37. Fuerza
Seiya
Ese sujeto tiene una fuerza tremenda, ha logrado tumbar a Shiryu, Hyoga y Shun con mucha facilidad. No cabe duda que el templo del tauro es demasiado contra nosotros, pese a eso no pensaré rendirme... ¡Tengo que salvar a Atena!
Se me ocurrió una idea para que los demás pudieran pasar a la siguiente casa, ataque con mis meteoros de pegaso mientras ellos corrían a toda velocidad por pasar, sin embargo la fuerza del caballero de Tauro era difícil de superar, mis amigos fueron nuevamente estrellados contra los pilares.
—No entiendo, mis ataques debieron haberle hecho algún rasguño.
Me dije así mismo, Aldebarán no dejaba de intimidarme con su mirar hacia mi, me estaba poniendo inquieto.
—Vuelvo a repetirlo caballero... NO van a pasar a la siguiente casa, por más que intenten algo en contra no van a poder conmigo.
Él me respondio en un tono seco junto a su semblante serio y cruzó los brazos, me quedé perplejo de verlo con esa postura, esperaba que me atacara tal como lo hizo con mis amigos pero nada de eso se vio venir. Por ello, empecé a cuestionarle el porqué había adoptado ese comportamiento.
—Venga, ¿por qué has tomado esa postura? ¿Acaso no piensas atacarme, Aldebarán?
—Para que quieres que cambie mi postura si solamente son unos simples caballeros de bronce a los cuales puedo vencer con solo una mirada.
—¿Cómo dices?
Quedé vulnerable ante lo que iba a pasar, un impresionante destello me logró derribar y terminé por estrellarme en las paredes del templo quienes cayeron ante la brutal fuerza, siento como si mis huesos estuvieran desechos. Jamás había sido testigo de semejante fuerza, con mucha razón mis meteoros no le hicieron ni cosquillas.
No me puedo ni poner de pie, ese golpe me ha dejado muy herido. Aldebarán estaba cerca de mí, estoy en graves aprietos.
—El gran cuerno pude destrozar todo lo que se ponga en su camino, tienes suerte de que Mu logró reparar tu armadura a tiempo o de lo contrario ya estuvieras hecho pedazos. Sin embargo seré compasivo contigo y te mataré de una vez.
Estaba a punto de darme un pisotón en la cara pero a como pude con mis manos sostuve su pie, por más que trataba de quitarmelo de encima cada vez más sentía que machacaba mis manos hasta que no soporte y terminó por hundirme en el suelo.
¡Estoy acabando!
Mi cuerpo ya no responde...
Mis huesos están rotos...
Siento que he perdido el sentido
Lo único que veo es oscuridad... Una total oscuridad...
¿Ha llegado mi hora de morir?
¿Será este mi fin?
¿Todo mi esfuerzo habrá sido en vano?
¿Ya no volveré a ver a mi hermana?
No... No puedo darme por vencido, no ahora que has llegado a dónde no pensabas llegar, no debo fallarle a mi hermana... se pondrá muy mal.
No moriré...
¡No sin antes encontrar a mi hermana!
Pero... ¿Cómo derrotaré a Aldebarán? Aunque eso sea imposible debo darle un golpe por lo menos.
Seiya... ¡Haz que desenfunde su espada!
Esa voz... Pero si es... ¡Marín!
Seiya, recuerdas aquellos días en los que aparte de usar el cosmos te enseñe a jugar esgrima, el éxito y el fracaso dependerá de cómo desenvainas una espada u luego la vuelves a envainar. Tienes que tener en cuenta la concentración y los reflejos que haga la espada para que el golpe sea letal, mientras la espada este desenfundada el jugador esta vulnerable ante la respuesta que pueda dar el adversario.
Ya veo pero... ¿Cómo hago eso con Aldebarán?
Es muy fuerte y no hay nada que pueda hacer para derrotarlo.
Haz que desenfunde su espada... haz que desenfunde sus puños en tu contra y así podrás hallar una manera para que salgas victorioso.
¡Rápido! ¡No hay tiempo que perder Seiya!
¡La vida de Atena depende de ti!
Regrese en si justamente cuando Aldebarán iba a darme el golpe final.
—Fuiste un buen chico pero tenía que cumplir con mi deber. Ahora me encargaré que el resto de ustedes tenga una muerte digna... ¿¡Que es este cosmos!? ¿Qué sucede?
Logré salir de ese hueco a pesar de mis heridas, sin embargo no es el momento de morir.
Esto apenas comienza...
—Seiya... Me sorprende que sigas con vida todavía...
—Aldebaran, lo único que puedo hacer para vencerte es que me ataques con tu puño
Fui muy directo pero mantenía la confianza en que esto debía acabar antes de que se extinga la llama, no obstante Aldebarán bufó de mis palabras.
—Y piensas que con tu poca fuera harás que saque mi puño ¡Jajaja!, ven aquí entonces Seiya... Obligame a sacar mis puños.
—Aqui tienes, ¡¡Meteoro de pegaso!!
Mis meteoros alcanzaron la velocidad del sonido cosa que a Aldebarán no tomó mucha prioridad e insistió a qué me rindiera, sin embargo quedó impresionado de ver qué mis meteoros hicieron un fuerte destello, muy superior a su gran cuerno.
—Acaso esto es... ¿Un Big Bang?
Trato de esquivar el ataque con sus brazos pero era imposible tratar de repelerlos. Lo que me dijo me dejó muy asombrado
—Tus ataques son poderosos como un Big Bang, has debilitado tus sentidos pero lograste expandir tu cosmos... Y a pesar de haber perdido el sentido del tacto tu cosmos ha logrado despertar "el séptimo sentido"
No... esto no puede estar pasando...
Ante su expresión de sorpresa, le respondí.
—Claro que si Aldebarán, he podido lograr que entiendas los brazos... Y ahora voy a partir en dos tus cuernos.
—¿Cómo? ¿Sabes lo que estás diciendo Seiya?
—Asi es... ¡¡Despierta cosmos!! ¡¡Alcanza el séptimo sentido!!
Aldebarán
Este pillo me sorprende, su cosmos irradia mucho de su ser aunque me haya hecho extender los brazos no va a poder con mi increíble e indestructible fuerza.
¡No sé lo permitiré!
—¿Crees que vas a poder destruir mis cuernos con ese cosmos tan pobre? De ser un milagro entonces te otorgare la victoria inmediatamente, pero... No te hagas el confíado por el simple hecho de que me hicieras cambiar de postura... Mi fuerza es demasiado contra tí y no hay nada que puedas hacer... ¡Prepárate!
—¿Ehh?
Mi gran cuerno era superior, Seiya nuevamente cayó y todo parecía estar a mi favor. De pronto veo que él se reincorporo, no puedo creerlo... Ha soportado mi ataque y no solo eso, su cosmos incrementa cada vez más.
Esto quiere decir que si entre más golpes sufra su cosmos aumentará y será invencible... Tanto que podría superar el poder de los caballeros dorados, inclusive el mío. El gran patriarca lo dijo, estos chicos podrían conspirar en contra del santuario por lo que tienen que ser eliminados lo más rápido posible.
—¡Muere ya!.
Le exclamé al momento en que iba a lanzar el gran cuerno pero él lo evitó... ¡Esquivó mi gran cuerno solo con una mano!
—¡Hahhhh!
—Idiota, has sobrepasado el límite... ¡Te pulverizare para siempre!
Una última vez lance mi ataque, finalmente Seiya quedó tumbado en el suelo ya sin poder moverse.
Todo había acabado...
Estuvo a un solo paso de despertar el séptimo sentido pero aún me impresiona el hecho que evitara un golpe a la velocidad de la luz. Para eso tendría que haber una equivalencia de velocidad y él lo ha logrado, ¿será posible que Seiya haya alcanzado la velocidad de la luz?
¡Oh no!
¡Se ha levantado otra vez!
¡Todavía está con vida!
Es increíble que Seiya aun siga en pie pese a los ataques que le he dado, como un caballero de bronce puede tener esa capacidad para aguantar las heridas.
¿Estoy soñando?
O eso que está detrás de él es... ¿El pegaso?
Por lo que veo Seiya no se dará por vencido hasta que logré vencerme, ¡cuánto admiro a ese chico!
—Lo veo Aldebarán... Por fin lo veo... ¡La próxima vez seré capaz de vencerte!
—¿A que te refieres Seiya?
—La ejecución de tu ataque... ¡adelante! ¡Este es tu fin!
Vino corriendo hacia mi con tal de atacarme a lo que me puse a la defensiva, no obstante el me recordó nuevamente que había visto mi puños logrando que me desconcentrara en ese instante y pudiera derribarme con total facilidad.
Me levanté del suelo, mire a mis alrededores pero no había rastro de Seiya y lo extraño del caso es que su cosmos se había debilitado, pensé un momento sobre si el impacto que recibió de mi ataque pudo resistirlo.
—¿Dónde se ha metido?
—Aqui estoy Aldebarán, ¡romperé tu cuerno tal y como te lo había prometido!
Levanté la vista hacia arriba y en un abrir y cerrar de ojos Seiya pudo arrancarme uno de mis cuernos usando su mano... Al fin pudo arrancarme un cuerno, nunca pensé que mi subestimación lo haría tan fuerte y muy impredecible.
El pedazo de cuerno terminó a un costado del templo, observé un momento a Seiya.
—¿Lo ves Aldebarán? ¡He cortado tu cuerno tal como te lo había prometido!, Ahora ¡acepta la derrota!
Me dijo con autoridad, yo por mi parte di un gruñido pero tal como se lo había dicho me puse a reír. Seiya arqueó una de sus cejas ante mi respuesta, sus amigos se recuperaron y se acercaron a él.
—¡Buen trabajo Seiya! Lograste arrancarme un cuerno, eres el primero en lograr dicho cometido. ¡Adelante! Por mi pueden pasar a la siguiente casa.
Les sonreí a los chicos y ellos se alegraron, antes de que se fueran a la siguiente casa detuve a Seiya.
—Escucha bien Seiya, lo que se viene no será nada bonito así que no te confíes mucho ni menosprecies al resto de los caballeros dorados, entendido.
—Asi será Aldebarán, gracias al combate que tuvimos pude comprender la magnitud de los ataques que puede dar un caballero dorado.
—Muy buen chicos, no les quito más su tiempo y vayan a la siguiente casa. ¡Mantengan la frente en alto y no se rindan!
—¡Gracias Aldebarán!
Le escuché decir a Seiya mientras lo veía marchar junto a los demás caballeros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro