Capítulo XXXII
HOLA A TODOS!!!
ESPERO QUE OS GUSTE EL CAPÍTULO, NO LO HE CORREGIDO NI NADA PORQUE TENGO QUE IRME. ES MÁS LARGO QUE LOS ANTERIORES PORQUE HABÍA MUCHO QUE CONTAR Y AÚN ME HE DEJADO COSAS QUE QUERÍA METER EN ÉSTE PERO EN FIN....
LEED Y YA ME COTARÉIS!!!
¡¡¡BESOTES ENORMES!!!
***
Todos callaron en cuanto traspasaron la puerta y Damon cerró sin soltar a una Liseth que de repente parecía hecha de gelatina. La miró dándole ánimos y comprendiendo que esa no era la manera en la que había esperado presentarles a sus mejores amigos, pero parecía que el destino, los hados, los astros o aquello que mandara sobre las vidas de los pobres humanos, había decidido que, esa noche en concreto, todo, absolutamente todo, transcurriera de manera muy diferente a como debería.
Esbozó una sonrisa pero la seriedad de su rostro indicaba que no era el mismo Damon de siempre. Al menos no se sentía como tal y creía que ya nunca volvería a disfrutar de un tranquilo y apacible día. Definitivamente desde que Liseth apareció en su vida se levantaba pregúntadose lo que le podría ocurrrir en las próximas horas.
Se centró en lo que en ese momento estaba ocurriendo y sintió la mirada de Gabe muy fija en él. Se la devolvió con decisión mientras acomodaba en el sofá a su esposa. Ninguno de los dos estaba dispuesto a apartar la vista primero. Gabe le advertía que no iba a permitir que le hicieran daño a su hermana, Damon aún tenía que convencerse de que eso fuera cierto, y él le retaba a que tratara de apartar a su esposa de su lado.
Alguien carraspeó con fuerza para que ambos dejaran de retarse en silencio y con algo de renuencia consiguieron hacerlo.
Damon se mantuvo en pie junto a Liseth y con una mano sobre el hombro tembloroso de su esposa para darle su apoyo. Ella se la rozó con los dedos y levantó la vista para agradecerle el gesto y él no pudo más que guiñarle el ojo a pesar de que lo único que quería era desenredar todo ese entuerto.
- Y bien,Gabe, creo que tu declaración nos ha dejado estupefactos, pero todos nos alegramos de que tu búsqueda haya terminado.¿Podrías decirnos como averiguaste que la esposa de Arlington es realmente tu hermana Annie?.- Nick aún no podía creer que algo así pudiera suceder. ¿Cuántas posibilidades había de que un hombre se casara con la hermana perdida de su mejor amigo?. Muy pocas. Y si añadimos a todo eso la forma en la que ese matrimonio, que aún tenían que averiguar si era verdadero o no, se había realizado, entendía perfectamente el enfado de Gabe. Miró a sus dos amigos y esperó que pudieran superar sus diferencias.
Marion notaba la tensión en el cuerpo de su esposo a pesar de parecer relajado. Ella más que nadie sabía los desvelos por los que había pasado hasta llegar a ese momento en concreto y estaba muy feliz de que por fin se hubieran encontrado, pero parecía que Gabriel no estaba muy de acuerdo con que su hermana estuviera unida a Damon. Esperaba ansiosa las explicaciones que la sacaran de dudas.
Miró a su Meredith, que se encontraba junto a su esposo, y la vio morderse el labio. Señal de lo nerviosa que estaba también.
Gabriel apretó la mano de su esposa con cariño y aspiró con fuerza. Sabía que debería de haber contenido su genio, pero eso era más fácil decirlo que hacerlo. Tanto tiempo buscando y cuando la encuentra, su reputación está por los suelos debido a que uno de sus mejores amigos no ha hecho las cosas como debiera. Sintió que volvía a enfurecerse al saber que si en realidad se supiera que podían no estar casados y que tenían un hijo... De pronto recordó al niño, Thomas, y lo buscó por la habitación pero no lo encontró. Tenía un sobrino. Una leve sonrisa comenzó a aparecer relajando en gran medida sus facciones.
- Todos saben que durante los dos últimos años he estado buscando a mi madre a la que creía muerta, y a una hermana de la que no tenía la menor noticia de que existiera.- Miró a Liseth sin creer que al fin estuviera junto a él.- He viajado varias veces a lugares en los que se suponía que podía encontrarse pero regresaba siempre con las manos vacías.
Liseth apenas podía contenerse. Su hermano las había buscado y sin embargo, ellas pensaban que se encontraba en Boston. Le temblo el labio y apretó la boca con fuerza para evitar sollozar. Sus lágrimas eran de pura felicidad, no de dolor. Mirarlo y saberlo tan cerca, la llenaban de alegría.
- Esta última vez, Allan Wolf, el hombre que se ha encargado de las investigaciones, me emplazó a reunirme con el en Gloucester. Tenía la seguridad de haber logrado dar con ellas.
- Si nos hubiéras dicho a Nick y a mi a dónde ibas en ésta ocasión, quizás pordrías haberte ahorrado el viaje.- Interrumpió Damon aún molesto con él.
- Aunque lo hubiera hecho así, el nombre de mi hermana era Annie Stanton, y eso ya lo sabías. No la habríamos relacionado nunca con Liseth Trimble.- Corrigió moderando un poco su tono.
- Liseth Arlington.- Rectificó en ésta ocacisión Damon.
- Como sea, déjalo continuar.- Dijo pacientemente Lady Abbigail que cada vez se inclinaba más como si así pudiera escuchar mejor.
Gabriel le agradeció el gesto con un leve momvimiento de cabeza.
- Llegué a Gloucester y me encontré con la sorpresa de que estuviera allí también la señora Pearce.- La mencionada se puso roja como un tomate cuando todos los ojos recayeron sobre ella para después volver a prestar atención a Stanton.- Ella fue el ama de llaves de los McKenzie, amiga de mi madre, y la persona que nos ha permitido encontrarlas.
- Yo simplemente les dije la dirección en cuánto la supe.- El habitual tono de mando había sido reemplazado por otro más suave. Se sentía intimidada allí entre tanto noble, porque no había duda que lo eran, o al menos se movían en las más altas esferas de la sociedad, eso era evidente para alguien, que como ella, había tratado toda su vida con ellos y ahora estar allí en medio de lo que debería ser una reunión familiar, la hacía sentir algo incómoda. Liseth la miró con cariño queriéndole dar las gracias y ella apenas pudo sonreír en contrapartida.
- Tiene razón, lo único que hizo fue facilitarnos el modo de encontrarlas y por eso le estaré eternamente agradecido.- Continuó Gabriel cada vez más relajado.- En esa carta, se le notificaba a la señora Pearce que se dirigiera a una dirección y que allí preguntara, no por Annie Stanton, sino por Liseth Trimble.
- ¿Cómo no la relacionaste enseguida?.- Preguntó Nick intrigado.- Recuerdo que justo antes de tu partido, Damon nos habló de su esposa. El nombre debió de haberte dicho algo.
- Realmente no recordaba el apellido de soltera de la esposa de Damon. Ni siquiera si él lo había mencionado o no. De todas formas no imaginé que algo así pudiera suceder.- Había estado equivocado en ese aspecto.- Eso no es importante, el caso es que nos dirigimos a la dirección facilitada para descurbrir que no había rastro de mi hermana, de la que no sabían nada, ni de esa tal Liseth Trimble.- Apretó los dientes al recordar la sensación de impotencia que sintió al saber que tampoco daría con ella esa vez y que tendría que averiguar a dónde fueron. Era cuestión de días, lo sabía, pero él quería que fuera cuanto antes.- Un tal señor Copton nos informó que Liseth se había marchado con su esposo a Londres y que podía facilitarnos la dirección si así lo quisiéramos, así podríamos preguntarle por Anni. Podéis imaginar mi sorpresa cuando leí que debía deirigirme a Arlington Houese, en la calle Sant James. No podía ser que Damon se hubiera casado con la mujer que sabía del paradero de mi hermana, demasiado complicado.
- No sólo me casé con la mujer que lo sabía, por lo visto me casé con la mísmisima hermana.- Susurró Damon apenas.
Liseth lo escuchó a medias y se sintió mal por haberle ocultado algo así, pero ya nada podía hacer más que pedirle que la entendiera. Además en aquel momento ella no le habría desvelado ni siquiera cual era su color favorito. Le tenía tanta inquina que nada más pensar en él le producía un dolor de cabeza terrible.
- La señora Pearce insistía, en que deberían de conocer a Annie Stanton. Que ella nunca que hubiera dicho que vivía allí, sin hacerlo. Comenzó a describirla con todo detalle y a medida que lo hacía los ojos del pobre hombre parecían querer saltarle del rostro. No entendía nada, la descripción encajaba perfectamente con la de Liseth Trimble, pero el nombre era completamente diferente. Recordé que mi abula materna se apellidaba Trimble antes de casarse y supe que al fin había dado con ella. No podía ser que fueran diferentes personas. ¿Cuántas mujeres puede haber viviendo bajo un mismo techo con los ojos de diferente color?
Liseth casi no había respirado durante todo el relato y en ese momento tomó aire de manera entrecortada.
- ¿Porqué te cambiaste el nombre, querida?.- Lady Pru no salía de su asombro y la animó a desvelar esa parte de la historia.
- Mamá y yo aceptamos trabajar para Lord Ives y su esposa en Reading. Mamá había decidido volver a intentar ponerse en contacto con su hijo, Gabriel.- Su voz era apenas un murmullo cuando comenzó con su relato pero a medida que hablaba se volvía más segura y estable.- Pero ella le tenía muchísimo miedo a como pudiera reaccionar mi padre, si supiera que estaba tan cerca, así que se hizo llamar Lady Trimble y yo por descontado sería la señorita Trimble. Aproveché el momento para que mi segundo nombre fuera el de pila, y así sería Liseth en vez de Annie. Mamá pensaba que al estar Reading tan cerca de Londres no era de extrañar que alguien pudiera reconocerla, cualquier medida de precacución era poca, aunque yo insistía en que había pasado mucho tiempo y que nadie esperaría verla trabajando de ama de llaves.- Se entristeció al recordar esos momentos.- Mamá esperó un tiempo para viajar a Londres, decía que tenía que coger fuerzas para enfrentarse a su pasado, pero cuando pudo hacerlo, todo estaba perdido. Su hijo estaba viviendo lejos de Inglaterra. Al otro lado del océano, y su marido acababa de morir.
Nadie dijo nada pero sentía sus miradas compasivas sobre ella, dándole fuerzas. Todos los que la rodeaban estaban emparentados de alguna manera con ella. Marion era su cuñada y por eso mismo Meredith era como si fuera su propia prima, al igual que su marido. Después estaban la madre de Nick y de Marion, que también serían de la familia. Entonces posó la vista en la mujer castaña y menuda, Lady Cartwrigth, que parecía querer pasar desapercibida, y en el caballero imponentemente alto que estaba cruzado de brazos apoyado sobre un lateral de la chimenea, si no recordaba mal ese era Vincent Holdorf. Ninguno de los dos estaba relacionados con ellos y probablemente no debieran de estar ahí, pero si tan amigos eran de Damon, terminarían sabiendo la verdad, así que qué mas daba.
- Tratastéis de poneros en contacto conmigo.- Gabriel no pudo evitar sentir un nudo en la garganta.- No sabes lo mal que me sentí cuando supe que mamá no se encontraba contigo. Nadie de la casa pudo decirme que había ocurrido con ella, pero aseguraban que cuando llegaste allí, te encontrabas sola, y que tu madre había fallecido no hacía mucho.
Liseth asintió.
- Mamá siempre te tuvo presente, no hablaba mucho de ti. Aseguraba que eso le partía el corazón, pero quiso volver a verte antes de morir. Creo que sabía que lo haría y que por eso tomó la decisión de intentarlo de nuevo. No quería dejarme sola, lo sé....y fue entonces cuando conocí a Damon.- Terminó diciendo y los dedos de su esposo se clavaron en su hombro.
- Sabemos lo que ocurrió.- Aclaró Nick que había percibido como el gesto cada vez más natural de Gabriel volvía a endurecerse.
Meredith estaba muy confundida y se atrevió a hablar porque todo lo expuesto le preocupaba profundamente y quería ayudar, si eso fuera posible.
- Aseguraste que nos habías reunido para contarlo y después de todas esas frases a medias estoy completamente confundidad. Tu dices que lo estás y Liseth... Annie....¡ Tu esposa!.- Se dicidió por decir.- asegura que eso está por verse.
Damon pasó a explicar, lo sucedido. Cuando llegó a la parte de la boda amañada sintió como todas se ponían de parte de su esposa, censurándolo duramente a él. Nick abogó a su favor, diciendo que la confusión podía ser totalmente lógica y se ganó una mirada reprobatoria de Meredith. Gabriel en cambio, no dijo una palabra pero Damon sabía perfectamente lo que pensaba de todo ese tema. Cuando terminó su relato con la parte de su segundo encuentro temió ser bombardeado a preguntas pero el silencio volvió a adueñarse del salón como si cada uno de los presentes estuviera procesando la información a cuentagotas.
- ¿Entonces aún no sabéis si estáis casdos o no?.- Dijo Marion sin poder entender como algo así no se le había ocurrido a Shakespeare para alguna de sus obras.
- Estoy esperando la dirección dónde se encuentra el padre Tunner. Le escribiré y saldremos de dudas.- Lsieth tenía las mejillas sonrosadas debido a la vergüenza que sentía de que todas esas mujeres pensaran que estaba conviviendo con un hombre que bien podía no ser su marido.- Yo estoy segura que el matrimonio es legal, pero en el caso de que no lo sea, nos plantearemos si casarnos o no.
Damon la miró con dureza. ¿Acaso esa mujer se había vuelto loca?. Claro que se casarían no iba de dejarla ir de niguna de las maneras.
- Ese tema es privado, y os aseguro que la boda se realizará.- Le brillaron los ojos advirtiendo que alguien dijera lo contrario.
- Si ella no quiere casarse contigo, no lo hará.- Gabriel habló por primera vez después de haberse mantenido en absoluto silencio.
- No vas a impedir que lo haga. Thomas es mi hijo. Liseth mi mujer.- Damon dio un paso al frente para encararlo y Gabriel hizo lo mismo.
- Soy su hermano, y si Annie prefiere seguir soltera no dudes que la apoyaré. Si tengo que irme de Londres o del país y volver a Bostón para evitar las murmuraciones que sin duda surgiran por ser madre y no tener un esposo que la protega, lo haré.
- Vamos Gabe, deja que ellos solucione su problemas...- Lady Remington trató de interceder pero prefirió callarse ante la fiera mirada que Stanton le dirigió.
- Es mi familia y no voy a permitir que sea infeliz.- Terminó diciendo sin dudar.- Si Annie considera que fue un error cofiar en ti y no quiere volver a estar contigo...
-¿Y qué hay de Thomas?. ¿Serás capaz de alejarlo de su padre?.- Contraatacó Damon cada vez más furioso.
Gabe vaciló un instante antes de contestar.
- Podrás verlo cuando quieras. Será muy fácil que todos piensen que te aprovechaste de una señorita y no quisiste atarte de por vida.
Damon respiró agitadamente y Liseth miró a Gabriel asombrada. Pensaba que eran amigos y que le estuviera hablando tan rudamente hacía pensar lo contrario.
- ¿Y qué dirá la sociedad de la señorita de la que supuestamente me aproveché cuando dentro de unos meses pueda volver a tener un hijo mío?.- Damon no midió las palabras, ni siquiera las pensó.- Tendrá que casarse conmigo. Dos hijos ya no es motivo para compadecerse de ella.
Gabe levantó el puño para estamparlo sobre su amigo pero alguien volvió a sujetarlo con fuerza. Se revolvió con rabia tratando de liberarse pero era completamente inútil.
Damon lamentó al momento lo dicho. Se pasó las manos por el pelo y le dirigió una mirada cargada de pesar a Liseth pidiéndole perdón. Ella lo miraba atónita sin creer que él había sido tan poco caballeroso como para decir el grado de intimidad que habían compartido. Estaban casados y era lo normal pero, si no lo estaban, ella nunca debía de haberse dejado convencer por él. Existía la posibilidad de volver a quedar embarazada y si al final no seguían juntos....Cerró los ojos con fuerza. Damon era un patán.
Consiguiero que Stanton se tranquilizara y tras pedirles reiteradamente que lo soltaran, lo hicieron.
- Estaba pensando... ¿Con qué nombre firmaste el acta matrimonial, Liseth? -Todos se giraron hacia Lady Pru al oír la pregunta.- Puede que al final no sea legal.
Liseth apretó los manos sobre la falda de su vestido. Estaba tan cansada de todo ese asunto... En ese momento lo único que quería era hablar con Gabriel y que nadie los interrumpiera.
- Puse mi verdadero nombre, Anna Liseth Stanton.- Aseguró para no dejar la menor duda.
Nick se removió algo inquieto y sin dejar de controlar a Gabriel dijo en voz alta lo que pensaba.
- Según tengo entendido, vuestro padre nunca te reconoció, es más les dijo a todos que su mujer había fallecido en el hundimiento de un barco. Nadie saía de su embarazo. ¿Cómo puedes apellidarte Stanton?.
Liseth se puso blanca como la porcelana. Nunca había pensado en ello. Por primera vez tuvo serias dudas de que realmente estuviera casada.
- Yo....- Parpadeó varias veces y ordenó sus pensamientos que eran un torbellino dentro de su cabeza.- Cuando mamá llegó a Francia, todos pensaban que era viuda, solamente su hermana sabía la verdad. El tío Gerard, era secretario de un juez y le expuso el caso. Consiguió que al nacer yo, se me registrara con el nombre de casada de mamá. Siempre pensé que no habría problemas...
- Y no lo habría si siguieras en Francia, pero ahora estás en Londres y si a partir de ahora se te conocerá como hermana de Gabriel, más de uno recordará que su mujer murío y que nunca habían oído hablar de ti. Se comenzaran a preguntar porqué y terminaran averiguando, o inventando, la verdad. Sería desastroso que se descubriera que realmente vuestro padre pensaba que su mujer esperaba el hijo de otro y que por eso la expulsó.- Nick trataba de buscar una solución a todo ese embrollo y paliar en la medida de lo posible el escándalo.- Además él nunca te reconoció, no existe el documento que lo acredite por lo tanto no puedes ser una Stanton, y entonces el matrimonio no es válido.
Ya había escuchado bastante. Se puso en pie sabiendo que Laugthton tenía razón. Ella no podía estar casada y por mucho que dijera que se iba a pensar si aceptarlo o no, en el fondo sabía que lo haría. Lo amaba por encima de sus defectos y ahora podía ser que....
- Hay una manera de arreglar eso.- Vincent habló por primera vez.
Gabriel había sentido la pena de Liseth ante la noticia y lamentó no ser él mismo el que pensara en esa posibilidad.
- ¿De verdad?.- Se apresuró a decir.
Vincent se irguió con elegancia y apoyó las manos sobre el respaldo del sofá donde se encontraban Lady Remington y Lady Abbigail sentadas.
- Existe una manera de que se pueda reconocer a Anna como una Stanton. Solamente se necesita - Miró a Gabriel.- a alguien de la familia, en este caso serás tu, Stanton, que pueda reconocer el parentesco y además a otra persona de la que no pueda dudarse de su honor, alguien íntegro por completo, que asegure que él es testigo fidedigno de lo que se asegura. Sólo tienes que encontrar a la persona que se capaz de reunir esos requisitos y asegurar sin duda alguna que es tu hermana. Tendrá que ser alguien que fuera cercano a tu padre para que no sea posible dudar de su palabras.
Gabriel pensó en la única persona que no dudaría en ayudarlo.
- Lord Prescott.- Dijo aliviado, pero resuelto a hablar con él lo antes posible para solucionar aquello.- Me ayudará, en cuanto le plantee el problema, lo hará.- Dijo muy seguro.
- Entonces yo me ocupare de que alguien tramite cuanto antes todo el papeleo oportuno.-
Nick le agradeció su colaboración. Sabía que Vincent tenía contactos gubernamentales muy importantes.
- Entonces todo solucionado. Si Liseth es reconocida como una Stanton, el matrimonio es válido.- Damon quería dejar eso bien claro.
- Una cosa es que pueda llevar el apellido sin problema alguno y otra muy diferente es que esa ceremonioa fuera real. Tu mismo dijiste que le pagaste al supuesto cura.- Gabriel respondió casi sonriéndo ésta vez.
Damon no comprendía del todo el cambio de actitud de su amigo. Hasta hacía unos momentos parecía querer matarlo pero ahora lo miraba como si lo estuviera conociendo por primera vez y se divirtiera con lo que veía. Rechinó los dientes al escucharlo por que sus propias palabras se estaban volviendo en su contra.
- Si hubieras pensado antes de actuar. No la habrías traído a Londres antes de saber la verdad.- Le recriminó Gabe.
Lady Pru se sintió en la obligación de defender a su sobrino. Bastante había aguantado ya con mantenerse callada.
- Creo comprender su enfado, pero mi sobrino se ha hecho cargo de sus responsabilidades desde el primer momento en el que fue consciente de ellas. Para él su hijo y su esposa es lo primero y no dudó en traerlas a su casa para presentarlas como tales. Si el matrimonio no era válido, se celeraría una pequeña ceremonio y nadie tenía porqué saber en qué fecha exacta se casaron. Simplemente ha esperado a presentarla en sociedad porque ella ha insistido en ese punto y porque durante los primeros días estuvo bastante enferma en cama.- Respiró porque todo lo había dicho de una vez y prosiguió sin perder el ritmo.- Si no, cuando usted hubiera regresado se la habría encontrado en algun baile. Damon creyó hacer lo mejor para todos.
- Eso no lo dudo, pero ahora nos enfrentamos a mucho más...Un posible boda, un posible apellido, un posible escándalo cuando se sepa que mi madre no murío cuando se dijo...- fue enumerando levantando un dedo cada vez.
- Pero eso no es del todo culpa de mi sobrino.- Dijo suavemente pero sin dejarse convencer.
Gabriel aceptó a regañadientes que eso era verdad. Su propio padre tenía bastante culpa de todo lo que sucedía. Hasta años después de muerto era capaz de seguir poniendo obstáculos en sus vidas.
- Ahora tendremos que buscar como hacre callar los chismes.- Se aventuró a decir Meredith.- Tendremos que inventar el porqué nadie sabía que que Arlington estaba casado.
Marion y todas las demás estuvieron de acuerdo y los hombres se miraron entre sí, diciendose sin palabras, que en esos asuntos las mujeres les sacaban ventajas. Ellas podían inventar las más increibles historias en un abrir y cerrar de ojos.
- Tendremos que ceñirnos lo más posible a la verdad y así será más creíble.- Marion apuró a Lady Cartwrithg a que se uniera a ellas lo más pronto posible.- Creo que en primer lugar debemos de saber que decir respecto a que Anna Stanton siguiera viva como para dar a luz a su hija y que nadie supiera nada. Eso sin contar que el mismo esposo la creía muerta.
Liseth pudo apreciar la complicidad que había en sus miradas y supo que si le daban la oportunidad de unirse a su grupo, serían buenas amigas. La estaban ayudando sin apenas conocerlas y eso le decía que apreciaban mucho a Arlington.
- ¡Lo tengo!.- Lady Remington sorió muy complacida consigo misma.- Diremos que realmente la madre de Stanton murió pero no en el hundimiento como pensó su marido. Si no después de un penoso embarazo en el que la mayoría del tiempo estuvo en cama. Simplemente la confundieron al decir que la muerta era Anna porque llevaba un medallón con su nombre inscrito. Pero esa mujer se lo había robado y por eso el equívoco. Unas monjas, da igual el nombre, la admitieron porque ella estaba muy débil debido a unas fiebres pero consiguieron que viviera hasta el parto. Consiguieron averiguar quien era antes de que muriera y así se lo hicieron saber a su esposo, pero éste roto de dolor no se veía con fuerzas de tener a la niña con él y que no le recordara a su adorada esposa. Así que optó por encomendarles la educación de la pequeña a las monjas y en no desmentir la forma de la muerte de su esposa.
- Mamá, no sabía que tenías tanta imaginación.- Marion miraba asombrada a su madre.
- Puede pasar. Es algo rocambolesco, pero creo que es una explicación tan buena como otra cualquiera.- Estuvo de acuerdo Lady Abbigail.
- ¿Rocambolesco?. No creo que lo sea más que una hermana perdida, casada con un hombre que resulta que es el mejor amigo de su hermano el cual descubre su existencia a través de unas cartas y tras sonsacarle alguna que otra verdad a su tía loca.- Dijo Lady Remington molesta.
Gabriel que las escuchaba atentamente no tuvo más remedio que darle la razón.
- De acuerdo entonces, esa será la versión oficial....- Lady Pru miró a Liseth.- Lamento que tu madre no viviera hasta más tiempo pero entonces nadie creería que no se pusiera en contacto con su esposo. Y queda descartado totalmente la pérdida de memoria, creo que los novelistas abusan demasiado de esa probabilidad.
- ¿Y lo que vamos a decir nosotras no es el peor argumento de una novela?.- Meredith soltó una risita traicionera.
- Muy bien y ahora viene lo más complicado, ¿Qué podemos decir sobre la ausencia de Lady Arlington y su hijo durante tanto tiempo?.- Nick ofrecía las preguntas pero esperaba que fueran ellas las que tuvieran las respuestas.
Gabriel y Damon se miraron entre ellos comprendiendo el dilema en el que se encontraban.
- Y sobre todo como justificar que Damon haya sido tan indiscreto con su vida durante ese tiempo.- Gabriel no dejó pasar la oportunidad para clavar el dedo en la llaga.-
- Eso va a ser complicado.- Aseguró Lady Remington.- Todos conocen a Damon y no habrá nada que lo exonere, después de todo es normal que un hombre lejos de su esposa se comporte de esa manera. Con algo más de discrección, por supuesto, pero igual.
Liseth se removió en su asiento y lanzó una mirada cargada de cuchillos a su esposo. Ella en el campo y él...
- Podemos decir que Stanton le pidió a Arlington que buscara a su hermana y la trajera a Londres. Las fechas coninciden porque fue entonces cuando Gabe volvió a Londres y no pudo pedírselo a Nick porque no sabía que había vuelto de España.- Marion se animaba cada vez más.- Entonces se enamoraron locamente y se casaron.- Batió palmas varias veces por su icreible razonamiento.
- ¿Y si tan enamorados estaban como fue que él volvió a Londres sin ella?.- Meredith la miró tratando de que encontrar la respuesta.
- Ella creyó que él la engañaba con otra, no será muy difícil de imaginar, y lo abandonó si más.- Lady Cartwright veía esa posibilidad como la más lógica del porqué dos enamorados se separen.
- No creo que esa sea buena idea.- Damon intervino negándose a ser el malo de todo aquello.
- Pues tu deberías de darnos una razón aún más convincente para explicar porqué una abnegada esposa deja a su marido.- Soltó Lady Pru sorprendiéndolos a todos.- Es lo más creíble, lo siento.
Damon asintió aunque no le gustara el cariz que estaba tomando todo aquello.
- Entonces tras abandonarlo, Liseth embarcó hacía Boston donde se encontraba su hermano sin saber que él estaba haciendo el mismo camino pero a la inversa, y allí se dio cuenta que estaba embarazada, esperó a tener a su hijo para volver, pero después siempre le surgían las dudas de que una vez que regresara a Londres,para reunirse con su hermano, y Arlington supiera de su hijo, ella no volviera a caer en su hechizo. Y eso explicaría los años de ausencia.- Meredith las miró a todas para ver si estaban de acuerdo.
- Está bien pensado.- La felicitó Liseth.- pero entonces tendríamos que decir que cuando Damon me conoció y me llevó del convento de las monjas, solamente me dijo que mi hermano me había mandado a llamar y no que Gabriel regresaría a Londres. De esa manera cuando yo abandono al infiel de mi marido voy a Boston a buscar a mi única familia y no a su casa aquí en Londres.- Sintió que los ojos de Damon le taladraban cuando ella lo llamó marido infiel.
- Pero entonces todos supondrán que ocultaste tu embarazo a tu esposo, niña.- La señora Pearce miraba al supuesto hombre que se había casado con Annie tratando de descubrir que tipo de persona era, pero reconociendo que la miraba con posesividad. Después de todo parecía que de todo eso lío iba a salir algo bueno.
- Está bien, señora Pearce, Damon es un mujeriego en ésta historia y yo soy una mujer egoísta que quiere quedarse con su hijo para ella sola. No está tan lejos de la realidad.- Liseth cruzó miradas con Damon pero la apartó al ver como el le advertía con un brillo inusual que se contuviera de decir esas cosas.
Lady Pru sonrió al escucharla y le palmeó la mano.
- Cada uno debéis de llevar vuestra parte de culpa porque es imposible haceros quedar bien a los dos.- Le aseguró.- Solo podemos rezar porque ésta sea la verdad que prevalezca.
- Diremos que cuando volviste, escribiste a tu hermano y le dijiste que fuera a recogerte, pero que él conociendo tu enlace con su amigo, se lo dijo a Damon para intentar que existiera un arreglo entre vosotros. Por supuesto que Gabriel conocía la existencia de su sobrino y creyó que era el momento oportuno para decírselo al padre.- Lady Abbigail estaba muy metida en la historia.- Naturalmente, Arlington en cuanto lo supo, se presentó ante ti porque no había dejado de amarte y cuando os encontrásteis consiguió convencerte de que ésta vez era más maduro y que conseguiría hacerte feliz, que no te había olvidado por mucho que lo había intentado.
Todas suspiraron al unísono por tan bonita historia de amor.
Todas menos Liseth.
- Creo que lo mejor es contarle a alguien ésta versión de los hechos y que sea ella la que la deje correr. Nosotras solamente aclararemos, como si no fuera importante, algún que otro detalle.- Lady Remington sabía perfectamente como había que llevar todo éste asunto.- Tenemos que mantenernos al margen porque si insistiéramos demasiado en que es la pura verdad, comenzarían las dudas. No podemos evitar que no todos lo crean pero nos podremos dar por satisfechas si todos confían en que éste disparate es lo que sucedió en realidad.
El reloj marcó la diez de la noche y todos se miraron asombrados. Era realemente tarde.
- Si desean, aún podemos pasar a cenar. Yo por mi parte estoy famélica.- Lady Pru tiró de la campanilla para hacer que Ambrose apareciera y ordenar que comenzaran a servir.- Es un poco tarde, lo sé, pero después de tantas emociones no conviene irse a la cama con el estómago vacío.
Fueron saliendo uno a uno, sin que ninguno pusiera alguna objeción a la invitación.
- Liseth.- Damon la llamó para ser él mismo el que la acompañara al salón.
Ella miró a los dos hombres que parecían disputársela en ese momento y le sonrió a su hermano aunque colocó la mano sobre el antebrazo de su marido.
Cruzó la mirada con Marion y ésta la miró diciéndole que había hecho lo correcto.
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