—Shiryu... ¡Shiryu despierta!

Andrómeda sacudía a su compañero el cual fue recuperando la conciencia.

—¡Ugh! ¿Qué me pasó?

—Quedaste inconsciente amigo — el joven se levantó. —Me tenías preocupada, estabas tan pálido que pensé que estabas a punto de ver la muerte

—¿Shun? ¿Eres tú? De hecho... Si estuve cerca de la muerte — la azabache se sobresalto.

—¡¿En serio?!

—Si... — Dragón abrió sus ojos. —Un momento, ¿dónde están los rostros que cubrían este templo?  ¿Será que al fin descansarán en paz? — mira a su compañera. —Ya veo, este templo ha quedado completamente libre de maldad

—¡Shiryu! Acaso... — Shun se acercó a él.

Una voz se escuchó en el lugar, Shiryu pudo identificar sin problema a la persona que le hablaba.

¡Shiryu!, ¿me escuchas?

—¡Maestro Dokho! — mencionó.

No te preocupes por Shunrei, está fuera de peligro por lo tantos debes dejar de sufrir. No iba a permitir que Máscara de Muerte se saliera con la suya.

Dragón sonrió ante la notícia.

—Se lo agradezco mucho maestro — se sorprendió. —¡Puedo ver!

—Claro que sí, ¡es un milagro! — respondió Shun con tanta exaltación.

—¿Pero cómo?

—Veras, cuando expandiste tú cosmos de tal grado que pusiste igualar el poder de Mascara de Muerte pensé un momento sobre que efecto tendría eso en tu vista, tus ojos fueron dañados que era imposible que un tratamiento pudiera sanarlos. Fue por esa razón que a través de tu cosmos pudiste recuperar milagrosamente la visión .

—Si... Todo eso gracias a Shunrei. Ella fue el milagro que tanto necesitaba — Shiryu sonrió dulcemente al recordar a la chica. —Gracias Shunrei

El maestro volvió a hablar.

Deben darse prisa muchachos, el tiempo es oro. ¡Les deseo buena suerte en su travesía!

—Muchas gracias Maestro

—Me alegra que sigas con bien Shiryu — Andrómeda dijo.

—Gracias Shun. Andando, no tenemos mucho tiempo. Aún sigo preocupado por Hyoga

—Yo tambien, su cosmos ha dejado de percibirse. Espero que se encuentre bien — Shun bajo la mirada, Shiryu por su parte coloco sus manos sobre sus hombros.

—Tranquila, pronto lo volveremos a ver.

Andrómeda recuperó la confianza y asintió, ambos se dirigieron al siguiente templo donde Seiya trataba de pasar pero Aioria se impedía en su camino.

Pegaso no comprendía cómo el caballero Leo cambiara de opinión de un día a otro luego de su combate anterior, había algo que no cuadraba con él pero no era el momento de perder más tiempo.

—Por última vez Aioria ¡déjame pasar!

—No permitiré que sigas con vida, todo aquel que ose cruzar el santuario morirá — ante ello Pegaso enfureció.

—¡Como puedes ser tan hipócrita! Le juraste a Saori que lucharias junto a ella, no puedo creer que de la noche a la mañana cambies de opinión. Reacciona Aioria, el sumo sacerdote solo quiere confundirte y ponerte en contra de nosotros.

—¡No me importa! — dijo seriamente. —Sea aliado o no mi deber como caballero de Leo es exterminarte

—¡¿Cómo puedes hacernos esto?! ¡Este no es el Airoia que conozco! Las vidas de Saori y Hyoga corren peligro — al ver que no había respuesta de aparte del santo dorado Seiya entendió. —De acuerdo... Si las cosas son así entonces tendré que hacerlo a mi manera.

Seiya corrió directo a la salida del templo pero fue atacado por un fuerte destello del santo dorado.

—Sorprendete, ha utilizado una descarga para detenerme.

—¿Sientes el dolor Seiya? Porque apenas va empezando la diversión — lanzo nuevamente el ataque pero a uno de los pilares dónde unos guardias salieron asustados. —Será mejor que no se metan en esto o podrían morir. Díganle al patriarca que todo está bajo orden

—¡Lo sentimos señor! — dijo uno de ellos y se fueron del lugar, Seiya se levantó nuevamente.

—No lo entiendo, ¿por qué no quieres que siga luchando? ¿Acaso olvidaste la promesa que le hiciste a Athena? ¡Dime qué pasa contigo!— el santo dorado le dió la espalda.

—No es algo que a ti te importe — dijo.

—Pues quieras o no me importa, porque Saori está a punto de morir por culpa de una flecha que se atravesó en su corazón y solamente el sino sacerdote puede salvar su vida.

—¿Qué dices? — el caballero se sobresaltó. —Debe ser una broma...

—¡Lo que te digo es verdad Aioria! Si no hacemos algo será demasiado tarde — replicó el castaño. —Ahora lo sabes, no pierdas más el tiempo y déjame pasar

Leo bajó la mirada un momento y nuevamente atacó a pegaso. Este último se percató que sus ojos habían cambiado de color verde a rojo.

—Lo siento mucho Seiya, si tanto deseas pasar tendrás que acabar conmigo primero

Seiya no tuvo otra opción que enfrentarse a Aioria.

—Veo que estás del lado de ellos... Muy bien, no me dejas otra que pelear contigo.

A través de sus meteoros de pegaso Seiya atacó pero nuevamente ese fuerte destello hizo que terminara lastimandose así mismo.

[Seiya]
¡Maldición! Sus golpes igualan la velocidad de la luz... no puedo detenerlos, aún cuando use la armadura pude frenarlos fácilmente pero ahora... es imposible esquivarlos. Si no encuentro una solución me acabará matando.

¡Debo hacer que mi cosmos arda como el suyo!

—¡No tienes escapatoria Seiya!

¡Debo lograr el milagro!

Aioria lanzo nuevamente su Lighting Plasma con el propósito de acabar con Seiya, sin embargo el joven pudo esquivar el ataque e identificó los mismos. El caballero Leo estaba asombrado de ver cómo el castaño no resultó herido.

—¡¡Imposible!!

—Si atacó de frente sus golpes no me harán daño.... Y eso me dará la oportunidad... ¡de conseguir la victoria!

Terminó la frase y a su vez asestó un golpe en el rostro del caballero dorado.

...

Mientras tanto

Sala del patriarca

¡Vaya, vaya! Eso fue muy inesperado de tu parte pegaso, sin embargo eso no evitará que Aioria salga del trance en el que se encuentra... no podrás detenerlo hasta que él mismo se convertirá en un mounstro que  acabará contigo sin piedad.

En alguna parte

Cassios]

Veía como Shaina recuperaba el conocimiento, no sabe cuánto me ha tenido preocupado que no he podido alejarme de ella en ningún momento. Gracias al cielo que las heridas sanaron pero no debo bajar la guardia, se que ella está dispuesta a proteger a Seiya a coste de su propia vida.

—¡Me alegra verte con bien Shaina!

—Cassios, tú has estado cuidándome todo este tiempo... muchas gracias — la amazona miraba por la ventana. —¿Sabes lo que pasó en el santuario mientras permanecía inconsciente?

—Si... Seiya y el resto de caballeros se han puesto en contra del santuario, ahora se encuentran pasando los doce templos — Cassios bajó la mirada.

—¡¿Como?! ¿Es que acaso Seiya está dispuesto a hacerle frente a los caballeros dorados?

—Asi es... — ella se levantó de la cama.

—¿Alguna novedad?

—Parece que Seiya está por delante de los demás, en estos momentos se encuentra en el templo de Leo tratando de vencer a Aioria.

—Bueno, al menos no ha resultado herido... Aioria tarde o temprano iba a saber la verdad, el patriarca es un ser malva — el joven la interrumpió.

—Sobre eso Shaina... Aioria ha dejado de ser el mismo que tú conoces... El patriarca lo tiene manipulando a través de su puño diabólico.

—¡¡No es posible!! — expresó Cobra. —Esa técnica es usada para controlar la mente de quién la reciba... Aioria es muy fuerte ¿Cómo pudo caer en eso?

—El sumo sacerdote lo citó esa vez que te trajo al santuario para que te dieran primeros auxilios, no obstante no fue él quien lo recibió sino el caballero de virgo, Shaka.

—¡¿Shaka?! — Shaina estaba más sorprendida de escuchar a Cassios quien siguió comentando lo que ocurrió.

—Ambos tuvieron un combate en los aposentos del patriarca que parecía no terminar debido a que sus ambos están igualados en poder, el estruendo fue tan fuerte pero afortunadamente nadie salió herido... Fue en ese momento en que el patriarca aprovechó para utilizar su técnica en contra de Aioria.

Y bien Aioria, ¿estarás dispuesto a obedecerme y serme fiel?

Si señor... Haré lo que usted me pida.

Continuará