26. ¿Mi Hermana?
—¡¡Marin!!
El santo de pegaso regresó al lugar donde encontró a Moisés de Ballena y a Asterion de perros de caza los cuáles habían puesto a Marín sobre una cruz en medio del mar y que estaba a punto de morir ahogada.
—Tal como lo imaginé, Seiya está aquí— murmuró Asterion.
Seiya intentó rescatar a su maestra pero Moisés se atravesó en el camino y lo golpeó.
—Si quieres rescatar a tu tutora tendrás que vencerme, yo... Moisés de ballena acabará contigo.
—¡Largo de mi camino! — respondió enojado pegaso y lanzó sus meteoros de pegaso en contra del santo de ballena que no pudo esquivarlos, Asterion estaba impresionado.
—Ha logrado golpear a Moisés, este chico si que tiene un cosmos violento — afirmó.
Seiya corría hacia el mar, sin embargo, Moisés le tomo de sopresa y lo atacó. Fue lanzado desde lo más alto para luego ser atrapado por unas ondas y ser fuertemente golpeado en la cabeza por el ataque del caballero de plata.
Su frente brotaba de sangre, Asterion le dijo a Moisés que acabara de una vez y nuevamente lo lanzó por los aires, Seiya estaba en aprietos.
—¡Acábalo Moisés! — ordenó Asterion.
—No te preocupes por tú hermana pegaso, tú y ella se reencontrarán... en el infierno — sentenció el caballero de ballena lo que hizo que Seiya quedará en shock.
—¿Qué? ¡Mi hermana!
Pov Seiya
¡Esto no puede ser verdad!
Acaso Marín... No, no es cierto... Es imposible... Ella no... ¡No puede ser!
Qué alguien me explique que es todo esto... No puedo creer que mi hermana sea... Mi maestra... Marín es... Marín es...
—¡¡Marin es mi hermana!! — dije atónito.
Quedé con mi garganta hecha un nudo al decir esa frase, aún me cuesta creerlo, estuvo a punto de darme un puñetazo hasta que reaccioné de la rabia e impotencia que sentía en ese momento.
—Bastardoooooooo
—¡Cuidado Moisés! — Asterion le dijo con un tono preocupante.
Unas alas majestuosas salieron de mi espalda las cuales me dieron la ventaja de esquivar el ataque de Moisés con una patada en una de sus manos. Vi como se quejaba del dolor en sus dedos mientras que Asterion le advirtió de mi siguiente movimiento el cual era los meteoros de pegaso que no pudo volver a esquivar, Moisés impactó en el suelo, yo estaba fuera de control.
—¡Vas a pagar por lo que le haz hecho a Marín!
Lo tome por la espalda y tal como hice con Misty use mi destello rodante de pegaso con el cual termine de derrotarlo, quise nuevamente a rescatar a Marín quien ya estaba siendo cubierta por la marea alta pero Asterion llegó a mi encuentro, movió su dedo en señal de negación.
—No, no, no, tu de aquí no te mueves hasta que me derrotes. Te haré pagar por lo que haz hecho con mis camaradas — me dijo muy enfurecido.
—No te metas en esto... ¡¡Meteoros de Pegaso!!
Lancé mis ataques aún con más fuerza lo cual no fue problema ya que Asterion termino tendido en el suelo. Giré y me percaté que parte de la marea había cubierto el rostro de Marín tenía que salvarla lo más rápido posible, sin embargo una risa proveniente de Asterion me detuvo, mire hacia donde estaba llevándome una gran sorpresa... Su cuerpo desapareció ante mis ojos.
—¿Pensaste que con un mísero golpe ibas a vencerme? ¡Eres patético! — dijo Asterion quien yacía detrás de mi, me aparte de inmediato.
—¡Maldita sea! — susurré.
—De nada va servir tus ataques Seiya, yo Asterion tengo la capacidad de leer tu mente al igual que tus movimientos así que no tienes ninguna alternativa — replicó, aun así le ataque a puño limpio pero fue en vano porque me propinó una patada en el rostro haciéndome caer sentado.
Todo el ambiente se torno de color negro Asterion se elevó a la vez que multiplicaba su cuerpo dejándome acorralado y sin ninguna probabilidad de esquivarlo, tenía que utilizar otra manera para poder detenerlo y ya se que podrá ayudarme.
—¡Meteoros de Pegaso! — lancé mis puños en contra de él y sus reflejos sin poder acertar un golpe.
—Eso es todo lo que tienes Pegaso, ahora conocerás el verdadero poder de un caballero de plata... ¡El ataque de un millón de fantasmas!
Uno a uno me atacaron sin poder defenderme, sus ataques eran el doble de rápido que mis meteoros.
—Marin... her...ma...na — caí inconsciente.
...
Asterion estaba a punto de matar a Seiya, no obstante un ataque fue lanzado desde lejos dejando al santo perplejo. Marín apareció tras haberse safado de las cadenas que la tuvieron aprisionada junto a la cruz en el alto mar.
—No puedo creerlo... ¡Marín!, ¿Cómo lograste salir con vida? — exclamó él de cabellera verde oscura.
—Te lo diré Asterion, los ataques que supuestamente Seiya hizo en tu contra únicamente sirvieron para quitarme de aquella cruz — contestó la castaña.
—No me interesa lo que ese estúpido hizo, prepárate para sufrir — perro de caza leyó la mente de Marín sin obtener ningún resultado. —¿Qué sucede? ¿Por qué tu mente está en blanco? No entiendo... — Marín respondió.
—Mi mente no tiene nada que mostrar. Así lo he decidido
Asterion estaba que echaba chispas, uso nuevamente el ataque de los mil fantasma contra la santa de Águila, Marín se elevó al cielo.
—Se acabó Asterion... ¡Destello del Águila!
Con una fuerte patada en el rostro Marín dió por terminado el combate contra Asterion, el santo de plata finalmente terminó tumbado en el suelo con graves heridas.
—Asterion, si tuve compasión de ti es porque no quiero que las cosas terminen de otra forma, regresa al santuario y dile al gran patriarca sobre todo lo ocurrido.
—¿Estas loca? No te das cuenta de lo que esto podría provocarte — habló Asterion.
—Lo sé, esto provocará el conflicto entre los caballeros, y también puede que Seiya y el resto de los caballeros mueran por ello, en ese entonces... la maldad desaparecerá y junto a ello una nueva luz de esperanza resurgirá.
Fueron las sabias palabras de la castaña mientras se marchaba del lugar no sin antes observar a Seiya quien aún permanecia inconsciente.
—Puede que estés confundido por todo este embrollo pero no debes dejar que nada de esto te detenga Seiya, de ahora en adelante el destino de Athena y de la humanidad depende sólo de ti. Nos volveremos a ver... Lo prometo.
Le dijo a su discípulo mientras escribía sobre la arena para luego desaparecer del lugar sin dejar rastro alguno.
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—¡Seiya! ¡Amigo, despierta!
Seiya
Sentí como jaloneaban mi cuerpo como a un costal de papas, mis ojos iban abriéndose poco a poco hasta observar una máscara que cierta amiga mía traía puesta, se trataba de Shun. Y no solo eso, tanto Hyoga y Shiryu estaban junto a ella, gracias al cielo que todos estamos bien.
—¡Buenos días, dormilón! — Shiryu me habló con una gran sonrisa.
—Pensaba que ya te había llegado vado la calaca — Hyoga bromeó.
—Hyoga, ¡no digas eso! — observó que Shun le da un leve codazo en su pecho a lo que Hyoga se rió... Vaya, todo parece indicar que estos dos si que se llevan muy bien.
—Chicos... Me alegro de verles otra vez — respondí alegremente.
—Y nosotros también amigo — comentó Shun.
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