Hoy pasó algo que no esperaba... Bueno, no del todo, o no de ésta forma.

Cómo cada día, después de terminar las clases, mis amigos y yo nos reuíamos en la entrada del instituto para irnos a casa todos juntos, pero al llegar, nos dimos cuenta de que faltaban dos personas.

- Oigan, ¿alguien sabe dónde están Shaina y Marín?

- No las he visto desde la clase de biología.- Respondió Milo.- Ya tardaron demasiado, ¿se habrán metido en una pelea otra vez?

- De Shaina podemos esperarlo.- Comentó Angelo.- Pero Marín de seguro terminó perjudicada por ayudarla.

- No lo creo.- Comentó Camus con ese peculiar acento que lo caracteriza.- Nos habríamos enterado.

Ellas dos han sido amigas nuestras desde siempre, las únicas dos chicas de nuestra pandilla desde que éramos niños. Shaina es algo agresiva con prácticamente todo mundo, y Marín es la única que puede controlarla, nadie más se atreve a enfrentarla.

- Por si acaso iré a buscarlas.- Les informé a los chicos.

- Te acompaño.- Se ofreció Milo, y después de eso, ambos fuimos en busca de ambas chicas, dejando solo a Angelo con Camus.

Caminamos por los pasillos, recorriendo todos los salones del edificio en el que se suponía, estuvieron ambas durante la última hora.

Incluso las llamamos desde fuera de los sanitarios, solo por si se encontraban ahí, pero nada. Seguimos la búsqueda, hasta llegar al laboratorio.

Ese lugar tiene ventanas muy amplias, y las persianas estaban alzadas, así que las vimos fácilmente.

Abrí la puerta solo un poco, sin hacer ruido, temiendo que Shaina nos arrojase lo primero que tuviera enfrente. Pero apenas vimos el interior del lugar, nos sorprendimos con lo que vimos.

Ví a mis dos amigas besándose. Milo estaba sorprendido, pero antes de que hiciera algún ruido que nos delatara, le cubrí la boca y lo alejé, cerrando con cuidado la puerta nuevamente.

- Aioria... ¿Viste lo mismo que yo?- Tartamudeó Milo.

Asentí, mucho más tranquilo que Milo.

- Wow, tenía sospechas de que entre ellas dos había algo pero... No quería enterarme de ésta manera.- Añadió Milo, haciendo hacía atrás su flequillo con su mano.

- Vamos, Milo, no seas ridículo.- Le dije, cruzando mis brazos sobre mi pecho.- ¿Qué importa?, siguen siendo nuestras amigas, y no sé tú, pero yo no voy a juzgarlas, ni a decirles que ya sabemos. Es mejor esperar a que ellas decidan contarnos, y no nosotros sacarlas del armario a la fuerza.

Milo respiró, y después respondió.- No me malinterpretes, Aioria. Es obvio que no tiene nada de malo que ellas estén juntas, y claro que no voy a exhibirlas. Son mis amigas y las quiero, solo me sorprendí un poco. Sabes que siempre me incomodo al ver a dos personas besarse, no importa si son dos chicos, dos chicas o un chico y una chica, no deja de ser incómodo para mí.

Le sonreí levemente a Milo, entendiendo que no dijo nada con malas intenciones.

- Entiendo, Milo. Solo intenta controlarte un poco, ¿de acuerdo?- Dije, y él asintió.

- No tienes idea de lo jodido que es ser asexual entre un montón de calentamientos.- Suspiró Milo.- En fin, será mejor fingir una actuación si no queremos que Shaina nos destripe con un labial.

Reí levemente al escuchar la última frase de Milo, pero asentí.

Después de eso, tocamos la puerta, llamando a las chicas, como si no supiéramos que estaban ahí. Al parecer somos buenos actores, ya que ellas respondieron que estaban ahí, y un par de segundos después, abrieron la puerta, como si nada pasara entre ellas.

Marín nos explicó que el profesor de química les había puesto como castigo limpiar todos los materiales del laboratorio por causar una pelea durante la clase. Cómo siempre, algún idiota molestó a Shaina por su actitud y su forma de vestir "poco femenina", la peli-verde se enfadó, lo confrontó, terminaron en una pelea, Marín intervino, el profesor los descubrió, y todos terminaron castigados.
Al menos el otro tipo terminó con un labio roto y la nariz sangrando, además de tener que limpiar los baños.

Nos ofrecimos a ayudarlas con su labor para poder irnos antes, y ellas aceptaron. Así que, los cuatro nos pusimos manos a la obra, y en unos minutos, todos los frascos, tubos de ensayo y demás materiales estaban perfectamente limpios y acomodados.

Después de que las chicas se reportaran con el profesor, los cuatro fuimos a la entrada, dónde ya nos esperaban Camus y Angelo. Los seis decidimos ir por unos helados para celebrar que había llegado el fin de semana, y al terminar, cada uno fue por su camino.

La verdad, mentiría si dijera que no me esperaba en absoluto que entre Shaina y Marín hubiera algo más que una buena amistad. Ellas dos siempre han sido muy cercanas, y se han tenido un gran aprecio desde que eran niñas.

Además, juraría que las he visto tomarse de la mano por debajo de la mesa cuando estamos comiendo en algún restaurante o en la cafetería de la escuela.

Bueno, supongo que ellas nos dirán cuando lo crean conveniente. Quizás estén nerviosas por lo que podamos pensar, pero espero que recuerden que somos sus amigos, y no dejaremos de serlo por algo que no tiene nada de malo.

Es decir, Milo es asexual, Angelo es bisexual, Camus es homosexual, yo soy heterosexual, pero tengo un hermano homosexual, y todos lo sabemos.

Tuve la fortuna de crecer en una familia amorosa y de mente abierta. Y siempre tendré presente las palabras de mis padres, que repiten cada día, y que dijeron cuándo Aioros decidió decirles que estaba saliendo con otro chico: "Al final del día, amor es amor. Y el único error en esta vida es jamás amar. El amor es demasiado hermoso como para esconderlo en un armario, y si a alguien no le gusta lo que ve, que voltee la vista a otro lado y listo, todos felices."

Esperaría pacientemente el día en que mis amigas nos dijeran sobre su relación. Y ese día, no dudaré en recordarles que pase lo que pase, jamás las dejaré solas, y estaré siempre para apoyarlas y cuidarlas.