Phoebe
Observo sus facciones mientras duerme, sus pestañas largas, sus cejas espesas, su nariz perfecta, me detengo en sus labios rememorando nuestro encuentro en su habitación. Me sentía una adolescente de nuevo con las hormonas alborotadas, me sentía más viva que nunca.
Lo que resta del viaje me dedico a observar por la ventanilla, no podía creer lo hermosas que se veían las nubes bañadas con la luz del sol, contrastadas con el cielo azul, era surrealista.
Apolo se despierta en cuanto la azafata nos anuncia el descenso hasta Santorini.
—Estoy seguro que te gustará — comenta dándome un ligero apretón en la mano, aunque me sonríe puedo sentir que algo le preocupa, pero era mejor dejarlo estar, era el tipo de hombre que no sabes su tipo de reacción tendrá bajo presión.
Había tomado una decisión, quería intentarlo con Apolo, me atraía como un imán, aunque sabía que chocaríamos mucho, me gustaba esos momentos en los que se mostraba tierno y protector, cuando sonreía que era una pena que no lo hiciera tan seguido.
—Gracias por traerme.
—Comienzo a sospechar que lo hice por mi propio beneficio — dice juguetón — soy un egoísta sin remedio.
—Yo pienso que eres adorable — respondo con gracia.
Timaeus hace un gesto como si vomitara desde el asiento de en frente provocando la risa de todos y por sorpresa la de Apolo también. Me vuelvo hacia la ventanilla y siento como si fuera un sueño, se divisa con claridad una isla, rodeada por el mar azul, salpicada por pequeños barquitos, que supongo a escala real no serán tan pequeños, observo embelesada por tanta belleza las cúpulas azules y las casas blancas bañadas por el sol en el cerro.
—Es hermoso — comento en voz alta para mi misma. Escucho una ligera risa por parte de Apolo, pero no me importa no puedo apartar la mirada.
Unos minutos después el avión comienza el descenso final hacia el aeropuerto de Santorini.
—Ten — me vuelvo hacia Apolo quien me ofrece su abrigo de punto azul — estará refrescando fuera, te hará falta.
Lo tomo con una sonrisa y él sonríe en respuesta, sus ojos oscuros vuelven a tener la misma alegría de horas atrás, parece que sea lo que fuere que le preocupará ya no estaba más ahí, y prefiero no darle importancia.
Al aterrizar, Neo se acerca a nosotros sonriente como siempre, veo que también se ha colocado un abrigo, veo que soy la única que no se ha enterado que hace un poco de frío en esta época del año.
—Phoe, no te sorprendas — comienza y lo observo con sospecha, se encoje de hombros y continua — habrá una cantidad grande de fans esperándolos en el aeropuerto, no podemos venir a menudo a Santorini, y tenemos muchas fans aquí que nos siguen fielmente, así que cuando tenemos la oportunidad hacemos algo de fanservice para ellas y a cambio, pues podemos disfrutar de una estancia tranquila.
» Lo mejor será que nos esperes junto a Nix, podrán verlo si quieren pero no creo que sea muy entretenido para ustedes.
Veo de reojo que Apolo asiente y Basha hace su aparición.
—Nos llevará unos veinte minutos como mucho, no podemos hacer mucho revuelo aquí, pero es algo que les debemos.
Asiento, sintiéndome un poco fuera de lugar, pero comprendo lo que dicen, es importante para ellos hacerles saber a sus fans que son valiosas para ellos y lo que más me gusta es saber que son completamente sinceros con eso y no lo hacen solo por mantener su fama.
Mientras los hermanos Lux desembarcan Apolo toma mi mano y con la mirada me pide que espere, en cuanto nos quedamos solos veo como su mirada se vuelve oscura, toma su abrigo de mi regazo y me ayuda a colocármelo con mimo, este hombre es como estar en una montaña rusa.
—Mucho mejor — comenta al ver su obra, su abrigo me queda al menos tres tallas mas grande, comienza a arremangar las mangas, hasta que queden del tamaño perfecto para mis brazos, se toma su tiempo y observo que frunce el ceño cuando se concentra en algo, lo que me lleva a darme cuenta lo poco que conozco de él, ni siquiera se que edad tiene, y aquí estoy yo en el avión privado de su familia, en una isla a miles de kilómetros de distancia de mi casa, he perdido la chaveta.
Suelto una carcajada irónica.
—¿Qué es tan gracioso? — pregunta deteniéndose.
Niego con la cabeza, ya tendremos la oportunidad de conversar en otro momento. Me mira curioso, pero lo deja estar, cosa que agradezco, se pone de pie y me ofrece su mano para ayudarme a levantarme, con calma caminamos a través de la aeronave hasta la salida.
Apolo no mentía cuando dijo que necesitaría su abrigo, el ambiente es un poco más frío del que estamos habituados en Los Angeles, pero luego de haber crecido en New York, el ambiente era agradable, rondaba los quince grados, pero el ambiente era húmedo lo que hacía que la sensación térmica fuera un poco mas cálida, eran pasadas las cuatro de la tarde cuando desembarcamos.
Ahora con Nix quien está más interesada en su celular, y dos guardaespaldas que nos hacen de niñeras, esperamos a que los demás Lux terminen de tomarse fotografías y firmar autógrafos a las trescientas fans que han venido a recibirlos.
Me sorprendo al verlos interactuar con ellos, Neo y los gemelos, sonrientes dedican su tiempo a tomarse selfies con sus fans, otros un poco más reservados como Basha y Athan firman camisetas, discos y libretas, sonríen para las fotos pero noto que no es su fuerte y al parecer sus fans que los conocen bien respetan su espacio, por otro lado esta Apolo; verlo me causa un escalofrío, aun no comprendo del todo lo que sucede entre nosotros, ni como las cosas se han dado tan rápido, pero no lo cambiaría por nada; este conversa con una sonrisa con un grupo de fans que lo miran embobadas, me alegra y molesta en la misma intensidad saber que no soy la única que pone cara de boba cuando lo ve.
Cuarto de hora más tarde, las fans comienzan a dispersarse, me sorprendo al ver que son muy ordenadas y consideradas, esperaba algo más caótico, pero ha sido una agradable sorpresa. En cuanto terminan nos reunimos todos para caminar hasta los autos que esperan por nosotros, dentro Apolo me explica que muchas de sus fans son amigas de infancia, a quienes conoceré más adelante, ellas se encargan de su club de fans en Santorini y de guiar a las demás para que puedan tener estos encuentros tranquilos y sin caos, pero también me advierte que suelen tener ocasiones en que algunas no lo entienden y se ponen un poco intensas.
Me concentro en el paisaje que se levanta frente a nosotros, las calles empedradas, los valles que se ven a lo lejos de un lado y al otro el basto mar que se funde con el cielo en el lejano horizonte, el sol está comenzando a ponerse pintando el cielo de un hermoso matiz de rojo y anaranjado, es el atardecer más bello que he visto en mi vida, pero me quedo fascinada en cuanto llegamos a la parte más poblada, las casas blancas con techos azules, vuelven más pintoresco al paisaje si cabe, iluminadas suavemente con pequeñas luces hacen que parezca un cuento de hadas.
El auto se detiene unos treinta minutos después. Basha me explica que tenemos que caminar unos minutos hasta llegar al hotel de su familia, observo curiosa como todo se conecta con escalinatas, puedo observar pequeñas piscinas y tumbonas en las terrazas de las suites, perfectas para poder admirar el maravilloso paisaje.
En momentos me siento incomoda de que deban explicarme todo, no tengo la más mínima idea del griego, pero me encanta escucharlos hablarlo, Thanos y Timaeus están enfrascados en una acalorada conversación con uno de nuestros guardaespaldas, lo hablan tan fluido como el inglés y me decido en aprender otro idioma en cuanto esté de regreso a casa. Llegamos al hotel "Luxury" unos minutos después.
—Originalmente se llamaba Hotel Lux, pero el turismo aumento mucho con los años y nuestros abuelos pensaron que necesitaban un mejor nombre — ríe Nix al contarlo — y fueron tan originales para ponerle "Luxury" en el fondo siento que jamás cambiaron el nombre.
Ríe de nuevo y yo sonrío, Apolo se separa de nosotras para ir en busca de sus abuelos, Nix lo observa entrar en el hotel, me toma del brazo y nos aparta de los demás.
—Phoebe, me caes muy bien, pero he de advertirte, yiayiá es un poco difícil y Apolo es su consentido, es posible que quiera sacarte los ojos — me advierte con una pequeña sonrisa de disculpa.
Asiento un tanto preocupada, pero me alegro de que Nix me lo haya advertido, antes de nada, no soy una mujer débil y si me dice algo, pues que tenga por seguro que se enterará quien soy.
Volvemos un momento después y Basha nos recibe con el ceño fruncido.
—¿A dónde han ido?
—He querido mostrarle la vista a Phoebe antes de entrar, segura que los abuelos habrán preparado muchas actividades para nosotros esta noche como para que pueda disfrutarla — Basha nos observa, no se ha creído ni una sola palabra. Sus ojos azules idénticos a los de si hermana lo dicen todo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro