El dolor, la tristeza, el sufrimiento, la angustia, y sobretodo, la muerte, son cosas inevitables en una guerra. Lo sabía perfectamente.

Sabía que al aceptar el puesto como Santo de Athena, estaba aceptando sobreponerse al dolor y cualquier otro sentimiento, y cumplir su deber sin importar el costo. Estaba aceptando arriesgar su vida por la causa de su diosa. Estaba aceptando ver morir y dejar atrás a personas que amaba. Estaba aceptando sufrir en silencio las pérdidas... Todo eso lo sabía, pero nada hacía que doliera menos.

Sabía que lo mejor y más sano para todos, era no relacionarse emocionalmente, ni formar vínculos demasía fuertes entre ellos. Así sufrirían menos las bajas. Pero no tenía forma de controlar a su corazón, ni de decirle que no amara a alguien.

Su piel canela que adoraba besar y sentir sobre la suya, sus cabellos de plata que bailaban con gracia al compás del viento, sus ojos aceituna en los que amaba perderse por horas, su cálida sonrisa aperlada que iluminaba sus días, su risa que era como música para su alma... Todo lo que amó, y que ahora simplemente se había ido.

Cómo agua se le había ido de las manos. Igual que un soplo de aire que escapa de los labios para nunca volver... Todo había pasado demasiado rápido, y ahora solo le quedaba un inmenso dolor que sentía que lo iba a matar.

Habían pasado ya varios años desde el fin de la guerra Santa. Había partido a Rozan para cumplir la misión que le encomendó Athena, mientras Shion, Teneo y los demás supervivientes del Santuario hacían su mejor esfuerzo para poner todo en orden. Pero ese día era una fecha tan especial como dolorosa para él.

Se cumplía un mes más desde que aquel hombre al que amó había cerrado los ojos para nunca más volver a abrirlos.

Sí, quizás podía ser ridículo o exagerado para muchos, pero en ese punto de su vida, poco podía importarle. Se cumplían 42 meses que vió esos ojos y esa sonrisa, sin saber que era la última vez que lo haría.

Cada mes se tomaba ese día para dedicar todos sus pensamientos a él. Cuánto lo amó, cuánto le dolió su muerte, cuánto lo extrañaba, cuánto daría por verlo una vez más, por un beso, un abrazo, un roce de manos... Por volver a ver sus ojos brillando con el sol.

Sus heridas físicas por la guerra habían sanado. Cada golpe, cada cortada, cada quemadura, cada arañazo... Todo se había ido con el paso de los años. Pero la enorme herida en su corazón seguía tan fresca como el primer día.

Cada mes, en ese día, la culpa lo atormentaba a más no poder. Debió ser más rápido, debió ayudar, debió hacer algo, no debió bajar la guardia, no debió confiarse, no debió dejarlo sólo con Tenma y los demás chicos... Pero no lo hizo. Fue un idiota, y por su culpa, Hasgard dió su vida para salvar la de Tenma.

- Lo siento...- Murmuró, hablándole a la nada, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos igual que la cascada que estaba condenado a cuidar.- Lo siento... Perdóname por favor.- Sollozó.- Tenma era mi responsabilidad, no tuya... Yo lo descuidé, y por mi culpa tú... Tú tuviste que sacrificarte.

Así era cada mes. Arrepentido, atormentandose, culpándose de lo ocurrido.

Shion y Teneo habían hablado con él en un par de ocasiones, diciéndole que no fue culpa de nadie. Que Hasgard habría hecho lo mismo por cualquier persona. Que lo que menos querría sería verlo así...

Lo sabía. Sabía que Hasgard era el hombre más noble, valiente, dulce, bondadoso y gentil que pudo conocer. Sabía que no habría dudado ni un poco en dar su vida por salvar la de un inocente. Sabía que no querría verlo llorar de esa manera... Pero ¿qué más podía hacer?

Le habían arrebatado de la forma más cobarde  a la persona que más amaba. Lo habían matado casi enfrente de él, y él no fue capaz de hacer nada. Hasgard siempre lo protegió y defendió, y él no pudo devolver el favor.

A veces el dolor era tan insoportable, que no podía evitar desear no haberse enamorado de él. No haberlo amado con la intensidad que lo hizo... Y quizás, solo quizás, así no estaría sufriendo todo eso.

Pero casi al instante, el recuerdo de su amado sonriéndole a los lejos, mirándolo con tanto amor, sus labios buscando a los suyos, sus brazos brindándole refugio... Le hacían retractarse de sus primeros pensamientos.

"Amigos no pierdan las esperanzas, muchos santos cayeron en esta guerra santa. Pero ellos creían en los que vienen después de ellos. Y dieron sus vidas para poder abrir el camino para derrotar a Hades. No importa que difícil sea el camino necesitamos continuar por ellos, y nunca perder las esperanzas".

Una de las tantas palabras que dijo Sasha para animarlos en más de una ocasión... Y era cierto.

Hasgard fue uno de los tantos santos que creían en los más jóvenes que venían detrás. Dió su vida por ellos, les confió el futuro.

Sí, él ya había sufrido demasiado. Había vivido como creyó correcto. Había sido fiel a sí mismo hasta su último aliento. Había enfrentado todos los desafíos con valor y fortaleza... Merecía que él lo soltara.

- Espero que algún día puedas perdonarme, Aldebarán.- Murmuró con un triste suspiro, limpiandose las lágrimas.- Gracias por todo... Nuestro tiempo juntos fue muy corto, pero demasiado hermoso... El lirio de día solo vive desde que el sol sale, hasta que se oculta. Pero ese día es el mejor de su vida... Nuestro tiempo juntos fue como ese lirio. Corto, pero lo más bello que el universo y la vida me pidieron regalar.

Al sentir el aire haciendo danzar sus cabellos, y rozando sus labios, no pudo evitar recordar el tacto de Hasgard. Él siempre solía hacer eso para tranquilizarlo.

Solía peinar sus cabellos, mientras que con la otra mano le acariciaba la mejilla contraria, antes de besar sus labios de la forma más dulce que un humano puede hacer.

- Yo también te amo...- Dijo con un hilo de voz, manteniendo sus ojos cerrados. Le gustaba imaginar que él estaba ahí, con él, presente en el viento, en la brisa, en el pasto, en las flores...- Estaré bien... Ahora ve tranquilo... Sé feliz, y espérame, hasta que podamos volver a estar juntos.

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No hay demasiada explicación en esto. Simplemente siguiendo con los tags de canciones porque me gusta torturarme, esta vez elegí el de "Canción con la inicial de tu nombre." (Sí, ya sé que Lauren es con L, pero no se me ocurría ninguna canción que comenzara con L, así que decidí usar la inicial de mi verdadero nombre

Y esta vez elegí a este ship, simplemente porque no tengo nada de ellos, y tenía ganas de experimentar un poco.