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Amor por... ¿Cuatro? [📿AsmitaxKardia🍎xDefteros🌋xSísifo🏹]

Llevaba ya algunos años en el Santuario, siendo el custodio de la sexta casa desde que tenía apenas unos 10 años, si su memoria no le fallaba.

No pasó mucho antes de que conociera a Defteros, quién fue su único amigo sincero los primeros meses que estuvo en el Santuario. Así descubrió que Defteros era unos cuantos años mayor que él, seis exactamente, para cuando se conocieron, Defteros ya era un adolescente, casi alcanzado la adultez, mientras que él apenas estaba a un par de años de siquiera llegar a la pubertad.

Durante algunos meses, Defteros, a pesar de la diferencia de edad, era un amigo sincero y alguien en quién podía confiar plenamente y asincerarse sin miedo a ser juzgado. Por momentos creyó que Defteros sería por siempre su único amigo en ese lugar, hasta que un día, cierto escorpión devorador de manzanas, se coló en su templo.

Kardia... Ese niño hiperactivo y hablador, con una enfermedad rara en el corazón. El guardián de Escorpio había intentado acercarse en un par de ocasiones anteriores, saludándolo a lo lejos cuando por casualidad se topaban en el pueblo o en el bosque, pero Asmita solía responder cortante y alejarse lo más rápido posible. Pero ese día... Kardia apareció en su templo y por más que intentó ser educado, e incluso término echándolo cuando le colmó la paciencia, el peli-violeta no se marchó.

Finalmente, Asmita suspiró resignado y se puso a meditar, tratando de ignorar la presencia y la palabrería de Kardia, que no cerraba la boca.

Eso se le hizo costumbre a Escorpio poco a poco, al inicio solo una vez a la semana, pero con el correr de los meses, sin darse cuenta, se volvió una costumbre casi diaria. Kardia siempre encontraba una forma de al menos ir a saludarlo y pasar un hora con él.

Al inicio, la compañía de Kardia no le agradaba en absoluto. El octavo guardián siempre hablaba casi sin parar, haciéndole cientos de preguntas, bromeando y llegando a invadir su espacio personal, haciéndole cosquillas, dejándolo en las hasta que Asmita lo apartaba de un golpe. Kardia era todo lo opuesto a Defteros, pero de alguna forma, le daba algo de emoción a los días de Asmita.

Defteros era la calma, el amigo tranquilo y cálido, dispuesto a escuchar siempre. Kardia era la anarquía, el amigo que siempre buscaba incitarlo a probar nuevas experiencias y a seguir su corazón, aquel que prefería actuar primero y escuchar después.

Los días siguieron pasando, y antes de que lo notará, ya tenía 13 años, y su amistad con Kardia era igual de fuerte que la que tenía con Defteros.

Kardia siempre le hablaba de cosas que en boca de otros, no le importarían, pero solo por ser el escorpión, les prestaba atención. Pero en esa ocasión, lo que le contó Kardia, lo sacó de su tranquilidad.

- Fue raro...- Mencionó Kardia, terminando su relato.- No sé qué pasó, solo... Se suponía que solo era un beso por curiosidad, pero después no fue solo uno, fueron varios más, y después... Hicimos eso.

- En esta ocasión, Kardia. Me temo que no puedo aconsejarte nada, puesto que carezco de experiencia alguna en esas cosas.- Dijo Asmita, intentando no demostrar sus sentimientos confusos ante aquel relato de Kardia.- Si los dos estuvieron de acuerdo, entonces no veo dónde está el problema.

- ¿Estás celoso?

Esa simple pregunta lo hizo dar un respingo. ¿Celoso?, ¿él?, ¿de Kardia?, ¿por qué lo estaría?. Kardia y él eran solo algo así como amigos y nada más, lo que Escorpio hiciera no era asunto suyo. Así que si había iniciado su vida sexual y una relación con el guardián de Acuario, no debía afectarle en nada.

- Claro que no.- Respondió, sin lograr disimular su molestia.- Es tu vida y la de Degel, no la mía. Solo espero que los dos tengan en claro qué es lo que sienten, que realmente hayan iniciado esa relación por sentir algo y no solo por haber tenido un encuentro sexual, y ninguno termine herido.

Kardia no insistió más, y dejó el tema por la paz, desviando la atención a otras cosas.

Esa noche, Asmita habló con Defteros, tratando de hallarle alguna explicación a porqué actuó así, pero ninguno halló una respuesta. Así que lo mejor, era no volver a tocar ese tema.

El tiempo siguió pasando, y su amistad con ambos seguía creciendo con cada día que pasaba. Muchas cosas cambiaron, cómo el hecho de que Kardia había terminado su relación con Degel, después de casi dos años.

Asmita no supo cómo actuar al saber la noticia. Debía empatizar con la probable tristeza de su amigo, pero no... Bueno, que Kardia tampoco pareciera afectado y siguiera hablando con Degel cómo si nada, tampoco era de ayuda.

Así fue, que un abrumado Asmita de 15 años, terminó en el bosque cercano al Santuario, intentando hallar una respuesta a todas esas cuestiones. Simplemente no lograba nada más que frustrarse y sentirse un terrible egoísta por querer que Kardia fuera igual que Defteros, escondido, lejos de todos, y solo compartiendo con él... Entre otros pensamientos más.

Ser el Santo más cercano a la iluminación, no le quitaba lo humano, ni tampoco todos los cambios fisiológicos que experimentaba al estar en plena adolescencia. Y el hecho de haber tenido algunos sueños eróticos con sus dos amigos de protagonistas, entre algunas fantasías más, solo lo hacian sentir peor. ¿Qué demonios pasaba con él?, ¿acaso Hasgard y todos los demás tenían razón, y pasar tantas horas encerrado en su templo lo estaba volviendo loco?

Se quedó sentado al lado de un árbol, hasta que el sonido de una flecha volando hacia su dirección, lo obligó a hacerse a un lado, logrando esquivarla.

- ¡Asmita!- Escuchó la alarmada voz de uno de sus compañeros.- ¡Lo siento!, no sabía que había alguien aquí. ¿Estás bien?

- No te preocupes, Sísifo.- Respondió.- Estoy bien. Solo ten más cuidado.

- ¿Te pasa algo, Asmita?- Lo cuestionó Sísifo.- Te noto algo inquieto, preocupado.

Asmita guardó silencio por unos segundos. Definitivamente no era su plan que alguien supiera lo que le ocurría, pero por otro lado, Sísifo era el mayor de la generación en cuánto a edad, quizás la experiencia fuera de ayuda en ese aspecto.

- Sísifo, ¿qué entiendes por amor?

Él sabía lo que era el amor según Buda, pero quería una segunda opinión, alguien que le ayudase a entender qué le pasaba.

- Pues... Creo que es un sentimiento muy fuerte, y que te hace desearle lo mejor a alguien.- Respondió dudoso el castaño.- Creo... Creo que si tuviera que compararlo con algo, sería con una flecha.

- ¿Por qué una flecha?

- Porque una flecha no es buena ni mala, solo es.- Explicó tranquilamente.- Puede ser usada para cazar una presa y alimentar una familia, para proteger a quiénes amas de algún peligro, pero en manos equivocadas, puede herir a alguien que no lo merece. Al final, la flecha hará lo que el arquero que la lanza, quiere que haga. Y así es el amor, y cada uno de nosotros es el arquero.

- ¿Y si el arquero se creyó que quería lanzar la flecha a un blanco, pero falló y dió en el que no era?- Cuestionó Asmita.- ¿Qué debe hacer ese arquero si aún después de haber dado en el blanco equivocado, quiere tratar de darle al blanco correcto, pero no quiere soltar el equivocado?

- ¿Te gusta alguien, Asmita?

- Es solo un ejemplo. No representa a nadie en particular.- Replicó el rubio.

Sísifo pareció pensar su respuesta durante unos segundos. Vaya que Asmita lo había tomado por sorpresa.

- Pues, supongo que todo depende del arquero.- Respondió finalmente.- A veces, la misión de un arquero consiste en dar en varios blancos a la vez, y ninguno es menos importante que el anterior. Así que todo depende de él.

Asmita pensó un poco en esa respuesta. Agradeció a Sísifo y se retiró, tenía muchas cosas en que pensar.

Pasó unos días esquivando a Kardia y a Defteros. Se sentía en un dilema, quizás lo mejor sería sacar a ambos de su vida, pero a la vez no quería hacerlo... Era confuso. Sí, Buda decía que el amor debía ser el mismo para todos, pero estaba casi seguro de que no se refería a eso... ¿Verdad?

Al final, no pudo seguir huyendo, y Kardia término confrontándolo en Virgo. Escorpio le preguntó qué le pasaba, y él no supo bien qué responder, pero sí sé dió cuenta de que no eran los únicos en el templo. Defteros estaba escondido entre las sombras, podía sentir su presencia.

- ¡No lo sé, Kardia!, ¡no lo sé!- Exploto finalmente, soltándose del peli-violeta.- Ni siquiera yo sé qué me pasa. Solo... Me confunden, los dos. Me confunden todo el tiempo, me provocan cosas que no entiendo, y no sé porqué.

- ¿Qué?- Exclamó Kardia.- ¿Quiénes?

- Deja de esconderte, Defteros.- Habló Asmita, llamando la agencia del gemelo menor.- Sé que estas ahí.

Kardia no tenía idea de a quién le hablaba Asmita, pero al ver a alguien salir de las sombras del remolque de Virgo, casi brinca hasta el techo del susto.

- ¡¿Pero qué-?!

- ¡Shh!- Lo silencioso Asmita, cubriendole la boca con una mano.- Te explicaré todo, pero cállate.

Kardia solo asintió, y Asmita lo soltó. Defteros, aún algo temeroso por la mirada curiosa de Kardia, se quedó al lado de Asmita.

Fue el rubio quién los presentó, y explicó la situación de Defteros. Kardia, cómo pocas veces, se mantuvo callado y escuchando atentamente detallando a Defteros cada tanto. Hasta que Asmita término de contar todo.

- A ver. Déjame ver si entendí.- Habló Kardia.- Él es hermano del insoportable de Aspros, pero solo tú sabes de su existencia. Lo has mantenido escondido aquí por todos estos años, se esconde entre las sombras, sabe de mí porque me ha espiado la mayoría de veces que he estado en Virgo, y al parecer, ambos somos tus únicos amigos.- Siguió.- Y, los dos te "confundimos", cómo dices tú. ¿Correcto?

- En esencia... Sí.- Suspiró Asmita.

Kardia se acercó a Defteros, ofreciéndole una mano, mostrando una sonrisa felina.

- Hasta que nos conocemos personalmente entonces, Defteros.- Dijo al mayor.- Tranquilo. No muerdo... Al menos por ahora.

Defteros se sintió sumamente nervioso. No estaba acostumbrado a socializar, y Asmita era tan diferente a Kardia...

- Relájate. Solo bromeo.- Rió Kardia, palmeandole el hombro.- A menos que no quieras que sea broma.

Para sorpresa de ambos, Kardia parecía dispuesto a aceptar a cualquiera. Así que, rápidamente logró hacerse con la confianza de Defteros, y más pronto de lo que pensaban, las tardes dejaron de ser solo de Kardia, y Defteros también se les unía.

Asmita estaba tranquilo de no tener que ocultar a Defteros, a menos a Kardia, pero las emociones que ambos removían en él... Seguían siendo un enigma por resolver.

Pasó más de un año con aquella dinámica. Y contra todo pronóstico, Kardia guardó el secreto de Defteros. Pero fue hasta una tarde, durante el cumpleaños 17 de Kardia, cuando el cumpleañero sacó el tema a colación.

- Solo... ¿Qué importa?- Respondió algo nervioso, buscando evadir el tema. Pero podía sentir cómo ambos tenían toda su atención puesta en él.

- A nosotros nos importa, y muchos, Asmita.- Repitió Kardia.- ¿Qué es exactamente lo que sientes?

Asmita guardó silencio, pero simplemente no hallaba una respuesta. Las palabras de Sísifo aún seguían en su mente: "A veces, la misión de un arquero consiste en dar en varios blancos a la vez, y ninguno es menos importante que el anterior."

No... No estaba loco como para darles esa respuesta. Pero entonces sintió que Kardia lo sujetaba de las mejillas.

- Kardia, ¿qué-

Antes de que pudiera decir algo, Kardia ya lo había besado. La experiencia que poseía Escorpio a diferencia de él era notoria, pero aún así, terminó correspondiendo.

Apenas y Kardia lo soltó, otro par de labios lo asaltaron. Un tacto muy diferente al de Kardia, más inexperto, suave, tímido y algo dulce... Defteros.

- ¿Pero qué creen que están haciendo?- Cuestionó levemente sonrojado.

- ¿Tú qué crees?- Escuchó reír bajo a Kardia.- Estuvimos hablando, y llegamos a la conclusión de que no tienes porqué elegir solo a uno. No tenemos problemas en ser tres.

Las mejillas de Asmita se tiñeron de rojo, y por poco abre los ojos de la impresión. ¿Qué clase de broma era esa?

- Por favor, Asmita. Eres muy obvio.- Volvió a hablar Kardia.- Te gustamos los dos, ya lo sabemos.

- Eso no-

- Sí es posible, Asmita.- Lo interrumpió Kardia.- Es mutuo. Entre los tres, así que no debería haber problema. Entonces, ¿aceptas al menos intentarlo?

Sin duda, Kardia era peor que una serpiente, envolviendo con sus palabras y convenciendolo de hacer las más grandes locuras, y esa no fue la excepción.

Lo que inició como una especie de experimento, terminó tornándose en una relación más seria cada vez.

Casi tres años después de iniciar aquella peculiar relación, ocurrió el asunto de Aspros. En parte, fue un alivio que Defteros pudiera dejar de esconderse, y de alguna forma, creyeron que podrían pasar más tiempo juntos, pero no contaban con cierto factor que iba a cambiar nuevamente sus vidas.

Deftones era bastante huraño con casi todos, a excepción de Asmita, Kardia y el jóven santo de Leo. Pero entonces Sagitario apareció.

Asmita y Kardia no tardaron en darse cuenta de la rápida cercanía que surgió entre ambos, cómo Sísifo parecía tener cierto interés en Defteros, y él parecía corresponderle.

Aún así, la comunicación era la base de su relación, y por eso decidieron hablar de frente con Defteros y preguntarle qué era exactamente lo que sucedía. Defteros no les negó nada, y admitió sentir algo por el Santo de Sagitario, pero no diferente a lo que sentía por ellos.

Con todas las cartas sobre la mesa, y después de hablar el tema toda la noche, finalmente llegaron a una posible solución.

Cuando le explicaron a Sísifo toda la situación, tal y como esperaban, el castaño se sorprendió, y le tomó unos cuántos días pensar las cosas antes de dar una respuesta. Pero finalmente, decidió intentarlo.

El resto fue un sinfín de historias. Sabían que en el Santuario una relación tradicional podría ser mal vista si interfería en el cumplimiento del deber, una como la suya... Ni hablar. De seguro el patriarca se moría de un infarto.

No siempre era fácil, había momentos y cosas algo difíciles. Defteros prefería vivir sólo en la isla Kanon, pero los demás tenían un deber qué cumplir y que no podían dejar en el Santuario. Así que eran contadas las ocasiones que podían pasar los cuatro juntos, pero vaya que sabían aprovecharlas.

Cada uno aportaba algo a la relación. Sísifo era el mayor de los cuatro en cuanto a edad, era el que más experiencia poseía en varios aspectos de la vida, pero también quién más cariño y consuelo sabía brindarle a todos.

Defteros no era de muchas palabras, al contrario, a menudo solía tener problemas para expresar sus sentimientos, pero sin duda, demostrarlos se le daba mejor, él era ese toque de inocencia mezclada con fuerza.

Kardia, era Kardia. Él era ese toque de locura, siempre motivándolos a intentar cosas nuevas, siendo ese impulso que muchas veces necesitaban para atreverse a hacer algo.

Y Asmita, era el más joven de los cuatro en cuanto a edad, y sin embargo, el más maduro en varios aspectos. Él era algo así como el "cerebro del equipo", quién siempre lograba liderar y calmar a todos incluso en los momentos más estresantes.

El amor viene en muchas presentaciones, y ninguna es igual a otra. Eso ya les había quedado más que claro.

- ¿Qué haces, Shaka?

- Nada.- Respondió, escondiendo detrás de sí un pequeño cuaderno.

- ¿Tú también encontraste uno de esos?- Preguntó otro de sus compañeros, señalando el cuaderno.

- Bueno... Sí, pero no lo leí.- Mintió.

Desde que Aioria encontró ese cuaderno en su templo y lo leyeron, todos habían pasado los últimos meses buscando en todos los rincones de sus templos, intentando dar con algo similar, pero ninguno había tenido éxito. Y si decía la verdad, iban a querer que les dijera qué decía.

- ¿Podemos leerlo?

- ¡No!- Exclamó, apartando el cuaderno de las manos de Milo.- Es... Está en otro idioma.- Mintió nuevamente.- Cuando lo traduzca les cuento.

- Pero acabas de decir que no lo habías leído.- Señaló Aioria.

Shaka no dijo nada, y solo se retiró en silencio tan rápido como pudo, dejando a todos sus compañeros con las palabras en la boca.

Vaya que su antecesor no perdió el tiempo... Debía leer todo el demás contenido de ese cuaderno, y por nada del mundo, dejar que cayera en manos de Milo o Aioria.

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Bueno, al final, el Polycember no se hizo. Pero no me iba a quedar con las ganas de hacer al menos algunos shots para los tríos/cuartetos/equipos de fútbol... Bueno, ya entendieron.

Así que, por lo mientras, dejo por aquí esta especie de spin-off de "¿Qué es el amor para...?", qué ya tenía en borradores y solo terminé. Mientras veo qué hacer con el resto.

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