Apolo
La llegada de los padres de Phoebe hicieron las cosas más difíciles, además que George también está aquí junto con su esposa, el ambiente está tan denso que se podría cortar con un cuchillo.
—¿Estás bien? —pregunta Athan sentándose a mi lado.
—Esa es una pregunta estúpida —responde Thanos levantando la vista de su celular.
—Deténganse los dos —interrumpo antes de que terminen discutiendo, como sucede a menudo en estos días.
Han pasado cuatro días más y cada minuto que pasa siento como una parte de mi alma se va volviendo más oscura, cada vez más pesimista, más fatalista.
—Si responde a tu pregunta Athan, estoy tan bien como podría estarlo en este momento. —Lo siento observarme, sé que mis hermanos están tan destrozados como yo con la situación así, pero Athan y Neo en especial, la tienen doble con la condición de Valerie empeorando cada día más y aún sin un donador posible.
—¿Siguen sin tener noticias? —me pregunta en voz baja, para evitar que Thanos vuelva a interrumpirlo.
—Nada aún, la espera se vuelve interminable, están intentando rastrear a Clara. Tienen la esperanza de que algún momento comenta un error y de esa forma puedan dar con su paradero.
»Travis y Dominic están trabajando por su lado, pero tampoco han logrado mucho, es como si se las hubiera tragado la tierra. Y si te soy sincero, comienzo a pensar que es mejor que comencemos a prepararnos para lo peor.
Me mira sin poder dar crédito a lo que ha escuchado, pero es así, ese es el camino por el que van mis pensamientos en los últimos días, comienzo a preguntarme cuándo será el último.
—Estás perdiendo la esperanza —afirma triste.
—La esperanza, la cabeza, el alma y la vida. —Es todo lo que digo.
—Athan, no te pido que me entiendas, ni siquiera yo soy capaz de hacerlo, solo sé que con cada día que pasa yo camino más cerca de la oscuridad, cada día es más difícil abrir los ojos. No lograba dimensionar que tan importante era Phoebe para mí, hasta que todo esto sucedió y me aterra pensar que lo hice demasiado tarde.
Athan suelta un profundo suspiro, por primera vez digo esas palabras en voz alta y escucharlas salir de mi boca, hacen aún más real todo el dolor y el sufrimiento por el que paso en este momento.
Llaman a la puerta y todos los presentes nos volvemos a ella en un profundo silencio. Uno de los agentes saca su arma y nos hace una señal para que nos mantengamos en silencio, otro a su lado lo imita.
—¿Quién es? —pregunta el agente sosteniendo el pomo de la puerta.
—Alejandra Jones, soy hermana de Oscar Jones, busco a Apolo Lux.
El agente se vuelve a mí y asiento.
En la puerta aparece una chica morena de cabello largo y ondulado, vistiendo un sencillo vestido de flores. Entra a la casa con paso seguro, sin dejar que la cohíban las miradas de todos. Camina directamente a mí y me sonríe con ternura.
—Lo siento mucho. —Es lo que dice tomando mi mano, sé que esta escena debe estar pareciendo de lo más extraña para todos los demás—. Mi hermano recibió tu correo, está en una asignación especial en España, pero me pidió que te entregara esto. —Me extiende un USB—. Dijo que debías entregárselo a Travis de la Tzena, que él sabría que hacer.
El mencionado se levanta de la mesa donde trabajaba desde su laptop. Mira a Alejandra de pies a cabeza.
—Soy Travis, ¿quién dijiste que es tu hermano?
—Teniente Oscar Jones, ex Seal, dijo que trabajo contigo en algo que no debía decirme.
—Seguro que sí, lo recuerdo.
Le entrego el USB y camina de regreso a su laptop.
—Es increíble que seas hermana del paparazzi personal de Phoebe —comento en voz baja.
Se encoje de hombros y mira sobre mi hombro, su mirada se queda clavada en algún punto detrás de mí, la sigo para ver que mira a Basha.
—Así que... Basha.
—No me culpes. Puede que Basha sea mi bae, pero los amo a todos —dice guiñándome un ojo.
—Gracias por tu apoyo y todo lo que haces, sé que no te lo he dicho mucho estos años, pero sin ti, me habría vuelto loco hace mucho —digo con sinceridad.
Alejandra fue la primera administradora de un blog de fans nuestras cuando recién habíamos debutado, por largo tiempo se mantuvo detrás de un alias, hasta que hace dos años logré contactarme con ella para poder organizar mejor a las fans, era increíble como a sus cortos 22 años, era capaz de mantener al fanclub organizado, era algo así como la presidenta de nuestro club de fans. No le gustaba que la tratara de forma especial, pero siempre se sentía feliz cuando le enviaba entradas y pases preferenciales para los conciertos, que por cierto nunca ocupaba ella, los sorteaba en el blog para más fans. Nos habíamos visto un par de ocasiones en el pasado, pero la mayoría del tiempo nos comunicábamos por correo.
No sé cómo sentirme con enterarme de que sea hermana de Oscar, sin embargo, en este momento creo que no me queda más que agradecer que así sea.
Mis hermanos se acercan con curiosidad. Veo en la mirada de Alejandra como aparece un brillo de emoción al tenernos a todos cerca por primera vez, y es lo único que puedo hacer para agradecerle su ayuda.
Cuando todos mis hermanos se juntan miran con curiosidad a la recién llegada. Pero Alejandra no sucumbe ante la atención, más bien todo lo contrario.
—Lamento que sea en esta situación, pero me gustaría presentarles a Alejandra, la presidenta y encargada de la dirección de las Luxies.
Veo la sorpresa en los rostros de mis hermanos y también logro ver que se contienen de reaccionar de forma efusiva ya que no es el momento de hacerlo.
—Apolo— me llama Travis, camino hacia a el dejando a mis hermanos con Alex, sé que ella podrá con ellos.
—Qué sucede?
—Oscar hizo un gran trabajo, al parecer luego de la persecución, instalo un gps adicional en el teléfono de Phoebe, es de tecnología militar por lo que podremos rastrearlo con el satélite del Grupo Black y saber dónde tiene a Phoebe.
—Pero, ¿no pueden apagarlo?
—No si no sabes que existe, todos los teléfonos actuales tienen un geo-localizador, pero este apagado o con el teléfono apagado no funciona, pero este de aquí se cuenta con una batería propia y emite una señal ininterrumpida, es una tecnología experimental que probábamos en Afganistán cuando estuve allá.
Recuerdo vagamente que Travis había pertenecido a los boinas verdes hace unos años atrás.
—Quiere decir que si llevaba su teléfono...
—Daremos con ella.
***
—Lo tengo —declara Travis al cabo de veinte minutos.
El agente camina hacia a él e intercambian varias palabras.
Suspiro resignado y George a mi lado hace lo mismo. Hace pocos minutos tuvimos una acalorada conversación con los agentes, decidiendo quienes irían junto a ellos a buscar a Phoebe, como es obvio tanto su familia como la mía, estábamos deseosos por hacerlo, pero a la final todos entendimos que lo más probable es que solo entorpeceríamos todo y pusiéramos en riesgo nuestras vidas y la de ella.
Escuchamos atentos como el equipo comienza a hacer la estrategia, de algún modo el saber que Travis también irá me tranquiliza, lo veo ponerse un chaleco antibalas y revisar las armas que un agente le ha entregado. Danielle permanece a su lado hablándole bajo, él le sonríe en ocasiones, siempre que los veo es como si estuviesen conectados de tal manera que es muy difícil de explicar.
Momentos después y con todo listo los vemos salir por la puerta principal, con nosotros se quedan dos agentes que nos permiten escuchar la comunicación que mantienen los miembros encargados de la "extracción" como ellos han llamado a la operación.
Todo parece tan irreal, pero desde que Alex llegó con el encargo de Oscar, es como si una nueva esperanza creciera dentro de mí y todo lo que puedo hacer es confiar en que todo saldrá bien esta vez.
Creo que todos los presentes compartimos la misma preocupación, y en este momento las mismas esperanzas puestas en el equipo que acababa de irse.
Phoebe
Cada vez me siento más débil, y es más difícil mantener la conciencia. Veo borroso como una vía está conectada a mi brazo, supongo que es lo único que ha evitado que muera de inanición.
—Pero vean quien ha despertado... Esto se vuelve más divertido si estas consciente para sufrirlo. —Escucho una voz femenina pero no logro identificar de donde proviene y hasta cierto punto no puedo asegurar que no la haya imaginado.
Mis ojos comienzan a pesarme de nuevo, hasta que un profundo dolor atraviesa en mi pierna, grito e intento moverme, pero en ese momento otro dolor que ahora proviene de mi brazo hace que me encoja. De algún modo esto hace que mi lucidez se haga presente, aunque no sé si esto sea lo mejor. Mi mirada va hacia mi brazo que se encuentra morado e hinchado, no necesito ser médico para saber que está roto. Con temor recorro mi cuerpo con la mirada sin mover la cabeza, llevo únicamente mi blusa, que ahora está llena de manchas marrones, y mi ropa interior. Mis piernas están llenas de moretones y heridas inflamadas, de seguro infectadas, no soy capaz de ver que es lo último que me ha hecho pero el olor a carne quemada que me llega a la nariz es suficiente para imaginármelo.
Siento una mano tomar mi barbilla y ahí está de nuevo el dolor. Por primera vez veo a mi verdugo. Es una mujer de cabello oscuro y ojos negros, me mira con una sonrisa retorcida, es macabra y su mirada es la de una desquiciada.
—No entiendo como un hombre como Apolo se pudo fijar en una poca cosa como tú —comienza a soltar su veneno. No logró hacer la relación que una persona así pudiera tener con Apolo, cuando es evidente que es bastante mayor a él. Recuerdo vagamente que Nix me hablo de una mujer y ruego por que no sea esta de aquí, porque me siento asqueada solo de pensar en que tuviera que ver algo con él—, pero eso no importa en este momento, porque de ti no quedará ni para el cuento, cuando acabe contigo. Pero pienso divertirme mucho antes de eso.
La veo llevar su mano a la vía haciendo que estágotee más rápido, pronto todo vuelve a tornarse negro a mi alrededor.
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