Capítulo XXXIII
HOLA A TODAS ;(
OS PIDO PERDÓN POR LA TARDANZA PERO OS CONTARÉ QUE ESTE CAPÍTULO ES MUY CORTO PORQUE AYER SÁBADO ME PUSE A ESCRIBIRLO Y HOY CUANDO HE INTENTADO SEGUIRLO, WATTPAD O QUÉ SE YO, NO ME DEJABA GRABAR LA CONTINUACIÓN Y NI SIQUIERA ME PERMITÍA SUBIR LO QUE YA TENÍA. LO INTENTARÉ AHORA DE NUEVO ( cada vez que intento suirlo escribo ésta parte porque como tampoco me deja grabar....cruzo los dedos para que ésta vez lo haga). ESPERO QUE AL MENOS ME DEJE SUBIR LO QUE CALCULO QUE SERÁ COMO LA MITAD DE LO QUE ACOSTUMBRO Y PROMETO QUE HARÉ LO POSIBLE PARA QUE ENTRE SEMANA SUBA ALGO MÁS Y ASÍ NO ESPERÉIS TANTO.
MUCHOS BESOS Y SÉ QUE OS SABRÁ A MUY POCO PERO QUE LE VAMOS A HACER.....
***
- Antes de poder pasar a la mesa, el doctor Grummer debe de atender esa herida.- Damon se inclinó hacia ella al hablarle mientras la dirigía a una pequeña habitación cercana. - Llegó hace unos minutos y no voy a permitir que te niegues asegurando que son unos simples rasguños.- Agregó al ver que ella estaba a punto de protestar y se sintió aliviado al comprobar que tragaba la replica con un gracioso mohín.-
- Está bien, pero también tendrá que hacerlo contigo. Esos golpes deben de haberte dejado algún que otro moratón y ni hablo del daño... Por cierto, Gabriel debería de hacerse mirar esa oreja.-
Liseth miró hacia atrás y observo que tanto él como Marion los seguían.
- Una lástima que David no apretara un poco más.- Murmuró Damon entre dientes y recibió un golpe nada cariñoso por parte de su mujer.-
- Deberías sentirte avergonzado.- Le recriminó el comentario y él pareció arrepentirse de haberlo hecho pero un amago de sonrisa contradijo su arrepentimiento.-
El doctor Grummer los recibió preparado ya para atender a los pacientes. Primero la miró a ella intentando que su preocupación no fuera más allá de la estrictamente profesional y le indicó que se sentara tras saludar a todos.
- ¿Marion, puedes quedarte con Liseth mientras Gabriel y yo esperamos afuera nuestro turno?.-
Damon los sorprendió a todos con su propuesta. Cualquiera diría que lo que menos deseaba era mantener una conversación a solas con su amigo. Gabriel se limitó a asentir con la cabeza y a abandonar la habitación con tranquilidad tras darle un beso a su esposa y murmurarle rápidamente que no se preocupara.
- Damon, por favor.- Liseth le suplicó que se comportara.-
- No te preocupes, solamente quiero aclarar ciertos aspectos en los que diferimos.- La tranquilizó pasándole los dedos por la mejilla y deseando poder besarla a conciencia.-
Observó como Grummer la atendía y se fue algo más tranquilo al saber que ella no se quedaba a solas con el buen doctor, Marion la acompañaba. Sería suficiente. No le había pasado desapercibida la mirada que le había dirigido a su esposa en cuanto apareció. Por mucho que dijera su tía Pru, ese hombre no le gustaba en absoluto.
Cerró tras él y se encontró a un Gabriel completamente relajado apoyado en la pared y con los brazos cruzados. Se miraron unos segundos sabiendo perfectamente lo que ambos pensaban pero sin querer ser el primero en hablar.
- Me alegro que por fin las encontraras aunque lamento que tu madre no se encuentre ya entre nosotros.- Damon estaba algo tenso, cosa que lo incomodaba en demasía porque Gabe era su amigo. Él mismo de siempre y diferente a la misma vez. Ahora era el hermano de su esposa, la cual acababa de encontrar y la misma de la que él no estaba muy satisfecho la última vez que hablaron entre ellos.-
Su amigo se limitó a mirarlo unos segundos y dejó traslucir un gesto de dolor al oír nombrar a su madre.
- Yo también lamento que no pueda estar aquí pero me alegro de que Annie se encuentre a mi lado.- Vio a Damon a punto de interrumpirlo y no le dio opción porque continuó hablando de forma contundente.- Es mi hermana, y espero que ella desee quedarse a tu lado porque si fuera por mí, no dudaría en llevarla ésta misma noche conmigo.- Sus ojos estaban fijos en su cuñado.- No me agrada que todos hablen de ella, dudando de su honradez y su integridad. No era eso lo que esperaba para ella cuando la imaginaba viviendo conmigo. No estoy muy contento con ésta situación, puedes imaginarlo.-
Había sido todo lo más sincero posible y esperaba exactamente lo mismo de Arlington.
- Ella es feliz a mi lado.- Le aseguró pensando que era verdad. Lo amaba. Se lo había confesado.- Tengo que reconocer que nuestra situación no es la más idónea pero eso mismo fue lo que os dije, tanto a Nick como a ti, en cuanto puse un pie en Londres. Las cosas han cambiado bastante desde entonces y parece que podemos llegar a un buen entendimiento....-
- No quiero que la hagas infeliz.- Le cortó con voz fría.-
- ¿Y cómo demonios crees que lo haría?.- Estaba a punto de perder los estribos de nuevo. Se pasó la mano por la nuca con fuerza intentando de relajarse.- No me contestes.- Le advirtió.- Liseth, no va a ninguna parte. Es mi última palabra.- No le gustaba el gesto de diversión de Gabriel porque no le encontraba la parte graciosa a todo ese asunto.-
Ninguno de los dos dijo nada. Gabe Se irguió y por un momento pareció el mismo hombre que conocía desde siempre. Estaba relajado aunque con su acostumbrada seriedad. Se acercó a él y se paró justo a su lado. Tan cerca que sus hombros se tocaban.
- Yo también te puedo dar mi palabra, Damon. Si en algún momento ella me da alguna queja de ti, o decide no casarse contigo, en el caso de que no lo estéis ya, no voy a dudar en prestarle toda la ayuda que necesite y si eso supone alejarla de tu lado, que así sea. Annie es lo más importante para mi, junto a mi esposa. Quiero que tengas eso presente. Tu y yo somos amigos, y lo seguiremos siendo, simplemente ambos hemos dejado nuestros puntos de vistas bien claros.-
- Te comprendo. Toda ésta situación se sale fuera de lo normal, pero te aseguro que mi esposa seguirá siéndolo de aquí a cincuenta años.-
- A veces intentarlo no es suficiente. Una mujer precisa de mucho más que un acuerdo beneficioso o de una buena posición. Puedo ver como se preocupa por ti y eso que apenas hemos estado juntos. Pero si ella es la mitad de emotiva que Marion y siente algo por ti, seguramente terminará locamente enamorada. Te he visto conquistar a mujeres frías como témpanos y sé de lo que eres capaz. Así que sembrar en suelo fértil será demasiado sencillo. Me preocupa de que si tu no sientes lo mismo terminarás engañándola y si eso sucede, pretendo estar ahí.-
Arlington sabía a que se refería Gabriel. Quería para su hermana lo mismo que tenía en su matrimonio. Le hubiera gustado decirle que lo tendría. Se sentía posesivo con ella. Lo reconocía y se sorprendía de sentirse de esa forma. No ahondaba demasiado en lo que podía significar, pero comprendía que Liseth se había convertido en alguien importante en su vida. Por ser la madre de su hijo, por su carácter o por cualquier otra razón no la dejaría ir tan fácilmente.
- Y yo sólo puedo asegurarte que tanto Liseth como Thomas no irán más lejos de lo que yo les permita hacerlo.-
Gabriel sonrió, realmente lo hizo, sorprendiendo de nuevo a Damon que no le gustó el brillo divertido de su mirada.
- Me alegro de estar de acuerdo en algo. Ambos queremos lo mejor para ella.-
En ese momento sus esposas salieron charlando entre ellas de manera animada pero ambas los miraron algo inquietas. Liseth llevaba una venda algo aparatosa que creía que no hacía falta y sonrió a los dos hombres que parecían mucho más tranquilos.
Tanto Damon como Gabriel le devolvieron la sonrisa.
***
- ¿Pretendíais matarnos de hambre?.- Nick les dio la bienvenida al salón levantando una copa.-
- Lamento haberos hecho esperar, pero hemos tenido que solucionar algunos asuntos antes.-
Gabriel se señaló la oreja y todos se rieron al recordar la escena.
Damon los miró a todos. Estaban alegres y parecían muy contentos a pesar de la hora intespestiva a la que cenarían. Seguramente cuando la versión de su matrimonio comenzara a circular todo iría a mejor y le tendría que estar agradecido a todos y cada uno de los presentes. Pero había algo que no lo dejaba del todo tranquilo, algo que se le escapaba en todo aquel lío.
- ¿Sabes, querido?. Hemos pensado que la presentación de Liseth, debería de ser aquí, en Arlington House. Lady Abbigail y Lady Remington, me han asegurado que con su ayuda podría ser de aquí a unos días.- Lady Pru estaba entusiasmada con la idea.-
- Me parece bien, solo tenéis que pasarme las facturas. Creo que es lo único para que servimos los hombres.- Bromeó Damon consiguiendo que las mujeres le dieran la razón con sus risas.-
Liseth estaba mucho más tranquila después de ver como ellos parecían volver a la normalidad. No sabía que habían podido hablar, podía imaginárselo, pero lo importante es que toda esa belicosidad parecía estar olvidada.
Miró a Gabriel y esperaba con ansiedad el momento en el que pudieran estar a solas. Tenían tantas cosas que contarse. No sería esa noche, seguramente, pero se prometió que a primera hora de la mañana se reunirían sin falta.
Gabriel la miró directamente y con una mirada le mostró que él también estaba ansioso. Sintió la felicidad burbujear en su interior y a punto estuvo de reír en voz alta pero se contuvo a tiempo, en cambio, su sonrisa se amplió. Se giró para seguir la conversación y se cruzó con el azul de Damon. Sabía que no estaba tan relajado como aparentaba, una corriente eléctrica los unió haciendo imposible romper el contacto.
Adoraba a ese hombre pero a veces la sacaba de sus casillas y había descubierto que esperaba que él sintiera lo mismo que ella. El amor que le profesaba no era garantía de que Damon sintiera lo mismo, lo sabía. Así que a partir de ahora trataría de que si llegara el momento de ver la realidad, de admitir que él nunca llegaría a amarla, estaría preparada. O todo lo preparada que podía estarse cuando a una le rompían el corazón y además tendrían que seguir viviendo juntos. Verlo todos los días sabiendo que no le correspondía...
Lady Laughton requirió su atención y tuvo que admitir que el día estaba terminando mucho mejor de lo que esperaba. A pesar de todo lo sucedido podía decir que era el mejor día de su vida. Su hermano estaba con ella y eso la colmaba de dicha.
Damon fingía. Por primera vez su encanto natural no lo era tanto. Reía y charlaba con sus invitados como si nada sucediera, pero en el fondo, tenía mucho por lo que preocuparse.
Primero tenía que averiguar que le había sucedido a Liseth para que se comportara de manera tan extraña.
Segundo sabía que Gabriel iba a estar respirándole justo tras la nuca. Lo iba a vigilar y le mostraría cada fallo y cada metedura de pata que hiciera con Liseth.
Y tercero.....
- Creo que no hemos cubiertos todos los puntos importantes en nuestra pequeña novela romántica.- Dijo en un tono lo suficientemente alto como para que todos se volvieran a mirarlo, dejaran de hablar entre ellos y le prestaran atención.- Si yo me sabía casado, ¿cómo es posible que estuviera cortejando a la señorita Wick?. No creo que hable muy bien de mi, el que buscara esposa teniendo ya una.-
Lady Pru abrió la boca pero la volvió a cerrar mientras que la demás soltaban algún que otro comentario, incluso se escuchó a Nick proferir una maldición que todos ignoraron.
- ¿Alguna vez dijiste a alguien más, aparte de los aquí presentes, que buscabas esposa?.- Preguntó Marion.-
- No, nadie lo sabía, pero eso no puede ser escusa cuando tenga que hablar con Lord Wick. Un caballero no pide a una señorita soltera que lo acompañe a pasear si sus intenciones no son serias y más en nuestro entorno.- Se arrepintió al momento de haber expresado sus dudas al respecto porque el ambiente festivo desapareció en un instante.-
- No se preocupe, Arlington. En cuanto consiga dormir unas horas, daré con la solución.- Aseguró LAdy Remington que le animó a confiar en ella con una sonrisa.-
- Me alegra saber, que pondrá todo su empeño en éste tema, pero pienso que bien poco se puede hacer.-
Miró a Liseth lamentando que fuera ella la que soportara lo peor de todo aquello.
- Algo se nos ocurrirá, querido, algo se nos ocurrirá.- Dijo Lady Abbigail.-
Cambiaron de tema para evitar que el desánimo se adueñara de la reunión pero la conversación fue decayendo a medida que pasaba el tiempo a pesar de los esfuerzos que hacían unos y otros por animarla.
***
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro