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—¡Seiya! ¡Las velas no van en ese lugar!— Exclamó la recipiente de Athena. —Ikki, Shun, Kannon y Aldebarán ustedes haran comida. Está fiesta de San Valentín debe salir perfecta.—
Hizo una lista y se las entregó.
—Shaka y Milo, ustedes dos deben hacer la decoración, confío en que harán un buen trabajo, pero primero necesito que vayan a hacer las compras para preparar la comida.— Los mencionados asintieron, no tenían problema con trabajar juntos pero al parecer sus parejas sí, ya que que tenían una aura asesina cuando Virgo y Escorpio empezaron a hablar sobre que comprar para las decoraciones. —Camus, Shura, Saga y Mu, les encargo la elección de las bebidas. Los cuatro pueden ir a escojer al cuarto de bebidas del Santuario.—
Ellos asintieron, Acuario y Aries estaban un poco molestos porque su diosa no los haya enviado al pueblo ya que así podrían vigilar que sus amores no se acercarán entre ellos.
Por otro lado, Leo y Sagitario estaban callados viendo cómo las personas que querían estaban cerca de alguien más, ambos tenían ganas de hacer una escena pero si lo hacía era probable que fueran castigados.
—Aioria y Aioros ustedes ayudaran a Seiya, Hyoga y Shiriu con la limpieza y el orden.— Ninguno protestó. —Afrodita y Deathmask, ustedes busquen las flores para colocar en cada mesa.— Solamente asintieron. —Muy bien, hagan lo que les encargue, recuerden que además de ser la fiesta de San Valentín, también es la fiesta en la que Hades y yo discutiremos algunas cosas para el acuerdo de paz entre el y yo.—
Cada uno hizo una reverencia y se dispuso a hacer lo que Athena les pidió.
—Vamos, Shaka. — Hablo Milo poniendo una mano sobre el hombro del rubio, Shaka volteo hacia el escorpiano con los ojos cerrados para después asentir y salir ambos del salón del patriarca.
—Oye, ¿vamos con las armaduras o ponemos ropa normal?— Preguntó el guardián del octavo templo. —Es posible que las cosas que compremos sean un poco pesadas así que es preferible llevar ropa comoda.— respondió mientras seguían bajando los templos. —Bueno, entonces pasaré a mi templo para cambiarme o podrías prestarme un poco de ropa y así me cambió en tu templó para evitar hacer todo eso en Escorpió.— El andar del de ojos zafiros se detuvo, se giró hacía el contrario y sin más le dijo.
— No.— Se volvió a girar hacía adelante para seguir cruzando los templos. —Oye, por favor, solo préstame una mudada de ropa nada más... Es posible que yo no tenga ropa limpia.— Lo último lo dijo en un susurro que rubio logró escuchar, Shaka suspiró. —Esta bien, ya que dices que es posible que no tengas ropa, te prestaré para ir de comprás y para la fiesta, pero no quiero ni una sola mancha o agujero porque de lo contrario te quedarás sin sentidos una semana, ¿entendido?— Respondió seriamente.
Milo con estrellitas en los ojos le dió las gracias. —Muchas gracias, Shaka, eres el mejor, Camus seguramente no me hubiera prestado de su ropa.— Dijo mirando el piso mientras caminaban. —Se supone que es tu pareja, creo que no estaría mal que te te prestará un poco de ropa cuando lo necesites.— Milo siguió cabizbajo con una pizca de tristeza en sus ojos.
—Sí, yo también creo lo mismo pero ya sabes cómo es de frío, pero se que en el fondo de ese frívolo corazón, Camus me quiere, si no por qué más sería mi pareja.— Comento con una sonrisa mostrando sus dientes, sinceramente esperaba que su cubo de hielo si lo quisiera al menos un poco.
Milo no notó cuando Shaka detuvo su andar al llegar al templo por lo que choco con la espalda del rubio provocando que ambos cayeran al suelo, Escorpió encima del Virgo en una posición algo vergonzosa. —Levantate Escorpió, deja de ponerte distraído al hablar de Camus.— Tardó en reaccionar y al hacerlo, un leve sonrojo apareció en sus mejillas, el no tenía la intención de estar así con el sexto guardián por lo que se levantó rápidamente y se disculpo. —Lo siento, Lo siento, Lo siento.— Dijo a la vez que hacia tres reverencias.
El portador de la armadura de Virgo se levantó rápidamente y sacudió su armadura, vió y escuchó al peliazul. —Descuida, estás disculpado pero procura no distraerte, Camus podría mal pensar la situación y eso traería problemas a su relación, vamos entra tenemos que cambiarnos.— Ambos entraron al templo, Milo se quedó en la sala esperando a que Shaka le trajera la primera mudada de ropa. Minutos después Shaka entró a la sala y le entregó la ropa. —Tu cámbiate aquí, yo me cambiare en mi habitación.—
Sin más Shaka ingreso a su habitación, se quitó la armadura y la colocó encima de su cama, rebuscó entre su ropa algo cómodo para ponerse al encontrarlo, se dispuso a vestirse rápidamente, cuándo termino salió de su habitación, esperaba que su compañero ya haya terminado, pero para su sorpresa encontró a un Milo enredado con la ropa intentando ponérsela. —¿Podrías ayudarme? Por favor.— Hablo apenado el caballero dorado.
Shaka se froto el entrecejo y suspiro, camino hasta el y empezó a quitarle la ropa indú, evitando cualquier contacto físico que no fueran necesario, afortunadamente el no necesitaba ver para poder ponerle la ropa correctamente. Una vez terminaron, salieron de Virgo y siguieron bajando el resto de templos, los cuáles estaban vacíos y que sus guardianes estaban haciendo lo que Athena les ordenó.
Luego de varios minutos lograron llegar al pueblo de Rodorio, allí inmediatamente fueron a ver las verduras y las frutas, una que otra chica se les quedaba viendo por lo que Milo dijo coqueto. —Siempre que vienes a Rodorio las chicas se te quedan viendo o es por qué está vez vine yo.— Shaka no respondió y simplemente siguió verificando que las verduras y frutas estuvieran en buen estado. —Oye, responde.— Shaka le pago a la señora y le entrego la bolsa a Milo mientras el se quedó las frutas. —Tu lleva las verduras y yo llevo las frutas.—
He aquí el primer capítulo, espero que les haya gustado, si es así denle estrella, comenté y compartan, me ayudaría mucho de esa forma <3
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