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3 [Beso/Cita]

Nunca supo que Aspros tuvo un hermano. Sisifo se sintió bastante arrepentido de no haber podido ayudarlo en su momento y ofrecerle su hombro. Estaba tan confundido. Entendía lo que Deuterus debía pasar con la imagen de Aspros por lo que él pasó con Ilias.

La sombra de un hermano y la sombra de un héroe.  El por lo menos tenía gala de poder decir que el y su hermano se respetaban, Aspros... ¿En qué momento cambio tanto? Se aprovechó de quién más importante era para el. Se volvió un completo doble cara que en este momento no era más que un traidor. Un alma en pena a la que le esperan en los dominios de Hades.

Que mierda era el karma de algunos. 

Apenas pudo hablar con Deuterus en su momento. Y tal vez fue lo mejor. Verlo caminando con los templos luciendo la armadura de Géminis hizo sonreír al Sagitario, que sin penas le expreso sus sentimientos al demonio. No de forma romántica ya que en ese momento no existía nada entre los 2, pero si de forma de respeto y compañerismo. Ofreciéndole su hombro si lo necesitaba.

Intercambiando miradas por un segundo ambos hombres siguieron su camino. Empezando sus encuentros que terminarían en su mejor relación, hasta volverse amantes cierto tiempo después.

- Sisifo... - Separandose ligeramente de los labios del castaño el moreno gimió su nombre, en su timbre se dejada ver la paz que tenía en ese momento al estar acompañado de la soledad junto a Sisifo.

Sisifo había ganado una costumbre de invitar a Deuterus a su templo, siendo capaz de solo con una mirada indicarle que lo estaría esperando aunque en su momento acostumbrada a usar su cosmos para enviar el mensaje en su mente. Solía ver a su amante tenso durante el día, si bien Deuterus había sido el tiempo suficiente para que aceptará mejor su realidad y sus heridas terminarán de cerrar, por mucho tiempo siempre estuvo callado, serio y bastante frío. Socializar no era su fuerte, aceptar a sus compañeros hasta abrirse luego de años recluido bajo una sombra salir al sol no era del simple. No era un tema de la noche a la mañana,   era difícil no ver fuera del lado negativo dónde Deuterus terminaba estando seguro que varios seguramente salían intimidados de verlo, ¿Era solo respetado por usar esa armadura tras ser obligado a usar la máscara de un demonio? Pregunta valida.

Muchas veces durante el tiempo que el y Cid pudieron tener intercambiado miradas. Pero nada más allá de eso, por sus personalidades serías rara vez conversaban. De hecho, aunque El Cid fue uno de los primeros que le mostraron su apoyo alegando, que estaba seguro que era un Santo digno que solo necesitaba escapar de la sombra de un arma rota hasta afilarse de manera correcta. Eso le faltaba, confíanza en su propio filo, aunque cada vez que se miraban a los ojos ambos quedaban en un mutuo silencio que llegaba a rozar lo incomodo. La mitad del tiempo hasta que alguien más intervenía y hablaba. La mitad de la orden lo apoyo de igual manera.

Se podría decir que para su suerte, el ya tener una anterior amistad tanto con Degel como con Asmita le termino facilitando en mezclarse con sus compañeros al abrirse, y en más de 1 año, casi llegando a los 2 Deuterus termino en algo que nunca espero experimentar junto al santo de sagitario.

Aunque inicialmente no estuviera acostumbrado a estos actos, o el mero contacto físico, desde el primer momento que sus labios y los de Sisifo se conectaron, su cuerpo y mente quedó sumisa a la idea de aprender. 

- Deuterus... - Sonriendo de medio lado el castaño beso la clavícula del moreno, pasando a su cuello y hombros hasta volver a sus labios.

Inconsciente, Deuterus mordío, casi llegando a entrenar su colmillo en el labio de Sisifo para que el no se fuera de su lado, aumentando el agarre de sus brazos. Sus labios eran bastante carnosos, un disfrute a su contacto, escuchando al sagitario gemir contra sus labios mientras sus manos dejaban su rostro para bajar a su cintura.

El cuarto del templo de Sagitario dónde ambos se encontraban era solo iluminado por unas velas, las suficientes para iluminar lo suficiente del cuarto también hacían un efecto exótico en sus cuerpos por la luz que proporcionaban. Provocando lo esperable; Dentro de los pantalones de Deuterus su miembro empezada a despertar, a gusto con el tacto de Sisifo pero que para su dueño que eso pasará era más una señal de insertibumbre para detenerse. Soltando el labio del castaño, bando un paso atrás.

- Lo lamento. Me deje llevar... - Quería irse, que su cuerpo reaccionara así era extraño para el.

- Bueno, era un beso. No arrancarme el labio. - Irónizo. Pasando su mano por su labio un sensible, bando un paso a un moreno ya nervioso por su accionar tan impulsivo. - Pero no tienes que detenerte.

- ¿Porque te quitas la ropa? - Trago grueso. Su miembro le dolía bajo los pantalones, y su cuerpo no parecía reaccionar.

Aún en la oscuridad Sisifo seguramente notaría lo rojo que estaba.

- No te preocupes por eso. - Lo volvió a rodear por el cuello, ya son la camisa encima. Todo su pecho estaba libre besando sutilmente a su amante.

Sisifo podía ser "el angel más noble" pero sabía cómo verse como la cosa más endemoniadamente sexy cuando le convenía. Sabía ser serio y provocativo a la vez, ocultandose en esa sonrisa distintiva de el.

- Uhmmmm... Para... - El castaño le hizo caso. Apoyando su cabeza en el hombro del moreno manteniéndose abrazados.

Deuterus no era el único erecto, Sisifo estaba igual de exitado que él.

- Estás muy tenso. - En un susurro le dijo. Apoyando sus manos en sus hombros, mirándolo a la cara. - ¿Pasa algo para que  cuando nos despedimos termines así?  - Era mentir decir que no estaba consciente del por qué de su actitud, conocía al hombre que amaba, sabía que debía ir de forma lenta por momentos específicos en su relación.

- Solo... No sé porque mi cuerpo reacciona así. Me gusta pero...

- Deu, reaccionas así por eso. Porque disfrutas de estar conmigo. ¿Me dejas "enseñarte" el resto? - Pareciendo que se quedó mudo unos segundos el santo de Géminis termino por aceptar. Rodeando al sagitario de la cintura para volverse a besar, permitiéndole quitarle la ropa pieza por pieza allí parados. - No tengas miedo de tocarme, solo déjate llevar por lo que quieras hacer. - Solo esa indicación dió, sujentando la mano de su amante para encontrarse en la cama, acomodándose uno sobre el otro.

A orcadas sobre el, las manos de Sisifo acariciaban el cuerpo ancho del moreno, escuchando su respiración mientras progresivamente se iba relajando.  Cómo le indico, Deuterus se dejo llevar por sus instintos, sujetando las caderas del castaño para bajarlo en busca de un beso, sujetando su trasero con la mano derecha mientras qué con la izquierda sujetada sus hombros. Sisifo hizo lo mismo, ahora siendo él quien tomo la acción de morderle el labio en pleno beso.

El dolor en la entrepierna del llamado demonio pasada de dolor a un sensación de placer. Casi como si de un hormigueo de tratase, Sisifo era quien le provocaba esto, Deuterus estaba empezando a desear esa misma sensación  pero al límite de lo que era posible. No pensada en más que en el hombre que en ese momento se aferrada así.

- ¡Uhm! - Casi grito. Estuvo a nada de someterse al Impulso de separarse, Sisifo había metido su mano dentro de su ropa interior acariciando el largo de su miembro atrapado en la presión de esa simple tela. Abriendo los ojos desmesuradamente en reacción. Le tomo unos segundos retomar la compostura de la sorpresa que se llevó, casi delirando de lo bien que se sentía su mano acariciandolo. Aumentando el placer que sentía.

Deuterus hizo lo mismo, metiendo su mano bajo su ropa interior apretando su jugoso y firme trasero.

- Sé siente rico... - Le dejó saber. Hace un momento que sus labios se habían separado, la ropa interior que usaban ya estaba fuera de sus cuerpos, o en su defecto colgando de sus tobillos. Sisifo tenía su mano juntando ambas erecciónes para flotarlas juntas. Se habían detenido solo escuchando al otro gemir.

- Y aún falta bastante. Pero, no sé si quisieras dejarlo hasta aquí hoy. - Deuterus parecía meditarlo. Las velas que iluminaban el cuarto parecían a punto de apagarse, más podía notar que faltaría un rato para terminarse de consumir.

- Bueno. Tu eres la voz de la experiencia aquí. - Sisifo sonrió de lado al escuchar eso. - No me molestaría estar aquí el resto de la noche. Con tus manos encima de mi.

- Me encanta esa rápida confianza, eres un "alumno" que aprende rápido. - Coqueteo. Su mano aún tenía juntos sus miembros, sabiendo como tocar para complacer a su demonio.

- Creo que es porque tengo al "maestro" correcto. El más hermoso, noble y sexy.

- Lo agredezco. Mi amor. ¿Puedes mover tus caderas?

- ¿Para que quieres que haga eso?

- Ya verás. Hazlo hacía adelante y hacia atrás, solo que mantén ese ritmo. - Aún con sus dudas el moreno acepto. Haciendo lo pedido, la sorpresa que se llevó fue bastante agradable.

- Wow... Se siente muy bien frotarnos así. - Ganando confianza no se detuvo, más bien, parecía ir más rápido cada cierta cantidad de segundos. Un fuerte gemido de parte de Sisifo le dejo complacido.

- Normalmente, para culminar uno de los 2 tendría que frotarse dentro del otro. Se le llama desde sexo, hasta hacer el amor.

- Interesante. ¿Dentro? Osea, ¿Tu meterme tu miembro a mi?

- Es una de las 2 opciones. Cuándo quieras, dime cuál opción te resulta más cómoda.

Asintio. Por lo que no hablaron más, Sagitario empezó a mover sus caderas al mismo compás de Géminis, alcanzando la cumbre del orgasmo tras unos minutos frotándose. Algo nuevo para el demonio que dejó todos sus sentidos aturdidos, dejando una sensación placentera en casa fibra de su ser. Tranquilo como si nada a su alrededor pasará.

Al abrir los ojos, un último beso de vieron el y Sisifo antes de acostarse a dormir. Por petición del castaño, el santo de géminis puso su cabeza en su pecho, rodeando su cuerpo con sus brazos.

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