Capítulo 6
Neo
Siento la mirada de mis hermanos, sé que están esperando que diga algo, pero no sé qué exactamente.
—¿Por qué me miran así?
Ellos se regresan a ver y no dicen nada. La puerta se abre y Danielle entra junto a Kath.
—Vaya tenemos casa llena —comenta Kath con una sonrisa mientras se sienta a la cabeza de la sala de juntas—. Me alegro tenerte de vuelta, Neo.
—Gracias. —Es lo único que atino a decir, al parecer nadie me esperaba aquí.
Y no sé como sentirme al respecto.
—Bueno ya que estamos todos, déjenme agradecerles por el trabajo que hicieron para el concierto en el Rose Bowl, fue realmente impresionante y no creo que nadie lo pudiera hacer mejor. Felicitaciones a todos.
Los gemelos comienzan a aplaudir como focas con epilepsia llamando la atención como siempre, esto provoca que todos estallemos en risas, extrañaba mucho estar con mis hermanos.
»Regresando al tema principal de esta reunión tenemos varios anuncios. Por favor, Danielle.
Ella asiente y se vuelve a la pantalla que se acaba de encender.
—Primero tenemos ya el lanzamiento programado para el sencillo con 4P. El video se lanzará el 1 de agosto y la venta del sencillo comenzará el 3. Las promociones ya están siendo agendadas, pero prepárense que estaremos muy agitados. —La diapositiva se cambia y sale un logotipo que no conozco—. Como una nueva iniciativa la empresa lanzará a Joke, nos complace informar que Apolo es el productor de este nuevo grupo por lo que les pido que eviten sacarle muchas canas.
Todos vuelven a reír mientras Apolo nos fulmina con la mirada.
»Conjunto con las promociones comenzarán a llegar pedidos individuales de cada uno de ustedes. Así que espero puedan comentarme sus planes para poder discutirlo y si se aprueba incluirlo en sus agendas.
Eso capta mi atención. Desde que llegué a la casa de Alejandra hace más de un mes hay algo que ha estado rondando en mi cabeza. Levanto la mano como si aún estuviera en primaria.
»No tenías que levantar la mano, Neo. Coméntanos.
Miro a todos en la sala y respiro profundo, aquí vamos.
—Este es un tema que ha sido algo controversial con algunos de mis hermanos. —Todos se ponen serios de golpe—. Lo he pensado mucho, durante mucho tiempo, pero no fue hasta hace poco que realmente me di cuenta que necesito hacerlo.
Apolo enarca una ceja y comparte una mirada con Basha.
»Quiero ingresar a la universidad.
Kath comienza a verlos a todos porque se han quedado mudos, como si un ratón les hubiera comido la lengua.
—Por mi parte —comienza Kath rompiendo el silencio—, me parece fantástico que quieras hacerlo. Estás en una edad donde eso es importante.
Daniella hace una ligera mueca, pero al final sonríe.
—Yo no creo que sea mucho problema, la UCLA tiene un programa para artistas así que podremos arreglar tu horario.
—Un momento —interrumpe Apolo poniéndose de pie.
Avanza hasta mi con el ceño fruncido. No entiendo porque estaría enojado, si él me ha insistido con esto durante años.
»Enano, hemos discutido durante tres años sobre eso y ahora que estaremos más ocupados que nunca se te ocurre que si quieres hacerlo.
Me pongo de pie para encararlo. Estando frente a frente soy un par de centímetros más grande que Apolo aunque él sigue siendo imponente.
—Tú lo has dicho, son años que venimos discutiendo por esto. Ahora me siento listo para tomar esta responsabilidad.
Él entrecierra sus ojos, no desvía la mirada y yo tampoco se la pienso dejar tan fácil. Observo de reojo a Basha acercarse. Coloca una mano en el hombro de Apolo llamando su atención.
—Hey, deja que el pequeño lo haga, pero habrá una condición.
Ahora tiene toda mi atención. Comparten una mirada cómplice, nunca llegaré a entender cómo es que pueden entenderse tanto.
—Ya aprendiste lo que es estar en el ojo de la tormenta con los medios. Esto, también lo será y no voy a aceptar una excusa de tu parte, serás responsable y cumplirás todas tus obligaciones sin quejas. De lo contrario, olvídate de la universidad. —Se da vuelta y cuando creo que ya lo logré se detiene—Ah sí, lo olvidaba. Sí te envuelves en un escándalo se terminó, ¿me entiendes?
Si algo definitivamente no quería era verme envuelto en algo que pusiera a la presa encima de mí.
—Lo entiendo. Daré lo mejor de mí.
—No espero menos, enano.
Luego de esto la reunión continúo sin mayores contratiempos.
***
Danielle me observa curiosa con sus manos entrelazadas.
—Dime, ¿qué te parece?
Lo medito un momento, apenas he sido capaz de leer en que consiste la carrera. Originalmente tenía la vista puesta en dos carreras, la primera composición y la segunda era especializarme en Piano performance. Ambas son ramas de la música que amo, pero al ver las mallas que debo cumplir comienzo a darme cuenta que esto será mucho más difícil de lo que pensé.
—Hay muchas cosas que no entiendo.
—Es entendible, ese es el programa completo. La escuela de arte tiene un programa de artistas dónde es posible que varíen las asignaturas. Además, tú cuentas ya con una titulación de una escuela de música y eso ayudará a que no debas cursar varias asignaturas. Por lo que, no será tan difícil poder manejar tus tiempos.
Asiento un poco más animado.
»La UCLA es muy rigurosa con la escuela de arte, debes presentar un examen de admisión y ellos decidirán si puedes entrar o no.
Eso era lo único que sabía con exactitud, la noche anterior había revisado toda la información que pudo sobre las carreras con Alejandra que era una estudiante de ahí.
—Soy consciente de ello.
—Perfecto, voy a comenzar el papeleo para eso. No tengo dudas de que podrás asistir desde el próximo semestre.
Sonrío contento. Quería hacer esto, quería tener algo más de normalidad en mi vida. Soy consciente que no podré llevar una vida normal, pero era lo más cercano.
***
—¿No te olvidas nada?
Alejandra me observa mientras termino de guardas mis cosas en la maleta, luego de casi dos meses estoy regresando a mi casa. Sé que me quedé aquí más tiempo del que debía, pero me sentí muy cómodo viviendo con mi mejor amiga. Poder bromear y cocinar cosas incomibles juntos, no tener la presión de ser un Lux aquí, eso era lo que más me gustaba de todo eso.
—No, creo que no. —Me doy vuelta y paseo mi mirada por todos los rincones.
Si soy sincero no quiero irme, desde hace unos días tengo un nudo en el pecho, pero sé que debo volver a casa. La diferencia ahora es que dentro de dos semanas podremos vernos más seguido con Alejandra.
Fui admitido en la escuela de artes de la UCLA para estudiar composición. Estaba realmente feliz con eso. Era un logro que había conseguido por mi mismo. El examen... presentación de admisión fue difícil, tenía que presentar una canción compuesta por mí ante un jurado y ellos decidían si tenía madera o no para eso. Escogí la composición porque me siento mucho más ligado con ella y siento que aún puedo aprender y mejorar mucho más. Piano performance era más como el sueño que siempre tuve.
Desde niño crecí con la música, cada uno de nosotros se fue especializando con un instrumento, el piano fue el mío desde que a los dos meses de haber nacido mi madre me regaló uno de juguete, que debía admitir aún lo tenía de recuerdo. No puedo pensar en mi niñez sin recordar las clases de piano, mi primer profesor fue Apolo. Creo que ya había dejado claro que pasaba mucho tiempo con él. Así que mientras él practicaba para un examen de la escuela yo decidí que también quería aprender. Son de mis recuerdos más preciados las tardes en que pasábamos los dos sentados uno junto al otro en el banco frente al piano. De hecho, creo que eso lo hizo más especial para mí. Mientras crecía iba enamorándome más y más de la música clásica, poder tocarla era uno de los mayores placeres en la vida y perfeccionarlas en el piano mi mayor gusto. Y así fue como de pequeño terminé ganando en una serie de concursos de piano, en esos días pensé que lo seguiría haciendo hasta que me volviera viejo y aunque debía admitir que siento aún debilidad por la música clásica, creo que ya no soy capaz de verme en concursos o tocando con una orquesta. Amo mucho más el poder compartir el escenario con mis hermanos.
—Será extraño ya no tenerte por aquí. —Me vuelvo a Alejandra quien tiene la mirada clavada en el piso.
—¿Me vas a extrañar?
—Mucho —dice con sinceridad tomándome por sorpresa, esperaba una de sus bromas—. Paso la mayoría del tiempo sola aquí, aunque eres como un hermano molestoso realmente me harás falta.
Sus mejillas se tiñen de rosa y no puedo evitar enternecerme.
No entiendo mucho su soledad, porque siempre estuve rodeado de mis hermanos, pero si era verdad ella habría estado sola este tiempo si no hubiera estado aquí. Oscar trabajaba mucho y había muchas ocasiones en las que no llegaba a dormir siquiera.
La envuelvo entre mis brazos y ella esconde su rostro en mi pecho. Esto hace mucho más difícil el que pueda irme, no quiero dejarla. La estrecho tan fuerte como puedo, ni siquiera es que fuéramos a estar tan lejos, pero yo debía regresar a ser Neo de la banda Lux y eso se sentía como si me convirtiera en otra persona.
—Nos veremos a diario y cuando no tenga agenda podemos pasarlo juntos.
Ella ríe suavemente.
—Iluso, con la universidad y tu trabajo no tendrás tiempo ni para dormir.
***
Soy el último en bajar de la furgoneta. Regresando a la vida común y corriente de artista.
Siento un golpe en mi espalda, me vuelvo furioso y fulmino con la mirada a Timaeus que me mira con una gran sonrisa.
—Cambia esa cara, gruñón, te recuerdo que vamos a salir en televisión nacional.
Le hago una mueca, apenas he dormido y tenemos que estar aquí tan temprano. Son las cinco de la mañana y el programa recién empieza a las ocho.
—No lo molesten —me defiende Athan.
Se coloca a mi lado y saca de su mochila un energizante. Me lo extiende y yo se lo agradezco con una sonrisa. Caminamos hasta el set donde estaremos grabando en unas horas.
Apolo y Basha se encargan de los detalles con Danielle, así que tengo la oportunidad de escabullirme al camerino y si tengo suerte poder dormir una hora o dos hasta que vengan a maquillarnos.
Le envío un mensaje a nuestro grupo de Whatsapp avisándoles donde estaré, así me evito un problema. Camino por un pasillo iluminado lleno de puertas fuera de cada una de ellas se encuentra el nombre del invitado que lo ocupará, busco el nuestro que resulta ser el último. Al entrar agradezco que sea una gran estancia, dejo mi mochila en el sofá y lo acomodo en forma de almohada, me dejo caer en ella y cruzo mis brazos. Buenas noches.
Escucho un fuerte ruido. Abro mis ojos de golpe, pero todo se mantiene oscuro. ¿Será que lo soñé? En cuanto me dispongo a dormirme una vez más siento la presencia de alguien.
Con cuidado meto mi mano en el bolsillo, lo saco y prendo la pantalla para tener un poco de luz. Lo paseo por la estancia con el corazón a punto de salírseme del pecho. Cuando estoy apunto de iluminar el área de la puerta veo algo que se mueve de reojo. Voy a gritar, pero el sonido se ve acallado por una mano encima de mi boca. Me va a dar un puto infarto.
—Cállate, cállate, por favor. —Es una voz suave y delicada. Por la oscuridad no logro ver de quien se trata, pero no es nadie que conozca.
Poso mi mano encima de la suya para retirarla. Es pequeña y suave, su tacto es como el del terciopelo. Está tan cerca que su aroma me invade, es muy suave, pero lo reconozco, canela. Ella afloja su agarre algo temerosa.
Escucho afuera que llaman a alguien.
—¡Sarah!, ¡Sarah! —Es la voz de una mujer mayor—. ¿Dónde se habrá metido esta niña?
—Supongo que Sarah eres tú —murmuro. Ella se mantiene en silencio—. No deberías entrar así a un camerino que no es tuyo.
—Lo siento. —Es lo único que dice, la siento moverse e ir hasta la puerta—. Debía ocultarme, gracias por tu ayuda.
Ella la abre y solo soy capaz de ver su silueta. Es pequeña y menuda, de cabello negro.
—No hice nada.
—Hiciste más de lo que crees.
Dicho esto, se marcha cerrando la puerta detrás de sí. Me quedo plantado viendo en dirección por donde ha desaparecido con una extraña sensación en el pecho.
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