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Capítulo XXX

HOLA DE NUE VO, YA ESTOY DE VUELTA!!! :)

OS HE ECHADO MUCHO DE MENOS PERO COMO DIJE EN EL ÚLTIMO CAPÍTULO QUE SUBÍ, Y EL DOMINGO PASADO EN EL MENSAJE QUE ENVIÉ A TODOS MIS SEGUIDORES, MI ORDENADOR ESTABA ESTROPEADO Y TUVE QUE PLANTEARME SI VOLVERLO A ARREGLAR O COMPRARME UNO NUEVO. AL FINAL ME DECIDÍ POR LO MÁS BARATO Y ESPERO QUE ÉSTA VEZ ME DURE ALGO MÁS....

AGRADEZCO VUESTRA PACIENCIA Y LAMENTO NO HABER PODIDO CONTESTAR A TODOS VUESTROS MENSAJES PERO ESPERO QUE ÉSTE CAPÍTULO OS COMPENSE LA ESPERA.

SIN NADA MÁS QUE AÑADIR OS DEJO LEER.....

¡¡¡BESOTES ENORMES!!!

***

Dejó que apareciera su famosa sonrisa y sin apartar la mirada de las visitas, rodeó con un brazo la cintura de su mujer que parecía haberse quedado muda de repente y el intenso rubor que le cubría las mejillas, se debía seguramente al percatarse de que las mujeres, que los miraban con distintos grados de asombro, habían escuchado perfectamente la última parte de su acalorado enfrentamiento.

Maldijo interiormente y sin dejar traslucir en su expresión lo contrariado que se encontraba, se comportó como si nada fuera de lo común estuviera ocurriendo.

- ¡Qué sorpresa!.- Dijo mientras arrastraba con él a una Liseth que intentaba recomponerse lo antes posible.- El tiempo pasa volando. Ahora subíamos a prepararnos para la cena, pero parece que no he calculado bien porque los invitados ya están aquí.....-

Besó una a una las manos que le ofrecían tratando de no obligarlas a marcharse por donde habían venido.

¿Qué demonios hacían allí a esas horas?.

Miró de reojo a Liseth que parecía no saber muy bien que hacer. Después de toda la inseguridad que tenía a lo que pudiera ocurrir esa noche, le sumaban aquella situación.... En fin, nada podían hacer ya para remediarlo, lo único que podía intentar era deshacerse lo antes posible de ellas y seguir con lo realmente le interesaba en esos momentos que no era otra cosa que las intenciones de su esposa de tener un amante.

No sabía si podía notársele o no lo alterado que estaba pero estaba haciendo lo posible por ocultar el mal genio que había descubierto que tenía.

¡Tantas cosas habían cambiado desde que esa fierecilla había irrumpido en su vida que ya apenas se reconocía!.

Lady Abbigail lo miró disculpándose por el momento tan inoportuno, al igual que Lady Remington. Lady Cartwright esbozó una tímida sonrisa y se limitó a quitarse los guantes con toda tranquilidad. Sin embargo Meredith y Marion paseaban la mirada de él a Liseth y viceversa sin tratar de disimular la curiosidad.

Liseth mantenía el rostro bajo tomando fuerzas para enfrentarlas.

- Lamento habernos presentado de esta forma pero se nos ocurrió saludarte......- Marion se calló al no ocurrírsele nada convincente que decir.- Está bien, éste no es el mejor momento, lo comprendemos, así que nos marcharemos y volveremos dentro de.....volveremos.-

Todas asintieron al instante sabiendo que habían interrumpido algo más que una simple desavenencia entre un matrimonio. Ninguna de ellas había visto a Damon tan furioso nunca y además, si mal no habían escuchado, le recriminaba a esa mujer el que tuviera pensamiento de buscarse un amante.

¿Qué mujer buscaría a otro teniendo a Damon?. Sin duda alguna los rumores eran ciertos y entre ellos jugaban a otras cosas aparte de a las cartas. ¿Sería su mujer o su amante?.

De pronto todos los ojos cayeron sobre Liseth que decidió en ese momento levantar la cabeza. No tenía nada de lo que avergonzarse, solamente de haber gritado como una verdulera y no había dicho más que la verdad, así que las enfrentaría y esperaba que la noche acabara pronto.

- ¡Eres tú!.- El grito sorprendido de Meredith hizo brincar a Lady Cartwright.- La mujer del parque....la de la cometa....- Fue diciendo mientras se acercaba a ella reconociéndola por completo.-

Liseth la miró con atención por primera vez desde su entrada inesperada y solo pudo asentir.

¿Porqué tenía tan mala suerte?. Las únicas personas que había conocido desde que llegó a Londres eran sus invitadas y se encontraban con semejante recibimiento....Al mirarlas bien, no supo poqué no pensó en ellas ante la descripción que le facilitó Damon, pero tan ocupada había estado deseándolo que no tenía la cabeza donde tenía que estar.

- Me alegro volver a verlas.- Susurró apenas y acompañó a sus palabras con una sonrisa ténue.- Lamento mucho todo ésto....-

Damon volvió a rodearla con su brazo para darle su apoyo.

- ¿Y bien, que os trae por aquí con tanta antelación?.- Les recriminó sin dejar de sonreír.-

Liseht se movió un poco para alejarse y él la sostuvo con determinación a su lado.

- Si quieres que te contestemos francamente.....- Marion cogió aire y Meredith le advirtió con la mirada me midiera sus palabras.- No sabemos si eres consciente de los rumores.- Damon, alzó la ceja con su habitual desparpajo.- Todos hablan de que tienes a una mujer viviendo contigo.- Miró a Liseth sonriéndole.- Claro, que no se ponen de acuerdo si es tu mujer o tu....-

- Es mi esposa.-

El tono en que Arlington cortó la frase no dejó ninguna duda al respecto. Todas se miraron algo incómodas.

- Aún no lo sabemos con seguridad.- Afirmó Liseth con rotundidad retando con la mirada a que Damon la contradijera.-

- ¿Ahora eres tu la que dudad sobre la veracidad de nuestro matrimonio?.- Le dijo sintiendo que volvía a enfurecerse.- No, la escuchen. Es mi esposa y no voy a permitir que se diga lo contrario.- Aseguró sin apartar la mirada de los ojos verdiazules.-

Las damas seguían la conversación cada vez más fascinadas.

¿Sería posible que ella lo estuviera rechazando?. ¿A Arlington?. ¿Al hombre que la mayoría de las mujeres daría lo que fuera porque les dedicara unas horas?.

- Hasta hace muy poco eras tu el que aseguraba que no existía ese vínculo entre nosotros.- Se encogió de hombros con elegancia.- Quizá me convenciste de que así era. De todas formas creo que me gustaría más seguir siendo soltera y poder ir y venir a dónde se me antoje.- Terminó de decir con un brillo peligroso en la mirada.-

Damon encajó la mandíbula y procuró respirar en profundidad antes de hablar.

- Tienes razón, pero también te dije que en el caso de que no fuéramos marido y mujer, lo seríamos muy pronto. De todas formas me perteneces. Ahora, mañana y siempre.- Terminó casi inclinado sobre ella y tuvo que parpadear para ser consciente de dónde estaba y quienes estaban presentes.-

Lady Abbigail cerró la boca que había ido abriendo debido al asombro. Jamás habría imaginado a Damon diciendo ese tipo de cosas y mucho menos que lo hiciera en público.

Meredith reaccionó a tiempo y se acercó hasta ellos tomando a Liseth por el brazo.

- ¿En serio eres su esposa?.- Preguntó alejándola un poco.- ¡Eso es maravilloso! ¿no es verdad?.- Preguntó en general sin esperar a que alguien contestara realmente- Pero tengo que decir que estoy muy desilusionada con Arlington. Desde que volvió no se ha dignado visitarme y contarme las buenas nuevas.-

- Pensaba hacerlo esta noche.- Se defendió.-

- Estás demostrando unos modales pésimos, Damon.- Intervino Lady Remington.- Aún no nos has presentado como es debido.-

Marion asintió dándole la razón. La ambiente estaba un poco cargado y aunque en primer lugar había pensado que era mejor dejarlos a solas, ahora no estaba tan segura de ello. Podían sacarse los ojos allí mismo sin importarles tener espectadores. Suspiró porque ella le había parecido muy simpática los pocos momentos que pasaron juntas, pero parecía que Damon no estaba feliz del todo.

Liseth miró las escaleras con añoranza. Tenía unas ganas locas de subirlas y encerrarse en su habitación pero eso era totalmente impensable. Bastante mala impresión estaba dando como para marcharse sin más. Y encima habían vuelto a lanzarse puyas mientras todas los seguían sin perderse una palabra.

¿Que estarían pensando de ella?.

Las miró una a una y descubrió que sus gestos oscilaban entre la curiosidad y el asombro, pero hasta ahora ninguno la censuraba.

- Tiene razón, Lady Remington. Déjenme presentarles a mi esposa, Liseht Arlington.-

Estuvo a punto de rectificarle y decir que ella era Liseth Trimble, pero se mordió la lengua y en cambio hizo gala de su mejor sonrisa.

Las saludó a todas como si se vieran por primera vez, pero el silencio que siguió parecía que iba a hacerle estallar de un momento a otro.

- ¡Vaya, así que sí que es verdad!. Estás casado.- Meredith aún no se lo creía del todo y más después de ese intercambio de palabras.- Lamento muchísimo que no confiaras en mi como para no contármelo desde el primer momento.- Lo dijo de forma despreocupada pero no pudo evitar la mirada dolida que trataba de ocultar bajando los párpados.-

- No ha sido así, pero no te preocupes que podré explicártelo más adelante.- Damon lamentó en ese instante haberla lastimado. Meredith era alguien muy dulce pero no dudaba que su enfado le duraría muy poco.- Ahora, si no les importa, mi esposa y yo tenemos que arreglar un pequeño asunto antes reunirnos para cenar.....- Les invitó a que se marcharan e incluso les señaló la puerta con la mano esperando que comenzaran a salir.-

Ambrose que se había mantenido apartado observando toda la escena, se apresuró a abrir la puerta.

- ¿Nos estás echando, Arlington?.- Lady Remington se burló de él, pero entendía que algunos asuntos se resolvían en privado.-

Lady Cartwright se despidió con una leve inclinación de cabeza pero no pudo salir porque dos hombres entraban en ese preciso momento.

Vincent saludó mientras que Nick buscaba con la mirada a su esposa y se dirigía hacia ella.

- ¿Ya saciaste tu curiosidad?.¿Qué te habría importado esperar unas horas más?.- Le murmuró rápidamente antes de saludar a Damon.- Lo siento, pero me fue imposible retenerlas. En cuanto supieron de los rumores que circulan....-

- No importa.- Damon lo interrumpió palmeándole el brazo y sabiendo que tardaría en poder a estar volver a solas con Liseth.- Liseth, querida, éste es mi buen amigo Nicholas Starling. Y Vincent Holdorf.- Le señaló al único de todos ellos que vestía de etiqueta.-

Liseth les correspondió al saludo algo turbada. En apenas unos minutos habían pasado de gritarse a estar inmersos en charlas sociales y aún sentía bullir la rabia dentro de ella. Tan fuerte que apenas podía hablar porque se atragantaba.

- Es mucho más encantadora de lo que Damon ha confesado.- Nick le escrutó con la mirada tan intensamente que la hizo sentir incómoda.- ¿No nos conocemos?. Me parece haberla visto en alguna parte......- Aventuró.-

- No lo creo, jamás había venido a Londres antes y la mayoría de mi vida he vivido en Edimburgo.- Le agradaba ese hombre. Tenía una mirada limpia que hacía sentirte a gusto a su lado.-

- ¿Has vivido en Edimburgo?. Nunca me lo has comentado.- Damon no pudo evitar la pregunta.-

- Es tanto lo que aún no sabes de mí.....- Le susurró fingiendo una sonrisa.-

Las damas comenzaron a hablar entre ellas y los hombres se quedaron aparte en unos segundos.

- Trataré de llevármelas lo antes posible, Damon. No puedes imaginarte lo enfadada que estaba Meredith cuando se ha enterado de que estabas casado.- Se pasó los dedos entre el pelo y miró de reojo a su mujer que parecía absorta escuchando a la de su amigo.-

- Eso no es del todo cierto, Nick, todas intentaban descubrir cual de todos los rumores era cierto, pero Meredith simplemente montó en cólera cuando supo que tu sabías la verdad y se la ocultaste.- Vincent tuvo que aclarar ese punto.- Parecían dispuestas a tirar la puerta abajo cuando venían hacia aquí.-

- Creo que mi esposa y yo les dimos algo mejor en lo que entretenerse.- Los dos lo miraron con atención.- Discutíamos aquí mismo cuando llegaron y parece que les calmó en gran medida no saber como actuar, pero os agradecería que volviérais más tarde. Necesito hablar a solas con Liseth.- Tan solo con pensar en lo sucedido......-

- Haremos lo que esté en nuestra manos.- Nick no estaba muy seguro de poder hacer lo que le pedía su amigo.-

***

- Perdona mi curiosidad pero.....estáis casados o no.- Marion tuvo la delicadeza de sonrojarse por su indiscrección.- Puedes contestar si quieres pero nunca había vista a Arlington tan posesivo con una mujer y la verdad es que como él asegura que eres su esposa...-

Lady Remintong censuró a su hija con la mirada. Todas habían sido testigos de lo ocurrido y se morían por saber lo que pasaba de verdad pero estaba segura que el mismísimo Arlington les contaría la verdad. No había que ser tan obvias, ¿verdad?.

Liseth miró a todas esas desconocidas porque aunque a dos de ellas las había visto con anterioridad, no podían decirse que fueran amigas íntimas. Sabía que se preocupaban por Damon, y eso las hacía apreciarlas de entrada pero se sentía fuera de lugar en ese momento y en completa desventaja.

- Es una historia muy larga que no dudo que conoceréis....se podría decir que existe una posibilidad del cincuenta por ciento de que lo estemos.-

La miraron sin comprender pero no se sentía con fuerzas suficientes de contar todo en ese momento. Seguramente Damon lo haría durante la cena sin entrar en detalles, claro.

- No te preocupes, entendemos tus reservas.- Lady Abbigail le acarició suavemente el brazo mientras le hablaba aunque realmente no entendía nada de nada.-

Al escuchar un parloteo infantil y una carcajada todos los presentes se volvieron al unísono hacia el lugar donde Minny cargaba con un Thomas muy alegre que sostenía en la mano un trozo de tela que agitaba mientras Darling y Thomas saltaban intentado alcanzarlo.

- Vas a conseguir que nos tiren, Thomas.- Se quejó Minny riendo pero cerró la boca cuando vio como varias personas los miraban atónitos.- Buenas noches.- Consiguió saludar, apenas.-

Meredith y Marion se miraron sin creer que hubieran olvidado al pequeño y después se giraron para encarar a Damon que cerró los ojos sabiendo lo que vendría a continuación.

El resto de damas no salían de su asombro al ir atando cabos y llegar a la conclusión de que ese niño no podía ser otro que hijo de Damon. ¿Pero cómo era posible si acababa de casarse?.

- ¡Papá!.- Thomás agitó los brazos buscando a su padre y ante la atenta mirada de más de una sonrió de tal forma que no hizo más que afirmar lo que sospechaban.-

Liseth se apresuró a cargar con él y lo besó. Damon por su parte hizo lo mismo.

No habían pasado más de cinco segundos cuando se desató la tormenta.

Nick aún no podía creerse lo que veía. El niño era el vivo retrato de Damon.

Vincent, se mantuvo en silencio y seguía todo con su habitual calma.

Lady Catwrithg se acercó al pequeño para verlo de cerca. Era un pequeño querubín. Tan precioso y adorable que no dudaba que había bajado del mismo cielo. El niño la miró con su ojos azules y la cautivó por completo.

- ¡Dios mío!.- Lady Remington se llevó una mano al pecho.- Las mujeres de Londres no tendrán paz. Este niño seguirá los pasos de su padre.- Murmuró para sí.-

Lady Abbigail miró a su hijo totalmente perdida y éste solo se encogió de hombros.

- En cuanto se sepa lo de éste niño, las lenguas se desataran con una fuerza desmedida.- Eso era aún peor que cuando Marion tuvo que lidiar con su falso compromiso.-

- ¿Cómo es posible?. Sabía que tenía razón.- Marion se felicitó a sí misma.- No podía ser de otra manera....pero ¿Cuándo?.-

- ¿Qué importa cuándo?. El caso es cómo es posible que se hayan casado hace tanto tiempo y ninguno supiéramos nada. Una cosa es hacerlo hace unos días, por un arrebato irrefrenable y otra muy diferente hacerlo y seguir como si uno fuera soltero.- Meredith estaba aún más confusa que antes.-

Todos hablaban al mismo tiempo y trataban de dar su opinión. Adulaban al niño que parecía feliz de recibir tanta atención y lanzaban miradas acusadoras al padre.

Damon dejó que se tranquilizaran un poco. Había pensado contarles la verdad durante la cena, y después, una vez que estuvieran puestos en antecedentes pedirles ayuda para que Liseth no se sintiera tan incómoda cuando fuera presentada en sociedad. Sabía que habría comentarios malintencionados sobre ellos. No habían vivido juntos durante más de dos años y tenían un hijo en común, además él había seguido su vida de libertinaje. ¿Cómo podía justificar todo eso?.

Y además ahora tenía que estar pendiente de que ella no se fijara en otro.....

Sonrió, aunque por dentro estaba que estallaba. El imaginar que Liseth fuera tocada por otro, que ella se entregara.... ¡Maldición y condenación!. No sabía que había ocurrido para que le planteara algo tan absurdo como eso pero pensaba dejar zanjado ese asunto antes de que ambos se fueran a dormir esa noche. La iba a amar con tal pasión y entrega que iba a saciar cada uno de sus anhelos más ocultos y sus deseos más íntimos. No iba a dejar que pudiera pensar en nadie más que en él, no iba a permitir....

Darling ladraba como loco porque el juego había terminado y Damon lo mandó a callar, cosa que el perro hizo en el acto.

- ¿Es por eso que decidiste casarte con ella?. ¿Te arrepentiste de haberla dejado embarazada o tu tía al enterarse de que tu eras el padre te obligó a hacerlo?.- Meredith le preguntó sin tapujos y él no supo que contestar inmediatamente.-

¿Qué tenía que ver su tía en todo eso?. Y no le hizo ninguna gracia que insinuara que él sabía de la existencia del niño pero que hasta ahora no había pensado en hacerse responsable tanto de él como de su madre.

Miró a Meredtih molesto pero cuando vio que ella lo miraba con simple curiosidad y no censurándolo se apaciguó.

- Nos casamos dos semanas después de tu propia boda, Meredith, por lo tanto nadie me obligó a nada.-

- Después de... Cada vez entiendo menos.-

Lady Pru escuchaba las voces que llegaban hasta su habitación. Miró la hora creyéndo que se había entretenido demasiado pero frunció el ceño al descubrir que aún era temprano.

¿Quienes podían ser entonces?. No había duda que eran varias las personas que charlaban animadamente, así que decidió bajar a investigar.

Había decidido dejar solos a su sobrino y a Liseth porque la conversación estaba tomando un cariz algo personal y ella era demasiado prudente como para estar en el medio, aunque luego le gustara dar su opinón por separado. Creía firmemente que esos dos eran dos mitades inseparables y que había que ayudarles un poco y a ella no le importaba hacer el papel de cupido.

Su habitación era la más cercana a las escalera y por eso el ruido de la conversación le había llegado fácilmente.

Se sorprendió de ver el vestíbulo tan concurrido. ¿Es que a nadie se le había ocurrido hacer pasar a las visitas a uno de los salones?.

Varias mujeres se arremolinaban alrededor de Liseth que sostenía a Thomas en brazos y le hacían todo tipo de carantoñas. Un hombre enorme se mantenía en silencio pero parecía no perder detalle de todo lo que ocurría. Al instante le recordó a su difunto marido. Su altura y su corpulencia eran muy similares y suspiró echándolo de menos. El dolor podía mitigarse con el tiempo pero los recuerdos eran eternos.

Bajó con cuidado hasta escuchar como una de las damas más jóvenes preguntaba si ella había obligado a su sobrino a casarse.

Rió sin poderlo evitar. Nada ni nadie podía obligar a Damon a hacer algo que no quisiera. Eso era algo que había demostrado desde bien pequeño y Thomas era exactamente igual que él. Testarudo como una mula pero lo sabía disimular muy bien bajo una buena dosis de encanto.

- Lamento decir, querida, que mi sobrino jamás me ha echo caso en lo más mínimo y ya ni hablar de las cosas importantes.- Anunción en cuanto estuvo junto a Damon.-

La pelirroja se sonrojó.

- Lo lamento, no pretendía insinuar...-

- No tienes nada que lamentar, querida.- Su risa demostró que no estaba molesta en absoluto.- Damon, si quieres puedes presentarnos, aunque ya se que usted tiene que ser Lady Laughton. He oído mucho hablar de usted.-

Damon dejó un momento a Liseht y comenzó a hacer las presentaciones. El vestíbulo estaba cada vez más lleno pero a nadie parecía importarle que no les hicieran pasar a otra estancia para estar más cómodos.

- Parece que por ahora no están interrogándolo muy duramente.- Vincent se dirigió a Nick que no dejaba de seguir todos los movimientos de su esposa pero que lo ignoraba por completo desde que había llegado.-

- Creo que aún están asimilando todo lo ocurrido y que aún no se reponían de la sorpresa de saber que realmente están casado para encontrarse que tiene un hijo mayor que Violet y Andrew.- Se cruzó de brazos con determinación sabiendo de lo que hablaba.- En cuanto todas asimilen la verdad comenzaran a hacer todo tipo de preguntas.-

- En mayor o menor medida, lo harán sin duda.-

Nick asintió con la cabeza.

- ¿Y Adam, no vendrá ésta noche?.- Preguntó cambiando de tema.-

- No lo creo, ya sabes que él y la alta sociedad no se llevan demasiado bien. Está mucho más a gusto en su mundo.-

- Lo sé, pero es algo que tendrá que superar con el tiempo. No todos somos iguales.-

- No creas que él no reconoce la diferencia pero, Adam, odia todo lo que sea aparentar y en este mundo de ricos y nobles, eso es primordial. Se aparenta riqueza, honradez, honor y hasta las mujeres aprenden a sonrojarse.- Dijo cínicamente lanzándole una mirada a Lady Cartwright.-

Nick le tuvo que dar la razón. Todo era mucho más de lo que aparentaba y menos de lo que se esperaba.

Todo exceptuando a Meredith y unos pocos más, por supuesto.

Thomas estaba cansado de que esas mujeres le apretaran los cachetes y le tocaran el pelo. Apoyó la barbilla en el hombro de su madre y allí, algo apartados de todos estaban Darling, mirándolo fijamente con la lengua colgando hacia un lado de la boca abierta, y Thomas, tumbado con la cabeza apoyada en las patas como si estuvieran aburridos de esperar.

Agitó el trapo que sostenía aún en la mano con energía y los dos perros se prepararon para seguir con el juego. Tras la segunda llamada del ondulante paño, avanzaron unos pasos para luego detenerse y mirar a Damon que hablaba sin prestarles atención alguna.

El niño volvió a mover su brazo y les lanzó una sonrisa provocadora. Ambos no pudieron contenerse más y se abalanzaron para tratar de capturar el motivo de sus juegos entre los dientes.

Liseth fue empujada y cayó hacia delante pero Meredith y Marion, que estaban frente a ella consiguieron frenarla.

- ¿Que....?.-

No pudo averiguar que ocurrría cuando sintió los ladridos justo detrás y como Thomas reía. De pronto algo tiró de ella hacia atrás y gritó.

Damon observó sin poder hacer nada, como los perros empujaban a Liseth para tratar de alcanzar el paño que Thomas les mostraba. La empujaron, y al caer de nuevo al suelo una de las patas se enganchó en el encaje del vestido llevándosela al suelo con ellos. Estiró el brazo y consiguió sostenerla antes de que cayera por completo. Ella le sonrió agradecida pero cuando iba a levantarla, Darling vio su oportunidad y de una dentellada se llevó el paño y parte del vestido.

El desgarro de la manga le sorprendió pero lo que la dejó sin palabras fue que algo caliente le bajaba por la piel humedeciéndole la ropa.

- Ambrose, llévate a los perros de aquí.- Damon tomó a Thomas, en cuanto consiguió poner en pie a Liseth y se lo entregó a Marion que era la que estaba más cerca.-

- Solo estaban jugando.- Lady Pru no pudo más que aclarar ese detalle-

El mayordomo trataba de capturar a los perros que creían estar jugando y correteaban entre las piernas de todos haciendo imposible que los atraparan.

- Lo sé, pero este no es momento de juegos.- Bastante nervioso estaba ya como para aguantar las trastadas de esos dos animalitos.- ¿Te encuentras bien?.-

Damon le colocó la mano en la mejilla y al retirarla la dejó manchada de algo rojo. Ella lo miraba con los ojos abiertos y asustados.

- ¿Qué diantres...?.- Se miró la mano y luego giró a Liseth. Tenía el hombro lleno de sangre.- ¡Por Dios!.- Se asustó más al escuchar a las mujeres chillar y comenzar a revolotear alrededor.-

- No es nada.- Liseth consiguió hablar y hacerse oír.- Apenas me duele, son simples arañazos.-

Parecía que nadie la escuchaba.

Minny salió corriendo a la cocina en busca de lienzos y agua para limpiar a su señora.

Nick, a pesar que sabía que no era nada grave, fue por una silla por si Liseth se mareaba y Vincent decidió traer alguna más porque por lo visto el estíbulo se había convertido en la parte más frecuentada de la casa.

Nadie se percató de que llamaban a la puerta y que tras insistir varias veces, decidieron entrar sin esperar más.

Gabriel Stanton había llegado.

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