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1 [entrenamiento/regalo]

Sus pasos se podían llegar a escuchar desde el momento que piso el último escalón en la entrada al templo de Sagitario. Seguramente el dueño del templo ya se hubiera dado cuenta por lo silencio que ha estado el santuario, sin contar la mejoría que ha tenido Sisifo en cuento a su salud tras su pelea en los templos.

En el tiempo que había transcurrido desde que Deuterus acepto ser portador de Géminis, tuvo que adaptarse a mucho. El y Regulus habían sido los que menores heridas se llevaron al pelear en los templos malignos, así que al regresé y con Shion de Patriarca fueron los principales en seguir sus órdenes mientras sus compañeros que lograron sobrevivir terminaran de sanar.

Aunque varios de los Santos lograron sobrevivir. Por la gravedad de sus heridas, estuvieron varios días buscando sanar, inutilizados de poder combatir o aportar de manera activa en la gierra. Aunque hubo pérdidas, Deuterus agradecía que muchas vidas lograron preservarse.  A estas alturas los cuerpos de todos los sobrevivientes  estaban ya enteramente sanos, y por su puesto, entre ellos estaba Sisifo de Sagitario, que tras haber usado la exclamación de Athena se había adentrado junto a los demás a pelear, al espectro de Esfinge dejarlos solos confiando en que muralla era indestructible, claramente reaccionó furioso buscando matar al sagitario. Siendo en cierta parte, algo para su suerte 2 tener a sus amigos ahora en el santuario como santo de géminis.

- Un gusto verte. - Intercambiando mirabas, Deuterus se acercó al castaño, cambiando simples mirabas por sonrisas de confianza. Cómo las que se les dedicadan a alguien de confianza. - Por cierto. Dentro de poco podré volver a portar mi armadura, gracias por hacerme compañía mientras tanto.

- No tienes porqué agradecer. Cada uno hizo su parte en esta batalla, y tú te pusiste en un límite peligroso. - Irónizo. Sisifo tenía heridas grandes en el pecho, y los ojos si bien pudieron sanar estaban afectados de forma que ya no podría ver colores. Al abrir los ojos lo primero que noto era su sobrino cuidandolo, luego de unos momentos llegaron también Degel, Hasgard y Deuterus, revelando la incapacidad tras sus heridas.

- Sabrás que no me arrepiento. Y... Bueno, nunca tuve oportunidad de preguntar por ti desde que nos volvimos a ver.

- No tienes que preocuparte por eso. Estoy... Mejor ahora. Creo que se puede notar un poco. - Irónizo otra vez, sus ropas desgastadas habían sido cambiadas por el uniforme negro y de clase que los Santos solían usar. Y hablando de eso, notaba que Sisifo estaba tratando de ponerse el traje de los entrenamientos que hace años no usada.  - ¿Estás esperando a Regulus no?

- Efectivamente. Quería retomar el entrenamiento de a poco. Aunque siendo el cuerpo bastante entumido. ¿Quieres apoyarme mientras el llega?

Devolviendo el mismo gesto que tuvo Sisifo, Deuterus se quitó la chaqueta dejando solo una camisa blanca, y las vendas que aún cubrían sus muñecas. Sisifo rápidamente se puso en posición de defensa, mientras miraba al moreno concentrar magma en su mano derecha.

- Me gusta como empezamos. - Hizo el mismo gesto. Concentrando su cosmos para invocar el viento que constituía su ataque. - Espero no haberme oxidado. - Extendiendo su mano apenas fue capaz de musitar estas palabras su ataque fue lanzado contra el moreno. Un fuerte tornado de cosmos dorado capaz de azotar hasta un muro de piedra.

Como era de esperarse, Deuterus fue capaz de detenerlo con su técnica, reduciéndolo al viento de una explosión que solo le agito el cabello. Lamiéndose el colmillo, volvió a atacar, concentrando el suficiente cosmos en sus 2 manos.

- Al igual que tú cosmos, tu velocidad no parece haber disminuido. Eso es bueno. Lo siento igual que antes aún con los años. - De un salto Sisifo se aporto de su dirección. Apoyándose en sus manos al caer, y empujando sus pies en el suelo para moverse a un costado del muchas veces llamado demonio en busca de un enfrentamiento físico.

- Si bien es parte de la voluntad de un Santo, no creo que eso sea un alago. Uno cambia bastante con los años. - Su puño impacto contra la palma de su oponente. Hace tiempo no tenía un combate puramente físico. Su combate era más que nada demostración, cada uno se contenía a su manera buscando marcar un ritmo que iba de lento a rápido.

En otras palabras estaban simplemente calentando en camino al estado de lo que sería un combate real.  Deuterus siendo capaz de percibir sin esfuerzos los ataques de Sisifo, y respondiendo cada cierto tiempo. Su cosmos ya era grande, ahora lo notaba aumentando de forma que desconocía. Haciendo que el moreno se arrepienta de no hacer podido ayudarlo en combate, pero a su vez mostrando sus colmillos para aumentar su presión contra el castaño. Nuevamente, se separaron y cada uno atacó usando sus técnicas.  Siendo ahora Deuterus quien se impulsó para tomar la iniciativa en combate. Sisifo lo miraba seguro, reluciendo parte de su belleza natural. Sus ojos chocaban en la misma dirección terminando divirtiéndose en lo que para ellos podía pasar por  era un simple juego.

No sé vieron cuánta en que momento Regulus se paró frente a ellos disfrutando del espectáculo. Pero el moreno debió suponer fácilmente que el adolescente estaría con su tío. 

De un momento a otro el tiempo se congelo.

- ¡Sisifo! - Un mayor soltó un alarido, poniendo ambos manos sobre su pecho del dolor, siendo sujetando por Deuterus en una fracción de segundos antes de que perdiera el equilibrio. Sin tardar en acercarse Regulus.

- Estoy bien. Solo me excedí. Mis heridas si bien ya están cerradas parece que aún no sanan del todo. - Empezó a suspirar e ihnalar aire, Deuterus no lo soltó. Sus 2 manos sujetaban a Sisifo sintiéndose casi culpable.

- Lamento haberte forzado.

- No tienes que disculparte. Yo pedí entrenar, así que culpa tuya no es. Fue un error de mi parte, mi pelea tanto con Aiacos cómo contra Faraó no fueron simples. - De ojos cerrados difícilmente de podía mantener parado. Notandose en qué estaba dependiendo del ancho cuerpo del demonio para sostenerse.

Aunque presentando dificultades el santo de Géminis paso sus manos por las piernas de Sisifo, cargandolo tras un solo esfuerzo, sentandolo a un costado del templo de forma que Regulus pudiera revisarlo.

- Ninguna herida se abrió. Debió ser un mal movimiento de tus músculos al pelear que presionaron en un mal punto que estaba a medio sanar, tendrás que relajarte hasta que el dolor pasé.

- Gracias, pequeño. No recordaba que sabías tanto de medicina. - Quiso reír, pero solo apoyo la cabeza en la pared. Aún con eso, si sentía el alivio necesario.

- Regulus... Ah. ¿Porque no le traes algo de tomar? Oh... ¿Eso sería malo para su estado?

- No. No lo sería, no tardaré entonces. - El adolescente los dejo solos el tiempo suficiente. Aún había una parte en el moreno que se sentía culpable por herir a su compañero. Desviando la mirada de él, aunque  aún notandose preocupado por cómo tenía apretados sus puños.

- Deu. - La mano del castaño paso por su muñeca, logrando revisor el apoyo corporal necesario para pararse. - Relájate. Fue solo un accidente como para que te pongas tensó.

- Perdona. - Negando cona cabeza paso su mano por su cabello. Se sentía casi mareado. - Pero me preocupé por el grito que tuviste. Estábas tan jovial y virigoroso, para despertar apenas poder levantarte. ¿Mejor?

- Lo suficiente. Aún querío seguir entrenando ahora que estoy fuera de peligro para retomar el cargo de Santo de Sagitario. - Suspiro. - También quiero visitar las tumbas de  el resto de nuestros compañeros.

- Te acompañaré entonces. - A los pocos segundos Regulus volvió, entregándole el vaso con agua a su tío.

- Al menos estoy contento de que Regulus no saliera muerto. - Rodeando a su sobrino con su brazo el santo de Leo no termino de entender el porque de la acción pero rápidamente se hizo una idea clara.

- ¿De qué hablaron en los pocos minutos que no estuve?

- Solo menciono que quiero visitar a nuestros compañeros otra ves. Solo sobrevivimos varios de nosotros, una fortuna considerable por lo tanto ahora el santuario nuestra responsabilidad mientras Athena no está. - Suspiro, o más bien, exalo aire ya sintiendo mejor. - ¿Hasgard cómo está? Casi no he hablado con el.

- Lo iré a buscar. Mejor tenerte sentado así sea hablando que provocandote otra herida. - Intercambiando una sutil miraba Deuterus fue a buscar al toro. Llegando con el a los pocos minutos, los 2 viejos amigos de abrazaron viéndose sanos y salvos. Los 4 se quedaron conversando por el resto de la tarde, y los próximos días no pudieron evitar reunirse. Mucho había cambiado y mucho se tenía que atender.

- Deuterus. ¿Le molesta si me preguntó algo? - El moreno se volteo al jóven Santo de Leo, asintiendo inexpresivo a la espera de su pregunta. - Me entró la curiosidad  ¿Que tanto le interesa a usted mi tío Sisifo?

De la boca del llamado demonio querían salir palabras que quedaron ahogadas por el nudo que le provocó el repentino golpe de Regulus. Notandose avergonzado, por lo que, el joven león le dejo su tiempo para pensar y responder.

- Bueno. Yo aprecio mucho a tu tío. Es... Un buen amigo a decir verdad. Llegué... A... - Odiada tartamudear tanto porque lo hacía parecer un inecto. Quería concéntrarse para responder de forma legible. - Llegue a convivir, sin contar de entrenar con él y Hasgard cuando teníamos tu edad. Por el tema de mi hermano. - Cuando Aspros no había cambiado tanto  había confiado en sus amigos el secreto que ellos tenían y su vínculo de sangre. - Lo... Bueno. Por sus heridas no he podido evitar preocuparme por el, por eso lo visite  a diario hasta que se pido poner de pie.

- ¿Mi tío es importante para usted no? Soy capaz de notarlo. Noto a mi tío feliz por eso. Y el merece ser feliz. - Sonriendo bando un paso al frente quiso tomar esa iniciativa.

- Es tu familia. Entiendo el porque dices eso. - "¿Que me está queriendo insinuar este mocoso?" Deuterus se estaba empezando a poner incómodo. Su poca cualidad social relucía mucho aquí, tratando inútilmente de desviar el tema. - Yo por mi hermano hubiera hecho bastante. - Sonría pero con amargura, no podía olvidar todo lo que Aspros significó para el, pero verlo en sus recuerdos tras enterarse del veneno que tenía era muy desagradable. Por eso hablo en paso.

- No tienes que preocuparte por el. De lo que escuche de Aspros se que él es ser desagradable que no merece tu lastima. - El moreno endureció la mirada. El santo de Leo solo le sonreía, acercándose en una pícara inocencia a él. - Por el tiempo que pase con mi tío, se que le gusta el arte y la literatura como pasatiempo.  De ser por el estaría una tarde en opera. Puede darle eso como regaló.  - Ahora Deuterus parpadeo confundido por esa repentina sugerencia. Osea que...

- Ah. - Entre nervioso e Incómodo Deuterus pasando su mano por su rostro sonrojado. Antes de sonreír, suspirando para retomar una postura más relajada. - Gracias. Lo tendré en cuenta. Es muy tierno que te preocupes así por Sisifo.

- No hay problema. Suerte. - Levantando el pulgar Regulus le sonrió, yendo al coliseo para dejarlo solo.

Deuterus sin cuestionarse le hizo caso a las sugerencias de Regulus, enternecido con la idea de que indirectamente lo estaba aceptando como su tio. Claramente tuvo que pedirle  algo si no que era bastante asesoría a alguien.  Lo haría con Shion pero no sabía que tanta confianza tenían entre ambos, y bueno, era el patriarca. No lo molestaría con algo banal. También considero a otros de sus compañeros pero tenía el mismo problema, lo que lo dejaba entre ir con Degel e ir con Hasgard.

Si bien, Hasgard termino haciendo sus cuestionamientos del porque la petición, Deuterus no tuvo problemas en decirle la verdad, el santo de Tauro termino alentándo al moreno feliz de verlo a comparación por cuando se conocieron hace ya varios años.

- ¿Dime, te gusta Sisifo?

- Siempre me atrajo. Pero, bueno. Sabes de ese problema que tuve. Hasta ahora me voy cuenta que me llegue a enamorar de el.

- Mucha suerte entonces. - El demonio asintio. Hasgard le había entregado el libro que necesitaba, pagado por el bolsillo del moreno.

Mirando la cubierta del objeto en sus manos, pensado, a estas alturas no era el hombre ni la persona más importante en la vida de Sisifo, lo mismo Sisifo para el, en sus situaciones eran solo unos amigos más. Pero quería cambiar en eso, quería que unos años pudieran verse como pareja. Decir que eran importantes para el otro. Tenían una vida por delante para eso y quería aprovecharla.

Dispuesto camino en dirección al templo de Sisifo, encontrandose con él al poco tiempo. Sonriendo sutilmente mientras le entregaba el libro en manos.

- Un regalo de mi parte. Regulus me dijo que te gustaban este tipo de libros en tu tiempo libre, quise dártelo antes para que no te forzaras pero tarde en conseguirlo.

- Muchas gracias. Con todo lo que suelo tener en mente este tipo de lectura me relaja bastante. ¿Te gustaría quedarte un rato? - Haciendole un señal le invito a pasar, Deuterus acepto. Sentándose en la mesa que disponía el templo, aceptando el café que el castaño le ofrecía. - Un poco interesante que Regulus lo recordaba. Normalmente las encuentra un poco aburridas.

- El mismo me ofreció la idea.

- Regulus... - Sonrió. - Ahhh... Ya mi niño creció. Dentro de nada es un adulto.  - Bromeó. Había dejado el libro en un escritorio que tenía en esa casa, prácticamente se había vuelto un lugar de relajación. Sentándose junto al moreno. - Si quieres te puedo ofrecer un libro de los que tengo.

- Si me gustaría en algún momento. De hecho, me gustaría quedarme más seguido junto a ti. Me agrada mucho tu compañía. No seré la primera persona importante para ti, pero eso me significa que no pueda quedarme. - El castaño sonrió, moviéndose para poner su mano sobre la mejilla del Moreno. Aunque sobresaltadolo por lo poco acostumbrado que estaba a ese tipo de tanto físico, rápidamente termino sonriendo.

- También me gustaría. - La mano del moreno de puso sobre la de Sisifo.

Separandose hablaron de cosas algo banales hasta temas triviales por un el resto de la tarde. El ambiente ameno entre los era confortante para casa uno, tardando en el trascurso de 2 meses para formalizar su relación de amante.

Compartiendo un beso dulce y apasionado. Ambos tenían en mente que el mundo no era tan simple, como santos sus peligros no terminaban, separarse uno del otro no estaba en los planes de ninguno, pero no ya no necesitan palabras para expresarlo.

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Tengo en Headcanon de que Sisifo es una persona contradictoria con sus gustos. Osea, le encantan temas como la filosofía, literatura, ciencias, en parte que le relaja mucho leer. Pero también lo creo bien capaz de tener un par de libros eróticos escondidos.

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