Siempre le preguntaban qué había visto en él. ¿Por qué una chica como ella se fijaría en alguien como él?

Ella era la nieta de un multimillonario, heredera de una fortuna incalculable. Una mujer inteligente, independiente, y sumamente hermosa. Podía tener al hombre que quisiera, pero existiendo tantos que eran mucho mejores partidos, ¿por qué lo eligió a él?

Incluso Jabu solía preguntarle de vez en cuando, y ella solo tenía una respuesta:

- Ni siquiera yo supe qué era. Cuando lo ví por primera vez, no tenía idea ni de su nombre, pero sentí que él era diferente a todas las personas que había conocido antes: su amabilidad, su sonrisa, su carácter, su forma tan sincera de mostrarse al mundo tal cual es, y sus ojos que al mirarlos irradiaban un profundo amor que jamás había visto antes... Me hizo sentir que tenía todo lo que pasé años buscando.

Y es que era verdad. Durante años conoció todo tipo de hombres, pero ninguno había logrado nada más allá que una amistad con ella.

Todos la trataban siempre como un trofeo a ganar. Si no eran hombres de clases sociales menores a la suya que iban detrás de su dinero, entonces eran hijos de otros magnates, intentando aumentar aún más su estatus, tanto por el dinero, como poder alardear de tener una esposa hermosa.

Pero nadie jamás se atrevía a conocerla realmente. A tratarla como a un igual, como un ser humano... Hasta que aquel jóven mesero apareció en su vida.

Aún recordaba ese día, cuándo decidió detenerse en un restaurante para comer algo antes de alcanzar a su abuelo en una reunión de la fundación que dirigían.

Nunca le habían gustado los restaurantes ostentosos a los que estaba obligada a asistir cada cierto tiempo por asuntos de trabajo, así que, cuándo no era necesario, prefería ir a lugares más modestos.

Esa ocasión, fue atendida por un jóven chico de cabellos mostaza, probablemente de la misma edad que ella. No supo exactamente porqué, pero ambos sostuvieron una plática por unos minutos, y la química fue instantánea.

Intercambiaron números telefónicos, y siguieron en contacto.

Así fue como conoció al que, sin saberlo, se convertiría en su esposo.

Cuando dió la noticia de su relación, fueron varias personas las que la señalaron de que aquel chico era solo un capricho que se le pasaría en dos días... Ni hablar de cuando anunció su compromiso.

Recibieron críticas de muchas personas, a Jabu lo acusaban de ser un cazafortunas, y ella de ser una ingenua, y cientos de tonterías más.

Pero hicieron caso omiso y continuaron con sus planes. Después de todo, no estaban haciendo nada malo. No había nada malo en que se hayan enamorado de alguien de una clase social distinta, ni en qué quisieran estar juntos. Incluso su abuelo aprobaba la relación, así que, ¿qué importa lo que piense el resto?