PEQUEÑO BOTE 🛶
Es como estar en un navío o tal vez un velero viejo de papel no se inunda o se moja a pesar de su fragilidad el agua azul del mar.
Lejos de cualquier punto en la tierra se desgaja una fatídica iluminación gracias a la luna entre los azules y negros dispersos más haya solo el fondo el agua, está no tiene sonido choca con el pequeño bote solo para crear uno un sonido para que lleguen a tus oídos.
El abrir y cerrar tus ojos, posterga no más que el tiempo nadie lo ve, pero se siente de una forma permanente y dolorosa he inminente se nota como una sombra no tiene cuerpo alguno solo está como una parábola infinita que marca el fin y el comienzo de un inicio y un final o tal vez un ciclo.
No recuerdo el fin, pero si el sonido que determinaba una paz tan profunda que no espera nada más que eso la nada tal vez siempre estuve equivocada, pero en ese momento nada más que el silencio y la paz llegaban.
Mamá decía que morí más de un instante más que una hora una semana o un año, el violento estrado de vivir lejos de la libertad entre el miedo y el cambio, pero más allá de aquello que pude ver, no termina aquel ciclo, se escucha algo que aturde un grito ahogado entre la garganta y la flauta de aire en los pulmones frágil y dóciles como una lágrima cayendo.
-Hola- dijo con facilidad su voz no se describía parecía el viento perdido entre las hojas grave o agudo sentía un semblante aniquilador y molestó.
-Adelante habla- lo sentía como un cambio uno irracional un villano que nadie ve, pero la mayoría le tiene miedo no es un monstruo tampoco ni un animal nada más que miedo y desalojo no obstante a pasar de no querer que hablara él lo hizo primero.
Su voz, sus gestos, parecía no sentir absolutamente nada, sentado frente a mi el agua nos movía.
-Dame las manos- dijo mientras colocaba un cuchillo de obsidiana estaba frio y pesado, mis recuerdos me llamaban uno a uno, el sabor de la leche de los senos de mi madre, el estar dentro de ella, el calor de la mano de mi padre.
-Sabes que tienes que hacer- podía sentir una gota de llanto en los ojos, sin ninguna expresión lo tome mientras no dejaba de verlo a los ojos.
-No tengas miedo- dijo de nuevo mirando hacia la derecha.
Solo tome el cuchillo, lo mire una y otra vez, cerré los ojos y lo mire de nuevo, me levanté y deje el cuchillo me di la vuelta solo para verlo una última vez.
-Aun no es tiempo- su sola figura se desvaneció y me deje caer al agua.
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