En todo este tiempo, descubrí que Kanon siempre supo de la existencia de Arles, y que conspiró con él para asesinar a Shion y gobernar el santuario...

Entre más descubría, más traicionado y solo me sentía. No solo me había traicionado y conspirado en mi contra mi propio hermano, sino que también había asesinado a la persona que más amaba en todo el mundo, y no sería más que un títere de Arles por el resto de mis miserables días.

De vez en cuándo consigo recuperar por unos minutos el control de mi cuerpo, y trato de hacer lo que tú hubieras querido, que es hacer el bien, ser justo y bondadoso... Pero soy muy débil, y con lo poco que hago no logro nada nunca.

A veces me pregunto qué habría pasado si te hubiera dicho la verdad sobre Arles y Kanon. Si hubiera sido más fuerte para enfrentar a Arles... Qué pasaría si tú estuvieras aquí, conmigo todavía.

Pero son solo eso, incógnitas para las que nunca obtendré respuestas.

Quise alejarme, quise olvidarte
Pero el cielo no lo permitió
Nuestro destino, ya estaba escrito
Entre mares de fuego y pasión

Soy esclavo en tu cuerpo que quema
En un juego que soy ganador
De noches eternas

Durante estos trece años he intentado olvidarme de tí, y convencerme de que Arles conseguirá darme poder y felicidad.

He intentado olvidar todo lo que viví a tu lado, todo lo que pude haber hecho por tí, y lo que pude haber hecho para salvarte, de olvidar todos los momentos maravillosos que compartí a tu lado...

Pero no engaño a nadie, ni siquiera a mí mismo.

Siento que mi fin está ya muy cerca. Estos caballero de bronce tienen una convicción que solo se compara con la que había visto en tí, creo que Arles los subestimó.

Sé que los haz estado guiando y protegiendo. Aún estando muerto, tu alma no puede encontrar la paz, hasta que el malvado Arles sea destruido y Athena esté a salvo... Yo también lo deseo.

Se volvió un castigo
Tratar de pretender
Que somos enemigos
Cuando tu piel quita mi sed

Los caballeros de bronce están cada vez más cerca, es cuestión de tiempo para que lleguen aquí, y todo termine.

Incluso Arles lo sabe, está más asustado que nunca, y eso lo está debilitando... Quizás ésta sea mi última oportunidad de hacer algo por ayudar.

[...]

Seiya, el caballero de Pegaso que elegiste como protector de Athena, consiguió llegar hasta aquí.

Arles intentó atacarlo, pero afortunadamente, estaba debilitado por el miedo que sentía de ser derrotado, y conseguí retenerlo el tiempo suficiente para darle a Pegaso la oportunidad de alzar el escudo de Athena, y salvarla de la flecha en su pecho.

Ésta batalla está a punto de llegar a su fin, junto con mi propia vida... Al menos eso espero.

Estoy harto de estar bajo el control de Arles, con todos pensando que te odio, que fuí tu enemigo, y que yo te maté, cuándo la verdad es que siempre te amé, te sigo amando y lo haré hasta el último maldito día de mi vida... Estoy harto de ver morir a inocentes a diario, de ver tantas injusticias, de que Arles me use como su títere...

Quise alejarme, quise olvidarte
Pero el cielo no lo permitió
Nuestro destino ya estaba escrito
Entre mares de fuego y pasión

Soy esclavo en tu cuerpo que quema
En un juego que soy ganador
D

e noches eternas
De hacerte el amor

Arles recuperó el control, y estuvo a punto de lastimar a Athena, pero ésta vez hice lo que debí hacer hace trece años.

- ¡Detente!, ¡no puedes hacerle daño a Athena!

Con toda la fuerza de voluntad que tenía, conseguí arrebatarle el báculo a Athena, y acabé con mi vida, hiriendome de muerte.

Lo último que hice fue pedir perdón a Athena y a todos por todo el mal que hice y todo lo que provoqué. Es lo único para lo que me alcanzó el tiempo.

Mis ojos estaban por cerrarse, cuándo entre todos los santos dorados que estaban ahí, justo detrás de Athena, pude verte a tí... Estabas enfrente de mí, con esa cálida y amable sonrisa en tu rostro, tu armadura más brillante que nunca, y esa aura de bondad y amor que siempre te caracterizó... Tu mirada no reflejaba nada de reproche o rencor, era simplemente esa mirada amorosa y llena de compasión y bondad que recordaba.

- Lo siento... Aioros.

Murmuré con mi último aliento, para después sumergirme en el sueño eterno de la muerte.

[...]

Por alguna razón, abrí mis ojos, y lo que ví fue a Athena, derramando unas lágrimas sobre mí, y a los demás caballeros dorados y de bronce que participaron en la revuelta, todos derramando sus lágrimas.

No entendía qué pasaba, pero entonces pude escuchar tu voz una vez más.

- Saga...

- ¿Aioros?, ¿eres tú?- Tartamudeé con dificultad. No podía creer que estabas justo enfrente de mí.- ¿De verdad eres tú?

Sonreíste tan gentil como recordaba, y después me abrazaste... Entonces todo se rompió dentro de mí, y derramé todas esas lágrimas que callé durante años.

- ¡Perdóname por favor!- Sollocé igual que un niño.- ¡Lo siento mucho!

- Saga, no hay nada que perdonar.- Susurraste cerca de mi oído, mientras acariciaba su mi cabello y mi espalda.- No eres culpable de nada.

- Te amo...- Añadí, buscando tus ojos.

Me miraste, y después acunaste mi rostro en tus manos, tal y como solías hacerlo hace años.

- Yo nunca dejé de amarte.- Respondiste, para después unir nuestros labios en un beso que pasé años anhelando.

Al fin, juntos otra vez...

•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•=•

Bueno, éste songfic está dedicado a AlbaVegaSantana

Ya había trabajado con este shipp antes, y la verdad es que me llegué a encariñar bastante con estos dos juntos 💕

Espero que te haya gustado 💕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro