"Capítulo cuatro y aún no hay ninguna muestra de crossover, además la escritora demora mucho en publicar los capítulos. ¿Qué clase de mierda es esta?"

Dijo alguien irrelevante para la trama leyendo en su celular lo que parecía ser una historia de alguna plataforma x, siendo ignorado por un pequeño chico que estaba corriendo de un lado a otro como si tuviera unas crocs del Rayo Mcqueen.

¿Por qué había tanto material de héroes sacados de algún manga? en menos de un minuto ya se había perdido completamente, sumido en sus propios pensamientos.

¡Era algo increíble!

Aunque esa emoción no le duró mucho, pues al poco tiempo se dio cuenta que... No estaban sus amigos.

—¿AH? —toda felicidad se le fue, como si estuvieran echándole un balde de caimanes en su espalda (¿creían que era de agua fría? Pues eso no se comparaba a lo que Kaido sentía ahora mismo)

—Uh... Oye, ¿necesitas ayuda? —aquella dulce voz resonó en su cabeza como si fuera un ente maravilloso que había venido a su rescate, volteándose para poder observar mejor a su salvador —me llamo Midoriya, un gusto —el peli-verde le tendió la mano con  una de sus sonrisas.

—¡Kaido, el gusto es mío! —imitó el acto del chico, correspondiendo aquel formal saludo.

¡Nuevo logro!
Has desbloqueado a
Midoriya Izuku.

—Ey, estúpido Deku, ¡¿Por qué tardas tanto?! —aquella burbuja amistosa que ambos tenían se rompió cuando escucharon esa voz.

—¡K-Kacchan, l-lo siento! Es solo que este chico se encontraba perdido y-

—¿Y eso te debería afectar en algo? Deja que se pierda, de seguro-

—¡Aquí están chicos! Los estuvimos buscando, eu, Blasty, ya te dije que no debes correr en las tiend-

—Si, si, como sea.

—Eh... —Kaido quería esconderse ahora mismo, esa persona rubia le intimidaba demasiado, y el pelirrojo también tenía un aura amenazante.

—Oh, cierto, chicos, quiero que conozcan a Kaido, está perdido, me preguntaba si podríamos ayudarlo y-

—No.

—¡Bakugou!, ¡Claro que te ayudaremos! Me llamo Kirishima, un placer conocerte.

—Eh... E-el gusto es mío —estaba temblando ahora mismo, pero al menos ese chico le daba más confianza que el... Otro.

—¡Kiribro, ya te dije que no corrieras cuando veas a Bakugou correr! —¿otro rubio más? Bueno, al menos este se veía más... Amigable.
Al menos en apariencia.

—¡Lo siento Kamibro!, pero sabes bien que un Bakugou explosivo corriendo nunca puede traer nada bueno.

—Los estoy escuchando, extras.

—¡Lo siento Blasty!

—¿Y tú quién eres? ¿Un amigo de Deku, de Bakugo? Uy, ya sé, ¡eras su ex compañero!

—N-no, de hecho...

—¡Me llamo Kaminari Denki! Un gusto conocerte~ Bakugou puede dar miedo, pero no es peligroso, no te preocupes, es como un chihuahua con rabia.

—¡EY!

—¿Ves? No tienes que temer. Pobre chico, ¿ya ves lo que causas, Kacchan? Está temblando, lo asustaste —decía mientras abrazaba por los hombros al pequeño perdido —por cierto, me gustan tus vendas, ¿es parte de tu quirk?

—¿Quirk?... ¿Qué es quirk? —antes de que pudiera responder llegó una chica de cabello castaño y corto corriendo hacia donde se encontraban.

—¿Sucede algo Uraraka-san?

—¡Todoroki se volvió a perder, no lo encontramos!

—Oh.

¡Has subido de nivel!
Estupidez +6 pts.
Pérdida de orientación +7 pts.
Miedo +9999 pts.

¿Qué sucedía aquí?

Era una dura batalla.

De miradas, claro.

Por un lado teníamos a un psíquico que estaba buscando a su amigo.

Del otro estaba un invierano buscando a su grupo de amigos, ya que estaba perdido.

Una dura batalla de miradas que no parecía tener fin.

Y si se preguntan, ¿por qué empezó?, nadie lo sabe, ni siquiera Saiki, y es por eso que esto parecía ser infinito.

Al principio creyó que este chico no tenía pensamientos como Nendo, pero luego se dio cuenta que no era eso.
Sino que simplemente, no estaba pensando en nada.

Nada.

Para los que se vieron el anime, saben muy bien que el psíquico podía escuchar hasta los sentimientos de los animales, que hasta ellos incluso pensaban.

Pero este extraño ser, tenía la mente en blanco.

¿Cómo era eso posible?

"¿Será que sabe lo que soy, y es una estrategia?"

Minutos pasaban, y nadie parecía querer romper aquella tensión que se había formado en el aire, porque hasta los compañeros -amigos- de Saiki estaban mirando la escena, esperando alguna palabra de alguno de los dos.

Uno cargando un paquete de soba.
Otro cargando un postre de gelatina de café.

—¡Todoroki-kun, hasta que te encontramos! —llegó el pecoso logrando romper toda la escena.

—Chicos —y no solo el grupo encontró a su amigo, sino que también el amigo encontró a su grupo.

—¡Shun! —Aren fue uno de los primeros en reaccionar, yendo a abrazar al peliblanco como si su vida dependiera de ello —¡no seas idiota, ¿cómo se te ocurre perderte en un lugar así?! —pero este parecía no hacer caso a los regaños.

Claro que Saiki ya sabía la razón, pero para que no queden con la duda...

—Chicos... ¡Seamos héroes profesionales!

Y por eso mismo es que Kaido NO tenía que saber nada ese mundo.

Volví.