Continuación del Flasback

—¿Quién eres tú?

—Cómo es posible que una mísera flor te deje tan quieto, pero eso no importa ahora, si buscas a Jango dejame decirte que tu viaje ha terminado... Yo, Andromeda negra, te pulverizare.... ¡¡Colmillo Negro Nebular!!

Aquella chica lanzó sus cadenas  contra mi, tomaron la forma de varias serpientes que apretaron con tanta fuerza mi cuerpo.

—¡¡Ahhh!!

—Haz lo que quieras, forcejea, suplica, de todas formas ya estás perdido — me dijo, sin embargo eso solo me provocó risa.

—Eso es lo que tu piensas — solté un fuerte grito rompiéndo las cadenas que me tenían atado, ella me miró asombrada.

—¿Cómo? Se supone que mis cadenas...

No le di oportunidad, lanzó mi puño en su contra lo que ocasionó que terminará estrellándose en el suelo.

—Esa mirada... Esta llena... de odio — la chica parecía estar asustada.

"Odia todo"

Esa frase se repetía una y otra vez en mi cabeza, recuerdo la vez que mi maestro dijo que mi padre... Mas bien, el "padre" de todos nosotros, ese mal nacido... Solo nos uso como sus marionetas todo este maldito tiempo.

Mi corazón estallaba en rabia tras escucharle, juré que acabare con todo lo que ese infeliz creó... Los mataré a todos sin piedad, incluyendo a mi hermana que desgraciamente tiene su sangre, la odio... ¡Los odio con todo mi ser! ¡Acabare con todos ustedes! Y no tendré piedad de nadie... ¡¡Nadie!!

—¡¡Pegaso negro!! — dijo un chico de larga cabellera negra mientras me miraba enfurecido. —¡Maldito! — quizo atacarme pero rápidamente logre acabar con él, le tomé del cuello esperando una respuesta sobre el paradero de Jango.

—Dime dónde se esconde ese infeliz, ¡¡Dímelo!! — replique.

—El... Está...

—¡Aquí estoy! — finalmente me tope con Jango que me miraba burlón, al lado suyo estaba la tan ansiada armadura del Fénix.

—Si no me equivoco, vienes por la armadura del Fénix... — no respondí pero le escuché reír. —Muy bien, puede que estos muchachos no te ocasionaron problema alguno, sin embargo yo no tengo misericordia de nadie, te la regalo con una sola condición, tendrás que vencerme para quedarte con ella — me propuso y no me negué a su oferta, estaba decidido.

—Está bien, ¡luchemos! — le dije muy confiado de lo que estaba por ocurrir.

—Ahora sabrás lo que se siente el infierno dentro de ti... ¡¡Puño de Fuego!! — me atacó a través de una llamarada, no obstante pude retener el fuego con una sola mano dejando Jango demasiado impresionado.

—¡Maldición!, ¿qué es esa sombra?, no... No me digas que eso es...

Alcé mi vista a Jango, mi cuerpo ardía por completo, la presencia de aquella ave majestuosa se apoderó de mí, así es... Este es el poder del Fénix.

—Iluso, tus ataques comparados a los de tus secuaces son una escoria, jamás comprenderás lo que se siente vivir en un verdadero infierno, lamentarás haberme subestimado de vil manera... ¡¡Puño Fantasma del Fénix!!

Como un rayo fugaz mi ataque impacto sobre su frente, Jango quedó completamente estático.

{...}

—¡¡Sanquenme de aquí!!

Eran los agónicos gritos que le acompañaban, la ilusión de Ikki hizo que fuera lanzado hacia el mar de fuego donde no había salvación para el pobre Jango que terminó hundido en el agua mientras se quemaba y su piel se despellejaba.

{...}

—Tal parece que tu estadía en el infierno fue de maravilla ¿no? — con un solo puño acabe con ese infeliz. Me acerque a donde yacía la armadura del Fénix la cual al verme despertó por si sola y comenzó a colocarse sobre mi cuerpo, finalmente lo había conseguido.... Si, me siento invencible como si de un dios me tratase, esta armadura es tan poderosa que le será imposible ser destruida.

—Eso es lo que piensas mi buen amigo, o más bien... Lo que tu crees que es cierto.

Mire a mi alrededor con tal de ubicar esa voz que recién me llamó, ante mi un fuerte destello luz se hizo presente y un hombre que portaba una hermosa y brillante armadura dorada estaba frente a mi, lo más extraño es que él mantenía cerrados sus ojos.

—¿Quién eres tú? — indague.

—Mi nombre no es de importancia por ahora — respondió. —Creíste que con portar esa armadura te habías convertido en un ser invencible... Que pena que no sea lo que yo pienso, el rey mono decía lo mismo pero al final nunca dejo de dar vueltas en círculos tal como cierto sujeto que esta frente a mi — me dijo en tono sarcástico.

—¿Qué haces en esta isla? ¿Quién te mando? — volví a interrogarlo.

—Estoy aquí, porque debo eliminar a Jango... Sin embargo, todo parece estar en orden gracias a ti que lograste portar la armadura del Fénix — me dio la espalda y comenzó a caminar.

—¡Espera! — me acerque a él. —¿Te estás burlando de mi? ¿Me comparas con un simple mono? ¡Cómo te atreves! — le mire con enojo.

—No te alteres muchacho, era solo un ejemplo de lo mediocre que pueden ser las personas al creerse superiores a otras — concluyó, me enoje demasiado.

—¡Serás desgraciado! — apreté con fuerza mi puño y me lance sobre él, sin embargo emano un fuerte destello que me logró derribar y al mismo tiempo destrozó parte de la armadura del Fénix. No... Esto no es cierto... Cómo es posible que un caballero de oro...tenga un poder tan... Divino. —¿Me vas a matar? Hazlo entonces — exclame con furia.

—Dicen que las personas muestran su odio a través de sus ojos, si tú los tuvieras de esa forma ya tiempo habrias muerto, sin embargo tus ojos permancen claros aunque nadie lo note, sientes odio y deseos de matar pero en el fondo de tu corazón aun permanece la justicia — me respondió con tanta sutileza, es increíble lo que escuche decir acerca de mi. No obstante ese fuerte destello molestaba mi vista nuevamente.

—Ahora vas a olvidar todo lo que ha ocurrido en este lugar, mi rostro desaparecera de tu memoria y si algún día nos volvemos a ver e intentas retarme nuevamente te devolveré la memoria para que revivas el mayor de los temores que haz tenido en la vida — ese fuerte destello se hizo cada vez más grande y abarcó por completo todo el lugar.

Lo único que pude recordar de ese acontecimiento fue que me encontraba en la tumba de mi amada Esmeralda, detrás de mi se encontraban aquellos caballeros negros los cuales se arrodillaron frente a mi y me aclamaban como su nuevo lider.

—Muy bien, nuestra prioridad es la armadura dorada, vamos a acabar con aquellos que osen interponerse en el camino, no tendremos piedad de nadie. ¡¡Me oyeron!!

—¡¡Si señor!! — respondieron todos al unísono.

Fin flasback

...

—Tal parece que alguien recordó su más grande temor — dijo el santo de Cisne, Fénix iba reaccionando poco a poco de su trance.

—¡Hermano! — habló la amazona de Andromeda.

—Ikki... — exclamó Pegaso preocupado.

—¡Ahora morirás! — Cisne estaba dispuesto a atacar, la cadena de su compañera lo detuvo. —Shun, ¿que crees que haces?

—Lo siento Hyoga, pero no puedo dejar que lo sigan lastimando, mi hermano necesita de nuestra ayuda —respondió la amazona.

—Shun... — dijo Dragón.

—Andromeda — replicó Pegaso.

—¡No seas tonta! que acaso no te das cuenta del peligro que corremos, tenemos que acabar con Ikki de una vez por todas — el santo de Cisne mostraba su descontento hacia la peliverde.

—Hyoga... Yo...

—¡Sueltame! — insistió Cisne.

Sin imaginarlo Ikki terminó por travesar su puño en el pecho de Hyoga a lo que Seiya y el resto quedaron impactados.