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Las mil y un camas [🦅Minos x Lune📖]

Una nueva noche en su club nocturno de confianza, una nueva oportunidad de conseguir un amante, y repetir la historia de siempre.

Ya había perdido la cuenta de cuántos de ese lugar con luces de neón y música alta, habían pasado por su cama. Solo para pasar la noche y marcharse al amanecer, para nunca volver a verlos. Solo un par de excepciones, dónde repitió plato.

No siempre había sido tan malo ese estilo de vida. Al comienzo, le parecía algo divertido, una buena forma de pasar el tiempo, gozar su vida y aprovechar su juventud. Después de todo, solo eran amantes de turno, absolutamente libres de compromiso y con el único fin de disfrutar el momento... Pero ahora, que el tiempo había pasado y su vida sufrido tantos cambios, todo le resultaba insuficiente, insípido... ¿Qué demonios pasaba con él?

— ¿Minos?

Al escuchar esa voz casi escupe el licor en su boca, con el que luchaba por ahogar sus penas.

— ¿Realmente eres tú?

— Qué sorpresa volver a verte, Lune.- Sonrió de lado, mirando de reojo al albino que tomaba asiento a su lado.- Especialmente en un lugar como este. Creí que no te gustaban.

Lune correspondió la sonrisa, intentando mantenerse relajado.

— Solo acompaño a unos amigos.- Aclaró con tranquilidad.- No has cambiado nada.

— Supongo que puedo decir lo mismo de tí.- Rió levemente, bebiendo el contenido de su vaso.- Parece que el tiempo no pasa en tí.

— Pues gracias por el cumplido.- Respondió el recién llegado.- ¿Qué ha sido de ti todos estos años?

Vaya que el universo parecía disfrutar burlarse de él y su patética existencia. Llevar a su ex hasta ese bar, juntarlos después de más de diez años sin saber absolutamente nada uno del otro, solo para restregarle en la cara su deplorable situación...

— Supongo que no me puedo quejar.- Se encogió de hombros.- Tengo un buen trabajo, pude comprar un apartamento y un auto... Nada espectacular para alguien entrado en sus treintas. ¿Y tú?

— Igual.- Respondió Lune.- Me ha ido bien en el trabajo como maestro en una académica privada.- Añadió.- Y, ¿te casaste, o estás saliendo con alguien?

— Primero muerto que atado a alguien.- Rió, bebiendo las últimas gotas de coñac en su vaso.- ¿Y tú?, ¿cumpliste tu sueño de encontrar a tu media naranja?

Ambos intercambiaron una suave sonrisa. ¿Quién diría que las últimas y más hirientes palabras que años atrás intercambiaron antes de separarse, ahora servían como un alivio cómico?

— Hace tiempo perdí la fé en esas cosas.- Admitió con una pequeña risa Lune.- Una desilusión por aquí, una traición por allá... Más vale solo que mal acompañado.

Lune... Al observarlo con detenimiento, bajo las luces del lugar, podía apreciar que su imagen no distaba a la última vez que lo vió, durante la graduación de la preparatoria.

Seguía teniendo una tez pálida como la nieve, suave como la porcelana, y libre de cualquier imperfección. Cabellos largos, sedosos, y esmeramente cuidados. Y un porte elegante, difícil de igualar. Ni siquiera la más enceguecedora luz de ese club podía hacerlo ver menos pulcro.

— Bueno... ¿Te apetece brindar por los viejos tiempos?

— Encantado.- Aceptó Lune la oferta, sosteniendo una copa en su mano.- Por los sinsabores y penas de la vida.

— Y no olvides las tragedias.- Añadió con una sonrisa.

— Salud.

— Salud.

Chocaron el borde de sus respectivos recipientes de cristal, ingiriendo de un trago el contenido embriagador, quemando sus gargantas a su paso, para finalmente, sonreírse mutuamente.

Tras romper el hielo y compartir un trago, la conversación fluyó tan amena como un río calmo. Tal y como sus conversaciones solían ser en un pasado ya muy lejano.

Al parecer, seguían teniendo el mismo humor que los hacía congeniar tan bien, gestos y manías que solo ellos podían reconocer en el otro, miradas sutiles, idénticas a tantas que los acompañaron hace años...

Por un instante, la angustia que oprimía su corazón se marchó. Por un momento, había vuelto a aquellos años en los que la alegría, la satisfacción y la tranquilidad no le eran quimeras inalcanzables. A ese pasado glorioso donde fue tan felíz, dónde tuvo a alguien que lo amaba, dónde su corazón fue cuidado, amado y protegido... Y él no supo apreciar nada.

— Definitivamente, tú no cambias, Minos.- Expresó Lune, luego de controlar su risa al escuchar una de las tantas anécdotas que su antiguo amante tenía para relatar.- Sabía que lograrías llegar lejos. Siempre fuiste la persona más inteligente y audaz que pude conocer.- Añadió, con una sonrisa sincera, haciendo dar un vuelco al corazón del contrario.- Me alegra haberte vuelto a ver, y saber que estás bien.

Lune... Definitivamente, ese hombre no cambiaba. Sabía perfectamente que bajo esa fachada fría y elegante, se ocultaba un noble y cálido corazón. Y esa sonrisa no hacía más que confirmarselo, a la par de martillar su herida.

— Gracias, Lune.- Agradeció con sinceridad.- También me alegra verte de nuevo.

— ¿Sabes, Minos?- Expresó su interlocutor, fijando sus ojos en los suyos.- Jamás esperé volver a verte, y esperaba que si lo hacía, ya habría olvidado absolutamente cualquier sentimiento que llegué a tener hacia ti...- Añadió, logrando dar directo en su dolorido corazón.- Pero me equivoqué.

La última frase de Lune lo hizo saltar de su asiento y dejar completamente en el olvido su bebida, entregando su total atención a él.

— Ahora, me doy cuenta de que no importan cuántos años pasen, o cuánto madure... Al verte, soy solo ese chiquillo tonto de dieciocho años, que está estúpidamente enamorado de ti.

No esperaba aquella confesión de Lune, pero tampoco la cálida sensación que provocó en su pecho. Tan diferente a la que estaba acostumbrado... Era un fuego abrasador, pero no doloroso. Cálido, pero no sofocante. Hacía latir su corazón, pero no producto de simple excitación... No, había algo muy diferente.

— Lune...- Murmuró.- Vaya, no esperaba escuchar eso.- Añadió, buscando la mano ajena.- Pero... Estoy igual.- Admitió finalmente, con una sonrisa avergonzada.- Fuí un complejo tonto al dejarte ir hace doce años. Todo este tiempo conocí infinidad de gente, pero nadie se compara a tí.

— Supongo que somos dos tontos, que por alguna razón, el destino quiere juntos.

Una última sonrisa cómplice fue suficiente para unir sus labios en un beso, esperado por años, sin que fueran conscientes de ello.

De nuevo, la sensación era completamente diferente. La danza de sus bocas era apasionada, pero a la vez suave. Ansiosa, pero gentil. Candente, pero a la vez, extremadamente cálido.

Lograba acelerar su corazón, pero no por líbido y burda excitación, sino por alegría y dicha.

Por primera vez en años, se sentía satisfecho, felíz, pleno, tranquilo... Por primera vez, su líbido le daba una tregua y le permitía disfrutar un simple momento de dulzura.

— ¿Quieres bailar un poco?

— Guíame.- Accedió Lune con una sonrisa.- Soy todo tuyo.

— Espero que por el resto de mi vida.

— Solo si así lo quieres.

Por fin, después de tanto tiempo, la música volvía a ser sinónimo de júbilo, las luces de colores volvían a encantarlo, y el baile volvía a emocionarlo. Sin necesidad de ninguna doble intención, ni una promesa de una noche desenfrenada de por medio. Simplemente, un amante de verdad, dispuesto a amarlo a pesar de todos sus defectos, y quedarse a su lado aún después del amanecer.

Al fin, después de buscar en mil y un camas, el amor que tanto anhelaba en silencio, había aparecido en su vida.

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Pedido para Rosella_rose

I'm so sorry for the delay. I've been a little busy with the university and other things 🥹... Anyways.

I hope you're enjoy this One-shot so much.<3

I really loved writing about this couple, using too a song of one of my favorite bands (Pxndx), if you want to ear the song homoname of the One-Shot.

So, I think it's all for now.
See you latter!

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