Cuando nadie ve [🦂MiloxHyoga🦢xCamus🏺]
La vida de una celebridad no era tan genial, increíble y fabulosa como muchos podían llegar a creer.
Hyoga Lebedeb, la jóven promesa del mundo del patinaje, ganador de tres Grand Prix consecutivos, y representante de su país en los juegos Olímpicos por segunda vez, obteniendo la medalla de oro en la primera ocasión, y siendo de los favoritos en la segunda.
No era solo su gracia y destreza al patinar, haciéndolo ver tan fácil, sino su carisma fuera de la pista. Siempre concediendo entrevistas a todo el que se lo pidiera, haciendo conferencias y siendo demasiado cercano a sus fans a través de las redes sociales, compartiendo incluso pequeñas partes de su vida en vlogs y fotos que subía a internet. Sin olvidar tampoco su innegable belleza, con sus cabellos dorados y esos ojos azules como el hielo sobre el que patinaba y que volvía loca a más de una chica.
Lo tenía absolutamente todo para ser un éxito, y cada foto, video o incluso historia que subiera a sus redes sociales, recibía apoyo por montón.
Ahora, estando ya en la gran final, todos tenían sus ojos en él, preguntándose si acaso el corazón del jóven "Cygnus", cómo le habían apodado por su gracia, destreza y belleza al patinar, ya tenía dueño.
Algunos incluso ya señalaban a la peleadora de taekwondo, representantes de Japón, Nakamura Shaun. Otros a la tenista igualmente japonesa Aizawa Eri. Otros apostaban a que la dueña de su corazón era la patinadora noruega Fler Baardsson. Y otros más preferirían verlo con la gimnasta artística etiope, June Bekele.
Si tan solo supieran que ninguno tenía razón...
Su corazón ya estaba ocupado desde hace un año por dos personas: El patinador francés, Camus Legrand. Y el nadador griego, Milo Areleous.
Pero a ojos de todos, eran solo amigos cercanos. Camus casi un hermano mayor que lo aconsejaba, y Milo un hombre bastante carismático que se había ganado su amistad.
Ninguno de los tres se metía en polémicas ni escándalos. Camus era demasiado reservado con su vida personal y rara vez compartía algo que no estuviera directamente relacionado al mundo del patinaje en sus redes sociales. Milo era igual de abierto y cercano con sus fans que Hyoga, pero el heleno no solía meterse en ese tipo de cosas ni responder a provocaciones. Así que podían decir con orgullo, ser de los pocos en sus ramas que si estaban en el foco, era meramente por su talento y no por la controversia, escándalos, polémicas o morbo que generaran.
- ¿Nerviosos?- Preguntó Milo, cuando se encontraron en el comedor.
- Un poco.- Asintió el menor de los tres.
- ¿Y tú, Cam?
- Tout va bien.- Respondió el galo.
En ese momento llamaron a los competidores de natación para ir a calentamiento al gimnasio, así que Milo se despidió de ambos, procurando evitar llamar demasiado la atención.
- Adiós y buena suerte a los dos.- Les sonrió Milo con un discreto guiño.- Que gane el mejor.
- Buena suerte para tí también.
- Bonne chance.
Milo se retiró, la hora del almuerzo de los nadadores ya había terminado, y dentro de poco les tocaba salir a competir. Mientras que la de los patinadores recién empezaba, así que Camus y Hyoga se sentaron a almorzar, mientras charlaban tranquilamente.
Los tres sabían que había ciertos rumores. Algunos sospechaban que los de la relación eran Milo y Camus, otros por Milo y Hyoga, y otros por Camus y Hyoga, pero no tenían pruebas contundentes para afirmarlo. Eran demasiado precavidos.
Sabían que una relación de dos hombres por sí sola tendía a ser mal vista, e incluso podría llegar a ser una razón para dejarlos fuera de futuras competiciones, bueno, a Milo y a Hyoga, ya que esos juegos olímpicos eran la última competencia de Camus. El patinador de 26 años se retiraba de las competencias, pero a Hyoga aún le quedaban 6 años sobre el hielo, y a Milo unos cuantos más en el agua. Camus casi no se vería afectado si su relación salía a la luz, pero sus dos parejas sí, así que por eso prefería mantenerse callado.
- ¿Recuerdas cómo nos conocimos?
- Cómo podría olvidarlo...- Sonrió levemente Camus.- ¿Cómo olvidaría a ese patinador novato de apenas 17 años que durante su primer Grand Prix se tropezó durante el calentamiento, y por poco provoca una carambola?
Ambos se rieron bajo por aquel recuerdo. Era el primer Grand Prix de Hyoga, estaba demasiado nervioso al estar rodeado de veteranos y patinadores mayores y más experimentados que él.
- En mi defensa, de no ser por eso, quizás Milo jamás habría aparecido.
Después de que Hyoga perdiera el equilibrio, se resbalara sobre el hielo y arrastrase a Camus con él hasta chocar contra la barda, tanto espectadores como otros patinadores fueron en su auxilio, pero cierto griego de cabellos alborotados fue quién más se destacó.
Tal parecía que sus caminos estaban destinados a cruzarse, de otra forma, no hallaban explicación a porqué de todos los espectadores, chocaron en la parte de la barda frente a Milo.
El nadador griego era parte del público, y al ver el accidente, no dudó en saltar para ayudarlos a ambos. Al final, lo reconocieron por la pequeña carrera y fama que Milo ya se había construido en el mundo del deporte.
Al final, tanto Hyoga cómo Camus llegaron a la final, quedándose el ruso con el oro, y el francés con la plata. Teniendo a Milo en primera fila durante cada encuentro.
Después de la final y la entrega de medallas, los tres decidieron intercambiar números de teléfono, y siguieron en contacto, reuniéndose de vez en cuando, y forjando una de las "amistades más bonitas del deporte", cómo decían todos. Pero ellos bien sabían, que el título correcto era "una de las relaciones más bonitas del deporte."
En fin... Solo ellos sabían su verdad, y solo debían esperar unos años más para ser libres.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro