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Capítulo XXIII

HOLA A TODOS!!!

ALGO TARDE, PERO YA ESTÁ AQUÍ :)

ESTE ES ALGO MÁS LARGO QUE MI MEDIA, PERO ES QUE NO PODÍA DEJAR LA ESCENA FINAL A MEDIAS!!!

ME ALEGRA VER QUE SEGUÍS COMENTANDO A PESAR DE LA BREVEDAD DE LOS CAPÍTULOS JAJAJAJA

EN FIN, QUE PASÉIS UNA BONITA SEMANA Y ESPERO QUE OS GUSTE!!

¡¡¡¡¡BESOTES ENORMES!!!!

***

Cerró los ojos elevando el rostro para que los rayos del sol pudieran entibiarle la piel.

No se había dado cuenta de lo que echaba de menos el poder estar disfrutando del aire libre y de una tarde como aquella. Ciertamente, Green Park no era igual que los prados que rodeaban Gloucester, había demasiadas personas, demasiado ruido de charlas y relinchos, pero haciendo un esfuerzo casi podía olvidar que se encontraba en Londres rodeada de mansiones y que en cambio estaba rodeada de naturaleza salvaje.

Aspiró y expulsó el aire muy lentamente. Tendría que venir más a menudo para conseguir relajarse. Su vida había cambiado muchísimo en poco tiempo y la verdad es que estaba feliz como nunca pensó que llegaría a estarlo. Se había acostumbrado tanto a tomar todas las decisiones y a su solitaria vida que el saber que podía contar con otra persona en la que poder apoyarte y pedir opinión era bastante reconfortante y si a eso se le añadía que estaba locamente enamorada....

Miró alrededor al oír gritos y ladridos provenientes del escandaloso grupo de niños que jugaban intentando elevar una cometa. Un poco alejados se encontraban Minny y Aaron charlando pero sin quitarles ojo a los pequeños que parecían que habían encontrado con quien jugar. El niño y la niña se parecían como dos gotas de agua aunque había diferencias notables entre ellos como el color del cabello. El de él era negro y el de la niña de un rabioso pelirrojo. Podían tener la edad de Thomas y los tres perseguían, correteando de aquí para allá, a David que era el encargado de mantener la cometa en el aire. Los perros tambíen parecían felices pero Liseth se preocupó de que empujaran sin querer a alguno de los pequeños. Aún su estabilidad no era demasiado buena y aunque caían y se volvían a levantar como si nada, una demostración de cariño demasiado efusiva por parte de uno de los perros podía hacerles daño. No se preocupaba demasiado por su hijo, sabía que no le pasaría nada, pero los otros niños....

Suponía que las mujeres que se encontraban a pocos metros de ella eran las madres de al menos ellos por el pelo rojizo. Definitivamente sí, ellos eran hijos de la distinguida pelirroja, no había duda. La mujer miraba sonriente como se divertían los críos mientras contestaba a su acompañante. Más allá se encontraba una muchacha que suponía que formaba parte del servicio de las damas.

Volvío su atención a las mujeres. Eran muy elegantes y se arrepintió de nuevo de no haber pensado antes de salir. Su vestido era de buena calidad pero nada comparable a los tejidos y encajes que ellas llevaban. Suspiró resignada. Nada podía hacer en esos momentos y ahora solo le quedaba disfrutar de la tarde.

Se levantó de la manta en la que estaba sentada cuando vio que Thomas empujaba a la niña para tirarla al suelo. Ella lo miró atentamente, sin llorar como había esperado que hiciera, y entonces su hijo la ayudó a levantarse, o más bien trató, porque los dos terminaron revolcándose en la hierba. El otro pequeño pareció entenderlo como un juego y se tiró encima de ellos haciendo que los dos perros los lamieran dejándolos completamente empapados. Cuando llegó a su lado y consiguió tenerlos a todos de pie. Las risas eran generalizadas y ahora era ella la que estaba siendo atacada por dos lenguas babosas.

David la miró enseñando los dientes y con los ojos brillantes.

- Creo que la prefieren a usted.-

- Debe de ser el jabón que utilizo.- Dijo entre risas mientras se alisaba la falda.-

- ¿Sabe, hacía mucho que no me divertía tanto?.-

Liseth lo miró con cariño y le revolvió el pelo.

- Espero que no sea la última vez que lo hagas porque estoy segura que a partir de ahora serás muy feliz y nosotros también al tenerte cerca.-

David sonrió antes de abrir mucho los ojos y tratar de lanzar una advertencia.

Liseth fue empujada hacia delante e intentó no caer sobre David, terminó cayendo de bruces y consiguiendo que la boca se le llenara de hierba.

- ¿Se encuentra bien?.-

Aaron estuvo a su lado al instante para ayudarla y casi lo había conseguido cuando se pisó el filo de la falda y perdió de nuevo el equilibrio haciendo que esta vez que los dos terminaran enredados y espatarrados sobre el suelo.

Parpadeó debido al golpe y comenzó a escupir las briznas que aún tenía entre los labios. Las risas de los pequeños se contagiaron y todos terminaron casi llorando por lo absurdo de la situación.

Liseth se sacudía las manos llenas de tierra cuando vio un par de damas que se acercaban casi a la carrera. Sabía quienes eran, por supuesto, y estaba preparada para que le pidieran explicaciones del porque sus hijos estaban completamente manchados debido a la efusividad de sus animales.

- ¿Se encuentra bien?.- Dijo la pelirroja poseedora de unos maravillosos ojos violetas.-

- La vimos caer y temimos que se hubiera lastimado.- La rubia la miraba francamente preocupada.-

Liseth paseó la mirada de una a otra sorprendida que se angustiaran por ella y no por los dos pequeños que ahora estaban rodando por la hierba como si fueran pelotas.

- Sí, no tienen porque preocuparse. Sólo ha sido una caída tonta.- Se puso en pie con la ayuda de Aaron y David y las miró avergonzada.-

Ambas comenzaron a reír al ver que no había sucedido nada grave y les fueron quitando los rastros de hojas secas del pelo y el vestido.

Liseth estaba abrumada. Le habían dicho que la gente de Londres, sobre todo los que disfrutaban de buena situación económica, y sin duda esas mujeres lo hacían, eran bastantes estirados y no sólían ser demasiados amables con aquellos a los que no conocían o que no fueran de su nivel social. Ellas parecían todo lo contrario y se encontró devolviéndoles la sonrisa sin reparos.

- Lamento si mis hijos son demasiado alborotadores. Generalmente, Andrew es bastante tranquilo al contrario que Violet, pero parece que lo único que necesitaba es otros niños y animales a su alrededor para que fuera un torbellino.-

A Liseth no se le escapó que a pesar del tono quejumbroso la mujer adoraba a sus hijos.

- Son un encanto, Meredith, y son sólo niños, además si mi esposo se entera de que su ahijado está siendo criticado.....no te lo perdonará.-

Las dos se miraron entre risitas, compartiendo un secreto y Liseth las envidió. Ella no había tenido la posibilidad de tener una amiga con la hablar y compartir dudas, miedos, alegrías o tristezas. Aunque eso lo había hecho con su madre pero a veces necesitaba hablar con alguien de su edad que comprendiera sus inquietudes y más a hora que parecía que su vida era un contínuo sube y baja. Quería que llegara el momento de que discurriera por una apacible y llana vereda.

- Tiene unos hijos preciosos.- Liseth no supo que más decir pero no dudo en decir la verdad.-

La pelirroja, que si mal no recordaba se llamaba Meredith, la miró orgullosa y asintió varias veces.

- Sí que es verdad, aunque está mal que yo lo diga. Son totalmente adorables.-

La rubia tosió camuflando una carcajada.

- Se nota que son tuyos. Todos los padres dicen lo mismo.-

- Es verdad.- Dijeron a duo Meredith y Liseht.-

Las tres se echaron a reír sin poderlo evitar.

- Mi prima y yo comentábamos que el suyo parece un verdadero ángel y que si no supiéramos que era totalmente imposible, sabríamos quien es el padre.-

- ¡Marion!.- Meredith estaba escandalizada por su descaro.- No le preste atención es solo que el pelo rubio y esos ojos....-

Liseth apenas las escuchaba en esos momentos porque ahora parecía que David estaba en problemas. La cuerda de la cometa había terminado enrollada en su cuerpo y era incapaz de salir del aprieto por lo que los tres pequeños habían aprovechado para sentarse y dejarse caer una vez tras otra sobre él.

Las tres mujeres se lanzaron a ayudarlo mientras que Aaron y Minny sostenían a los perros que pretendían incorporarse a la diversión.

Tardaron un buen rato en poner orden y cuando lo consiguieron todos parecían haberse divertido bastante.

- Creo que tendremos que irnos antes de lo previsto.- Se quejó Liseth al ver el estado en el que se encontraban los niños. No había un solo sitio donde no estuvieran manchados.-

- Lo lamento.- David bajó los ojos al suelo compungido.-

- Vamos, es sólo ropa, y siempre puedes ponerte algo nuevo de lo que Lady Pru te compró.- Le dijo guiñándole el ojo para animarlo. Bastante regaños había tenido en su vida como para que ahora ella le riñera por algo tan nímio.-

- Nosotras también nos marcharemos. Espero que coincidamos de nuevo. Solemos estar en este mismo lugar si el tiempo lo permite.- Meredith tomó la mano del pequeño Andrew que parecía que aún no quería marcharse.-

- Acabo de llegar a Londres pero seguro que nos volveremos a encontrar.- Liseth recompuso la ropa de Thomas y se lamentó cuando vio que le faltaban varios botones.-

- Liseth.....-

David la miraba con los ojos desorbitados y haciéndole señas hacia la niña que parecía no querer soltarle. Lo tenía agarrado de la mano con tal fuerza que le clavaba las dedos en la piel y lo miraba con adoración infinita.

Marion rió al ver la situación y Meredith volteó los ojos. Su hija parecía que había encontrado a un nuevo amigo al que adorar. Esa mirada sólo la tenía reservada para cuando se encontraba con su padre o con su tío.

- Vamos, Violet, deja que se marche y así podrás volverlo a ver mañana. A los hombres hay que darles tiempo para que se acostumbren a una.-

David se relajó en cuanto la pequeña lo soltó con desgana y se alejó para que no volviera a incomodarlo. No estaba acostumbrado a tratar con niñas y le hacían sentirse raro.

Se pusieron en marcha tras despedirse alegremente.

Meredith miró a sus hijos que parecían haber perdido parte de su energía. No sabía si era debido a lo que habían corrido o a que sus amigos ya no estaban.

- Es increible.- Marion se daba golpecitos con el dedo en la barbilla.-

- ¿Qué en concreto?.- Sabía que cuando hacía eso algo importante le pasaba por la mente.-

- De lejos se parecía bastante, pero de cerca....Si no estuviera completamente segura que Arlington no tiene algún hijo pensaría que Thomas es suyo.-

Las dos se mantuvieron en silencio.

- ¿Crees que es la mujer que se dice que llegó con él?.- Meredith estaba atando cabos sin saber si estaba en lo cierto.-

Marion se encogió de hombros. Habían escuchado los rumores pero no quería darles más crédito de lo que debía.

- No me imagino a Damon metiendo a una amante en su casa, y a su hijo. Además nada se ha dicho de hubieran niños acompanádolo. Tiene que ser un familiar o algo así. Es hijo único pero su familia es bastante extensa.- No estaba del todo convencida.- O siempre puede ser una casualidad, el niño es todavía muy pequeño y quizá nos lo recuerda demasiado. El pelo y los ojos es algo general...Sin duda estamos viendo fantasmas donde no los hay. ¿Cómo podría haber tenido Damon un hijo y no decirlo ni siquiera a su mejores amigos?.-

Se miraron dando el asunto por concluido. Sus maridos los sabrían y por supuesto ellas también.

- No nos hemos presentado. Pensará que somos unas maleducadas. Ella se llamaba Liseth, al menos así la llamó el muchachito.-

- Sí, Liseth. Bonito nombre. Estoy segura que la volveremos a ver y entonces podremos hacerle todas las preguntas que queramos para saciar tu curiosidad.-

- ¿La mía?.- Meredith no puedo evitar mirarla sorprendida.- De las dos, la más cotilla eres tu, sin duda. Sacaste lo peor de la familia.-

Marion persiguió a su prima sermoneándola a medida que apresuraba el paso para alcanzarla.

***

Los pequeños pasos que daba Thomas la estaban dejando atrás. Decidió llevarlo en brazos el resto del camino. La próximoa excursión la harían en carruaje y así no habría problemas con las quejas de los pequeños de que estaban cansados.

Lo alzó y tras acomodarlo lo mejor posible reanudó su camino. No había dado unos pasos cuando chocó contra alguien por no ver por dónde iba. Unas manos la estabilizaron e impidieron que cayera al suelo pero al ir a dar las gracias y disculparse por su torpeza las palabras se negaron a salir.

Allí frente a ella estaba Lord Ives.

Pensaba que nunca más se lo encontraría pero estaba visto que sus esperanzas habían sido demasiado optimistas.

- ¿Liseth?.- La miró entornando los ojos para después abrirlos con sorpresa.- Por supuesto que eres tu.-

Se alejó de él. Su último encuentro no había sido algo como para recordar con agrado.

- Lord Ives.- Lo saludó con un ligero movimiento de cabeza y pasó por su lado para marcharse lo más rápido posible.-

- Me alegro de verte y comprobar que te ha ido bien.- La detuvo asiéndola por el brazo y deslizó la mirada de ella al niño que mantenía fuertemente sujeto.- ¿Es tu hijo?.-

- Lady Arlington, ¿Está todo en orden?.-

Lord Ives mostró enfado por la interrupción y después sorpresa por el tratamiento que le habían dado a la muchacha.

- Sí, Aaron, el caballero ha impedido que vuelva a tropezar.- Dijo con torpeza y deseando alejarse.- La culpa ha sido totalmente mía por no mirar por donde camino. Muchas gracias de nuevo.-

Se sintió mucho más tranquila cuando sus dedos la soltaron y buscó un tema de conversación que borrara la preocupación del rostro de Aaron. La conocía bastante y sabía que notaba su nerviosismo.

Por el rabillo del ojo comprobó que Lord Ives se encontraba en el mismo sitio y no daba señales de querer seguirla.

***

Llamaron a la puerta de comunicación entre las dos habitaciones pero no esperaron a que pudiera dar el permiso para entrar cuando Damon ya estaba abriendo y sonriendo con desparpajo.

- ¿Estás lista?.- Le dirigió una mirada apreciativa antes de acercarse a ella y darle un beso corto pero intenso.-

Liseth evitó mirarlo a los ojos. Todavía se sentía algo cohibida cuando le hacía esas demostraciones de cariño y sabiendo que los estaban esperando no quiso tener la tentación tan cerca. Podía muy bien perderse en un beso y terminar por no dejarlo ir.

- Sí, podemos bajar cuando quieras.- Se miró en el espejo del tocador por última vez para darse el visto bueno. Más por hacer algo que porque le hiciera falta. Había hecho lo que había podido con su apariencia.- ¿Sabes porque Lady Pru quiere hablar con nosotros antes de la cena?.-

Casi saltó cuando sus brazos la rodearon desde atras y él se pegó a su espalda.

A través del espejo podía ver como inclinaba su cabeza para capturar el lóbulo de la oreja entre sus dientes y succionarlo produciéndole temblores por todo el cuerpo.

- Ummmm. Estás preciosa y sabes de maravilla.-

Se rió algo nerviosa y cerró los ojos cuando sus labios se desplazaron por su cuello haciendo que le hormigueara la piel.

- Damon...- Le advirtió casi sin voz. No sería capaz de oponerse si seguía seducéndola.-

- Tienes razón.- Se apartó de mala gana.- Esta noche.- Le recordó mientras la acompañaba hasta la puerta.-

***

- Por fin....-

Lady Pru los recibió con una enorme sonrisa, aunque algo inquieta, y David se levantó tan pronto entraron en la habitación con claros signos de nerviosismo.

Liseth estaba bastante intrigada. Había notado cuchicheos entre la dama y el muchacho los últimos días y se había preguntado en más de una ocasión que se traerían entre manos.

Damon por el contrario estaba francamente divertido al ver a su tía rehuirle la mirada. Más no era que se le viera culpable, sino más bien parecía que tuviera que hacer una confesión y no sabía muy bien por donde empezar.

- Ya nos tienes aquí.- Ayudó a sentarse a Liseth y él lo hizo a su lado, quedando Lady Pru y David enfrente. Thomas estaba en el suelo jugando con su caballo de madera preferido.- Y ahora espero que nos saques de ésta incertidumbre. Liseth ha estado mordiéndose las uñas hasta hace un momento.- Fingió no darse cuenta de la mirada acusatoria de su mujer y se limitó a coger una de sus manos, llevarlas hasta su pierna y cubrirlas con las suyas.-

Lady Pru trató de que David se sentara de nuevo pero parecía que el niño estaba clavado en el suelo. A Liseth le tenía bastante intrigada su actitud y le sonrió para tranquilizarlo un poco, él le devolvió una tensa sonrisa y le rehuyó la mirada.

- Bien, de todos es sabido la forma en que David llegó a nuestras vidas.- Lady Pru le acarició el brazo y lo miró con ternura.- Pretendo hacerme cargo de su educación de aquí en adelante. Es algo que he pensado mucho. No tengo hijos y aparte de Damon no me queda más familia, siempre tuve deseos de tener al menos una docena de hijos pero parece que el destino tenía otro final para mi.- La mirada se le perdió durante unos segundos, sumidas en recuerdos.- Ahora tengo la oportunidad de demostrar que podía ser una madre excelente, que puedo serlo, y me gustaría tener vuestra aprobación.- Continuó con mayor seguridad.- Nadie creerá que es hijo mío por lo que diré que es familia de mi difunto esposo. El muchacho quedó huérfano y yo me responsabilicé de él. Diremos que su nombre es David McArthur, no creo que nadie compruebe si es cierto o no, y además los McArthur son tantos que será imposible seguirles el rastro a todos.-

David miraba al suelo y jugaba con la puntera de su bota demasiado avergonzado y creyendo que se negarían a que formara parte de su familia.

Liseht sintió alegría por él y a la vez tristeza de no haber sido ella mismo la que lo propusiera. Había estado tan segura de que se quedarían con David que lo había dado por hecho y no había pensado en que el pobre niño necesitaba escucharlo para saber a que atenerse. La adoración que vio en el rostro del muchacho la mirar a Lady Pru le confirmó que realmente sentía un cariño verdadero por la dama.

Y lo mejor de todo es que era completamente retribuido.

Miró a Damon con alegría y se sorprendió de verlo muy serio. No estaba acostumbrada a ese gesto en su cara.

- ¿Y tu qué opinas sobre esto, David?.- Damon sonrió en ese momento y Liseth se tranquilizó por completo.- Espero que cuides de mi tía. Le tengo bastante aprecio y no me gustaría que le dieras muchos disgustos.- Bromeó esperando con curiosidad la respuesta.-

David cuadró los hombros y lo miró de frente. Parecía que todo rastro de timidez había desaparecido para afrontar como un hombre el que se le juzgara.

- Milord....- Comenzó con decisión.-

- Si vamos a ser familia creo que puedes llamarme Arlington, aunque pensándolo mejor, Damon me gusta mucho más.- Le guiñó un ojo consiguiendo que el niño se relajara por completo.-

- Arlington...- Dijo mirándolo y sonrojándose un poco.- Tengo que acostumbrarme a llamarlos...Damon, lo siento.- Se rascó la cabeza mientras se disculpaba y carraspeaba aclarándose la garganta.- Sé todo lo que han hecho por mi y nunca sabrán todo lo agradecido que estoy. Nunca nadie se preocupó demasiado por mis necesidades. Bueno, quizá Rosie sí lo hiciera, pero a lo que me refiero es que nadie me dio nada sin esperar algo a cambio. Hasta ahora tenía un sitio donde dormir y algo que llevarme a la boca, compartiéndolo con Perro, a cambio de mi trabajo y entonces aparecen en mi vida y me demuestran que no todos son iguales y que puedo aspirar a tener lo más parecido a una familia. Eso es algo que nunca había soñado.-

A Liseth se le llenaron los ojos de lágrimas y Damon le apretó la mano dándole ánimos y diciéndole que sabía como se sentía. Lady Pru sacó un pañuelo y no tuvo reparos en sonarse delante de todos.

- Les aseguro que querré a Lady Pru como si fuera la madre que nunca tuve.- Frunció el ceño pensando en las palabras utilizadas.- Creo que ya la quiero como tal.- Miró a la mujer de reojo para ver su reacción ante su confesión.- Sé que ella lo hará como el hijo que siempre esperó y espero no defraudarla nunca.-

- No lo harás, y no te quepa la menor duda de que para mi eres mi hijo.- Lady Pru trató que se le entendiera entre sollozos.-

Thomas pareció comprender que algo ocurría y se abrazó a la pierna de David con fuerza mientras tiraba de su mano. David le miró con cariño antes de continuar.

- Sé lo que usted hizo por mi, milady. Salvó a Perro aquel día de las manos de Eddie y eso es algo que le estaré eternamente agradecido, por lo que le prometo convertirme en el mejor de los hombres y así poder cuidar siempre de Thomas. Es demasiado pequeño y necesita ayuda y yo puedo prestársela.-

Liseth asintió sin poder hablar. No se le había pasado por alto que había mencionado solamente la salvación de su mascota pero que no había hecho alusión a la suya propia. Eso decía mucho de los buenos sentimientos de David. Realmente sería un maravilloso hombre y ella estaría encantada de verlo crecer y llegar a ser tan grande como había prometido.

- Y a usted...Arlington, no le quepa la menor duda que soy consciente del papel que desempeñó y por eso le voy a ofrecer lo mejor que tengo, porque sin usted hubiera sido imposible marcharme de la posada y así encontrar a la que ahora puedo llamar familia.-

Damon elevó una ceja pensando a que se refería con "...ofrecer lo mejor que tengo".

- Perro... - David se dio unas palmaditas en el muslo esperando que el animal se colocara a su lado.-

Damon estaba a punto de decir que no necesitaba desprenderse de su mascota pero por algún motivo se mantuvo en silencio. No iba a permitir que el niño pensara que le debía algo. No pensaba aceptar a lo que había sido su único amigo durante años como pago por algo que no debería de considerarse como tal.

- Desde que Perro llegó a mi, me negué a ponerle un hombre hasta que no encontrara el adecuado. Un nombre es algo muy importante que no debe decidirse a la ligera. Eso nos identifica y somos reconocidos ante el resto por él.- Se encogió de hombros como si no supiera explicar muy bien lo que quería decir.- Bueno, ahora sé el nombre que quiero ponerle.- Los miró uno a uno a los ojos antes de decir con taotal convicción.- Se llamará Darling.-

Nadie habló.

Damon entrecerró los ojos pensando en qué exactamente le estaba ofreciendo David. Según lo que él mismo había dicho, era lo mejor que tenía. Pero si era el nombre de Darling, no le encontraba sentido alguno.

- Te lo agradezco.- Le dijo en cambio para no hacerlo sentir mal.-

David cabeceó con solemnidad.

- Espero que no le haya molestado que le llame así, sé que es un perro y que ese nombre puede llevar a errores, es demasiado... dulzón, pero es un perro y no creo que le importe. Además por muchas vueltas que le dí, no me decidí a llamarlo Damon, porque sé que no le gusta que Thomas se llame igual a su hijo y Arlington estaba descartado por el mismo motivo. Así que uní la "D" de su nombre con el "Arling" de su apellido....Arlington y me salío Darling.-

Lady Pru se tapó la boca con la mano para evitar una carcajada y Liseth comenzó a toser para disimilarlas. Damon se quedó muy quieto sin saber como reaccionar.

La mirada fija de David le hizo imposible negarse. Le había puesto ese nombre a su perro en su honor. Había esperado años a encontrar uno adecuado y por fin se había decidido.....no podía decirle que de niguna manera aceptaría que un perro llevara su nombre.

Se levantó y le extendió la mano.

- Será un honor para mi, llamarlo Darling desde este momento.-

La sonrisa complacida de David fue recompensa suficiente para Damon.

El ladrido de Darling no tanto.

***

Layd Pru aún sonreía cuando David desapareció de la habitación seguido por los animales.

- No me negarás que es una ricura de niño.-

Damon asintió sin darles motivo para que siguieran con la broma.

- Me alegro que David cumpla tus expectativas.- Dijo en cambio.-

- Lo hablé antes con él. Quería estar segura que aceptaría.-

Liseth la abrazó con mucha fuerza.

- Me encanta que tomaras esa decisión. Damon y yo habías hablado sobre él. Pensábamos hacernos cargo nosotros pero te nos adelantaste.-

- De todas formas será parte de la misma familia. Sólo he sido un poco egoísta y me he apropiado de él.- Lady Pru miró a Damon preocupada.- ¿Estás molesto?.-

Damon negó sorprendido por la pregunta.

- ¿Por el nombre?. Me ha sorprendido pero....-

- No por eso.- Hizo aspavientos con una mano para quitarle importancia a ese detalle.- Sino porque lo haya tomado bajo mi ala.- Se removió inquieta apartando la mirada.- Será como mi hijo y como tal pienso nombrarlo en mi testamento. Hasta ahora sólo estabas tu, claro, que te dejaré algo....-

Damo cortó antes de que pudiera continuar. Veía claramente por donde quería ir su tía pero no quería que se preocupara en vano y mucho menos que gastara saliva hablando sobre ello.

- Querida Tía Pru, es tu fortuna y con ellas puedes hacer lo que buenamente quieras. Esperaba que me lo legaras a mi, pero solamente porque no tienes otro pariente. Si el que David haya llegado a tu vida significa tener que renunciar a algo que nunca llegue a tener...- Abrió las manos para expresar que no pasaba nada.- Haz lo que creas conveniente.-

Lady Pru suspiró aliviada.

- Estaba muy preocupada por tu reacción.-

- Me molesta enormemente que creas que soy así de interesado. Te quiero con o sin herencia. Peseo lo suficiente como para vivir cómodamente y espero poder legar a mis hijos lo bastante como para que ellos lo hagan también.-

Liseh se alegró de escucharlo decir hijos, en plural, estaba deseando poder darle una hermanita a Thomas. Se inclinó sobre su esposo y le dio un beso en la mejilla.

Damon se volvió sorprendido y le besó la palma de la mano como respuesta.

- Le pregunté a David su fecha de nacimiento.- Lady Pru les sacó de su ensimismamiento.- No la sabe y ni siquiera sabe con seguridad cual es su edad...- Se lamentó.- Decidimos que el día de su cumpleaños sea el mismo que el que lo conocimos, pienso que él debe de rondar los diez años, así que esa es la edad que diremos que tiene. Le he asegurado que es mucho mejor decir que somos familia porque harán menos preguntas, pero no le he dicho la verdad de porqué es mejor así.-

Liseht y Damon la miraban con curiosidad.

- Todos sabemos que la sociedad es bastante discriminatoria con aquellos que no son como ellos. Todo lo que sea diferente es juzgado y los niños son peores que los mayores, no más maliciosos pero sí más dañinos. Pensé que cuando David tenga que asistir a Oxford o Cambridge a estudiar sería mucho más fácil para él si todos supieran que viene de una familia reconocida, aunque realmente no sepan nada de ella, simplemente por yo ser viuda de unos de sus componentes se supone que no hay tacha alguna. En cambio si fuera un niño recogido de la calle, por mucha educación que tuviera o por mucho que se esforzara en ser uno de ellos, se burlarían continuamente de él y lo tratarían con desdén. No quería que nadie lo menospreciara y aunque me gustaría no mentir sobre su procedencia, creo que es necesario. Llegará el día en que tenga que elegir esposa y pretendo que no se le rechace por haber nacido huérfano.....

Liseth la entendía perfectamente porque su madre también había sufrido pensando que por haber sido acusada de adultera y repudiada por su marido, su hija podía no encontrar un marido adecuado si se supiera.

- No te preocupes, has hecho bien. Nadie sabrá nunca de donde procede realmente David. Es lo mejor para todos.-

Damon estaba de acuerdo. Ahora David era de la familia y había que protegerlo.

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