Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prólogo

Esta no era una historia de mentiras.

Era una historia de engañados.

Una historia de guerra.

Hombre contra hombre.

Y el hombre al que estaba apuntando con una Makarov no me podía decir lo contrario. No se lo podía tolerar. Me había estado mirando desde las sombras como un cobarde, como un animal asustado en una jaula sin barrotes.

Y si algo había dicho de verdad por su boca es que era eso, un cobarde. Que había traicionado todos sus principios para matarme.

"Preciosa ironía", me había dicho, burlándose. "Porque es lo mismo que has hecho tú."

Mis propios compañeros de guerra no parecían diferenciar mínimamente el enemigo del aliado.

Emití una risa mientras tosía gravemente, con la vista nublada de la fatiga. Sentía unas ganas irrefrenables de sentarme y agarrar mi brazo ensangrentado con mi mano contraria. Pero en aquel momento estaba ocupada sosteniendo el arma con la que le mataría.

Mi respiración rebotaba con estruendosidad por cada uno de los tablones de madera que formaban esa cabaña. El crepitar del fuego en la chimenea era lo único que acompañaba a aquel sonido. La manos del hombre estaban atadas con una cuerda que bajaba del techo.

Pero, a pesar de todo, no podía mirarle más de dos segundos a los ojos. Él lo sabía perfectamente, y yo me desgarraba de la rabia por ello. Lo que había dicho era verdad, y yo quería creer que no lo era. Sus últimas palabras me dolieron más de lo que me imaginaba.

Él siempre había sido un hombre de decir verdades en sus mentiras.

Pero no me gustaba que me mientiesen. Y menos alguien que no lo hacía por primera vez.

Lo cierto era que ambos éramos unos mentirosos sin escrúpulos. Que podíamos traicionarnos a nosotros mismos por algo que considerábamos que estaba por encima de todo.

Yo tenía una necesidad, una justificación. Volver a ver a esa chica pelirroja que calmaba esa necesidad tan innecesaria de ser yo mismo.

Él lo había hecho por un sacrificio, por mí, porque yo era peligroso.

Pues claro que era peligroso. Era tan peligroso como la primera chispa que enciende el disparo de una bala. Era tan peligroso como un pensamiento rápido en la mente de la persona más poderosa del mundo. Aquella a la que iba a matar, fuera cual fuera el precio.

Iba a salvarla de sus garras. Iba a salvar a su padre y a todo este país, con o sin ayuda.

Porque con cada segundo que pasaba tenía más claro que mis mentiras se hacían verdades en mi cabeza. Y que nadie más sabía de su existencia salvo yo.

Agarré de nuevo la pistola con fuerza y avancé lentamente hacia él, hasta que me volví a parar. Recordé sus últimas palabras de nuevo, y recordé todos los momentos que se habían quedado atrás.

¿Dónde estaba aquel sentimiento de pertenencia? ¿Dónde estaba el calor que había sentido al lado de Emma, en Ufá? ¿Por qué no lo podía encontrar?

Se me enrojecieron los ojos, mientras apretaba los dientes y gruñía mi malestar e impotencia. La mentira se iba a transformar en una verdad en el futuro. Pero seguiría siendo mentira en el pasado, en sus recuerdos.

Dolor, tristeza, sufrimiento.

Esta era una historia de sacrificios. Sacrificios egoístas.

Una historia de engañados. Engañados encadenados en engaños.

La monótona ventisca golpeaba las ventanas en el exterior. El salón estaba en silencio. A penas habían tres sillones y una mesa, a un lado, además de una alfombra vieja. La madera de la casa era de un color marrón muy claro, casi amarillo, que le daba un ambiente caluroso al lugar.

Todo giraba en torno a mi como un huracán de ideas y de nieve que se contradecían y me hacían daño.

¿Pero quién era yo para hablar de dañarse? Ella nunca hubiera permitido que hiciera daño a nadie con el que hubiera convivido como en una familia. Porque el bienestar era el único fin que le importaba a ella: el bienestar de todos los que le rodean.

Y a mi solo me importaba que estuviese ahí para recordármelo. Nada más. Tan solo eso.

Podía jurar a cualquier dios que volvería a repetir lo que iba a hacer. Y eso me daba miedo, mucho miedo. Pero si Rusia quería sobrevivir a Sagres, debía hacerse ya, sin ningún contratiempo molesto como el que tenía delante. Y aunque fuera peligroso incluso para él mismo, toda aquella guerra debía acabar bajo cualquier circunstancia.

Una guerra con dos bandos.

La de Mateu Oliver y Miguel Ángel Sagres.

Cómo él mismo había dicho, estaba luchando en mi propia guerra. Y todos los demás eran simple armamento y estrategia.

Tragué saliva y miré hacia la izquierda, donde estaba el abrigo alargado que antes llevaba puesto aquel hombre. Un abrigo que me había parecido muy familiar.

Volví a reir, triste, pensando en Emma. Él sabía perfectamente que me acordaría de ella por ese abrigo. Sabía perfectamente que pensaría seriamente si matarle o no por lo que había hecho. Pero lo que no sabía es que sin ella estaba podrido por dentro, y que esa era la única manera de recuperarla y de acabar con todo de una vez.

Estar cerca de ella me hacía ser mejor persona. Pero alejarme... alejarme de ella me hacía ser aún peor de lo que ya era.

Ella sabría contar esto como una historia en la que los suyos siempre ganan. Una guerra sin perdedores. Que el amor que les tiene es puro, y que arriesgaría cada paso que pudiera hacer por ellos.

Pero yo lo único que sé es que esto es una guerra, que yo soy el único integrante de mi bando y que yo soy el único que puede acabar ganando en esta historia.

Disparé. Tres tiros impactaron contra el pecho del hombre, que falleció al momento. Bajé la pistola lentamente, y tres lágrimas brotaron de mi lagrimal.

Al menos, debía permitirme llorar por eso.

Me quité el anorak azul y lo dejé en el suelo, para después dirigirme al abrigo militar alargado y ponérmelo.

Suspiré, mientras el olor me hacía recordar momentos que ya quedaban muy lejos, mientras la nostalgia me retorcía por dentro. Y todo ello con un cadáver al lado.

Porque esta era una historia de guerra.

La historia de mi guerra.








Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro