
Capítulo 47
Sarah
No puedo parar de llorar en lo que dura el vuelo hasta Boston. Aún no me puedo creer como pude mantenerme tan firme cuando enfrenté la mirada de Neo. Y es que no necesito decir una sola palabra, su mirada dolida dijo más que mil palabras.
Quería irme, desaparecer sin hacer ruido, sin decir nada. Para cuando Neo se hubiera dado cuenta estaría en Boston y habría podido poner una excusa barata. No digo que eso no le hubiera dolido, pero estoy segura de que en este momento nos dolería menos a ambos.
Dentro de mí se libraba una batalla entre lo que sentía por Neo y mi miedo porque la prensa descubriera mi pasado. Sinceramente no sabía cual de estos era más grande. Aunque sentada en este avión creo que la respuesta había sido clara y mi instinto de supervivencia había sido mucho más grande.
Mi padre no ha dicho nada en todo el camino, sé que como tal me apoya y por eso está aquí, pero no está de acuerdo en como he hecho las cosas, pero aún así respeta la decisión que he tomado.
***
Respiro agitada. Estoy en la última serie del día. Siento mis músculos quemar, aunque según mi entrenador esa es una buena seña, yo, no estoy tan segura. Lo cierto es que en esta primera semana mis entrenadores se han dedicado a fortalecer los músculos de mis piernas para que estos puedan soportar mejor la presión al momento de realizar saltos y más.
He mantenido mi mente enfocada en eso. Solo pensando en el momento en que pueda volver a tocar el hielo. Lo necesito, tanto como respirar... tanto como necesito a Neo.
El dolor de cada sesión de rehabilitación lo he tomado como una purga por lo que hice y sigo haciendo. Cada noche me martirizo a mi misma cada vez que reviso mi celular en busca de un mensaje o una llamada. Y mi corazón se rompe cada vez que no encuentro nada. No sé que espero, fui yo la que se fue, pero dentro de mí esperaba que Neo me buscara, que me pidiera una explicación, que me gritara, no sé que hiciera algo, pero lo único que he tenido de su parte es silencio.
Athan por su parte ha sido cortante. Le envié un mensaje cuando llegué a Boston y su única respuesta fue un «ok», tal vez por solidaridad a su hermano o simplemente está muy enojado conmigo. Tampoco sé, pero siento que he perdido a dos partes esenciales de mi vida en un solo momento. Con cada día que pasa siento más que me equivoqué, así que trato de sacar el mayor provecho posible a la rehabilitación esforzándome tanto como el cuerpo aguanta, por que sino creo que me volvería loca.
Veo a Carolina acercarse desde lejos con el celular en el oído y es que desde que llegamos no ha parado de hacer preparativos para que pueda hacer mi regreso y aunque no estamos seguros de que esté lista para las nacionales. Ella quiere adelantarse a todo, así es su fe en mi recuperación.
—Hola, preciosa —me saluda sonriendo y colgando con quien sea que estuviera al teléfono—. Acabo de hablar con una representante de ESPN, quieren hacerte una entrevista esta tarde.
Me detengo en cuanto la escucho. No huí de New York para alejarme de la prensa, para ofrecerme en bandeja de plata aquí.
—Caro...
—Antes de que me vayas a decir que no —me interrumpe señalándome con el índice—. Por favor no compares a la ESPN con la prensa rosa, además, si lo que quieres es tener a la prensa a raya, lo mejor es darles lo que quieren, así ya no tienen que buscarlo.
—Pero no puedo decir nada de los Lux.
—Y claro que no lo harás. Ya no tienes que ver nada con ellos, así que, de hecho, estarías diciendo la verdad.
Sus palabras antes de tranquilizarme me duelen aún más, pero trato de disimularlo con un pequeño asentimiento.
—Nos mantendremos firmes en que tu relación con los Lux se debe únicamente a la cercanía de ellos con el Grupo Black quienes son tus principales sponsors. Simplemente lo dejaremos es que es una camaradería entre artistas de la misma empresa.
No me gusta por donde está yendo esta conversación. Si bien es cierto que no quisiera tener que decirlo, pero estoy segura que sería casi inevitable que no lo pregunten.
***
Una de las cosas que no sabía de esta ciudad, es que era famosa por sus días lluviosos. De pie junto a la ventana en el departamento que adaptaron para nuestra estadía en la ciudad veo como el cielo gris cubre toda la ciudad y una tormenta azota a la ciudad. El clima no ayuda a mi estado de ánimo.
Han pasado 10 días desde que llegué aquí y este es el primer día en que estoy aquí más que para dormir y no porque quisiera, sino porque me han obligado. Desde que llegué he pasado en el centro de rehabilitación hasta el límite de mi cuerpo, para no pensar. Aunque no importa lo que haga mi mente me lleva de regreso al único lugar donde mi corazón quiere estar.
Debo admitir que yo no me ayudo mucho, hace unos días, sabía que era el concierto de cierre de la gira de los Lux en Denver. Y ahí estuve yo conectada en todas las redes buscando fotos y videos del concierto para poder verlo al menos de esa forma. Al final terminé hecha un mar de lágrimas.
Él se veía sonriente como siempre, como si nada hubiera pasado. Aunque lo conocía lo suficiente como para saber lo bien que sabía disimular una vez que se subía en el escenario, pero ese conocimiento no evitó que mi corazón se estrujara.
—Princesa, acaba de llegar esto para ti. —Mi padre se acerca con una caja plateada en las manos.
—¿Qué es eso? —pregunto.
Él se encoje de hombros. Y me la extiende. Llevada por la curiosidad la tomo y voy hasta el sofá más cercano para lo que contiene.
Me siento un poco nerviosa al abrirla. Dentro hay varias cosas, sobres, para ser exactos. Abro el primero y me llevo una gran sorpresa al ver la invitación a la boda de Apolo y Phoebe. Sinceramente no esperaba que me invitaran luego de lo que sucedió, es más esperaba que hicieran todo por olvidarse de mi existencia.
Dejo la invitación a un lado y tomo el sobre más grande. Al abrirlo siento que el alma se me va a los pies. Dentro se encuentra toda la información relacionada con lo sucedido hace ocho años. Informes policiales, médicos, absolutamente todo. Estoy a punto de entrar en shock cuando veo una nota escrita a mano.
«Quiero pensar que tu partida se debe a esto. Si que esto saliera a la luz era tu preocupación, ahora es imposible. Ya no existe absolutamente nada. Me tomé el atrevimiento de deshacerme de todo con el fin de que Alejandra y tú, pudieran vivir sus vidas sin el temor de que esto caiga en manos equivocadas.
Los documentos que tienes son lo único que queda de ese episodio. Puedes hacer lo que quieras con ellos.
Att: T»
No era posible los últimos años había vivido atormentada por que esto saliera a la luz y ahora tenía la oportunidad de oro para poder por fin borrar eso de mi memoria por completo. Sabía quien era T y el que supiera el contenido del sobre no llamaba mi atención, ya que fue él una de las personas que nos salvó de ese calvario. Si alguien conocía los horrores que estaban aquí dentro, era él.
Quizás se debiera a la sorpresa o no sé, pero en este momento no estoy segura de que hacer con esto. Pero creo que no hay apuro.
Dejo el segundo sobre a un lado para pasar al siguiente. Sin saber ya que más esperarme lo abro, para ver que en su interior solo hay una memoria usb. Esto acrecienta mi curiosidad y lo único que me lleva a pensar es que debe contener lo mismo que el sobre anterior pero digital. Aunque no tendría caso ponerlo aparte. No tenía sentido alguno.
Me pongo de pie en el acto y voy hasta mi habitación llevando conmigo la caja y todo su contenido.
Sentada en mi cama tomo mi laptop y conecto la memoria. Se abre una pantalla donde solo hay un archivo de video. El nombre no me dice nada, solo un montón de números. Algo nerviosa conecto mis audífonos por si algo extraño aparece. Al dar abrir el video no estoy preparada para quien aparece en él.
Sentado en una cama, claramente incómodo está Basha mirando a la cámara con recelo. Pasa su mano en repetidas ocasiones por su rubio cabello desordenándolo más cada vez que lo hace.
—Ehm... —Se aclara la garganta—. Definitivamente no soy la clase de persona que hace este tipo de cosa. Pero me siento directamente responsable de la infelicidad de mi hermano.
»Desconozco los detalles, pero sé que lo que sucedía con Alejandra también de afectaba de algún modo a ti también. Y entiendo que la sola atmósfera en la que vivimos no es fácil de llevar, incluso lo es para nosotros mismos. Normalmente soy el más pesimista de todos, a mi me gusta llamarlo realismo, pero en esta ocasión quiero pensar que Neo se ha ganado a pulso ser feliz.
Su mirada normalmente ruda se suaviza.
»Neo es quizás la persona más buena y caritativa que conozco. Y no lo digo porque sea mi hermano, sino porque es la persona que siempre está dispuesta a sacrificarse por quienes ama. Comprendo que tuvieras razones para irte y que hay miles de cosas que no entiendo, pero siento que quizás, solo quizás si lo piensas un poco encuentres una razón para regresar.
»Oh, demonios, esto suena tan penoso. —Se tapa la cara con un golpe seco—. Solo quiero que sepas que Neo es el mejor chico que puedes conocer. Solo espero que tú pienses lo mismo.
El video termina ahí, en un inicio me parece gracioso, pero no pasa mucho tiempo hasta que se me forma el nudo en la garganta y las lágrimas comienzan a salir.
Soy una idiota.
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