Era difícil entender cómo con una mirada se podía transmitir tantas cosas. No comprendía cómo una simple mirada era capaz de calmar sus miedos, de hacerlo sentir a salvo, amado y querido.

Jamás imaginó llegar a tener a alguien como él. ¿Cómo podría siquiera alguien como él, esperar que alguien así siquiera lo volteara a ver? Sísifo era un ángel en la Tierra, lo único que lo hacía ver humano era la ausencia de alas. Y él... Él no era nada a su lado.

Siempre había estado a la sombra de su hermano, siempre vivió entre las sombras. Durante años, lo más cercano que tuvo a un amigo además de su hermano, fue Asmita, pero era imposible comparar su relación con Asmita con la que ahora tenía con Sísifo.

Él y Asmita eran buenos amigos y nada más, ambos habían posado sus miradas en otras personas. Él en Sísifo, y Asmita en el alocado santo de Escorpio.

Sí, Sísifo en definitiva era como un ángel, y él, un demonio que había corrido con suerte, que había logrado conquistar a una criatura tan hermosa por obra divina.

- Def...

Oír su suave voz lo hizo salir de su ensoñación, admirando ese bello rostro.

- ¿Todo bien?

- Sí... Solo, pensaba.- Respondió algo nervioso. La belleza del arquero era tal, que a veces lo intimidaba, al sentirse indigno del amor de ese hombre.

- Def.- Le llamó el castaño, acunando su rostro en sus manos.- Sabes que te amo, y pase lo que pase, eso jamás cambiará. Lo prometí, ¿recuerdas?

Defteros no pudo evitar bajar la mirada. Realmente, a veces sentía que no se merecía a alguien tan bueno como Sísifo.

Después de haber matado a Aspros, se aisló de todos. Incluso se alejó de Asmita y le tomó unos meses perdonar al santo de Virgo y volver a dirigirle la palabra.

Por meses se completó como un verdadero salvaje, un demonio, rechazando la compañía de todos, y llegando a ser bastante agresivo y grosero con quiénes quisieron acercarse. Pero el único que nunca desistió, y que no se asustó por la terrible primera impresión que le dió, fue Sísifo.

Sin darse cuenta, la presencia del santo de Sagitario se volvió tan vital como el aire. Al inicio no soportaba tenerlo cerca, Sísifo era todo lo opuesto a él, y eso lo hacía sentirse un ser aún más horrible por haberlo tratado tan mal. Pero después, se sentía incapaz de vivir sin él.

Cuando Sísifo se iba, pasaba esos días añorando su presencia, el aroma de su cabello, el brillo de sus ojos, y la calidez de su piel. Y cuando volvía, sentía como si su alma saltara de felicidad.

Asmita fue su único amigo por años, fue el primero en advertirle de Aspros y tratar de hacerlo cambiar de parecer y salir de las sombras. Pero al final, fue Sísifo quién logró hacerlo abandonar su pasado poco a poco, con amor y paciencia.

Al inicio fue solo hablar, dejándolo desahogarse, conociéndose mutuamente y confiando sus mayores secretos el uno al otro. Hasta que Sísifo lo convenció de quitarse esa máscara de cuero que se empeñaba en mantener sujeta a su rostro... ¿Cómo olvidar ese día?, si fue cuando dió su primer beso.

Sus sentimientos por Sagitario ya estaban a flor de piel, y en un impulso de valentía, se atrevió a dejar un tímido y corto beso en sus labios. ¿Quién diría que Sísifo correspondía sus sentimientos, y que incluso, terminaría dándole un beso algo más extendido?

El camino no fue fácil, incluso el mismo Asmita expresó en un par de ocasiones admiración a Sísifo por haber logrado semejante proesa. Y razones no le faltaban.

- ¿Sabes algo?- Murmuró tímido, mientras Sísifo le acariciaba el cabello como solía hacer.- A veces dudo si realmente eres un humano. A veces siento que eres un especie de ángel encubierto.

- Qué dices.- Sonrío el castaño, con un leve sonrojo en las mejillas.

- Es solo lo que pienso.- Admitió Defteros.- Cuando estás cerca... Siento que todo estará bien, si estás a mi lado. Siento que eres un ángel que vino a ayudarme. Siento que soy otra persona después de haberte conocido.

- Def... Yo no hice nada realmente.- Afirmó Sagitario, abrazándolo.- Fuiste tú quién decidió dejar su pasado atrás, quién decidió seguir adelante, quién decidió aceptar mi compañía... Yo solo he estado a tu lado en el proceso.

- Y eso es muy valioso para mí. Jamás me perdonaré haberte tratado tan mal cuando te conocí.

Defteros bajó la mirada, algo entristecido y avergonzado. Pero Sísifo volvió a acunar su rostro, haciendo que sus ojos se encontraran.

- Eso no importa. Estabas asustado, solo te defendías, y lo entiendo.- Dijo con una gentil sonrisa.- Eres un hombre bueno, con un enorme, puro y amable corazón. Lleno de bondad y amor. Sé quién eres, Def, y estoy felíz de formar parte de tu presente. El pasado ya no importa.

Sísifo terminó besando sus labios con el cariño y la dulzura que caracterizaba cada acto de él.

Y con ese gesto y esas palabras, fue más que suficiente para que el ángel del Santuario lograra ahuyentar todos los miedos que el demonio de la Isla Kanon sentía.

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Juro que tengo una explicación para esto.

Navegando por Instagram me topé con un "15 días de canciones Challenge". La verdad no me da ganas de hacer todos, pero hubo un par que me sí quise hacer. Entre ellos el "Canción que nadie creería que te gusta", y pues fue la canción de multimedia. Y la primera pareja que me vino a la mente escuchando la canción, fue esta.

No soy muy fan de la música de banda, pero tengo un par de excepciones. Así que, eso. No hay más explicación.