29. El Futuro Depende de Nosotros 1/2
—¡El que quiera morir, que de un paso al frente!
Tras escucharle Capella tomó su advertencia como una burla y de inmediato puso uno de pies sobre la línea que el peliazul había creado. Grave error el que el santo de plata había cometido en ese instante, Fénix basto de un simple puñetazo que hizo que su armadura fuera hecha pedazos ante los ojos de los dos santos de plata restantes.
Capella cayó e Ikki dejó a Seiya en el suelo mientras retaba a los demás caballeros a qué cruzaran la línea.
—Aun no puedo creer que un santo de bronce tenga ese cosmos tan agresivo — expresó el de cabello café.
—No cabe duda que es el caballero del Fénix, aquel hombre que derrotó a los caballeros negros y que ha resurgido del mismísimo infierno — dijo el de cabellera oliva, Dante sacó su cadena con una bola incrustada en ella.
—Ya entiendo, Capella cometió un error al cruzar esa línea... pero yo Dante de Cerbero no voy a caer tan fácilmente — giró una y otra vez la cadena. —¡Preparate para morir Fénix!
—¡Ikki, cuidado! — advirtió Saori.
Ikki giró la vista hacia justo cuando Dante le había lanzado su cadena la cual atrapó su mano derecha, el peliazul comenzó a forcejear.
—Jajaja, te atrapé Fénix ahora dependerá de ti si quieres que tú mano sea libre otra vez — dijo Dante, Ikki gruñó. —Ven y cruza la línea... No seas un cobarde — replicó.
—¿Por qué no vienes tú? — respondía Ikki.
—Si tú insistes, ¡toma esto!
Dante lanzó un sin fin de bolas con picos en contra del caballero de bronce, Saori advirtió nuevamente logrando que las cadenas del santo de plata fuera destrozadas, él pelo rojizo quedó en shock y sin darse cuenta Ikki había cruzado la línea y se encontraba detrás de él.
—¿Qué pasaría si yo cruzo la línea primero? — Dante miró a Ikki.
—¡Infeliz! — contestó.
—No me pasaría nada ¿y sabes por que?... ¡Porque yo he cruzado muchas líneas de la muerte! — terminó de responderle puñetazo en la cara de Dante que lo hizo caer al suelo. —Con solo observarlos me dan asco los poderes que poseen cada uno de ustedes — refutó.
—Eso es lo que tú crees, Fénix. Pero déjame decirte que estás muy equivocado.
Un disco fue lanzado en contra del caballero Fénix ocasionando que fuera decapitado y derramara mucha sangre, Saori entró en pánico al ver esa escena. Capella se reincorporo nuevamente mientras era observado por Algol de Perseo.
—¡Así que no estabas muerto! — le dijo.
—No, solamente tuve un pequeño desmayo pero ya no te preocupes Algol... Ese tipo ya no será un problema para nosotros — rió.
Sin embargo el cuerpo de Fénix aún tenía signos vitales a pesar de haber sido decapitado, iba acercándose al de cabellera rojiza.
—¿Aún puede moverse? — Capella gruñó y lanzó nuevamente su disco en contra del cuerpo del Fénix, esta vez logró cortarle una de sus manos.
No obstante, el disco comenzó a cortar una de las manos de Capella, luego paso lo mismo solo que está vez con sus pies y la mano restante sufrieran heridas mortales, el santo de plata se quejaba del dolor.
—No, no puede ser... Esto debe ser una alucinación o un sueño... ¡Mis manos! — exclamó.
—No es un sueño, mucho menos una alucinación — la cabeza de Ikki había regresado a su cuerpo. —Lo que sucede es que has probado mi más poderoso e indestructible poder... ¡La ilusión diabólica del Fénix! — contestó. —Tu mente ha sido destrozada al igual que todo tu cuerpo, ¡eres hombre muerto!
Finalizó Ikki y un último disco terminó con la vida de Capella quien fue cortado a la mitad ante los ojos de Saori y Algol. O eso es lo que ellos pensaban ya que Capella había regresado a la normalidad pero quedó estático, su frente sudaba demasiado, su boca se movía exageradamente, Ikki tocó su frente y en un abrir y cerrar de ojos la armadura de Capella quedó echa pedazos, el santo cayó al suelo ya sin vida.
—Me sorprende lo que haz hecho con Capella, vaya que si eres muy fuerte — dijo Algol. —Pero no tanto como yo... Algol de Perseo — replicó.
—¿Quieres pelear? Ya viste lo que le sucedió a tu amigo, si insistes en morir pues entonces ven y lucha conmigo — Algol apretaba sus dientes.
—Muy bien, ¡pues que así sea!
Estaban a punto de atacarse el uno del otro hasta que fue lanzada una cadena, Dante se había levantado y tenía a Ikki del brazo.
—Yo me encargaré de él, Algol. Encárgate de la muchacha y de Pegaso — sugirió Dante lo que provocó el enojo de Fénix.
—Te atreves a tocarle un solo pelo a Seiya y te mato — amenazó Ikki a lo que Algol rió.
—¿Y que si lo hago? — dijo retador.
—Ahora si Fénix, ¡voy a acabar contigo! ¡Haah!
Dante iba a atacarle hasta que otra cadena proveniente de otra parte logró atrapar la suya, él e Ikki miraron hacia arriba donde observaron a Shun junto con Hyoga y Shiryu.
—¡Shun! — dijo Ikki.
—Me alegra saber que sigues vivo hermano — respondió la amazona.
—¿En serio? ¿Aún hay más caballeros? — cuestionó Dante. —¡Esto es estúpido!
—¿Algún problema con eso? — le respondió Shun, Ikki sonrió y cortó la cadena de Dante.
—¡Justo a tiempo! — comenzó a marcharse.
—Oye, ¿a dónde vas? — preguntó Shun.
—¡A dónde yo quiera ir! — contestó de mala gana. —No me interesa luchar al lado de ustedes, adiós.
—Ikki, ¡espera! — Hyoga puso su mano en el hombro de Dragón.
—Relajate, ya sabes cómo es él — dijo con serenidad, luego miró a Ikki. — Será mejor que vayas a la isla Kanon a a recuperar el tacto del brazo que "accidentalmente" te congelé — habló de forma sarcástica, sin embargo Ikki no le tomo tanta importancia.
—Si, si lo que tú digas...
—¡Ikki! — exclamó Shun.
—¡Cállate y no llores!... — respondió. —Yo siempre estaré a tu lado Shun — susurró y se marchó del lugar, Dante estaba prendido en rabia.
—¡A dónde crees que vas cobarde!
Quiso lanzar nuevamente su arma pero la cadena de Shun se lo impidió por segunda ocasión.
—Lamento decirte que yo seré tu oponente, te guste o no — contestó Shun.
—¿Tú? ¿Acaso es una broma? ¿Una mujer siendo mi rival? — Dante se burló.
—Querido enemigo, acabas de firmar tu sentencia de muerte — le dijo Hyoga.
—Si que si — le siguió Shiryu.
—¡Son unos insolentes! ¡Acabaré con ustedes!
Shiryu y Hyoga dejaron a Shun con Dante para luego bajar hasta donde estaba Saori junto con Seiya, el pelo negro se alarmó al ver la situación médica en la que su amigo se encontraba.
—Hyoga, llévate a la muchacha lejos de aquí. Yo me encargaré de Seiya — el rubio asintió pero ambos fueron interrumpidos por el santo de Perseo.
—¿Qué pasa niños? Aún es muy temprano para que se vayan a sus casitas — habló.
—Lo sabía, aún falta un caballero de plata — dijo Shiryu. —Sin embargo, somos dos contra uno así que no tienes posibilidad de vencernos — Algol arqueó su ceja.
—No te preocupes por eso caballero, mientras más sean mejor para mí porque al final, el que se enfrenta a mi termina convirtiendose en piedra — sonrió malicioso.
Con Shun
La joven seguía peleando con Dante, este último lanzó sus mazos en contra de ella pero no fueron problema alguno para la peliverde pues sus cadenas resultaron ser más poderosas que las armas del pelo café.
—¡Maldita! ¡Cómo te atreves a destruir mis armas! — reclamó a Andrómeda.
—Pueda que tus armas sean capaces de atar a Cerbero, el perro guardian del Hades pero en cambio no son nada comparadas al poder de mis cadenas... ¡Cadena de Andrómeda!
Dante fue derrotado gracias a la espectacular actuación del la peliverde quien se dirigió a ayudar a Shiryu y a los demás.
—¡Shiryu! — Andrómeda se detuvo al ver que Algol estaba acercándose al pelo negro, el santo de plata sin voltearle a ver habló.
—¡Quien lo diría! Se supone que Andromeda y Perseo son constelaciones unidas, pero me he dado cuenta que eso es una farsa. Ninguna traidora como tú debería portar esa armadura — exclamó.
—Shiryu, Hyoga, vayanse con Saori yo me encargaré de Algol — el de cabellera oliva dió una leve carcajada.
—Estupida, ni siquiera podrás vencerme — respondió, Shun gruñó.
—¡Eso ya lo veremos!, ¡Adelante cadena!
La amazona lanzó su cadena en contra de Perseo, desgraciadamente la cadena no tuvo efecto contra él santo de plata.
—¡Imposible! ¡Mi cadena pareciera estar muerta! ¿Qué sucede?
—Te lo diré Andrómeda... ¡¡Abre muy bien los ojos!!
Notó un destello que salía en la espalda de Algol, Shun quedó sin movimiento tras darse cuenta que esa luz era proveniente del legendario escudo de Medusa.
A pesar de llevar en su rostro su máscara aquel escudo era tan increíble y poderoso que con mucha facilidad podía traspasar todo lo que estaba en su alrededor. Shun terminó convertida en piedra en frente de sus amigos.
—¡Shun! — exhortó Hyoga.
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