Limón y Sal [🔥Ikki x Seiya🐎]
Y ahí se encontraba ese peli-azul, sentado en el porche de su hogar, con un cigarrillo en los labios.
Había tantas cosas que tenía en la cabeza, a las que simplemente no hallaba respuesta.
- ¿Estás bien?
Escuchó esa voz familiar a sus espaldas, y ni siquiera tuvo que girar la vista para saber de quién se trataba, ya que esa misma persona se sentó a su lado.
- Si, Sei.- Respondió, soltando el humo de su boca.
Seiya le quitó el pequeño cilindro, llevándoselo a la boca e inhalando, para después imitar su acción.
- ¿En qué piensas?
- En nada.- Intentó evadir al castaño, aunque de sobra sabía que sería en vano.
- No me mientas.- En efecto, Seiya lo conocía como la palma de su mano.- Siempre que sales de casa y te sientas aquí a fumar uno de tus cigarrillos es porque algo te preocupa. Ya dime, ¿puedo ayudarte en algo?
Suspiró derrotado, sabiendo que no iba a ganarle a ese castaño al que tanto adoraba.
- Son solo tonterías mías. No me hagas caso.
Seiya le dió un pequeño beso en la mejilla, haciéndolo ruborizarse irremediablemente.
- ¿Ahora sí me dirás qué te pasa?
Dudó por un momento si debía hablar con la verdad.
- Ikki, te conozco desde que yo tenía 6 años y tú 9. Hemos estado juntos por casi diez años, y tenemos tres años de casados. ¿No crees que puedes confiar en mí?
En eso tenía razón su adoración castaña. Se conocieron gracias al hermano menor de Ikki, quién tenía la misma edad que Seiya. Con el tiempo, fueron conociéndose mejor, y sin que se lo esperaran, terminaron enamorándose.
- Es solo que...- Tomó aire antes de continuar.- No lo sé... A veces... Me siento... Raro.
- ¿Raro cómo?- Insistió Seiya, abrazándolo por los hombros.
Ikki se encogió de hombros.- No lo sé... Supongo que a veces solo tengo miedo de que tú algún día te aburras de mí, y me dejes sólo.
- Ay, Ikki, ¿cómo podría aburrirme de tí?- Le sonrió el menor, sujetandolo de las mejillas.- Te he visto brillar, y también te he visto a punto de apagarte. He visto lo mejor y también lo peor de tí. Te he visto volar alto, y también caer a lo más bajo. Pero sin importar nada, yo estaré ahí para tí, incluso si no quieres.
- Es solo que... Eres muy... Divertido, dulce, amigable... Cualquiera desearía estar contigo.- Para él, Seiya era la persona más hermosa y perfecta de todo el universo. Todos deseaban a alguien como Seiya en sus vidas, y temía que alguno lo consiguiera.- Y yo... Soy yo.
Seiya guardó silencio por unos segundos, y después se puso de pie para volver al interior de la casa.
Ikki no entendió la acción de su amado, pero algo le decía que solo esperara. Se quedó quieto en su lugar, y un par de minutos después vió salir a Seiya de nueva cuenta, ésta vez acompañado de su preciada guitarra.
El castaño tocaba ese instrumento desde que Ikki lo conoció. Fácilmente tenía más de veinte años practicando, en palabras del mismo Seiya.
Entonces, Seiya comenzó a hacer sonar las cuerdas del instrumento, produciendo una melodía.
«Tengo que confesar que a veces, no me gusta tu forma de ser...- Comenzó a cantar el castaño.- A veces te me desapareces, y no entiendo muy bien porqué.
No dices nada romántico cuándo llega el atardecer. Te pones de un humor extraño con cada luna llena al mes.
Por alguna razón se sintió identificado con esa lírica, como si Seiya la hubiera escrito para él, y se sintió mal consigo mismo.
« Pero a todo lo demás le gana lo bueno que me das... Solo tenerte cerca, siento que vuelvo a empezar.- Continuó cantando Seiya, mirándolo con una sonrisa.- Yo te quiero con limón y sal, te quiero tal y cómo estás, no hace falta cambiarte nada. Yo te quiero si vienes o si vas, si subes y bajas y no estás seguro de lo que sientes.
El castaño siguió haciendo sonar la melodía por unos segundos, en los que lo miraba sonriendo. E Ikki solo sentía sus mejillas sonrojarse cada vez más.
- « Tengo que confesarte ahora, nunca creí en la felicidad. A veces algo se le parece, pero es pura casualidad... Luego me vengo a encontrar con tus ojos, me dan algo más. Solo tenerte cerca, siento que vuelvo a empezar.»
Y de nuevo, Seiya entonó aquel coro con su hermosa voz: «Yo te quiero con limón y sal, yo te quiero tal y cómo estás, no hace falta cambiarte nada. Yo te quiero si vienes o si vas, si subes y bajas y no estás seguro de lo que sientes.»
Sintió su corazón latir con fuerza. No era la primera vez que Seiya tocaba o cantaba una canción para él, pero seguía siendo igual de especial que la primera vez.
« Solo tenerte cerca, siento que vuelvo a empezar.»
Finalizó Seiya la canción, para después darle un pequeño beso en los labios.
- Para mí no hay nadie que te llegue siquiera a los talones.- Le dijo su amado después de separarse.- Así que ya no pienses tonterías y dale algo de amor a tu esposo.
Ikki sonrió como pocas veces hacía, antes de volver a besar a su castaño, para después alzarlo en brazos y llevarlo dentro de casa, tal y como si fuera su noche de bodas.
Eran polos opuestos, seres completamente diferentes según las opiniones de algunos.
¿Cómo podía alguien tan reservado y serio como Ikki, soportar a alguien tan hiperactivo y ruidoso como Seiya?, ¿Cómo podía alguien tan efusivo, divertido y cariñoso como Seiya amar a alguien tan amargado y quisquilloso como Ikki?, y muchas más.
Pero a Seiya no podría importarle menos. Ninguna de esas personas conocía a Ikki realmente. Si él era feliz al lado de ese peli-azul, e Ikki era feliz con él, ¿qué importa lo que piense el resto?
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