Aniversario [🐉KanonxSorrento🧜♀️]
El pequeño peli-lila corría de una tienda a otra, buscando todas las cosas necesarias para ese día tan especial.
Después de un largo rato, su búsqueda finalizó y se dispuso a volver a casa para celebrar ese día tan especial.
Al llegar a casa, tal y cómo esperaba, encontró a sus pequeños hijos y a su esposo preparando el almuerzo.
Se dirigió a su familia, acercándose por la espalda a su amado esposo, quién sostenía en brazos a su pequeño hijo de tan solo un año de edad.
- Volví~.- Dijo sonriendo, recargándose en el hombro del peli-azul.
Kanon sonrió, sosteniendo con uno de sus brazos a su hijo, y con el otro a su pareja.
- Hola, cariño.- Le respondió su Alfa, besando su frente.- ¿Tienes hambre? Los niños me ayudaron a preparar el almuerzo.
- Si. Saori, Julián y yo le ayudamos a papá.- Habló su hija mayor.
El peli-lila sonrió enternecido, viendo a sus hijas, quiénes servían la comida en los platos de la mesa.
- Claro.- Respondió.- Por cierto, Kanon...
-Uh, ¿qué pasa?- Preguntó Kanon, dejando a su pequeño hijo en su silla.
Sorrento se acercó, poniéndose de puntas para besar su mejilla. Kanon se puso rojo como un tomate por la acción de su Omega.
- Feliz aniversario.- Le sonrió el peli-lila, entregándole una pequeña caja blanca, con un listón rojo.- No lo olvidaste, ¿cierto?
- ¿Yo?, ¡Pff!, claro que no.- Tartamudeó el mayor, sosteniendo la pequeña caja.
El peli-lila arqueó una ceja. No le creía ni media palabra, Kanon lo sabía.
- Olvídalo.- Suspiró desanimado el menor, para después subir las escaleras y dirigirse a su habitación.
Kanon se quedó paralizado por unos segundos, sin saber cómo reaccionar, hasta que Julián lo sacó de su trance, jalando de su cabello.
- ¡Julián, no hagas eso!- Se quejó, zafándose del agarre del bebé.
- Papá, ¿cómo se te pudo olvidar tu propio aniversario?- Habló ahora Saori.
El par de mellizas, y hasta Julián lo miraban inquisidoramente. Vaya que habían heredado el carácter de Sorrento.
Kanon se sentó en una de las sillas, y dejó caer su rostro entre sus brazos.
- Ya sé, ya sé.- Suspiró.- Es solo que... He estado muy ocupado estos días en la comisaría y... Ay, soy un idiota.
Sintió como Sasha y Saori palmeaban sus hombros, tratando de darle ánimos.
- Tranquilo, tampoco es para que te pongas así.- Dijo Sasha.
- Aún podemos solucionarlo.- Añadió Saori.
- ¿Qué hago ahora? Su padre va a despellejarme apenas me vea.
Las mellizas se vieron entre ellas, y luego a su hermano menor. Sabían que Kanon tenía razón, Sorrento podía ser muy tranquilo, pero cuándo se enfadaba, salía lo peor de él. Y definitivamente no era bonito verlo enojado.
- Danos unos minutos.- Habló nuevamente la melliza mayor.- Saori, acompáñame.
Las mellizas se pusieron de pie y salieron del comedor, rumbo a la sala.
Kanon se quedó sentado junto a Julián. El pequeño peli-celeste lo vió fijamente, como recriminandole con la mirada.
- Tú no me veas así.- Le dijo a su hijo.- Creo que desde que tú naciste, él está mucho más sensible.
- Api... Mal Afa.- Balbuceó el pequeño, para después mostrarle la lengua a su padre.
- No tengo idea de qué acabas de decir, pero tú lo serás por si acaso.
Desde que Julián comenzó a balbucear, se la pasaban discutiendo todo el tiempo. Ese pequeño Omega de cabello azúl era un especie de mezcla de ambos: en cuánto al carácter era el vivo retrato de Sorrento, pero su apariencia física era similar a la de él.
- ¡Volvimos!- Interrumpió Saori su discusión.
- ¿Qué es lo que hicieron?
- Eso no importa.- Respondió Sasha.- Tú solo piensa en algo lindo qué decirle a papá y déjanos el resto a nosotros.
Kanon no entendió las palabras de su hija, pero ni tiempo tuvo de responder, cuándo Sasha tomó en brazos a su hermano y salió del comedor junto a Saori.
El Alfa peli-azul se quedó sentado, sin saber qué hacer. Quizás debía hacerle caso a su hija y pensar en cómo disculparse con su Omega.
Se perdió tanto en sus pensamientos, que perdió la noción del tiempo, hasta que el sonido del timbre lo hizo volver a la realidad.
Se puso de pie para ir a abrir, y vió a las mellizas correr con el mismo propósito que él.
Las pequeñas Alfas peli-lilas ganaron la carrera, abriendo la puerta.
- ¡Tío Saga!- Exclamaron al unísono las niñas.
- ¿Saga?- Dijo Kanon, al ver a su gemelo en la puerta, con un enorme ramo de rosas en los brazos.- ¿Qué haces aquí?
- Las gemelas me contaron que olvidaste tu aniversario, genio.- Respondió con sorna su hermano, entregándole las flores.
- ¡No, imbécil!, ¡aleja eso de mí!- Exclamó, tratando de apartar las flores.- Soy alérgico a... ¡Achú!... El polen.
- Con algo tienes que compensar tu error.- Se burló Saga, viendo a su hermano batallar con las rosas.- En fin... Me encargaré de cuidar a los niños, ustedes diviértanse.
Saori y Sasha volvieron con Julián y una pequeña maleta, para después salir junto a Saga de la casa.
Kanon se quedó sólo, batallando con aquellas flores, haciendo todo lo posible por no tropezar ni tirarlas a causa de sus constantes estornudos y el ardor en sus ojos.
- Kanon, ¿qué-
La voz de Sorrento se hizo presente, y apenas vió a Kanon sosteniendo aquel ramo, corrió hacía él, apartando las flores y lanzandolas lejos del peli-azul.
- Imbécil, ¿qué demonios hacías con eso?, ¿se te olvida que eres alérgico al polen acaso?
- Y-Yo...- Tartamudeó nervioso, intentando contener los estornudos que lo seguían atacando.- Fue idea de Saga y los niños... Y yo...
- ¿Ponerte en peligro te parece una buena idea?- Siguió Sorrento, pasándole un pañuelo desechable.- ¿Qué pasa si te daba un choque anafilactico?
- No me va a pasar nada, Sorrento.- Murmuró Kanon.- Lo máximo que puede pasar es que... ¡Achú!, esté estornudando por unos minutos.
Sorrento rodó los ojos, y le pasó otro pañuelo a su Alfa.
- Sorrento... Yo... Lamento haber olvidado nuestro aniversario.- Murmuró Kanon, desviando la vista.- Es solo que... Hemos tenido demasiado trabajo en la comisaría éstos últimos días y... Lo siento, no he estado durmiendo mucho, y la verdad es que no tenido cabeza para nada... Lamento haberlo olvidado.
Sorrento lo miró por unos segundos, y después simplemente se abrazó del cuello de su Alfa, sorprendiendo a Kanon.
- ¿Sabes qué?, ¡al diablo!, ¿qué importancia tiene un día en específico, cuándo a diario eres el mejor Alfa que pude encontrar?- Dijo el peli-lila, sonando muy tranquilo y hasta felíz.- Creo que simplemente exageré demasiado. Trabajas tan duro y yo haciendo una tormenta en un vaso... Lo siento.
Kanon sonrió, abrazando a su Omega. Sorrento y él siempre habían sido polos opuestos. Ese lindo Omega peli-lila siempre correcto, educado, reservado, serio y con una pequeña obsesión por el orden. Por otro lado, antes de conocerlo, él era un Alfa bastante desordenado, inmaduro, y hasta algo grosero, pero después de que Sorrento se cruzara en su camino, cambió de forma radical, volviéndose alguien menos revoltoso, comenzó a poner orden en su vida, y en general, a cambiar para mejor.
- ¿Qué te parece si te invito a cenar ésta noche, para compensar mi error?- Propuso Kanon, acariciando las mejillas de Sorrento.- Saga se ofreció a cuidar a los niños.
Sorrento le sonrió, asintiendo.
Quizás no eran una pareja perfecta, y como todos, cada uno tenía sus defectos. Pero si hay amor, no hay obstáculo que no pueda ser derrotado, eso lo tenían más que claro. Y si ellos eran felices el uno con el otro, siendo como eran, eso era suficiente.
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