Capítulo XXXIV
BUENAS NOCHES!!!!
AQUÍ EN ESPAÑA SON LAS 2:20 DE LA MADRUGADA :)
ESTA SEMANA QUERÍA HABER SUBIDO ALGO SOBRE EL MIÉRCOLES PERO ME HA SIDO TOTALMENTE IMPOSIBLE. ASÍ QUE ENTRE LA NOCHE DEL JUEVES Y LA DEL VIERNES ME HE PUESTO MANOS A LA OBRA PORQUE LO PROMETIDO ES DEUDA JIJIJIJIJI ME HE EMOCIONADO TANTO ESCRIBIENDO QUE CASI, CASI, ESCRIBO EL CAPÍTULO IGUAL DE LARGO QUE EL DE LOS DOMINGOS PERO ES QUE ESTOS PAREJA TIENEN VIDA PROPIA Y HACEN Y DICEN LO QUE QUIEREN ;)
OS DEJO QUE ME VOY A DORMIR QUE MAÑANA, O MÁS BIEN DENTRO DE UNAS HORAS, ME LEVANTO A TRABAJAR.
POR CIERTO SI VÉIS MUCHAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA, ME LO DECÍS, PORQUE MIS OJITOS NO PODÍAN ESTAR MÁS ABIERTOS!!! :)
¡¡¡BESOTES ENORMES Y BUEN FIN DE SEMANA!!!
***
Mientras se despedía de Vincent, seguía todos los movimientos que Liseth hacía a apenas dos pasos de él. Se la veía cansada pero feliz y parecía que se había ganado el corazón de todos. Él, por supuesto, había estado seguro de que eso sería lo que sucedería pero confirmarlo después de esa ajetreada noche era tranquilizador.
A pesar de que estimaba en gran medida a cada uno de sus invitados estaba deseando cerrar la puerta tras el último de ellos y así, podría respirar con la tranquilidad de que nada más ocurriera a excepción de lo que la enloquecedora mujer que tenía por esposa quisiera. Aún tenían una conversación pendiente y no pensaba postergarla por mucho más tiempo.
Gabriel se mantenía a un lado y aprovechó el momento en que Liseth se quedó a solas para acercarse a ella mientras que Damon no apartaba la mirada de ninguno de los dos esperando descubrir, por sus gestos, lo que decían. No confiaba demasiado en que Gabriel no intentará convencerla para que se marchara con él.
- Esperaba poder estar a solas pero todo se ha descontrolado un poco.- Dijo Gabe en cuanto estuvo a su lado.-
Lo miró sintiéndose exactamente igual de ansiosa por que llegara ese momento.
- Ya todo era un pequeño caos antes de que llegaras y realmente no me importaría que te quedaras.- Le sonrió animándolo a que aceptara.- Casi me siento incapaz de esperar hasta mañana.-
Gabriel le sonrió con ternura y negó con la cabeza.
- Te ves exhausta. ¿Qué puede suponer esperar unas horas más?.- Se encogió de hombros con elegancia haciendo reír a su hermana.- Lo importante es que nos hemos encontrado. Nos tenemos el uno al otro a pesar de todo lo sucedido. -
Los ojos de Liseth se empañaron y él le limpió una lágrima con el pulgar.
- Espero que sean de alegría.- Ella asintió sin poder decir una palabra.- Te confieso que yo haría lo mismo pero entonces perdería el respeto de mis amigos y me lo recordarían toda la vida.- Bromeó para relajarla un poco y se sintió mejor al ver como Annie reía ante el comentario.-
- Los hombres y sus complejos de superioridad.- Le contestó siguiendo con la broma.-
- Si tu supieras......- Volteó los ojos acompañando las palabras.- Mañana a primera hora me tendrás aquí y dispondremos de horas para ponernos al día. Estoy deseando conocer a Thomas y que me cuentes cada pequeño detalle sobre nuestra madre.- Los dos se entristecieron al pensar que ella debería de estar allí.- ¿Sabes?, saberla muerta y pensar en todos los años que pudimos estar juntos me hace sentir una rabia inmensa hacia nuestro padre.- En ese momento vio como Damon se acercaba hasta ellos con determinación.- ¿Estás segura de que no quieres venirte a casa con Marion y conmigo?. Creo que es lo más adecuado y Thomas se adaptará fácilmente.....- Dijo lo suficientemente alto como para ser oído. -
Liseth lo miró sorprendida por el brusco cambio en el tema de conversación pero iba a responderle cuando sintió como un brazo le rodeaba la cintura y supo que Damon había escuchado la propuesta. Temió que se volvieran a liar a golpes y se adelantó un poco para ponerse entre ellos.
- Te agradezco el ofrecimiento en nombre de mi mujer pero ella y mi hijo se quedaran aquí, bajo mi techo, gracias.- Una tensa sonrisa se dibujo en su rostro.-
Gabriel apenas lo miró mientras hablaba y se centró en Liseth tomándola de las manos.
Los dedos de Damon se clavaron en su cintura y ella dio un respingo involuntario. Lo miró advirtiéndole, pero él pareció no darse por enterado porque ni siquiera aflojó un poco.
¡Hombres!.
Una enciclopedia de cien volúmenes no sería suficientemente amplia como para llegar a entenderles jamás.
- ¿Estás segura que es eso lo que deseas?.- Insistió Gabriel llevándose otra mirada enfadada de parte de Liseth.-
- Este es mi hogar pero te agradezco el ofrecimiento.-
Damon se relajó considerablemente al escucharla.
Ambos se miraron antes de estrecharse la mano y despedirse.
- Hasta mañana, Damon.- Acompañó a sus palabras con una media sonrisa que se esfumó tan pronto apareció.-
- Hasta mañana, Gabriel.- Respondió sin saber porqué tenía la sensación que su amigo se lo estaba pasando en grande.-
Lady Pru se acercó a ellos en cuanto todos se marcharon.
- Ha sido una noche de lo más interesante.- Confesó alegre.- Todos me parecen encantadores y en especial Lady Cartwright. Es una mujer que a pesar de su juventud muestra una madurez envidiable.-
- No es tan joven, tía, y además ya ha tenido a tres maridos. Eso hace que una mujer adquiera sentido de la responsabilidad.- Damon dejó que Liseth se separara de él a regañadientes.-
- Estás confundido, querido. Eso hace que una mujer desee ser más irresponsable que nunca. Un marido es capaz de volverte loca. Tres, seguramente, lo harán.- Cosiguió que su sobrino riera con ella.- ¿Puedo hablar contigo un momento?. Será un par de minutos como máximo.-
- ¿No podría esperar a mañana?.- Damon miró a Liseth.-
- No te preocupes por mi. Estoy agotada pero estaré despierta cuando subas.- Le aseguró sintiendo que todas las emociones de las últimas horas le pasaban factura en ese momento.-
- Está bien, sólo serán unos minutos.- Le aseguró Damon viendo como se alejaba escaleras arriba.-
***
Se sentó tranquilamente a esperarlo en un cómodo sillón orejero que había cerca de la chimenea. La habitación de Damon estaba decorada de manera muy masculina y se entretuvo en hacer comparaciones con la suya propia mientras dejaba los minutos pasar.
Estaba tan agotada que estaba haciendo verdaderos esfuerzos en mantener los ojos abiertos y aunque debería de estar llena de excitación por los sucesos de ese día, su cuerpo parecía habérselos tomado con calma y le pedía un descanso bien merecido para poder asimilarlos con calma.
Pensó en lo feliz que estaría su madre de que ese encuentro hubiera sido posible y en lo que lamentaba ella que no pudieran disfrutarlo los tres juntos. Suspiró con pesar pero se prometió a sí misma que a partir de ese día todo sería muy diferente para los miembros de la familia Stanton. Gabriel parecía un hombre decente y aunque aún tenían mucho de que hablar sentía que tenían mucho en común. No sabría explicarlo si alguien llegara a preguntarle pero simplemente lo sabía. A pesar de acabar de conocerlo, no le parecía un extraño. Y eso mismo era ya algo bastante raro.
Se incorporó rápidamente al sentir algo en el cuello y pegó un manotazo para alejarlo. Al abrir los ojos se encontró a Damon que le sonreía divertido.
- Si llego a tardar algo más de tiempo. Tendría que haberte llevado a la cama en brazos.- Le dijo tan cerca de su rostro que pudo sentir su cálido aliento acariciándole la mejilla.-
- Sí, tienes razón. Estoy completamente agotada.- Tosió y eso hizo que Damon se incorporara, pero se mantuvo en pie a su lado sin dejar de mirarla.- Creo que te debo una explicación....-
- Yo diría que más de una, pero ante todo quiero saber porqué no me dijiste como te llamabas en realidad. Se habrían evitado muchos problemas y Gabe hubiera dado contigo muchísimo antes.-
Liseth se movió inquieta en su asiento. No tenía ni las ganas ni las fuerzas necesarias para discutir.
- ¿Y en qué momento tenía que decírtela?.- Le contestó tranquilamente.- ¿La noche que nos conocimos y en la que nos casamos?. Recuerda que en Reading todo el que me conocía lo hacía por el nombre de Liseth Trimble, ni modo que me presentara de otra forma. ¿O quizás a la mañana siguiente de nuestra boda?.- Ladeó la cabeza para mirarlo con resolución.- Corriste tan rápido para alejarte de mi que casi no tuvimos tiempo de hablar.-
Damon tuvo que darle la razón pero no podía evitar sentirse molesto por la poca confianza que había demostrado tener en él.
- De acuerdo, no voy a decir que entonces no tuvieras tus motivos, pero hace semanas que nos volvimos a encontrar, has tenido más que tiempo suficiente para contarme algo tan importante como eso.- Se paseó frente a ella mientras se desprendía de la chaqueta y la dejaba caer con muy poco miramiento sobre una silla.- Tal vez no me hubiera sentido tan estúpido al descubrir que mi esposa es, nada más y nada menos, que la hermana de Gabriel.- Se llevó una mano al costado para recordar los golpes recibidos. De eso sólo tenía la culpa él, lo sabía.-
- ¿Y crees que para mi era fácil contártelo?. No creas que no estaba sopesando esa posibilidad, pero también me imaginaba tu rechazo cuando te dijera que mi madre fue literalmente echada a la calle por mi padre por adultera y que por ese mismo motivo no me reconocía como hija suya.- Se frotó las sienes con los dedos. Si solo pudiera descansar un poco....- Todo muy común y corriente, como puedes ver, y si a eso le añadimos que nuestra relación no ha destacado hasta ahora por su normalidad, me podía enfrentar a tu rechazo y a la posibilidad que me arrebataras a Thomas alegando que yo era una bastarda y quien mejor que un conde para cuidar a un niño. ¿Quien me escucharía a mi frente a ti?. ¿Cómo podría luchar para mantener a mi hijo a mi lado si tu decidieras arrebatármelo como hizo mi padre con Gabriel?.-
Damon se sintió dolido por sus palabras. La entendía maldita fuera mil veces, pero le hervía la sangre al saber que lo tenía en tan baja estima. La miró sin saber si deseaba gritarle o abrazarla hasta que se durmiera entre sus brazos. Sus sentimiento cambiaban de una dirección a otra como un velero en alta mar en medio de una tempestad.
- No sabía que tuvieras tan buena opinión de mí.- Sonrió y por primera vez notó que no le salía espontáneamente.- Espero que cuando llegues a conocerme de verdad, decidas que merece la pena confiar en mi.- Se sentó sobre la chaqueta sin importarle lo más mínimo.- ¿Tan superficial crees que soy como para librarme de ti simplemente porque tu padre era un auténtico tarugo al que le cegaban los celos?.-
Liseth sabía que se había equivocado pero ya nada podía hacer al respecto y se sentía mál por ello pero sus razones eran lo suficientemente fuertes como para haberla hecho dudar.
- Lo siento.- Dijo al verlo tan afectado.- Lo lamento de verdad.- Apretó las manos sobre el regazo con impotencia.- Estoy segura que hubiera terminado contándotelo. Sólo necesitaba algo más de tiempo.- Le seguró.-
- Eso nunca lo sabremos, ¿verdad?.-
Damon no la miraba cuando habló y no pudo ver como ella se encogía ante su respuesta. Eso la había lastimado porque sabía que era verdad. Nunca podrían estar seguros de lo que habría hecho en realidad.
- Está bien.- Damon se recompuso al ver su gesto triste. No le gustaba verla tan alicaida.- Simplemente tendremos que pasar página y seguir con nuestras vidas.-
Liseth se lo agradeció con una ligera sonrisa y se puso en pie para marcharse pero no había dado dos pasos cuando el cuerpo de Damon se interpuso en su camino.
- Y ahora aclaremos el tema por el que me duelen hasta los dientes de darle vueltas.-
Lo miró sin comprender o más bien fingiendo no hacerlo.
- Creí que todo estaba ya aclarado.- Habló tan rápido que casi se muerde la lengua.-
Damon se inclinó hacia ella negando con la cabeza.
- No vayas por ahí, Liseth. No evitaras ésta conversación por mucho que lo intentes.- Le señaló el sillón para que se sentara de nuevo pero ella prefirió no hacerlo. Algunas batallas había que enfrentarlas de pie.- Quiero que me aclares el motivo de nuestra discusión justo antes de que nuestros invitados llegaran.-
Se mantuvo en silencio sin decir una palabra pensando cual sería la manera más efectiva de decirle lo que pensaba.
- Si quieres te puedo ayudar a recordarla. Tu decías algo sobre lo que una mujer debería hacer, que no era otra cosa que buscarse un amante.- Terminó casi escupiendo las palabras pero manteniendo el gesto impasible.-
- Simplemente dije que si para el marido era normal buscarse otra distracción, la mujer debería de hacer lo mismo.- Levantó la barbilla molesta por tener que volverlo a aclarar.- Y lo vuelvo a decir. Es lo justo.-
- ¿Y puede saberse porqué siento que eso está dirigido a mi personalmente y no al hombre en cuestión del que se hablaba?.- Le pasó una mano por la clavícula sin poder evitar tocarla y notó como ella tembló ante su caricia.-
- Afirmaste que eso era lo normal con total descaro.- Mantuvo el tono de voz bajo para evitar volver a discutir. Era inútil tratar de mentir sobre el tema y ella no era de las que evitaban decir lo que pensaba cuando la situación lo requería.- Te reías de la situación como si fuera una travesura infantil y no hubiera una esposa sufriendo por ser engañada....-
- No me reía, Liseth.- Le aclaró dejando su mano sobre su hombro y rotando el pulgar sobre el cuello.- Solamente le aclaraba a mi tía las circunstancias de ese matrimonio. Estaba destinado a fracasar como tal porque la mayoría de los enlaces en nuestra sociedad se hacen por interés y pocos podrás encontrar como los de Nick y Gabe.-
Liseth lo comprendía demasiado bien. No era tonta y sabía lo que quería decirle.
Resopló de forma muy poco elegante y casi dejó que el enfado le pudiera cuando lo escuchó reír.
- Entonces hice bien en aclarar ese punto. Nuestro matrimonio también está destinado a fracasar. - Damon frunció el ceño en cuanto escuchó esas palabras.- por lo que tu terminarás buscando una amante y yo haré lo mismo si eso sucede. No sé cuanto tiempo después, pero prefiero que sepas a lo que atenerte si sucede.-
Estaba segura que le partiría el cuello por la presión de sus dedos pero un segundo después la soltó para pasarse la mano por el pelo.
- ¿Y cómo demonios sabes lo que ocurrirá con nuestro matrimonio?.- No sabía si estar atónito por la confesión o furioso por sus palabras.-
- No hay que ser muy inteligente para adivinarlo. Tu aseguras que no me amas por lo que imagino que ésta atracción que sientes hacia mi es sólo pasajera. Llegará el día en que te aburras y busques diversión en otro lado.- El corazó le latía fuertemente y notaba que la garganta se le cerraba al hablar pero por fuera parecía no afectarle lo más mínimo la situación que estaba exponiendo.- Por lo que tengo dos opciones. Una, es languidecer de amor por ti como una mala historia de amor, cosa que no pienso hacer.- Dijo totalmente segura.- Y Dos, es hacer que el amor que siento por ti desaparezca paulatinamente.-
No tenía precio el gesto sorprendido de Damon ante sus palabras. Quiso hablar pero no pudo y ni siquiera parpadeó mientras sus ojos la miraban con tal asombro que a punto estuvo Liseth de pellizcarlo para comprobar que no hubiera muerto en ese preciso instante.
- ¿Y crees que el amor puede desaparecer cuando uno quiera?.- Le dijo por fin con los dientes apretados.- Si eso fuera posible, la historia no estaría plagada de amantes despechados.-
- No sé si puede hacerse algo para que uno deje de amar a otro pero pienso que tu no eres la persona más adecuada para hablar del tema. Recuerda que tu no has conocido ese sentimiento, así que mucho menos de arrancártelo del corazón.- Cada vez estaba más segura de lo que decía y eso se mostraba en su actitud.- Yo sé lo que siento por ti. No me avergüenza reconocerlo, pero tal como hoy te lo estoy confesando, te aseguro, que a partir de mañana, no esperaré a que llegue el día en que lamente amarte. Si tu no eres capaz de corresponderme, no voy a suplicar por ello. A partir de mañana, pondré todo mi empeño en olvidarte. Seré una buena esposa, no te preocupes, pero pienso que es totalmente carente de sentido común empeñarme en algo imposible.-
- ¿ Y crees que será tan fácil?.- Damon esperaba la respuesta. Eso no podía suceder de verdad.-
- No lo sé.- Le dijo con una gran sonrisa y comenzó a alejarse hacia la puerta de comunicación entre los cuartos.- Pero te lo diré en cuanto llegue a una conclusión definitiva.-
- Liseth.- La llamó.- ¿A dónde vas?.- Estaba tan descolocado que no sabía que ya habían terminado esa conversación. Aquello era una completa locura.-
- A mi cuarto, por supuesto.- Le contestó extrañada por la pregunta.-
Damon en dos pasos se colocó a su lado reprimiendo las ganas de zarandearla.
- Pensé que ese obstáculo lo habíamos solventado ya. Tu duermes aquí, en mi habitación. Conmigo.- Le aseguró al límite de su paciencia. Cada día que pasaba comprendía menos a esa mujer.-
Liseth se limitó a mirarlo con esos ojos, desquiciándolo por completo.
- Comprenderás que tras un día como el de hoy, me apetezca estar a solas. Tengo mucho en lo que pensar y estoy totalmente agotada.- Le dijo tan suavemente como pudo.-
Damon estuvo a punto de gritarle que ella no iría a ningún sitio pero prefirió claudicar en esa ocasión. Se la veía realmente cansada.
- Bien, entonces te daré tu beso de buenas noches.-
Y antes de que pudiera dar una réplica la tomó por los hombros y se adueñó de su boca. El asalto pretendiá demostrar su enfado, su enojo, su fuerza, pero nada de eso sucedió cuando la sintió pegada a su cuerpo. La rodeó con sus brazos mientras su lengua acariciaba la de ella. La rodeaba para profundizar una y otra vez en su interior. Gimió sabiéndose perdido.
El beso se prolongó mucho más de lo que Liseth hubiera deseado pero era incapaz de separarse. Cuando lo intentaba sentía que quería más del sabor de sus labios y volvía a hundirse en su boca.
- Quédate.- El susurro de Damon junto a su caliente mirada estuvo a punto de hacerla desistir de su decisión.-
Sus manos comenzaron a acariciarle el cuerpo y ella se separó con pesar pero decidida a llevar su plan a cabo. Se le había ocurrido mientras mantenían esa charla y si hasta ahora no le había servido el mostrarse cariñosa con él, quizá, le sirviera el demostrarle que podía vivir sin su amor. Ta vez se diera cuenta que la perdía y entonces reaccionara. Ella estaba casi segura que él sentía algo más por ella de lo que admitía, pero saberlo no le era suficiente, tenía que oírselo decir.
Esperaba no estar equivocada y sino siempre le quedaba sobrevivir al desengaño.
- Esta noche no, entiéndeme.-
Damon se separó de ella a regañadientes pero no la soltó.
- Tu intentarás que se enfríe lo que dices que sientes por mí, pero yo procuraré que arda con más fuerza aún. No lo olvides.- Y entonces la dejó ir.-
Liseth se dejó caer en la cama mientras pensaba muy seriamente en volver a la habitación de al lado y terminar con lo que habían empezado. Eso iba a ser más difícil de lo que imaginaba.
Damon por su parte se sirvió una copa de brandy y se lo bebió de un trago repasando una y otra vez la conversación que habían mantenido. Lo que más le sorprendía es que ella había demostrado una tranquilidad que le tenía preocupado y aunque no le parecía que pudiera cumplir con lo que se proponía estaba realmente angustiado de que llegara a lograrlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro