One shot #2 (Camus)
Hola! Perdón por la demora :(
Pero aquí está, a pedido de sagitario1995 espero te guste, perdona si no es muy bueno,
Si les gusta presionen la estrellita :)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
Era un día hermoso, soleado, sin una nube en el cielo, perfecto para dar un paseo por el santuario.
Evelyn, una de las ninfas de Athena, miraba sonriente a sus alrededores mientras caminaba con gracia por las pequeñas calles de Rodorio, ella disfrutaba mucho de estos paseos, la hacían sentirse relajada y en completa libertad.
Mientras caminaba, la chica vio a lo lejos una pequeña tienda de flores que no había visto antes, de seguro era nueva, se acercó con una sonrisa en la cara.
—¿en que le puedo ayudar señorita? –preguntó una mujer de edad, la cual Evelyn supuso, era la dueña de la bonita tienda.
—si, gracias, dígame,¿cuales son las flores más frescas que tiene? –preguntó la joven sonriendo amablemente. —todas mis flores son recién cortadas, las traigo yo misma del bosque, así que escoja la que le guste bella señorita –dijo la mujer con una sonrisa en sus labios. Evelyn no sabía cuáles flores escoger, ¡todas eran muy bellas!
Ella estaba tan metida en sus pensamientos que no se percató de la presencia que se acercaba a ella. —pero que hermosas flores tenemos aquí –dijo una voz masculina muy conocida para los oídos de la chica —¡Afrodita! –dijo Evelyn con entusiasmo mientras le daba un gran abrazo al caballero de la doceava casa, este soltó una pequeña carcajada mientras devolvía el acto de afecto que la joven le daba —eres exagerada, nos vimos ayer –dijo el joven mientras observaba detalladamente las flores que ofrecía la mujer, Evelyn le sonrió —lo sé, pero siempre me da alegría verte –le dijo mientras se encogía de hombros, —ahora, ya que estás aquí, ayúdame a escoger unas flores ¿ si? –dijo la chica con ojos suplicantes, Afrodita la miró mientras levantaba una ceja —¿y yo qué gano a cambio? –dijo sonriendo de lado de forma juguetona —¿el placer de mi compañía? –dijo la chica mientras le agarraba la mano, Afrodita hizo una mueca burlona como si estuviera analizando la situación, Evelyn lo miraba escéptica —está bien...pero, me tienes que acompañar hasta el templo de piscis. —¡que! Todas esas escaleras? –dijo la chica abriendo sus bellos ojos azules de par en par —bueno, entonces no te ayudo –dijo el peliazul cruzándose de brazos, Evelyn suspiro —está bien, te acompaño –dijo resignada —no te quejes, que de camino... –Afrodita se acercó a Evelyn y susurro en su oído — puedes pasar por la casa de acuario... –inmediatamente las mejillas de la chica se sonrojaron y sus ojos se abrieron sorprendidos. —cállate Afrodita –dijo la chica cruzándose de brazos, mirando a otro lado con sus mejillas aún teñidas de un color rosa, Afrodita río mientras se disponía a escoger unas bellas flores.
No le tomó mucho tiempo, ya que era experto en el tema, rápidamente escogió unas bellas rosas blancas, tomó una entre sus dedos y la llevó hasta su nariz, inhalando el embriagante aroma que esta producía, luego, volteo a ver a Evelyn que lo miraba sonriente, el joven le devolvió la sonrisa, mientras le colocaba la flor delicadamente en su brillante cabello rubio sobre su oreja derecha, Evelyn sonrió más ampliamente ante tan dulce gesto.
—hacen muy linda pareja –dijo la mujer de la tienda interrumpiendo el momento entre Afrodita y Evelyn, el joven sonrió ampliamente mientras que la chica trataba de explicar a la mujer que ese no era el tipo de relación que tenían.
Sin embargo ninguno se dio cuenta del caballero que los llevaba observando bastante rato a lo lejos.
—¿hasta que hora tenemos que esperarlos para que cumplan con sus obligaciones? –dijo una voz sería y con un toque de exasperación. Evelyn se quedo estática ante esas palabras, ya que conocía muy bien de quién provenían, mientras que en la cara de Afrodita se formaba una sonrisa pícara.
La chica giro para ver al caballero de acuario que la observaba con una expresión que solo se podría describir como enojo, Afrodita también volteo a verle mientras posaba su brazo en los hombros de Evelyn acercándola a él.
Este pequeño acto provocó que el caballero de acuario frunciera el ceño aún más profundamente y que su quijada se apretara con exasperación.
—¡Camus!¿ Que te trae por aquí? –dijo Afrodita aún sin quitar su brazo de los hombros de Evelyn.
—Athena cree que soy niñera y me mando a buscarlos, nos necesita a todos en el santuario –dijo Camus con tono frío y seco —así que dejen sus tonterías y apresúrense.
Dicho esto, Camus dio media vuelta y se dirigió rápidamente hacia el santuario, Evelyn lo observaba, como se alejaba elegantemente, su capa se movía con el viento al igual que su largo cabello, la chica dio un gran suspiro.
—¿por qué siempre tiene que actuar así? –preguntó Evelyn aún con su vista fija en la dirección donde se había ido el caballero de acuario, Afrodita soltó una carcajada mientras pagaba por las flores a la mujer de la tienda.
El caballero de piscis le entregó las flores a Evelyn para que esta las llevara emprendiendo su caminata hacia el santuario.
—¿aún no te das cuenta Evelyn? – la chica lo volteo a ver con una expresión interrogante —¿cuenta de que? –dijo ella frunciendo el ceño, Afrodita suspiro —eres muy inocente a veces –la rubia se encogió de hombros.
—es increíble que no sepas por qué Camus actúa de esa manera. –dijo Afrodita como si fuera lo más obvio, —actúa así por qué es un amargado –dijo la chica cruzando los brazos sobre su pecho —si es un amargado, pero actúa un poco diferente cuánto te ve conmigo,¿ no se te hace sospechoso?
—¿sospechoso? No, simplemente creo que aún no le caigo muy bien, igual, al menos ahora no no la pasamos peleando todo el tiempo como antes. –Afrodita la volteo a mirar con una ceja levantada ¿cómo es posible que sea tan ingenua?
—¡por todos los dioses Evelyn! ¿Qué no te das cuenta? ¡Camus actúa así por qué está celoso! –dijo el peliazul exasperado por la ingenuidad de su amiga, —¿celoso? ¿Camus? Por favor...-dijo la rubia soltando una pequeña risa mientras rodaba sus ojos incrédula —si, celoso –Afrodita tomó un respiro antes de continuar.
—allá atrás en la tienda, Camus había llegado hacia un rato, nos observaba de lejos, creyó que escondiendo su cosmo yo no me daría cuenta –sonrío
—¿así que por eso estabas actuando tan especialmente cariñoso conmigo?
—eh! ¡Yo siempre soy cariñoso contigo! –dijo el joven en tono defensivo
—si claro
—bueno, en fin, te estaba ayudando, Camus es un idiota que no expresa nada de lo que siente así que le estaba dando un empujoncito –dijo Afrodita encogiéndose de hombros
—eres un idiota, y además estás loco, Camus nunca me vería de esa forma, ¡el prácticamente me odia! –dijo Evelyn bajando su mirada con tristeza
—la idiota eres tú que no te das cuenta de nada
—eyy!
Afrodita y Evelyn después de un tiempo, llegaron al santuario, inmediatamente subieron las escaleras para dirigirse al templo donde Athena los esperaba, en el camino Evelyn aprovechó para dejar algunas flores en las casas de sus hermanos Aioria y Aioros, hacía mucho que no tenía un detalle con ellos, luego siguió subiendo junto con Afrodita.
Después de un largo camino, llegaron al templo de Athena, al entrar la mirada de Evelyn se cruzó con la del caballero de Acuario que la miraba atentamente, este dejo de mirarla para posar su mirada en su acompañante, la mirada de Camus se hizo aún más fría (como si eso fuera posible) al observar a Afrodita, Evelyn frunció el ceño.
La reunión con Athena termino después de un rato, todos los caballeros se dirigieron a sus templos al igual que las ninfas, sin embargo Evelyn no quería ir a descansar todavía, tenía muchos pensamientos en su cabeza y quería aclararlos. Así que decidió ir a dar un paseo nuevamente, ya era de noche y la luna brillaba iluminando todo el santuario, la chica encontró un bello lugar donde sentarse para pensar, era una pequeña colina que daba una bella vista de rodorio, Evelyn sonrió mientras cerraba sus ojos disfrutando de la fresca brisa que movía su cabello y tocaba su piel.
A la mente de la chica llegaron imágenes del caballero de acuario, el hombre siempre era muy frío con ella y por eso antes siempre terminaban discutiendo, sin embargo ahora la relación que llevaban era más cordial, principalmente debido a que Evelyn había desarrollado sentimientos hacia el caballero, pero nunca pensó que fueran correspondidos.
Ella no sabía cómo había pasado, como había podido enamorarse de aquel caballero que parecía no tener sentimientos, la verdad no tenía idea, lo único que sabía era que no había podido evitarlo, cada vez que veía esos ojos violeta sentía como su corazón daba un giro en su pecho.
Evelyn suspiro mientras en sus manos jugueteaba con un poco de agua, haciendo que está diera saltos con su poder, las palabras de Afrodita la habían hecho pensar, ¿sería posible que fuera cierto? No, es imposible, es Camus de quién estamos hablando.
La chica seguía jugando con el agua mientras su mente seguía formando pensamientos, cuando de repente un sonido hizo que su línea de pensamiento se cortara abruptamente y el agua con la que jugueteaba cayó en la tierra en frente de ella.
—¿qué haces aquí? –dijo el caballero de acuario acercándose a Evelyn —lo mismo podría preguntarte –dijo la chica observando cómo Camus se aproximaba —soy un caballero dorado, puedo andar por donde me plazca –dijo el caballero en tono prepotente mientras se recostaba en un árbol cercano a la rubia —engreído –dijo Evelyn mientras se ponía de píe dispuesta a irse, pero algo se lo impidió, Camus la tomó del brazo antes de que pudiera abandonar el lugar —espera Evelyn –dijo Camus mirando hacia rodorio, la chica lo miraba con una expresión interrogante —¿qué quieres Camus? –dijo la rubia, el caballero le soltó el brazo y sin mirarla todavía preguntó —¿desde hace cuánto están Piscis y tu juntos? –Evelyn abrió sus ojos de par en par, en serio ¿Camus de acuario le estaba preguntado esto? —¿qué? –dijo sorprendida, Camus cerró sus ojos y suspiro profundamente —me escuchaste bien Evelyn –dijo posando su mirada amatista en los azules ojos de la chica.
Esta no pudo evitar sonrojarse ante la mirada penetrante que le estaba dando el caballero de acuario —yo...eh...-se quedo sin palabras mientras se perdía en los ojos violetas de Camus, este al ver como la chica no podía formar una frase coherente tomó una gran bocanada de aire —no importa, no tienes por qué darme explicaciones, espero sean felices – dijo cruzando sus brazos sobre su pecho, posando su mirada nuevamente en el bello panorama que le ofrecía aquel lugar.
Evelyn no podía creerlo, ahora las palabras de Afordita tenían más sentido, tal vez tenía razón y el caballero de acuario correspondía sus sentimientos, su corazón palpitaba tan rápido y tan fuerte que sentía que en cualquier momento se iba a salir de su pecho.
—Camus –dijo la chica mientras posaba su mano en el brazo de Camus haciendo que este dirigiera su mirada hacia ella —Afrodita es mi mejor amigo, no hay nada entre él y yo.
Los ojos de Camus se abrieron en sorpresa al escuchar estas palabras, sin embargo, no dijo nada, Evelyn al ver que el no decía nada, decidió romper el silencio y abandonar esta situación tan incomoda —bueno, ya es tarde, mejor me voy, espero haber aclarado tu duda –dijo ella nuevamente con la intención de irse, pero esta vez Camus no fue tan sutil para detenerla y en un movimiento rápido la tenía atrapada entre su cuerpo y el árbol en el cual estaba recostado previamente, sus dos manos estaban en ambos lados de la cabeza de Evelyn, sus caras separadas por escasos centímetros y sus miradas conectadas profundamente.
Evelyn estaba sorprendida ante tal acto tan audaz por parte del acuariano, sin embargo no le molestaba la proximidad, y para ser honesta, en ese momento no deseaba nada más que estar más cerca de él.
Camus, como si leyera la mente de ella, se acercó lentamente hasta que sus labios tocaron delicadamente los de la chica, Evelyn inmediatamente cerró sus ojos en completa dicha ante tal contacto, Camus acaricio la mejilla de la chica con una de sus manos suavemente moviendola hasta su cuello haciendo que Evelyn levantara un poco su cabeza logrando que el beso se volviera más intenso.
Luego de unos minutos debieron separarse por falta de aire, la sonrisa en los labios de Evelyn demostraba todos los sentimientos que ella tenía hacia el caballero de acuario, y por primera vez en mucho tiempo una sonrisa se asomó en los labios de Camus, Evelyn no pudo evitar sentirse satisfecha al ver esa expresión, nada hacía sonreír al caballero de acuario, sin embargo aquí estaba el, dedicándole esa bella curvatura de sus labios a ella y solamente a ella, la sonrisa de Camus le pertenecía
—no tienes idea desde hace cuanto tiempo quería hacer esto –dijo el caballero posando su frente en la de Evelyn, ella sonrió tiernamente —te tomo bastante tiempo acuario –Camus soltó una pequeña carcajada —pues entonces hay que recuperar el tiempo perdido ¿ no? –dijo el joven atrapando los labios de la chica nuevamente en un nuevo beso que sería el comienzo de una larga historia entre ellos dos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro