Día 4: "Día libre"
Shipp: Calisto x Artemisa
Universo de Saint Seiya.// Inspiración en la mitología griega.// Headcanon.// Drabble.
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¿Cómo decir todo lo que despiertas en mí?, ¿cómo ser sincera contigo?, ¿cómo expresarte todo lo que siento por tí?
Desde el primer momento en que te ví, supe que tenías algo especial, algo que el resto no. Tú, siempre tan fuerte, tan valiente, tan segura, tan hermosa y tan radiante. Igual que la luna perforando el oscuro manto de la noche con su luz, o una gardenia emergiendo entre las hojas de su arbusto, o como un cometa deleitando a los mortales con su belleza al acercarse por unos segundos a la Tierra.
Nada se iguala a tí, y a todas las virtudes que posees.
¿Qué oportunidad podría tener yo?, ¿qué caso tendría decirte todo esto, y correr el riesgo innecesario de perderte?
Soy insignificante a tu lado. Tú eres una diosa, la más fuerte, hermosa y valerosa de todas. La flor más bella del Edén, la fruta más exquisita. La estrella más brillante del universo. Tú eres la perfección encarnada y materializada. Mejor dicho, eres la perfección hecha mujer.
Y yo... Soy solo una simple mortal a tu lado. Tu fiel cierva que te seguiría hasta los confines más recónditos del Inframundo si así me lo pidieras.
He estado a tu lado desde la era del mito. Te he visto en tus mejores y también en tus peores momentos. Me he quedado a tu lado en cada una de tus batallas, siempre lista para defenderte de todo peligro. Sé que eres perfectamente capaz de protegerte sola, pero yo jamás me perdonaría que sufrieras un solo rasguño.
Oh, mi amada Artemisa. Mi diosa cazadora, que con tu belleza opacas a la misma luna, y pondría celosa a la mismísima Afrodita. Mi diosa cuyo valor haría temblar al mismo Ares, y cuyo coraje haría basilar incluso al gran Zeus. No tengo palabras para describir mi amor por ti.
Tu dolor es el mío también. Cada lágrima derramada tuya es como una puñalada en mi pecho.
A diario veo tu sufrimiento, todo por tu gran lealtad y amor incondicional a tu hermana, Athena. Y no puedo hacer más que llenarme de impotencia al no poder hacer nada..
Eres tan justa, tan buena, tan leal, tan amorosa, tan cálida, tan pura, que no mereces todo este sufrimiento. Tú no debes sufrir de ésta forma, y menos por alguien a quién no le importas y que pone a viles, repugnantes e indignos mortales por encima de tí.
No, por más hermanas que sean, ella no merece todo lo que haces. No merece tus lágrimas ni tu dolor.
Hoy, después de que tuvieran el atrevimiento de venir hasta el sagrado templo de la Luna, solo a perturbarte, me pediste que los dejase marchar. Si por mí hubiera sido, habría acabado con ellos de una vez por todas, pero soy incapaz de ir en contra de tu voluntad. Soy débil ante tí, solo contigo me vuelvo vulnerable. Y por eso los dejé ir.
No quería desobedecer tus deseos, pero no puedo quedarme de brazos cruzados, simplemente observando como tu preocupación va en ascenso, y tus lágrimas brotan cómo agua de un manantial a diario.
Por eso fue que le pedí a Lascoumune ir por Athena y el caballero de bronce que la acompañó, los responsables de tu dolor, y que acabara con ellos. Todo sin que tú lo supieras.
Sé que probablemente me odiarás cuando te enteres, pero a pesar de eso, me quedaré a tu lado hasta el final. No me importa si eso implica enfrentar al Olimpo entero.
Tú eres mi Artemisa y yo tu Calisto. Yo nací contigo y moriré contigo, mi amada diosa. Tus enemigos son mis enemigos también, y si te quieren señalar, me señalarán también.
Contigo hasta el final de mi corta e insignificante vida mortal. No me importa si tengo que amarte en silencio, porque con mi corazón que te seguirá hasta el final de los tiempos, siempre gritaré cuánto te amo.
Soy solo una satélite tonta, porque sé las normas a las que debo apegarme. Sé que está mal que te mire como te miro. Sé que jamás me mirarás de la forma en que yo a tí. Y aún así, no puedo evitar amarte más y más cada vez que te veo.
Te amo tanto, que podría morir por tí y no arrepentirme. Yo por verte felíz, por ver tu hermosa sonrisa, daría hasta mi vida. Y solo por eso, fue que desistí de intentar acabar con Athena, solo por ser tu voluntad. No soporté verte llorar por culpa mía. Fuí yo quién se equivocó.
Por tí alcé el puño en contra de los demás dioses, y creo que ahora entiendo la motivación de Athena y sus santos para cometer tantos pecados... Ellos aman a la humanidad con la misma intensidad que yo te amo a tí.
Y por eso, aún si este es el fin de mi vida, ver tu rostro y sentir tu cálido y suave tacto por última vez, es mucho más que suficiente para calmarme y sentirme capaz de enfrentar cualquier castigo después de la muerte.
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