SUS OJOS
La sangre que corría por mis venas era más especial que mi vida misma.
Abri los ojos, mire a mi alrededor solo para darme cuenta de que estaba en otro lugar, estaba impregnado de un olor desagradable.
Estaba cubierta por una manta blanca, me levanté con cuidado y me di cuenta que me habían cambiado de ropa.
-No te preocupes, su ropa y pertenencias aún están en su habitación por ahora le pedimos que se quede en cama- observé a la mujer, su vestimenta era completamente negra.
-Tengo que verla- Mic llegó junto a otros tres hombres.
-¿Estás bien?- me senté en la cama.
-Si y tú, ¿Cómo te encuentras?- pregunté mirándolo.
-Bien, temo que tenemos que hablar con el párroco- agachó la cabeza.
-Aun no es tiempo tenemos que observar a la señorita, según se usted y la señorita acaban de casarse su matrimonio el día de ayer- Mic asintió con la cabeza.
-Asi es ayer era nuestra noche de bodas- me levanté con cuidado.
-No consumamos el matrimonio no se preocupe madre- contesté caminando hacia el.
-Muy bien, toda pareja tiene sus problemas, si me disculpan puede salir pero nesecito que regrese aquí a revisiones- se alejo y comencé a ver las demás camillas.
En su mayoría estaban vacías, y otras cuantas tenían a los enfermos casi muertos.
-Hay gente que nesecita de su ayuda y solo tienen esto - dije mirando a uno de los enfermos.
-No te acerques tanto son signos de la peste- comencé a observarlo más de cerca, fiebre, manchas en el cuerpo, la piel reseca.
-Esto es peor- una de las mujeres me miró bastante asustada.
-Trae agua con vinagre colócale en las manchas se le secaran más pronto no le des de comer más que arroz sin absolutamente ningún condimento antes y después de tomarlo lávate las manos con sábila evitará que te contagies - le dije caminando hacia la salida.
-¿tienes conocimiento de medicina?- pregunto Mic, respire profundo.
-Un poco, las plantas no solo sirven para verse lindas o para dar un buen olor a la comida- respondí.
-Antes de entrar- se quitó su chaleco y me lo puso.
-Dime que fue lo que sucedió ayer- me di la vuelta.
-Soy un hombre de mente abierta he visto cosas inimaginables en este mundo y durante la guerra, pero jamás una bruja poderosa como la de ayer- negue con la cabeza.
-No era una bruja, era una madre es una combinación entre nagual y espíritu dentro del Mictlán- pude notar una leve sonrisa.
-Esas solo son leyendas- respondió.
-Pero intentaré creerte, no le digas de eso al párroco está bien, solo sígueme la corriente, el no es de mente abierta como yo y después de esto seguramente quieran quedarnos a los dos juntos - seguimos caminando por los pasillos.
Hasta llegar al final, unas largas escaleras terminaban aquí, todos los pasillos terminaban aquí este era el centro del lugar.
-Señor hemos llegado - las puertas de abrieron de oar en par.
Adentro el lugar ardía, había velas encendidas por doquier, libros viejos y el párroco en el centro.
-¿Cómo es posible que una bruja logrará entrar?- más que una pregunta se sentía como un regaño.
-Ella se tiene que bautizar lo antes posible - me señaló y Mic se puso en medio.
-Claro señor como habíamos quedado- respondió cuando el hombre lo quito.
-Todos están hablando de ello, nesecitamos discreción después de esto te la llevarás con el vasallo- los mire confundidos.
-Dejaras tu cargó- le desprendió una medalla a Mic de su ropa.
Sin hacer nada Mic solo se quedó callado, podía ver una gran figura de una mujer en la pared.
-Ketzaly, ¿Estás bien?- dijo Mic acercándose.
Querían apagar la vela, un dolor punzante pasaba por todo mi cuerpo.
-No dejes que apaguen las velas- le dije callando al piso.
Podía escuchar sentir y oler, pero no ver, me sentía cansada , como si algo dentro de mi no quisiera que me levantará.
-Señor Mic, párroco la señorita Ketzaly tiene una gran herida en el brazo, está bastante infectada, la fiebre y su cansancio se puede deber a eso- las palabras de Sofi hicieron que ambos se pusieran tensos.
-Sofi nesecito que guardes discreción en esto, cuidarás de ella y la llamaras señorita solamente cualquiera que la llame por su nombre será castigado está bien - respondió el párroco.
-Lo siento mucho pero nesecito vendarle la herida a la señorita- abrí los ojos, mire a Sofi tomando un poco de agua tibia.
-¿Cómo te hiciste eso?- pregunto Mic mirando con desagrado.
-Cai de puente intentando huir de unas personas - dije mientras Sofi me ponía un par de cosas en la herida.
-Duele- replique en voz baja, poco después comenzó a vendar mi mano, con cuidado.
-jamas había visto sangre azul - dijo sofi bastante confunda.
-Claro que no es roja- contesté tocando la herida.
-Vende su brazo y no diga palabra de lo que acaba de ver - Sofi asintió con la cabeza y el párroco salió de la habitación.
-¿No está muy apretada señorita?- dijo sofi soltando mi brazo.
-No - respondí con una pequeña sonrisa.
-Me retiró muchachos si nesecitas algo estoy a sus órdenes - dijo retirándose.
-¿Eres parte de la realeza?- sabía que lo iba a preguntar, aunque ya sabía la respuesta.
Aquellos que nacen de parte de un ser o dominio ya sea sagrado o por parte del reinado nace con la peculiaridad de portar con sangre azul, demuestra lo que es lo que posee y su porte.
-No exactamente - respondí mire mi brazo y mis manos .
-Mi madre era india y mi padre parte de la nobleza - respondo mirando a una ventana por la que entraba la luz de la luna .
-Meztisa - dijo Mic mirándome.
-exacto - respiro profundo.
-¿Y tú?- pregunté mirándolo.
-Ambos mi madre era primera ministra de la asamblea cerca de aquí y mi padre era párroco sagrario de la comunidad de Viena- contestó avergonzado.
-Creo que hubo un pecado bastante grande ahí- los párrocos no tenían derecho de tener hijos, tal vez por eso el término aquí.
-¿Que paso con tus padres?- toque su brazo y sentí fuego, deje de tocar lo.
-Mi madre fue quema en la ogera juzgada como bruja y mi padre enterrado vivo en el Mictlán- salió de la habitación y me dejó sola.
Cerré los ojos y me quedé dormida, mi sueño parecía estar abrumado, un entorpecimiento que me hacía sentir bastante limitada, abrí los ojos sentiael agua fría en mi rostro mientras mi cabello brillaba, el color blanco dentro de el.
Respire profundo y me levanté, pise el agua mientras veía el cielo, no había ni una sola estrella, la oscuridad me atrapaba y me sentía maldita.
Hasta que escuche sus gritos se trataba de una mujer,.comenzaba a buscarlos, el sonido de un lobo aullando, cada voz y palabra me retumbaba en el cerebro un dolor infernal que no podía aguantar.
-Tu serás bendecida pequeña - su cara y rostro .
-Tu eres la salvación - el cuchillo en su mano el fuego alrededor, mis ojos.
Aquella mujer, su piel era morena, su cabello estaba ayudo cubria una manta , estaba cubierta de cicatrices unos hermosos ojos azules y brillantes, hablaba en otro idioma, la escuchaba gritar y pedir ayuda a pesar de no hacerlo en la misma lengua que los demás.
Era hermosa, los generales la tomaban de la manos los caballos se salían de control, lo único que oía sentir era el dolor y tristeza que ella metía ,dos niños corrieron detrás de ella no obstante Mix estaba ahí.
Era su cuerpo ,pero no sus ojos como un animal como si fuera a cazar miro a los niños y los alejo de la mujer, esos ojos estaban llenos de enojó azules como el fuego entre todo lo demás listo para terminar con su vida coloco la espada en su cuello.
Poco a poco la multitud comenzaba a irse, todos seguían aquella mujer,oraban por sus vidas mientras la mujer lo hacía por la de ella, se protegía a si misma con sus palabras para que no le pasará nada.
Poco a poco se retiraba a qué no había salvasion para ella com los demás no podía ocultar se no podía creer en algo diferente no podía olvidar de dónde veía, no.se podía deshacer de aquello que sus raíces le habían dado.
Los niños lloraban y gritaban, avía llenos de dolor , su piel morena y ojos cafes, respire profundo y corrí hacia ambo como una pesadilla me esperaba, no retiró la espada sin parpadear siquiera sin pensarlo o considerar mi presencia.
Acabo con todo...
Y desperté, al mismo tiempo que el ambos nos vimos, y me di cuenta que a pesar de ser el su mirada seguía siendo la misma, por su aspecto se quedó la noche anterior entrenado tenía lesiones y cicatrices, tocaron la puerta lanzo las sábanas y almodas a la cama donde las acomode con cuidado.
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