Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19

Sarah

Mi padre aún se ríe mientras esperamos en la recepción. Lo miro con las cejas enarcadas.

—No me mires así. Nunca había visto a ningún artista hacer eso con sus fanáticos.

Sonrío recordando ver a Neo rodeado de al menos una decena de jovencitas mientras todas le hablaban al mismo tiempo mientras él sonreía y firmaba todo lo que le ponían en frente. Mi padre tenía razón no muchos artistas hacían eso, incluso yo que tenía mucha gente que me apoyaba cuando patinaba nunca me detuve un momento para hacer algo por ellos.

—Creo que ya había quedado claro que Neo no es como todo el mundo.

Mi padre me mira curioso y sus ojos azules brillan con una emoción que no conozco. Pasa su mano por mi cabello en una caricia paternal.

—Sí, de eso no hay duda.

Unos minutos más tarde Neo aparece en el ascensor con una expresión de disculpa, se acerca a nosotros con paso ligero.

—Disculpen, no sabía que ya habían llegado.

Mi padre sacude la mano quitándole importancia.

—No te disculpes, nosotros llegamos antes. Además, te debes a tu público.

El alivio es evidente en el rostro de Neo y me provoca una sonrisa porque es muy expresivo.

—Pasemos a la sala.

Asentimos. Mi padre me ayuda a ponerme de pie, pasa una mano debajo de mis brazos y río. Su espalda está demasiado encorvada que causa gracia. Neo se percata de eso y se vuelve hacia mí. Puedo ver en sus ojos cafés una pregunta silenciosa.

—Papá creo que será más fácil si Neo me ayuda. —Al momento de decirlo mi pulso se acelera, es extraña la forma en que la simple cercanía de Neo es capaz de hacerme, es algo que no entiendo y eso no me gusta.

Papá nos mira y pasa un momento hasta que entiende a lo que me refiero. Neo de inmediato toma su lugar y me ayuda de la misma manera que lo hizo ayer. Sin embargo, mi piel ahora está mucho más sensible a su tacto, soy consiente de como sus manos se afianzan a mí y sostienen con seguridad.

—¿Todo bien? —me pregunta y por un segundo no tengo la menor idea de qué responderle.

—¿Eh? Sí, bien vamos.

Antes de avanzar me da una mirada larga, al final asienta y comenzamos a caminar.

Observo con curiosidad el lugar, no sabía que esperar sinceramente. Caminamos por un pasillo largo lleno de puertas y puedo darme cuenta que nos estamos dirigiendo a la puerta del fondo.

—Todas estas son salas de ensayo individuales, muchas veces necesitamos practicar por nuestra cuenta antes de hacerlo todos juntos. En la parte de atrás hay varias salas grandes para todas bandas.

—Vaya, es una gran infraestructura.

—Tiene que serlo, las salas deben ser insonorizadas para que el sonido no se filtre y moleste a los demás. Además, Star Records por el momento solo tiene bandas y eso es más complicado que los solistas.

Asiento sorprendida de todo el trabajo que representa ser un artista, siendo sincera jamás me había puesto a pensar en eso.

Neo abre la última puerta y suelto un jadeo de sorpresa, el lugar es grande. Es una gran habitación, en el fondo esta una batería enorme con dos bombos y al menos una docena de platillos, nunca había visto una tan grande. A un costado como si se tratara de una tienda de instrumentos están colgadas guitarras en varios modelos y bajos, aunque, hay dos guitarras en especial que llaman mi atención.

—¿Esas de ahí tienen doce cuerdas?

Neo ríe acercándome a una silla. Me deposita con cuidado y le acerca otra a mi padre que se niega mientras mira todos los instrumentos.

—Sí, una es acústica y la otra eléctrica, de la colección de Apolo.

Se acerca hasta donde están colgadas y toma la que parece una guitarra normal y la baja. La acerca a mí para que pueda verla mejor. Fuera de que tiene el doble de cuerdas que una guitarra normal, lo demás es igual.

—¿Qué la hace diferente? ¿Por qué no tocar con una guitarra normal?

Neo vuelve a reír y se sienta a mi lado llevándose la guitarra al regazo.

—El sonido es un poco distinto. Más complejo y rico que lo que lograrías con una guitarra tradicional.

Coloca sus dedos en el acorde y su otra mano en las cuerdas. Por un segundo levanto mi mirada y nuestros ojos se conectan. Sonríe coqueto y me guiña un ojo. Siento como algo cálido emerge desde lo profundo de mi estómago obligándome a apartar la mirada. Rasga las cuerdas con los dedos y comienza a entonar varias notas que conozco y me obliga a fijar la vista en sus manos. Empieza a entonar Enter Sandman de Metallica, al inicio va despacio luego marca el ritmo con su muñeca asemejando al sonido del bombo. Me quedo embelesada al ver la destreza y la magnifica forma de tocar que tiene, como si fuera poco un momento después comienza a ponerle más fuerza y de alguna forma se las idea para hacer la percusión con sus dedos en el cuerpo de la guitarra al mismo tiempo que sigue tocando.

No puedo creer ni lo que escucho, ni lo que veo. Es simplemente alucinante la manera en que este hombre toca la guitarra, me aventuro a levantar mi mirada y lo observo como toca con los ojos cerrados y su cabeza se mueve al ritmo de la canción. Cuando termina creo que alucino siento que la boca se me ha caído hasta el suelo.

Toda mi vida he sido fanática de las bandas de rock y Metallica era una de mis favoritas y la forma en la que acaba de tocar una canción de ellos es impresionante, yo pagaría por verlo tocar en un escenario y no necesitaría a nadie más.

Me mira y me da una media sonrisa de lado. Sabe que es malditamente bueno.

—Vaya Neo. —Se acerca mi padre—. Tienes mucho talento en esas manos.

Neo ríe con suavidad y se pone de pie.

—No soy tan diestro en la guitarra como mis hermanos. —Cuelga la guitarra en su lugar y se vuelve a nosotros—. Lo mío es el piano.

Alucino, en serio. Alucino. Sí a eso le llama no ser diestro no quiero ni pensar cómo son sus hermanos o cómo es él en el piano.

Camina hasta el otro lado de la habitación y destapa un hermoso piano de cola negro que no tenía ni idea que estaba ahí debajo de un protector. Mi padre se sienta a mi lado mientras vemos a Neo preparar el piano con destreza. Camina hasta una estantería donde lo veo revolver algunos papeles y asiente para si mismo cuando encuentra lo que buscaba. Se sienta frente al piano y luego de la demostración que me acaba de dar, no tengo ni idea de que esperar al verlo tocar el piano.

De inmediato sus dedos comienzan a bailar sobre las teclas, no necesito mucho tiempo para poder reconocer Moonlight Sonata de Beethoven. Era imposible no hacerlo. Sus dedos danzan sobre el piano con tal destreza y velocidad que ni siquiera soy capaz de ver el momento en que presionan las teclas. Todo el sonido nos envuelve y una vez más me quedo impresionada con el talento que tiene y a juzgar por la cara de mi padre no soy la única.

Al terminar su interpretación su respiración está agitada y se toma unos segundos antes de volverse hacia nosotros con una enorme sonrisa que provoca que sus ojos brillen.

Antes de que sea capaz de hacer algo escuchamos aplausos a nuestras espaldas. La mirada de Neo se fija en un punto detrás de nosotros y la sigo hasta encontrarme con todos sus hermanos sonrientes. Ellos entran y nos ven un tanto curiosos, todos menos Apolo que sonríe con naturalidad.

Ahora que vuelvo a ver a todos los hermanos juntos soy capaz de notar el parecido entre el mayor y el menor de los Lux, pero hay alguien que no está contento con nuestra visita. Athan quien es el último en entrar cambia su expresión sonriente al verme y no tengo idea que mierda es lo qué le sucede.

Hace una mueca y siento a mi padre tensionarse a mi lado. Ya había mencionado que a mi padre no le agrada mucho Athan y bueno su reacción no ayuda mucho para que eso cambie y por supuesto tampoco ayuda a lo enfadada que estoy con él.

Uno a uno los Lux se acercan a nosotros y saludan, unos con amabilidad y otros con alegría. Por último y eso no me sorprende está Athan que no se mueve y solo me mira hasta que Neo se acerca a nosotros. Despego la mirada de mi amigo para fijarla en Neo que me mira con el ceño fruncido.

—¿Sucede algo malo? —pregunta ajeno a lo que sucede.

—No, para nada. Creo que es momento de que nos vayamos, ustedes deben ensayar.

Apolo coloca una mano en el hombro de Neo y se pone a su costado.

—Me gustaría que se quedaran. Nunca tenemos público y es aburrido tocar para nosotros solos.

Los gemelos estallan en victoreos animándonos a quedarnos.

Mi padre me mira en busca de una respuesta, una que no estoy del todo segura, pero tampoco quiero perder la oportunidad de verlos tocar. Para cuando Neo y Apolo se alejan para tomar sus posiciones Athan ya está sentado detrás de la batería y no hace falta decir que me pone furiosa el que ni siquiera se haya acercado a saludar. Este hecho no pasa desapercibido por el mayor de los hermanos que lo mira con cara de pocos amigos. Los demás Lux se miran entre ellos y terminan por encogerse de hombros sin entender tampoco que es lo que sucede.




—¿Qué les pareció? —nos pregunta uno de los gemelos, aún me cuesta muchísimo poder diferenciarlos, aún más cuando están uno al lado del otro.

—Son músicos alucinantes —contesto con sinceridad.

Era obvio que Neo ya me había sorprendido con sus habilidades y ya conocía las de Athan en la batería, pero escucharlos todos en conjunto era definitivamente un deleite, por supuesto que el estilo de música era distinto un rock un poco más suave y no permitía que todos explotaran su potencial al máximo, pero era un hecho que estos hombres estaban hechos para ser músicos. La voz grave y profunda de Apolo le daba un toque distinto y su habilidad para llegar a notas altas podía dejar impresionado a cualquiera, en conclusión se habían ganado otra fan.

—Vaya, tenemos una nueva Luxie con nosotros. Será divertido tener a dos en la pandilla —comenta el otro gemelo.

—¿Dos? —pregunto con curiosidad.

—Sí, la primera es Alejandra, la amiga del enano. También lidera nuestro club de fans, es una chica divertida. —Ambos se vuelven al mismo tiempo y miran a uno de sus hermanos con malicia—. Pero hay a algunos a quienes les vuelve locos.

No entiendo a quién se refieren porque todos sus hermanos están detrás y podían estar hablando de cualquiera... pienso en Athan y no negaré que me incomoda un poco, pero no es hasta que mi mirada se posa en Neo que siento una punzada en medio del pecho.

¿Qué rayos está mal conmigo?

Carraspeo y los gemelos me miran con la cabeza ladeada y una sonrisa burlona.

—Interesante —dicen al unísono. Se miran entre ellos y su sonrisa crece aún más. Ellos asustan.

Me remuevo un poco incómoda ante su presencia, para mi desgracia ni siquiera puedo moverme sola. Busco a papá con la mirada y al no verlo supongo que habrá salido. Suspiro resignada porque nadie vendrá en mi ayuda.

Uno de los asistentes viene por los gemelos y soy capaz de respirar tranquila por unos segundos. En ese momento mi mirada se cruza con la de Neo que está viendo unos papeles con Basha y Apolo, él me sonríe y de inmediato hago lo mismo en respuesta. Es que ni siquiera soy capaz de evitarlo.

Escucho a mi lado un carraspeo y me vuelvo para encontrarme con la mirada nada amistosa de mi mejor amigo. Se sienta a mi lado y mira a su alrededor.

—¿Puedo saber qué haces aquí? —pregunta en voz baja claramente molesto.

—Me invitaron.

—¿Quién? ¿Neo?

No me gusta nada el tono en que lo dice y lo miro entornando los ojos.

—Y si así fuera ¿qué?

—Quiero que te mantengas alejada de él.

—Estoy bastante crecidita para que me vengas a decir que debo o no hacer —siseo intentando mantener la compostura.

—Tú no lo entiendes. Solo hazme caso. No conoces a Neo.

Respiro profundamente porque no quiero montar una escena aquí, pero no me cabe en la cabeza que Athan salga con eso de su hermano.

—¿Ahora me vas a decir que tu hermano es una mala persona? ¿Es eso?

—Por supuesto que no. Es todo lo contrario.

Eso se sintió como una bofetada.

—Entonces soy yo la manzana podrida aquí.

—Mierda, por qué malinterpretas mis palabras. Solo no quiero que ustedes estén juntos.

Ok, esto ya me supero. Paso mi mirada alrededor y me doy cuenta que solo Apolo se ha dado cuenta de nosotros, veo que no hay nada que se le pase.

—Escúchame muy bien Athan. Tú no mandas en mi vida y si yo quiero puedo estar con quien me de la puta gana.

Golpea con sus manos sus piernas con fuerza causando un ruido sordo que llama la atención de todos. Sin decir una palabra más se levanta y se marcha furioso ante las miradas sorprendidas de todos alrededor.

Siento las lágrimas quemar en mis ojos amenazando por salir, pero no deseo darle el gusto de ponerme mal, porque yo no estoy haciendo nada malo y ser mi amigo no le da el derecho de mandar en mi vida. No sé cuál es su maldito problema, pero si no es capaz de darme una razón coherente no permitiré que dañe lo que sea que este sucediendo entre su hermano y yo.

Como si con el pensamiento lo llamara Neo aparece frente a mí. Está en cuclillas y me mira con la cabeza ladeada, puedo ver la preocupación reflejada en sus ojos.

—¿Estás bien?

Mi cerebro ordena que diga que sí, pero en ese instante las fuerzas me abandonan en el momento que reconozco la ternura en sus ojos y una lágrima cae por mi mejilla. Niego con la cabeza tan fuerte como puedo. En este mismo instante me desbordo. No solo por lo que sucedió con Athan hace unos instantes sino por todas las mierdas que he tenido que pasar en las últimas semanas. Neo ha sido lo único bueno que he tenido en el último tiempo y me sentía una basura de ahora estar armando está escena frente a él.

Sin que diga una palabra se pone de pie y sus brazos me rodean permitiéndome refugiarme en su torso para que nadie más sea testigo de mis lágrimas. Me aferro a él con todas las fuerzas que tengo, es la única manera que tengo de desahogarme de toda la frustración que siento en este momento.

Vagamente soy consciente de que todos salen de la sala y que alguien cierra la puerta dejándonos solos.

No sé cuánto tiempo pasa hasta que me calmo y mi llanto se convierte en sollozos. Siento su mano acariciar mi cabeza y eso me da serenidad. Cuando los sollozos se detienen coloca sus manos a cada lado de mi rostro levantándolo con delicadeza. Nuestras miradas se encuentran y me pierdo en lo profundo de sus ojos oscuros. Me mira de una manera que no entiendo, que no había visto antes, pero que al mismo tiempo me envuelve en una cálida sensación que no soy capaz de explicar. Todo él emana calidez y protección, me siento segura a su alrededor. No entiendo nada, no entiendo nada de lo que esto significa, solo siento los rápidos latidos de mi corazón y un instante después mientras nuestras miradas aún están conectas soy capaz de sentir el suyo bajo mis dedos, palpitando al mismo tiempo que el mío.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro