Era un sueño desafortunado, sentía la sangre correr por mi brazo las banderas se movían rotas por el viento, el sonido de las brasas del fuego aun las escuchaba respire profundo y desperté de mi terrible pesadilla, mire mis manos, estaba en mi habitación, la luz de la luna pasaba por las ventanas mientras mi vela siseaba, la llama era grande y poco a poco se apago con una ráfaga de viento que me dio escalofríos.

Tome aire y lo deje ir, mis ojos estaban nublados, sentía miedo por todo mi cuerpo me levanté con cuidado de la cama, un dolor punzante recorría mi vientre y toda mi espalda, hasta ver las sabanas, mi pijama, respire profundo cubierta en pánico y me mire al espejo, en un acto desesperado quite las sabanas.

Aún no estoy lista...

Aún no estoy lista...

No aún no...

Aun no estoy lista, lo pensé una y otra vez, el dolor era insoportable, no importaba las veces que lo digiera, no importaban los no o lo mucho que no lo quería, era normal ante la naturaleza y tenia que aceptarlo, me deje caer sobre las sabanas sucias, dolía y lloraba.

Solo me quede ahí, hasta sentir la brisa del sol cubriendo mi rostro, como todas las mañanas, había elegido justamente esa habitación era la única que alcanzaba el único rayo de sol solo en la mañana, Estela entro a mi habitación, abrió las ventanas y me ayudo, sin decir nada, más que una tenue sonrisa en el rostro.

Y sin pensarlo al poco tiempo tenia a mamá en mi habitación, simplemente entro a mi habitación, jamás la llamaba por mamá, miro por la ventana respiro profundo y finalmente me miro.

-Me perdí del rayo de sol - dijo dejando cer el reloj de papá de bolsillo.

-Estela prepara un baño para ti- repitió tomándome del mentón.

Victoria mi madre, tenia un carácter fuerte, su cabello largo y vestido negro, su piel era pálida casi blanca, el color de sus ojos se destacaba en un verde esperada, usaba lentes aunque solo dentro del palacio, era demasiado directa los modales eran lo primero en lo que pensaba.

Por lo tanto a mí me dio la educación más tenue y quién más para enseñarme, ella era mi madre, mi maestra y mi reina.

Comencé a darme un baño el agua tibia calmaba un poco el dolor en el vientre, aún lo sentía como piquetes por todo el cuerpo, cansancio desde petado creí que sería diferente .

Estela cambio la sabanas, mamá solo me miraba, cuando una mujer de cabello blanco llegó no la conocía pero sentía algo familiar en ella , solo lograba ver su silueta, mi mamá y la mujer salieron al pasillo, y pide escucharlas con cuidado.

-Ya está lista - dijo la mujer.

-Tengo que verla y revisarla - continuo cuando mamá la detuvo.

-No- pude escucharla volví a la cama.

-Sabias que esto pasaría ahora eres una jovencita- me cambiaba con cuidado, respire profundo y tomo una taza, solo vi como la mujer paso y pude ver el color verde de sus ojos, como los de mamá, nuestra mirada se encontró y no soltó más que una sonrisa.

Mamá cerro la puerta de golpe y sirvió té en una taza de porcelana fina no decía nada, no estaba lista para tal palabra, no estaba molesta, pero una sensación así sentía, no quería lo que sea a lo que se referían y tampoco sabía a qué estaba lista ya.

-Aquí está señorita, son de algodón tendrá que ponerlos- tome los pequeños trapos eran suaves y los mancharía , Estela sonrió y se retiro.

-Tomate esto aliviara un poco tu dolor- mamá me dio la taza y me quede sola con ella, tome la taza entre mis manos, estaba caliente olía bien, a pesar de su color, deje que el aroma invadiera mi nariz a tal punto de sentirme tranquila.

-solo es un poco de lechuga, menta y canela, esta caliente tómalo con cuidado- tome un gran trago sin decir nada o pensarlo, solo para recordar aquel momento en el que todo se le venía abajo, aún recuerdo el calor de la taza en mis manos y el frío que ahora se avecinaba junto con una gran tormenta desafortunada, el sonido de los truenos.

En un cerrar de ojos el color de mis sabanas se volvió rojo la luz entraba por las ventanas rotas, las cortinas sucias, los libros quemados, el solo aspecto de aquello que tenía y ahora la destrucción que me quedaba, me levanté de la cama, como si fuera una horrible pesadilla.

Cada una de las habitaciones dejo de ser transcurrida, ese momento desgarrador entre todo lo demás.

El color se volvió aún más oscuridad y sin sol se sentía aún más frío.

Todo cambia, todo evoluciona gracias al tiempo las cosas cambiaron, los rayos del sol murieron al igual que las personas que me daban calor, cerré las cortinas de la pequeña habitación que alquilaban y me escape por la ventana.

-Ketzaly me estás escuchando - dijo Itzel mientras me miraba no hice más que devolverle la mirada y respirar profundo con algo de frío.

-Si te escucho- levantaba la ceja y me miró a los ojos.

-Entonces estás descuerdo en qué se haga lo planeado - me deje caer en la silla y mire el feo dibujo que había echo para explicar su plan.

-Si - mire a mi alrededor y ella solo so reía junto a Eliot, ambos tenían un buen abrigo pero estaba segura que Eliot tenía piojos por lo que me alejaba.

-Por los bellos ojos azules prometo de Eliot se que saldrá bien - intuí después de ver a la vieja ventana, no más que una pocilga en la que estaba, el frío entraba por los vidrios rotos y la falta de tejas en el techo.

Estaba sucia y lo único que iluminaban eran un par de velas.

El polvo abundaba y el frío afuera era horrible, apenas podría cubrirme con la ropa vieja y gastada que llevaba, había dejado mi cabello crecer y mis uñas, aunque por como estaba parecía más un fantasma que una persona vivía, lo cubría, me cubría por algunos momentos me hubiera encantado ser invisible, pero poco a poco me daba cuenta que realmente si lo era.

-No planteamos robos como estos antes solo los ejecutábamos- dijo Eliot mirando unos viejos planos, sabía que entre el y Itzel apenas sabían leer y escribir bien, en cambió yo sabía perfectamente y lo dominaba, pero no era difícil simplemente hacerme la analfabeta que no sabía.

-Aunque se me hace bastante raro- aclare sin mirar a ninguno, seguí el camino de cada uno de los mapas, los rios y el bosque , respire profundo al ver qué aquel mapa ya no tenía lo que había quedado de mi.

-A que te refieres - siguió Itzel molesta los mire a los dos, sabía que se molestaría no le gustaba que le dieran la contraria , siempre vestía de negro y tenía los ojos pintados con negro, al igual que tatuajes por todos lados, toque su cabello corto.

-No te molestes pero - estaba rasposo tal vez no había tomado un baño en días.

-El xibalba , de todo los caminos que pidieron escoger escogieron exactamente el prohibido nadie pasa por ahí y no creo que nuestro querido rey tenga la suficiente valentía para hacerlo - los dos me miraron mientras seguía el caminó en el mapa.

-tal vez sea una trampa- sugerí solo para ver qué Itzel soltó una pequeña sonrisa.

-No me digas que crees en las historias de miedo keyzali - respire profundo y mire a Eliot.

-Yo no, tu Eliot sabes que paso en ese lugar - el negó con la cabeza y Itzel lo miro de una forma bastante desagradable.

-A ver llegado a este lugar sin saber nada- dijo en voz baja aunque Eliot la escucho totalmente.

-Ustedes no fueron más que una plaga aquí- repuso Itzel molesta.

-Yo estoy de su lado - contestó Eliot.

-Nosotros éramos muy felices, pero tú y tus magos y reyes tuvieron que llegar- Eliot no dijo nada.

-Fue culpa de los ancestros de Eliot no del - lo miré.

-¿Quieres que te cuente la historia?- dije mientras el solo me miraba, movió la cabeza y empecé.