~ Amiga ~ ❤️Seiya❤️ x 💗Shun💗 x 💙Hyoga 💙
Quiero pedirte hoy
Que guardemos los dos
El secreto que solo conoce tu boca y la mía
Era un lunes, apenas iniciaba la semana. Un castaño caminaba por los pasillos de la escuela, rumbo al patio.
Las horas de clase habían terminado hace ya un buen rato, pero había quedado en encontrarse con cierta persona una hora después de finalizado el horario escolar, en las gradas junto a la cancha.
Al estar cerca, fácilmente notó a quién le esperaba sentado en las gradas al aire libre, con las piernas cruzadas; un peli-verde, con ojos de igual color, figura delgada y de piel sumamente banca. De facciones angelicales, labios rosas y de un grueso perfecto, largas pestañas, nariz pequeña y afilada, y sin rastro de una sola imperfección.
- Shun.- Le llamó, nervioso por lo que podría pasar.
El peli-verde volteó hacía él.- Hola, Sei.- Dijo con una hermosa sonrisa que enamoraría a cualquiera que la viera, a la vez que se ponía de pie, caminando hacía el castaño, contoneando ligeramente sus caderas.- ¿De qué querías hablar?
Seiya se aclaró la garganta antes de hablar.- De lo que pasó en tu casa, Shun.
El peli-verde se le acercó peligrosamente, posando sus brazos en los hombros ajenos, quedando extremadamente cerca del rostro del castaño.- Mmm... ¿De que hablas?- Preguntó "inocentemente".
- No te hagas el tonto.- Respondió, empujando suavemente al chico, alejándolo de él.- Sabes bien de qué hablo.
El oji-verde hizo un pequeño puchero.- Oh, ¿te refieres a lo que pasó "ese" día?- Respondió haciendo comillas con sus dedos.
El moreno asintió, con la mirada agachada.- Shun, por lo que más quieras, por favor no digas nada de eso a nadie.- Dijo, casi suplicando. Y a la vez recordando lo ocurrido aquella tarde, y que tanto arrepentimiento le provocaba.
Veo que fue un error
Perdimos el control
Pues tu corazón no era a mí a quien pertenecía
Hace un par de días, en un viernes por la tarde. Los dos amigos se habían reunido en la casa del peli-verde para hacer unas tareas y estudiar para los exámenes finales.
Nada parecía ir mal, todo estaba normal. Charlar un rato, resolver las ecuaciones, hacer algunos resúmenes e investigaciones, repasar algunas fechas históricas, entre otras cosas.
Pero en algún punto, el peli-verde se levantó para ir a la cocina por un vaso de agua. Al volver, tomó asiento al lado del castaño.
- Oh, disculpa, Seiya. No te pregunté si querías algo de la cocina.- Se disculpó al ver a su amigo, y caer en cuenta de su poca educación como anfitrión.
- No te preocupes, Shun. Estoy bien.- Le sonrió.
Shun se quedó unos segundos viendo fijamente al chico que tenía enfrente. Por dentro sintió cómo si una parte de él le reprochara aquella acción, por el hecho de que Seiya era el interés amoroso de alguien muy cercano a él, además de que él mismo ya tenía pareja; Hyoga.
Llevaban ya casi unos cinco años siendo pareja, y no era que el peli-verde ya no estuviera interesado en el rubio ni mucho menos.
Hyoga y él se habían conocido justamente por Seiya e Ikki, el hermano de Shun, hace unos años en su segundo año de la escuela secundaria. Desde que se vieron por primera vez, hubo una conexión, y al poco tiempo se hicieron pareja.
Por otro lado, Seiya y él se conocían desde muy niños, ya que sus padres ya eran vecinos desde antes de que ellos nacieran, así que, a pesar de que Seiya se había mudado hace un año a otra zona de la ciudad, prácticamente se habían criado juntos.
Ni él sabía el porqué, pero Seiya siempre le había causado ciertos sentimientos desde que eran niños. No sabía bien qué tipo de sentimientos, además de que no quería dañar la amistad, y por eso nunca dijo nada de aquello a su amigo.
- Shun... Shun, ¿estás bien?
Ni siquiera supo en qué momento terminó lanzándose encima del castaño, atacando sus labios. Casi en automático terminó sentándose en el regazo del castaño, mientras le sostenía de las manos, y movía sus caderas.
Seiya se paralizó por completo, no se esperaba aquella reacción y no entendía la razón. Después de unos segundos logró reaccionar y alejar al peli-verde de un empujón.
- ¡¿Que diablos te pasa, Shun?!- Le reclamó, poniéndose de pie.- Hyoga me va a matar si se entera.
Shun se le acercó nuevamente, se abrazó a la espalda de su "amigo", comenzando a besar su cuello, y recorrer el torso contrario por debajo de la polera.
- No tiene porqué enterarse.- Le susurró.
Seiya trató de poner resistencia, pero sus músculos no le respondían.
- Sé que tú también lo quieres.- Le susurraba el más bajo de estatura, ahora masajeando el miembro del castaño por encima del pantalón.
- Hyoga es tu novio.
- Ya te dije que no se va a enterar.- Metió su mano en el pantalón del morocho, recibiendo un jadeo en respuesta.- Por hoy puedo darme el lujo de ser tuyo.
Seiya no pudo más, y cedió ante el peli-verde. Se dió la vuelta, sujetándolo de la nuca y plantandole un beso brusco en los labios.
Caminaron hasta la habitación del peli-verde, sin dejar de besarse. Una vez ahí, se tumbaron en la cama, quedando el castaño arriba.
La ropa desapareció como por arte de magia. El castaño comenzó a preparar al peli-verde con sus dedos, para apenas unos segundos después escucharlo gemir.
- Sólo hazlo ya.- Se quejó entre jadeos el menor.- ¿Crees que no lo he hecho antes?, ya estoy acostumbrado.
Seiya se posicionó entre las piernas del peli-verde, y comenzó a hundirse en él, llendo lento para no lastimarlo.
- Seiya, no soy un virgen de trece años, así que deja de tratarme como uno.
En respuesta, el castaño se introdujo totalmente de una sola estocada, y comenzó a moverse lo más rápido que podía.
El calor y la estrechez del interior del peli-verde eran demasiado, y era aún más difícil no terminar con los gemidos que el menor ni siquiera se molestaba en contener ni un poco.
Así pasaron todo el resto de la tarde, entre las sábanas del peli-verde. Después se quedaron dormidos.
Para cuándo Seiya despertó ya era bastante tarde para volver a casa. No quería quedarse a dormir, después de caer en cuenta de lo que acababa de hacer, se sentía totalmente avergonzado e incómodo.
Afortunadamente para él, llegó el hermano mayor de Shun; Ikki, quién le convenció de quedarse y le ofreció una habitación. Los padres de los hermanos estaban de viaje, así que le tocaba a Ikki ser el anfitrión y asegurarse de que Seiya estuviera bien.
Al final, Seiya pasó la noche en la casa de los hermanos. Aunque no pudo dormir nada, y se fue a primera hora, antes de que Shun despertara e hiciera más incómoda la situación. Ikki solía levantarse muy temprano para salir a entrenar, así que se ofreció a llevar al castaño a casa, y Seiya, aunque incómodo de cierto modo, aceptó.
Nunca tuvo que pasar
Lo tenemos que dejar
Es mi amigo y no merece algo así
- Oh, entiendo. ¿Quieres repetir acaso?- Preguntó insinuante el peli-verde, acariciando el pecho del castaño.
- Shun, ya déjate de tonterías.- Le alejó Pegasus, ya totalmente nervioso por la situación.- Eso... Eso nunca tuvo que haber pasado. Tú estás con Hyoga, y él es mi amigo, y no se merece lo que le hicimos.
- ¿Podrías dejar ya de mencionarlo?- Pidió el peli-verde, apretando sus puños en un signo de rabia contenida.
Seiya se desconcertó por aquella actitud, ya que según lo que recordaba, ellos dos estaban muy bien con su relación.
- ¿Pasó algo?
Shun torció la boca, y se cruzó de brazos.- Me engaña.- Soltó de repente, sorprendiendo a Seiya.- No sé de qué te sorprendes, se supone que lo conoces, ¿y resulta que no sabes?- Agregó, cómo si le hubiera leído la mente al de ojos color chocolate.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Lleva semanas actuando raro, y últimamente pasa demasiado tiempo con Shiryu, y si no es con él es con su amiga Eri.
- ¿Y crees que ésta es la forma de arreglar las cosas?- Le cuestionó el castaño, sintiendo como su sangre comenzaba a hervir.- ¿Crees que la forma correcta de arreglar las cosas es pagarle con la misma moneda y acostarte con alguien más para estar a mano?- Shun no supo cómo responder.- Si tan seguro estás de que te engaña ¿por qué sigues con él?
Shun se quedó callado por un momento, que eran apenas unos segundos, pero parecían eternos.- No estoy del todo seguro.- Confesó finalmente, agachando la mirada.
- Haz lo que quieras, pero no vuelvas a buscarme para vengarte de tu novio.- Dijo para después irse, bastante indignado, aunque a la vez pensando que se lo merecía por traicionar de esa manera a uno de sus amigos.
Sé que tendré que decirte hasta luego
Sé que intentar olvidarte no puedo
También sé que esta noche es nuestra despedida
Y de nuevo volver a llamarte
Si te veo con él saludarte y decirte "amiga"
Pasaban los días, Seiya trataba de evitar a Shun tanto como le era posible. Y a causa de ello, ahora pasaba demasiado tiempo lejos de todos sus amigos.
El único con el que seguía hablando igual que antes, era con Ikki, gracias a los entrenamientos de basketball, que coincidían con los de fútbol americano. Así que gracias a su situación actual, el peli-azul era con quién pasaba más tiempo.
Todos notaron fácilmente el cambio de actitud radical en Seiya, y no se explicaban el porqué de su comportamiento. Él y Shun pasaron de ser mejores amigos inseparables, a ya ni siquiera dirigirse la palabra para decirse "buenos días".
Hyoga trató de averiguar la razón, ya que Shun se veía muy afectado por el comportamiento de Seiya, y que el castaño también estaba sufriendo por aquel distanciamiento.
Sabía que esos dos eran amigos de la infancia, y era totalmente entendible la tristeza que podrían llegar a sentir al separarse tan abruptamente. Él también había tenido una discusión muy fuerte con su mejor amigo años atrás, y pasó exactamente lo mismo que con ese par; dejaron de hablarse, se distanciaron, hacían hasta lo imposible por no toparse al otro... En fin. Lo bueno, es que tiempo después lograron resolver sus diferencias y retomaron su amistad, y actualmente eran muy buenos amigos.
Así que supuso que se habrían peleado por alguna tontería, y los dos estaban arrepentidos, pero sabían que la causa había sido algo estúpido, y por eso no tenían el valor de dar el primer paso. Así que ideó con Shiryu un plan para que pudieran resolver el problema y volvieran a ser los amigos que eran.
Mientras tanto, Seiya luchaba contra sí mismo por olvidarse de Shun, ese chico ya tenía pareja, que también era amigo suyo. Luchaba con todas sus fuerzas por sacarse los recuerdos de ese día de la cabeza, pero parecía que entre más luchara, más se hacían presentes. No sabía ya cómo solucionar aquél dilema.
Shun antes de ese día jamás le había llamado la atención de una forma romántica, entonces ¿por qué ahora sí?
Shiryu se acercó a Seiya, tratando de averiguar el origen de la discusión con Shun, esperando tener éxito en su misión.
- Hola, Seiya.- Le saludó al verlo sentado en las gradas del gimnasio, después de terminar su entrenamiento.
- Ah, eres tú, Shiryu.- Le respondió, haciendo un esfuerzo por sonreír.- ¿Pasa algo?
El chico de largos cabellos negros se sentó junto a él.- Es justo lo que yo quería preguntarte.- Seiya arqueó la ceja sin entender.- ¿Pasó algo con Shun?
"Más bien ¿que no pasó?" Pensó Seiya.- No, nada.- Respondió, callandose lo que en verdad pensaba.
Shiryu suspiró, sabiendo que Seiya no le iba a decir la verdad.- Está bien si no quieres contarme, pero deberían hablar y arreglar lo que sea que haya pasado. Shun está muy afectado, y sé que tú también lo estás, Seiya. Así que dejen de comportarse como niños y no dejen que su amistad termine por una tontería.
- Lo siento.- Escucharon una voz que conocían a la perfección.- Perdón por todo lo que dije, Seiya.- Se giraron, solo para confirmar lo que ya sabían, era Shun, al lado de Hyoga, que le abrazaba suavemente de los hombros, reconfortandolo.- Fuí un tonto, no debí tratarte así.
- S-Shun...- Tartamudeó, llendo hacia Shun, creyendo que éste último le había confesado a Hyoga lo ocurrido entre ellos.
- Ese día estaba muy enojado y estresado, pero sé que no debí desquitarme contigo.- Entonces se dió cuenta de que Shun se había inventado una historia para justificar lo que ocurría esos últimos días. Por una parte sintió alivio, pero por otra sintió una mezcla de culpabilidad, frustración y rabia.- Eres mi mejor amigo, y no te quiero perder por algo que no vale la pena. ¿Crees que podrías perdonarme?
- También lo siento.- Dijo, siguiendo el juego de la farsa.- También eres mi mejor amigo y no te quiero perder.- Ambos se abrazaron, Seiya no pudo evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos por más que lo intentó.
Después de eso, volvieron a ser los amigos cercanos que eran, con el problema resuelto... O al menos eso le hicieron creer a todos.
La tensión entre ellos era demasiada, y estar demasiado tiempo cerca les llegaba a resultar incómodo, especialmente para Seiya.
Pero Seiya no podía hacer ni decir absolutamente nada. Quería besar, y volver a poseer de nuevo a ese peli-verde, pero debía olvidar todo y aparentar que no pasaba nada.
El ver a Hyoga junto a Shun, besándolo, acariciando su largo cabello verde, bailar junto a él, o simplemente abrazandolo, le causaba unos celos espantosos que jamás en su vida había sentido.
" ¡Maldita sea, Seiya!, ¿Por qué permites que te afecte tanto?, ¡¿No ves que eso es lo que quiere?!- Se reprochaba a sí mismo en su mente.- Ellos son pareja desde hace casi cinco años. Tú fuiste sólo un calentón del momento, y siempre lo supiste, así que deja de hacerte la víctima."
Esos pensamientos eran lo único que ocupaba su cabeza durante esos últimos meses.
Había comenzado a hablar más con Ikki, y fue así como se supo que el peli-azul se iría a continuar con sus estudios al extranjero. Ikki ya estaba en su segundo año de universidad, aún le faltaban unos cuantos años para graduarse, así que se iría a Grecia para tener la oportunidad de enriquecer su historial académico. Shun se quedaría en Japón a estudiar medicina.
Seiya pronto terminaría la educación básica, y entraría a la universidad. Pensó que quizás lo mejor era alejarse de Shun, ya que el peli-verde no se le dejaba de insinuar, y no sabía cuánto más resistiría.
Así que, con pesar, decidió que se iría a Grecia con Ikki. El mayor no se opuso, y los padres de Seiya tampoco. Así que comenzaron a hacer los planes para marcharse lo antes posible.
Solo prométeme
Que dejas en tu piel
La huella de aquellos recuerdos de nuestras caricias
Shun no tardó nada en enterarse de los planes de su amigo. Y no pudo evitar sentir una fuerte rabia.
Esa noche, los padres de Seiya se habían reunido con los suyos a cenar, para charlar sobre la mudanza de Ikki y Seiya.
Seiya parecía evitarlo a propósito. Nunca se quedaba sólo, y no podía hablar con él.
No se iba a rendir tan fácil, y siguió observando al castaño, hasta que lo vió dirigirse al baño. Su hermano se había ido a entrenar al gimnasio hace unos pocos minutos, las hermanas de Seiya no habían asistido a la reunión, y los padres de ambos estaban muy distraídos como para prestarles atención.
Esperó a Seiya en el pasillo, y finalmente pudo encararlo.
- Hola, Seiya.- Le dijo, cruzado de brazos, mirándolo con reproche.- Linda noche, ¿no?
- ¿Que quieres ahora, Shun?- Respondió fastidiado el castaño.
- Así que te vas a Grecia.
- No debería afectarte. Hyoga se queda en Japón, ¿no?
Según soltó un bufido.- ¿Seguirás con éste juego?- Dijo, arrinconando al castaño contra la pared.- ¿Hasta cuándo vas a fingir que no te intereso?- Seiya se sorprendió, ¿Tan obvio era? Shun sonrió, cómo si supiera la pregunta que surcó su mente.- ¿Acaso crees que no me he dado cuenta de cómo me miras?, ¿de cómo miras a Hyoga si me besa?
- Shun, ya déjame.- Trató de alejarlo suavemente con su mano.
- Sólo dime que no te gusto y te dejaré en paz.- El peli-verde le robó un beso al castaño, que en un inicio se negó, pero terminó cediendo a sus instintos más básicos.
Shun se la ingenió para abrir la puerta del baño y empujar dentro de la habitación al castaño. Cerraron la puerta con pestillo, para asegurarse de que nadie los interrumpiera. Y nuevamente ocurrió lo que los había llevado a ésta situación.
Nunca tuvo que pasar
Lo tenemos que dejar
Es mi amigo y no merece algo así
Pasaban los días, que se convirtieron en semanas, y esas semanas en meses.
Seiya se sentía cada vez peor, Shun engañaba a Hyoga, y lo peor es que él era partícipe de aquella traición.
De vez en cuándo, Shun y él reincidan en lo mismo, y lo ocultaban. Así fue por varios meses.
Pero lo que terminó de hacer sentir una verdadera escoria a Seiya, fue cuándo Hyoga le contó los planes que tenía para cuándo acabara la escuela.
- ¿Que dices, Hyoga?
- Lo que escuchaste.- Dijo sonriendo el rubio.- Voy a pedirle que se case conmigo. Tengo pensado pedírselo el día del baile.
- Hyoga, ¿estás seguro?- Preguntó el castaño, quizás intentando tranquilizar su conciencia.- Digo, una cosa es que sean novios, y lleven cinco años juntos... Pero casarse... ¿No te parece que estás llendo muy rápido?
- Es lo mismo que me dijeron mis hermanos.- Contestó, sin borrar su sonrisa.- Pero estoy totalmente seguro de que quiero pasar el resto de mi vida con Shun.
Seiya sonrió, ocultando su sentimiento de culpabilidad.- Entonces te deseo la mejor de las suertes. Espero que te dé el "sí".
- Gracias, amigo.- Respondió el ruso, abrazando al japonés.- De verdad que te debo mucho, porque gracias a tí conocí al amor de mi vida.
Seiya correspondió el abrazo, sintiendo que se le caía la cara de vergüenza.
- Sólo no le vayas a decir nada. Quiero que sea una sorpresa
Hyoga amaba con todo su ser al peli-verde. Lo adoraba, estaba perdidamente enamorado de él... Definitivamente no se merecía aquella traición.
Sé que tendré que decirte hasta luego
Sé que intentar olvidarte no puedo
También sé que esta noche es nuestra despedida
Y de nuevo volver a llamarte
Si te veo con él saludarte y decirte amiga
El día previo al baile de graduación llegó. Seiya estaba en casa de Shun, con el pretexto de arreglar sus ropas para el baile.
Nuevamente ocurrió lo ya inevitable, terminar entre las sábanas del peli-verde, entregándose hasta quedar sin energía.
Seiya sabía que esa sería la última vez, se aseguraría de que así fuera. Al otro día, sería el baile de graduación, y después de eso se iría a Grecia para nunca volver a Japón.
Shun no sabía los planes de Seiya, y pensaba que había conseguido su objetivo de retener al castaño. Seiya le había dicho que terminando sus estudios, volvería a Japón, y Shun se lo creyó.
No sabía con exactitud lo que sentía por el castaño. Una parte de él sólo deseaba estar junto a él, y nunca dejarlo irse de su lado. Pero otra parte seguía totalmente enamorada de Hyoga, aquel ruso que robó su corazón desde la primer mirada que cruzaron.
Todo era tan confuso... Le sabía mal, pero se acercaba la hora de tomar una decisión. ¿Hyoga o Seiya?, el tiempo se agotaba... Decidió ignorar esos pensamientos, y pretender que nada pasaba.
Amiga
Si te veo con el saludarte
Imposible volver a llamarte y decirte
La noche del baile había llegado. Seiya, Ikki y Shun llegaron juntos.
Una vez dentro del gimnasio, dónde se celebraba la fiesta, se reunieron con Shiryu, Shunrei, y la novia de Ikki, Esmeralda.
Pasaban los minutos, y ni rastro de Hyoga. Ya para ese momento, todos estaban bailando con sus parejas. Ikki y Shiryu estaban bailando con sus novias, y Seiya y Shun estaban parados en un rincón.
El peli-verde tomó del brazo al castaño, guíandolo a un rincón. Le rodeó el cuello con los brazos, e intentó besarlo, pero Seiya se negó, separándolo de golpe.
- Shun, ya para con ésto.- Le dijo más decidido que nunca.- Hyoga va a llegar en cualquier momento.
- Te haz acostado conmigo más de una vez, ¿y ahora resulta que te importa Hyoga?
Entonces vieron llegar al ruso, al lado de un peli-verde de cabello corto y tres chicas rubias. Una de las chicas llevaba un vestido largo, de color azúl, unas cuantas joyas y el pelo rizado suelto. Otra lucía un largo vestido rojo y el cabello totalmente recogido. Y la otra portaba un vestido con minifalda de color fucsia, y su largo cabello atado en una cola de caballo.
Las chicas y el peli-verde se despidieron del rubio y fueron por caminos separados, perdiendose entre la multitud.
Hyoga se acercó a Shun, y el peli-verde no tuvo más alternativa que dejar de lado a Seiya e ir a bailar con el rubio.
Seiya sabía lo que Hyoga tenía planeado esa noche, y sólo le sonrió desde lejos al ruso, en señal de deseo de buena suerte.
También sé que esta noche es nuestra despedida
Y de nuevo volver a llamarte
Imposible volver llamarte
Si te veo con él saludarte y decirte amiga
- Hasta que se te dió la gana llegar.- Le reprochó el peli-verde al rubio mientras bailaban.
- Lo siento, primero pasamos a recoger a Eri, después fuimos por Fler, y tuvimos que esperar a June. Eso nos retrasó un poco.
- Claro, cómo siempre. Si no es una es la otra, pero siempre es una de tus amigas.- Dijo molesto el oji-verde.
Hyoga se desconcertó un poco por la repentina molestia del peli-verde.- Ya te había dicho que iba a pasar por ellas junto con Isaac.- Explicó, de la forma más comprensiva que pudo.- Además, creí que June también era tu amiga.
- Tú lo haz dicho, era.- Respondió molesto el peli-verde.- Ahora ya no me fío de ella.
- Tranquilo, amor. Sabes que yo solo te amo a tí.- Sonrió el rubio, abrazando al peli-verde.- Te amo.
Siguieron bailando un par de canciones más. Seiya, desde un rincón, veía bailar a la pareja. Se acercaba la hora de la verdad, cuándo Hyoga se arrodillara enfrente de todos, en medio de la pista, para pedirle matrimonio a Shun.
Algo en él le decía que eso era lo mejor, debía dejar ir a ese peli-verde, que de hecho nunca le perteneció, y hacer su vida, lejos de él. Pero otra le decía que impidiera esa propuesta, y huyera con el Shun. Aún así, decidió ignorar a la segunda.
Al terminar la canción, se silenció todo y se apagaron las pocas luces que había. Entonces una tenue luz rosa iluminó a la pareja, mientras se escuchaba la canción "Marry You", y de la multitud de alumnos salieron algunos amigos de Hyoga para comenzar con una rutina de baile junto al ruso. Después de finalizar la canción, los bailarines recogieron unos carteles y se colocaron para dar el mensaje "Do You Wanna Marry Me?"
Hyoga se arrodilló enfrente de Shun, con una pequeña caja forrada de terciopelo rojo, que contenía un anillo dorado con un pequeño rubí incrustado.
- Shun, ¿te casarías conmigo?
Shun estaba sorprendido, no se esperaba algo así. Pero se le veía feliz, y sonriendo respondió.- ¡Sí!, ¡Sí quiero casarme contigo!- Y saltó a los brazos del rubio, que lo alzó del suelo.
Todos los presentes aplaudieron, y celebraron junto a la pareja ahora comprometida.
Seiya sonrió nostálgico, y salió en silencio del gimnasio, para después volver a casa.
Pasó el tiempo, y ahora Seiya estaba montado en un avión, junto con Ikki y Esmeralda rumbo a Grecia.
Lo último que supo de Shun, es que él y Hyoga se quedarían en Japón, y se casarían en París, en un año.
No sabía cómo sentirse, pero bueno, lo hecho hecho está. Ahora sólo podía centrarse en terminar sus estudios, conseguir un buen empleo, y seguir con su vida.
❤️💗💙❤️💗💙❤️💗💙❤️💗💙❤️💗💙
Bueno, éste songfic está dedicado a pixal5
Traté de sacar el songfic lo más rápido que me fue posible. La verdad me agradó mucho el concepto de la canción, y debo admitir que fue un desafío en ciertos puntos, pero me divertí escribiéndolo e hice lo mejor que pude.
Así que, pues, espero que a pesar de los muy posibles errores presentes, te haya gustado. Y haya cumplido con tus expectativas.
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