CUANDO LAS NUVES EN EL CIELO SE CONVIERTAN EN TORMENTA, YO SERE LOS RAYOS QUE DESLUMBRAN LA TIERRA.

Su recuperación estaba perdida, el dolor de sus ojos se extrañó ante lo que mostraba su cuerpo, su conciencia lo sabía sin estar en su mundo, no veía lo que ellos, no entendía lo que ellos, solo sabia y se percataba del daño que hacía.

Su conciencia dejaba de ser y su forma comenzaba a nacer, de un movimiento desesperado y una pesadilla, una respiración profunda y aquella pregunta.

-¿Qué paso?- pregunto Mic miradome dormida en la habitación.

Claro que existen los monstruos son tantos que todos llegan a vivir dentro de ti.

Puedes ser el monstruo que siempre te dio miedo ser, sin darte cuenta se asoma todos los días por el espejo espera paciente a que simplemente tu reflejo llegué dentro del...

O te escondas para evitarlo.

-¿Cuenta me una historia papá?- dije entre sueños.

-¿Tienes frío ketzaly?- dijo Mic alejándose, pero quería sentir su calor, aún con los ojos cerrados lo tome de la mano.

-No te vallas- se sentó junto a mi, comenzó a acariciar mi pelo y volví a quedarme dormida.

-Un ángel y un demonio se enamoraron uno dejaba de ser puro para estar con el otro y el otro se volvía o puro para crear amor eterno- no se si lo dijo Mic pero ya estaba profundamente dormida como para descubrirlo.

Recordaba el agua de la tormenta inundo mis zapatos y mi ropa, ya no sentía el frio de mi cuerpo y tampoco deseaba un calor que lo acompañara, solo camine hasta llegar a la puerta de del castillo.

Recuerdo el olor de la cena que había preparado Brigit, me miró preocupada, solo para acercarse y tocar mis mejillas.

-¿Que te paso?- me tomo de las manos y miro las ventanas llenas de lodo, me aleje de ella y me dirigí a la pequeña habitación donde dormíamos, abrí la puerta y me quite la ropa.

-Oye dime qué paso ketzaly- no dije nada y me cambie.

-¿Hay agua caliente? - pregunté Brigit asintió con la cabeza.

Me cubrí con una manta y me metí al agua hirviendo, estaba cansado sentía que los ojos se me cerraban, mi mente me mostraba cosas y eso me daba miedo.

Imaginaba lo que era lo que había y lo que sentía, comencé a llorar y las lagrimas se perdían con el agua, hasta que finalmente termine, odiaba mirarme al espejo lo rojos que estaban mis ojos y lo hinchados que se ponían cuando lloraba, me cambie con cuidado y lo sostuve con mis manos.

Brigit leía como siempre en su habitación, aún tenía agua en esa bañera, entre de nuevo encaje el cuchillo en mis venas sin pensarlo no sentí el dolor se esparció por el agua junto con el color de la sangre, me hundi en el agua.

Sentía como si estuviera en el mar, sonido de las olas devorándome la oscuridad me sometía y sentía como si fuera una niña.

Tal vez el sentido de la vida no depende de las circunstancias, si no de la felicidad que causo estar dentro de ellas.

El tiempo era un enemigo abundante que se detenía a cada paso que daba y seguía marchando a largas distancias de la nada, el sol perdido entre los laureles de las flores o el mínimo paso caótico de sentir cuando mi madre me llevaba en sus brazos siendo un bebe.

Sentí unas manos frías sacarme del agua y desperté.

-¿Mic?- dije mientras el me abrazaba con fuerza.

-No hagas eso de nuevo por qué no poder salvarte- me abrazo con fuerza le devolví el abrazo entre lágrimas.

-Somos uno, yo compartiré tu dolor- respire profundo y me dio un beso en la frente.

-Es hora de nuestra boda- sonrió.

-Tengo qué irme te alistaran nos vamos a las 10 está bien - se alejo y salió.

Respire profundo y me di cuenta que había babeado mientras dormía y tenía el cabello todo revuelto intenté acomodarlo y lavarme la cara.

-Hayri estás por aquí - susurré buscándolo.

-Hayri- busque bajo los muebles.

-Hayri- lo busque por las almohadas.

Me asome abajo de la cama, por la oscuridad no podía ver nada.

-Hayri, estás aquí - puede ver su pequeña cabecita saliendo por debajo de la cama.

- Aquí estás precioso- sonreí acariciándolo cuando me dio una pequeña flor blanca.

-Muchas gracias - lo puse en la almohada.

Y tocarlo la puerta, respire profundo.

-Escondete está bien - asintió con la cabeza sabía que me entendía.

-Hola señorita está lista- Sara y Mila llevaban muchas cosas.

-Primero se dará un baño caliente - acordaron todo para mí baño, Mila cepillaba mi cabello y Sara acomodaba el vestido.

-Lo siento chicas pero acostumbró a bañar sola- ambas lo entendieron y salieron.

-Traeremos el té - cerré la puerta.

Coloque unas rosas al agua, algo de lavanda y sal, me undi en la bañera, y comencé a limpiarme.

-Tu también me vas a acompañar - le dije a hayri.

Mire mis cicatrices y mi cabello, mi cuerpo y mis piernas, mis ojos, respire profundo.

Me coloque la bata y el faldón, acomode el corset, el listón, al igual que la crinolina.

-Te adelantaste - dijo Sara entrando con su pequeña panza.

-Te ayudó - dijo el té con un poco de galletas, hayri entro en acción y se robo unas cuantas.

Comenzó a cerrar y ajustar más el corset, lo solté un poco para respirar.

-Yo te pondré el vestido está bien - dijo Mila aclmodandolo.

-Sara hazle un peinado bonito, yo te pondré algo de maquillaje - Mila comenzó maquillarme y Sara era muy sútil al acomodar mi cabello.

-Te vez hermosa - parecía que iban a llorar.

-Gracias chicas- respondí acmmodandome para salir.

Las dos se pusieron en la puerta y yo tomé a hayri escondiendo lo entre el encaje del vestido, me coloque la flor en la cabeza y salimos.

Todos reaccionaban bastante felices, hacían una pequeña reverencia al verme y me dejaban pasar.

Llegamos hasta el laberinto de flores, las blancas marcaban el camino, Mila y Sara caminaban detrás de mi acomodando la cola.

Hasta que llegamos a un gran kiosco, las flores decoraban todo el lugar personas importantes que no conocía estaban ahí, todas sentadas.

Mic me miró sonriente, llevaba un traje diferente, de color azul rey, estaba bien peinado.

Sara me tomo de las manos junto a Mila.

-es la hora- comencé a camir mientras Ivana me miraba bastante horrible.

Miro el vestido de arriba hacia abajo, me coloque frente a Mic sin evitar ver la molestia de Ivana, quería que se diera cuenta que ella se diera.

Que ella actuará...

-Estsmos aquí para celebrar la boda de el lord Mic general de primer rango - todos a nuestro alrededor se levantaron y hicieron una reverencia.

-Junto a su esposa Liliana Elizabeth Miranda - sonreí mientras decían el nombre son evitar hacerlo evidente.

-Uated Mic acepta a Ketzaly como su esposa - dijo el ambos lo vimos.

-Ketzaly princesa legítima heredera del bosque muerto acepta a Mic como si esposo - Mic me alejo del rey y Ivana me tomo por la espalda.

Todos se levantaron en armas de una forma tan rápida que no pude entender.

-¿Traición?- grito Mic, me valance contra el rey y le quite la llave solo para sentir como Ivana clavaba una daga por mi espalda.

Mic saco su arma, junto con su cuartel.

-Ivana que hiciste - le dije dándome la vuelta para verla a los ojos.

Me deje caer contra ella cubriendo su cara con sangre.

-Es azul - dijo el rey Leónidas viéndome caer.

-Ketzaly - Mic me tomo en brazos.

Podía escuchar como todos se colocaban en armas, los gritos de Sara y Mila corriendo del lugar y después de todo el agua se llenó de sangre de nuevo.

El minino recuerdo me hacia llorar, distante algo ajeno que no podia creer, recuerdo eso una tragedia que me llevo a otra mas grande, solo sonido de las reacciones de las personas, la distinción del llanto y la preocupación que tanto les dolía, la distinción de todo lo que cambia y nada llega.

Sola, parada, sin lograr o hacer nada el tiempo en vuelto en nada y todo a la vez, la mente rogando refugio y tranquilidad, amor y estabilidad.

Las acciones los gritos y las noticias todo un mundo dando vueltas para obtener algo más haya que información, avía una respuesta detrás de la otra y una palabra que posiblemente significa lo mismo solo que se escuchó de diferente manera.

El compromiso, la necedad, el llanto, cada cosa repercutía en algo aún más grande, pero nadie quería verlo, la distancia y el volver.

Posiblemente lo recuerde, pero más que un recuerdo, se diferencie de un sueño un en donde no quería despertar por el simple hecho de ser feliz.

El cambio desdichado al salir, caminar calles inmensas por mucho tiempo solo para llegar a comprar pan y ver el tren pasar por las vías cerca de la calle, regresar y sentarte.

Para salir a misa y comprar algo una vez que se acabe, el echo de levantarse en el mero momento de escuchar los pájaros afuera y los primeros autos pasar por la calle, ver al mismo hombre sentado afuera de su casa, saludado a las personas que pasaban.

El cambio de jugar en un balcón con la esperanza de que un principie azul llegue y te rescate o tan solo el echo romántico de que llegue cantando para después dirigirte hacia el para darle un beso de amor verdadero.

Tuve un sueño tan doloroso y feliz al mismo tiempo perdido entre las sombras, como el cambio que se le puede dar a este mismo.

Caminaba por mi lugar favorito en mi estación del año favorita el otoño perdido entre las hojas que caían, ella estaba ahí parada sonriente esperando.

Le saludaba con cortesía y ella me abrazaba con amor, se alegraba de verme, era pequeña y muy linda llevaba un vestido muy lindo y unos zapatos que le encantaban, su cabello largo y su vista frágil y sincera.

Ambas nos mirábamos por un rato mientras el atardecer nos tocaba los ojos solo para llegar la noche se avecinaba le encantaba verlo, era como una linda pintura que en ese momento quedaría plasmado.

Uno que jama se terminara justo como el de tus padres o el de las historias de amor, no obstante, de la nada todo pasa, caes al agua después de un clavado de lo más alto de la torre, esta se siente fría de una forma que duele y se engancha en tu pecho, para llenarte y llevarte al fondo.

Tal vez el agua mi abismo distante, pero de una u otra manera amaba estar ahí, sentir como caía y podía morir poco a poco.

Y al salir sentirse viva de nuevo tal vez me quede en ese sueño o esa realidad alternativa que dejaba entre mis manos o simplemente la quería de nuevo, quería llorar de nuevo solo para sonreír.

Porque alguien estaba ahí para abrazar me quería inventar un juego un mundo uno en el que todos estaban preparados uno donde simplemente no tuviera miedo.

Quería regresar un minuto tan solo para verme a mi misma y agradecerle por la felicidad y disculparme por la culpa que jamás tuvo que sufrir.

Una niña, un niño que no se merecía lo que sufrió o la culpa de mayor que por si solo se dio.

-¿Eres feliz entonces?- la tomaba de la mano y le sonreía.

-No siempre- ella simplemente respiro profundo mientras la noche se veía llegar.

-Pero cuando menos lo esperes la persona que esta tan orgullosa de ti soy yo ...

La noche se hizo oscuridad y esa niña soltó mi mano, solo para caminar por el asfalto.

He tenido tantas malas decisiones que se me olvida en donde empecé a hacerle nudos a ese hilo, uno tras otro que es diferente el regresar a acomodarlo de nuevo, no recuerdo la sensación.

La sensación de disfrutar de una vida, la sensación de sentir felicidad en donde tal vez no la hay...

No hay ataúd.

No hay lapida.

Pero estoy a nada de llegar al abismo.

La intentan matar y se la quieren llevar.

-Ketzaly -

-¿Mic?- mis labios apenas decían su nombre.

-Ya te perdí una vez no te dejare ir de nuevo