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FANTASMA DEL RÍO

El río muestra un camino y sus aguas la vida de los ahogados.

-Tu tienes que estar comprometida busca un chico busca una familia, y me debes más de dos meses de renta no puedes seguir así.- comentó de nuevo.

-El día que salga el sol y que los hombres traten a las mujeres como figuras de porcelana prometo serás la primera invitada a mi vida mientras tanto querida acepta los meses que te debo y déjame quedar está noche prometo pagarte lo demás - Xóchitl solo bajo la cabeza.

Saque el dinero que tenía y había robado y se lo entregue, lo contó poco a poco y me miró.

-De donde sacaste todo esté dinero- respire profundo.

-Cociendo ropa querida- la mire de nuevo y subí las escaleras hacia la habitación.

-Aquí hay un poco de ropa no te preocupes las sábanas no tienen pulgas aún alcanzas bañarte con agua tibia no bajes entre las 10:00 y las 11:00 tenemos que atender a los clientes junto con las demás muchachas - Xóchitl se quedo callada y me dio la ropa, respiro profundo con tristeza.

-Ketzaly hazme caso por favor Emilia tienen todas las indicaciones de que te quedes aquí- me quite la bufanda sin mirarla, prendí la vela y apague el fósforo.

-¿Por qué parece que esta todo el tiempo enoja?- bajo la cabeza.

-Se caso con un hombre que abuso de ella repetidas veces, solo por qué quería un bebé, no obstante no pudo y eso contuvo un resentimiento en ella bastante grande y fuerte, no la culpes por como es sólo busca protegerte a ti y a las demás junto conmigo- me dejó una sonrisa y me dio un poco de leche, se levantó dirigiéndose a la puerta.

-Y tu, ¿Qué te hizo llegar aquí?- se detuvo y se dio la vuelta.

-Era la sirvienta de Elena, siempre la acompañe y se convirtió en mi mejor amiga y lo más importante para mí- le devolví una sonrisa.

-Me alegro ambas encontraron a alguien - abrió la puerta y salió aunque no se fue.

-Emilia me quiere de dama de compañía-le di la mano y le di tres monedas de oro.

-No creo servir de nada de compañía, por lo menos ya tienen para comer- sonreí.

-Ser una ladrona no te hace menos, vives y sobrevives, gracias tu cuenta con nosotros a sido pagada - escondió las monedas.

Abría ventana me escapé, camine por los callejones me sentía una sombra, un ser oscuro sin miedo ni dolor, al final de cada pueblo se encontraba el límite, este era intervenido por un río, tan helado que aquel que entrara moría de frío.

Podía ver mi silueta de un fantasma perdido salía de entre las aguas con un gran lamento lloraba, nunca me hizo daño al contrario sentía que me protegía, una vez desvestida entre con cuidado a la aguas.

El agua estaba fría, pero no tanto como para lastimarme, escuchaba su lamento aún estando bajo el agua, la llegaron a confundir con una sirena o tal vez una ninfa.

No obstante ellas nunca vienen por este lago, sentía el frío recorrer mi cuerpo de una manera que me parecía agradable mientras el lamento de aquel bello fantasma se alejaba cada vez más.

Se dice que entre más cerca lo escuches más lejos se encuentra y entre más lejos más cerca está el fantasma su historia me la contó mamá.

Es una historia corta y triste, me sumergui aún más en el agua, para ver cómo mi cabello de color blanco se tornaba.

-Hace mucho tiempo en la cultura maya, una hermosa mujer se enamoró profundamente de alguien que no la merecía.

Se enamoró de un hombre que llegó a acabar con todos los de su linaje, sin importar estaba tan enamorada que llegó a tener dos bellos hijos con aquel hombre.

Vivan felices y contentos aquella mujer hermosa se sentía virtuosa y afortunada, no obstante no le duró para siempre, aquel hombre le dijo que regresaría a su lugar de orígen, aunque lo que realmente quería, era casarse con otra mujer.

Al enterarse de tal cosa el corazón de ella se rompió y de dolor se llenó, la bruma del mal la invadió y la llevo a la locura.

Tomo a sus hijos y los llevo al río donde los ahogó en el fondo hasta ya no poder más, lloro una y otra vez lágrimas de sangre ante su real pecado.

De tal forma que al abrir los ojos y descubrir lo que había echó, al ver a la muerte frente a ella , su desdicha y culpa la llevo a hacer lo mismo, aunque los dioses decidieron no darle un descanso.

Ahora como fantasma vaga por todo el camino de las aguas del río, sin retorno o descansó en busca de aquellos hijos a quien les quitó la vida.

Sus gritos asustaban a cualquiera y invaden a los infantes pues saben los puede llegar a confundir con sus pequeños que mató aquí.

Mi cabello brilló un blanco en su totalidad, aclarando se en el agua con ayuda de la luz de la luna, me hundí más en el fondo y abrí los ojos un escalofrío paso por todo mi cuerpo y mis cicatrices reaccionaron.

Mis recuerdos hicieron estallar las aguas, grandes olas me rodeaban.

Escuchaba sus risas no iba a olvidar, no quería, apenas podía levantarme.

Un recuerdo paso por mi mente y mis ojos uno que jamás olvidaría sin importar lo que pasará por qué jamás lo iba a dejar ir.

-el olvido será los recuerdos se irán y tú sobrevivirás, tú sobrevivirás solo has de olvidar - apenas podía moverme, mis pies estaban helados, mi madre entraba a mi habitación y diciendo esas palabras cada noche, las sangre de cada una de mis heridas goteaba se derramaba por mi piel y se perdía con el agua.

-El miedo sedera y tú olvidarás- no importaba el dolor que sintiera sus palabras querían quedarse en mi mente.

-Olvídame querida - me tomo de la mejilla.

Todo era diferente yo lo sabía y lo entendía, esa noche fría de oscuridad y niebla se ubican, el bosque me daba miedo, pero nunca me detuve arrastraba los pies poco a poco, aunque no los sintiera solo sentía que estaba cerca, mi sangre caía de cada una de mis heridas mis piernas apenas seguían caminando involuntariamente.

-No dejes de correr y no te detengas - deje de escuchar y caí de rodillas, solo sentía había un búho cerca, me miraba desde la copa de un árbol.

-Haz de olvidar - respire profundo, el frío salía por mi boca, atrapando cada parte de mi cuerpo, no había estrellas a pesar de a verlas visto antes, aunque esa noche habían desaparecido.

-No quiero olvidar - el recuerdo de sus palabras y de las mías me penetraba el alma, el poder que mamá tenía una vez que entraba a mi habitación lo ocultaba para que no la mataran.

Sonreí abrí los ojos y pude visualizar no más que la tierra en la que había caído, aquel búho cerca y un quetzal no muy a lo lejos, podía recordar el sonido del piano y la melodía que papá tocaba antes de quedarme dormida.

Mi madre no fue capaz de hacer que lo olvidé, solté otra sonrisa mientras sentía la sangre en mi boca.

Mi madre por alguna razón una vez que utilizaba su magia está era de color verde, el mismo color de sus ojos aquel que se notaba una vez que lograba algo, el mismo que me daba a conocer que hacía algo, el mismo que me destruyó poco a poco y me hizo empezar a correr.

Se dice que lo que no te mata te hace más fuerte, sentía a cada uno de los animales a mi alrededor observando recordaba y seguí arrastrándome el dolor era insoportable, pero no me iba a quedar ahí, mi sangre derramada brillaban ante la luz de la luna y aquellos animales me seguían hasta que finalmente la encontré.

El calor se iba vieja cabaña, no sentía nada más que el fuego dentro de ella.

La magia tiene un color, la magia tiene un olor la magia es sensible, podía escuchar como se movía algo entre las ramas.

Mi padre me habló de esa cabaña el fuego de la chimenea la sensación que emitía deje caer la cabeza contra la puerta al igual que todo mi cuerpo y cerré los ojos.

Sentía calor esas pequeñas brasas que emitía el fuego, las lágrimas salían de mis mejillas no podía llorar, mi respiración se sentía cansada y el pecho me dolía.

La puerta se abrió y se ti sus brazos no abrí los ojos, pero lo sentía todo eso era aún más candado, parecía que mi cuerpo no pudo resistir más y no puede sentir más que calor después.

-Las leyendas y las historias pueden ser tan reales como irreales según lo que tú permites, yo no me permitiría olvidar no ahora- sentí frío en mis ojos, una tela blanca y liguera los cubría en mi interior cada cicatriz se volvía blanca y brillaba junto mi cabello, yo era luz.


-se repitió la historia - escuché muy a lo lejos.


-no será el mismo final- respondí hundiéndome en el agua.


Salí del agua y volví a cambiarme seque mi cabello poco a poco con una manta que le robe a Emilia, cuando una rama de rompió a lo lejos el sonido me hizo moverme de inmediato...

y lo vi.

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