- ¿Lo encontraste?

- No.

La desesperación comenzaba a invadirlos a ambos, una sola cosa tenían qué hacer, y la arruinaban.

El centro comercial era demasiado grande, y no lograban dar con Regulus. Asmita se los encargó para ir a comprar algunas cosas, entonces ellos tres fueron al patio de comidas, dónde acordaron reunirse con el rubio.

Todo estaba bien, ordenaron, comieron algo, y al ver que Asmita tardaba, llevaron a Regulus a la zona de juegos. Pero se descuidaron un momento cuando el niño se lanzó a la piscina de pelotas, y no vieron a dónde se fue.

Un niño de tres años, sólo, en un centro comercial lleno de gente, era el escenario perfecto para una tragedia.

Dieron aviso a los trabajadores del local, sacaron a todos los niños de las piscinas de pelotas y toboganes y les preguntaron por Regulus, un par de empleados incluso entraron a las piscinas de pelotas y toboganes para buscarlo. Dieron aviso a todos los guardias del centro comercial y les dijeron que estuvieran atentos a cualquier niño que cumpliera con la descriptiva de Regulus. Ya habían recorrí todo el centro comercial de arriba a abajo al menos dos veces. Pero nada, no daban con el paradero del niño. Asmita iba a querer matarlos cuando se enterara...

- ¿Me perdí de algo?- Al escuchar la voz de Asmita a sus espaldas, sintieron un ligero escalofrío.

- Bueno...

- Nosotros...

Ambos giraron, aún bastante nerviosos, pero al ver a Asmita cargando a Regulus, y un guardia del centro comercial al lado, no supieron si sentirse aliviados o aterrados.

- Gracias, oficial. Yo me encargo.- Dijo Asmita con una amigable sonrisa al guardia.- Disculpe las molestias.

El oficial se retiró, y dió a todos los demás empleados el comunicado de que el niño perdido ya había aparecido.

- ¿Qué tienen que decir en su defensa?- Les cuestionó Asmita, cuando salieron del centro comercial, rumbo al estacionamiento.

- Solo nos descuidamos un segundo mirando la hora.- Murmuró Defteros, avergonzado por lo ocurrido.

Asmita no les creía haberse descuidado "solo un segundo". Regulus lo alcanzó sólo en el supermercado, a varios metros de distancia del patio de comidas, el niño incluso le contó cómo lo había encontrado: Se aburrió de estar en la zona de juegos, así que cuando Hasgard y Defteros se distrajeron viendo algo en sus teléfonos, salió de la piscina de pelotas y abandonó el patio de comidas. Después exploró un poco, hasta que recordó que Asmita dijo que iría a comprar algunas cosas para la cena. Entonces, recordó qué su papá y su tío siempre iban al supermercado a comprar cosas para la cena, así que fue ahí, y recorrió todos los pasillos, hasta dar con Asmita en el área de frutas y verduras.

- Sísifo va a querer colgarlos a los tres del árbol más alto que encuentre si se entera de esto. Y después Ilías va a hacer lo mismo con Sísifo.- Los regañó el rubio cuando llegaron a casa, e hizo a los dos adultos y el niño, sentarse en el sillón de la sala.- Uno por andar haciendo travesuras, escapándose. Y los otros dos por descuidar a un niño.

Los tres agacharon la cabeza. Asmita al final solo suspiró.

- Tan solo, antes de hacer algo, por favor sean más conscientes la próxima vez.- Habló mucho más calmado, agachándose a la altura de Regulus.- ¿Qué creen que hubiera pasado si Regulus no recordaba dónde se compran las cosas para la cena?, ¿o si fuera demasiado confiado y se hubiera ido con algún desconocido?

- Lo siento.- Se disculpó el pequeño.- No quería preocuparlos.

- Estuvo mal lo que hiciste, Regulus. No está bien hacer ese tipo de bromas, no son graciosas, y puede ser peligroso.- Le explicó el rubio al infante.- Asustaste a mucha gente. Pudiste lastimarte al estar tú sólo en un lugar tan grande. Por favor, nunca vuelvas a hacer algo así. ¿De acuerdo?

El niño asintió, con la mirada agachada. Ahora que Asmita le había explicado todo eso, le era imposible no sentirse mal por haber hecho eso.

- Tranquilo.

- ¿Estás enojado, Asmita?- Preguntó el pequeño castaño, mirando al rubio.

- No, si prometes no volver a hacer eso.- Sonrió gentil, y Regulus asintió rápidamente.- ¿Lo prometes?

- Sí.

- Entonces no estoy enojado.- Sonrió, levantándose.- Ven. Tu tío ya no debe tardar en llegar, y no quiero que te vayas sin cenar.

Regulus se levantó del sillón y fue a lavarse las manos, tal y como Asmita le había enseñado que debía hacer antes de cocinar, comer, y después de ir al baño.

- Asmita...

- Ustedes le van a decir a Sísifo lo que pasó.- Les dijo el rubio.- Así que vayan pensando en cómo explicarle que perdieron a su sobrino en un centro comercial, y de puro milagro no le pasó nada.- Añadió, con una pequeña sonrisa maliciosa.- Creo que con eso va a ser más que suficiente para que aprendan a nunca quitarle los ojos de encima a un niño.

Los dos solo se miraron entre ellos y asintieron, suspirando resignados. Asmita rió bajo, probablemente por saber ya lo que les esperaba a ese par cuando Sísifo se enterara, y se fue a alcanzar a Regulus.

- ¿Sigues queriendo uno propio?- Preguntó Defteros a Hasgard.

- Pensándolo mejor, creo que estoy bien siendo solo maestro, y responsable de un grupo de niños solo seis horas al día.- Respondió el peli-blanco.- ¿Y tú?

- Creo que estoy mejor siendo tío.- Admitió el moreno.- Ahora entiendo porqué Aspros le pone esas mochilas con correa a los gemelos.

Después de esa pequeña conversación, alcanzaron a Asmita y Regulus en la cocina para ayudar a preparar la cena. Defteros, cómo siempre, se encargaba de preparar algo de carne, un asado en esa ocasión. Hasgard del postre y guarniciones. Y Asmita del guiso y sopa. Regulus ayudaba a alguien un momento, y después pasaba con otro, un momento ayudaba con la mezcla para hacer un flan, y al otro estaba ayudando a marinar la carne.

Luego de casi una hora, todo estaba listo, y justo cuando estaban sirviendo todo, el timbre sonó. Asmita fue a abrir, confirmando que se trataba de Sísifo. Hasgard y Defteros solo trataron grueso, por un momento olvidaron ese detalle.

Todos se sentaron a la mesa y comieron en paz, hasta que Sísifo preguntó cómo se había portado Regulus.

Los tres palidecieron por un momento, pero debían decirlo, hasta que Asmita habló.

- Bien.- Sonrió tranquilamente el rubio.- Solo fue un verdadero calvario convencerlo de salir de la piscina de pelotas, pero nada grave. Es un buen niño.

Asmita les guiñó discretamente un ojo, y los tres sintieron que les volvía el alma al cuerpo. Asmita había tenido compasión de ellos.

- Gracias a los tres por cuidarlo. Ilías vuelve de su congreso hasta el lunes en la noche, y esa reunión de trabajo fue realmente inesperada.- Agradeció Sísifo a sus amigos.- Lamento si les causó alguna molestia además de esa, o los hicimos cambiar sus planes de hoy.

- No te preocupes.- Sonrió Asmita.- Creo que fue una experiencia enriquecedora para todos, ¿no es así?- Añadió, mirando a los otros dos adultos.

Hasgard y Defteros solo asintieron. Vaya que lo había sido...

- Gracias por todo. No les damos más molestias, Regulus tiene escuela mañana.

- Los acompaño a la puerta.

Asmita llevó a Sísifo y Regulus hasta la puerta para despedirlos, mientras Hasgard y Defteros se encargan de recoger todos los platos, vasos, cubiertos y demás utensilios de la mesa y llevarlos hasta la cocina para empezar a lavarlos y acomodar todo en su lugar. Asmita se les unió unos minutos después, y no tardaron demasiado en dejar todo impecable.

- ¿Aún quieren tener uno propio?- Bromeó Asmita, cuando después de limpiar, finalmente subieron a la habitación para descansar un momento.

- Creo que estoy bien solo siendo responsables de adolescentes de secundaria solo seis horas al día.- Admitió con una leve risa Hasgard.

- Ahora entiendo porqué Aspros siempre llega a la oficina pareciendo que se escapó de un manicomio.- Suspiró cansado Defteros.- Él y Chris son dos cuidando de los gemelos, nosotros éramos tres hoy cuidando a Regulus. ¿Cómo es que Ilías no se ha vuelto loco siendo padre soltero?

Asmita solo rió levemente y negó. Hasgard y Defteros desde hace un tiempo tenían la pequeña intriga de ser padres, y se lo habían hecho saber. Así que ya llevaban unos meses hablando del tema, debatiendo y tratando de decidir si era tiempo o no. Asmita tenía más que claro que, si bien, no rechazaba la idea, ser padre no era una prioridad en su vida, pero si Hasgard y Defteros lo querían, estaba dispuesto a cumplir el rol de uno y buscar la forma de serlo, ya fuera por adopción o un vientre de alquiler.

Pero Hasgard y Defteros seguían indecisos. A veces se levantaban pensando que sería lo mejor del mundo, los planes que tendrían a futuro, lo divertido que sería, y mil cosas más. Y al día siguiente, pensaban en todos los gastos que era darle una calidad de vida digna a un niño, todo lo que tendrían que hablar con él o ella cuando llegara a cierta edad, cuántas horas de sueño o de ocio tendrían que sacrificar, y se arrepentían.

Asmita ya tenía pensado pedirle a Aspros o Ilías que les prestaran a sus hijos un fin de semana o al menos un día, para que así pudieran experimentar y tener una mejor perspectiva. Después de todo, siempre que veían a los los gemelos o a Regulus, era con sus padres— o a veces tío, en el caso de Regulus— presentes. Nunca los habían dejado completamente a su cuidado.

Así que cuando Sísifo le llamó en la mañana, casi suplicándole que cuidara de Regulus por una emergencia de trabajo, no dudó en aceptar.

Sabía que después de pasar un día entero "siendo padres", iban a cambiar de opinión sobre si tener un hijo propio o no, pero no dejaba de hacerle gracia.

- Bueno, supongo que Regulus es el último regalo que Arkhes le dió.- Suspiró Asmita.- Definitivamente no debe ser fácil, ni siquiera con la ayuda de Sísifo, pero su amor por ella era fuerte. Así que cuidar del hijo de ambos, es la mejor forma que Ilías tiene de honrar su memoria.

Amor... Sí, quizás eso era lo que hacía a Ilías, Aspros y Chris no rendirse con sus hijos a pesar de lo difícil que parecía ser padre o madre.

- Creo que de los tres, tú eres el mejor calificado para ser padre.- Mencionó Defteros a Asmita.- Hasgard y yo, creo que funcionamos mejor como tíos.

- En esta ocasión te doy la razón, Def.- Rió Asmita.- Saga y Kanon tiene apenas dos años, y siempre que vamos a verlos en navidad, no se les despegan ni para dormir... Casi me hacen sentirme celoso.- Bromeó el rubio.- ¿Cómo les explico que ustedes son mis novios y no suyos?

Los otros dos solo se rieron por aquel comentario de Asmita. Quizás estaban mejor siendo solo tíos.