Navidad [⛩️IzoxShijima💮xCardinale🌹]
Navidad, una época de amor, paz, generosidad y reconciliación... Puras patrañas.
Más bien, era época de la alza e inflación de precios, despilfarrar dinero sin razón, endeudarse y ser el doble de hipócrita que el resto del año. Así era como lo veían Izo y Cardinale.
Por algo solían llamarlos "Grinch" o "Scrooge", pero realmente a ninguno de los dos les importaba. Un día más en sus vidas, cómo cualquier otro del año.
- ¿Qué pasa, Shijima?- Preguntó Izo algo ronco por estar recién despertado.
Cardinale también se despertó, algo adormilado aún.
Shijima les dió una pequeña caja envuelta en papel de regalo y decorada con un lazo a cada uno. Los dos se sorprendieron un poco, pero ni tiempo tuvieron de decir algo, cuando Shijima les dió un abrazo a ambos.
- Felíz Navidad.
- Eh... Gracias, Shijima.- Respondió Izo.
- Gracias. Aunque... ¿Que tú no celebrabas Navidad tampoco?- Habló Cardinale.
- Ser budista no es sinónimo de no poder hacer nada.- Sonrió Shijima.- Debo evitar caer en la avaricia, más no me impide unirme al amor, gratitud, generosidad y paz que celebra la Navidad.
Ambos se miraron mutuamente por unos segundos. A veces la actitud de Shijima lograba descolocarlos por lo tranquila que era siempre.
Por curiosidad, cada uno abrió su regalo. Dentro de la caja de Cardinale había una rosa eterna hecha a mano. En la de Izo, había un pequeño árbol de cerezo preservado, visiblemente también hecho a mano.
- Shijima, es hermosa.- Murmuró Cardinale, mirando la rosa que había recibido.
- Me alegra que les hayan gustado.- Sonrió el pelirojo.- Pensé que hacerlas sería mucho más especial que solo comprarlas.
Ambos se sorprendieron por ese dato... Por eso Shijima desde hace un par de meses volvía de su trabajo en una floristería, con muchas más heridas en las manos que de costumbre.
- Gracias, Shijima, pero... No tenemos nada para tí.- Habló Izo, sintiéndose culpable por no tener nada que darle a Shijima.
El pelirojo solo les sonrió a ambos, para después darle un beso en la frente a cada uno, y abrazarlos.
- No es necesario que me den nada.- Dijo con una sonrisa.- Siempre hacen mucho por mí todo el año, y eso es muy valioso para mí. Si me lo preguntan, estos son los mejores regalos que pudieron darme.- Añadió, mostrando las dos sortijas de matrimonio en su mano izquierda.
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